31 diciembre 2009

Educación, crisis y Lisboa 2010 (II)

Esta segunda entrega intentará darles pequeñas muestras de cómo se encuentran algunos de los indicadores de los que, en Lisboa 2010, se considerarán como objetivos de referencia. Por ejemplo, y empecemos por los más cercanos, es cierto que tenemos una tasa de escolarización en educación infantil superior a la de la UE, pero no sabemos qué pasa con la población hasta los 2 años, los porcentajes bajan ostensiblemente y lo que es peor tampoco se especifica dónde se realiza la escolarización en educación infantil, si es en centros públicos, privados o concertados, ni qué proporción de alumnos de estas edades atienden unos y otros. Se advierten fuertes desigualdades entre Comunidades Autónomas en la escolarización infantil de primer ciclo, con tasas que en algunas comunidades superan con mucho la media nacional, con el País Vasco a la cabeza con el 93,3%, mientras que Andalucía marcha con el 12% o Galicia con el 29%; con todo, las cifras ofrecidas en el Informe para menores de 3 años son incompletas, porque las Administraciones Educativas sólo tienen competencias sobre estas edades en algunas Comunidades, aunque legalmente constituye un nivel educativo. Si analizamos otro de los factores que más alarma social causa, hemos de buscar los datos referentes al abandono escolar prematuro, son de suma importancia, puesto que su resultado yugula nuestro sistema educativo y sus posibilidades de expansión, mejora y convergencia a niveles europeos. Parece poco riguroso aventurar una previsión de abandono del 23,9% para el 2010, lo que supondría una mejora del 7,1%, cuando entre los años 2000 y 2007 ese indicador empeoró en nuestro país un 1,9%. Las diferencias de abandono escolar prematuro entre comunidades autónomas son considerables. Mientras el País Vasco, o Navarra tienen un porcentaje cercano al 15% en cifras próximas a las de la UE, tenemos a Andalucía al 38,0%, o a Galicia en un 22. Es cierto que las cifras de Galicia hay que contrastarlas con el 27 % en el 2000, podríamos echar las campanas al vuelo pero ya veremos que no hay datos para tanta juerga. Por ejemplo, si seguimos analizando otro indicador también específicamente español conectado con el anterior, como no podía ser de otra manera, arroja un paralelismo evidente. Los porcentajes de fracaso escolar en la ESO entre el año 2000 y el 2007 aumentaron un 4,2%. Sin embargo, la previsión que se hace para el 2010, en exceso optimista, es aumentar el porcentaje de titulados en ESO hasta el 76,2% o, lo que es lo mismo, reducir el fracaso escolar desde el 30,8 que teníamos en 2007, hasta el 23,8% que se establece como previsión para el 2010, previendo que se va a mejorar en tres años el 7%. Para mejorar tan significativamente como indican las previsiones oficiales este indicador de alumnado titulado en ESO, y el anterior de abandono escolar prematuro, sería necesario un conjunto de medidas contundentes y efectivas, y no sólo confiar en que la crisis y la falta de empleo derivarán en unos mejores resultados o en la mayor continuidad de los jóvenes en el sistema educativo. En cualquier caso, es indispensable un plan coordinado y con mayores inversiones para poder frenar el fracaso escolar, de manera que sea posible garantizar y mejorar en el futuro la cohesión social en nuestro país, hoy francamente amenazada. Aparquemos aquí el análisis y la semana próxima seguiremos con referentes a la secundaria postobligatoria, es decir al bachillerato y la formación profesional. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

EDUCACIÓN, CRISIS Y LISBOA 2010 (I)

Trataremos en los próximos folios de analizar los objetivos que en materia educativa tendría que alcanzar nuestro país durante el año entrante, teniendo en cuenta que su formulación se produjo bastante antes de que hubiésemos entrado en las crisis económica que padecemos En el año 2000 el Consejo Europeo de Lisboa define como objetivo estratégico «convertir a Europa en la economía basada en el conocimiento, más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con más cohesión social». Se inicia así la denominada Estrategia de Lisboa en la que se marcan los objetivos y los indicadores para mejorar los resultados educativos en los países miembros de la Unión Europea. A partir de ahí, se delimitan tres grandes objetivos estratégicos educativos que todos los países de la Unión deberían alcanzar en 2010 y que podríamos resumir en que el sistema ha de ser de mayor calidad y eficacia, de acceso más generalizado y fácil para todo el mundo Con el fin de valorar la evolución de los sistemas educativos, el Consejo Europeo de Bruselas de 2003 estableció seis puntos europeos de referencia, los benchmarks, que deberían lograrse antes de que concluya el 2010, son los siguientes I: abandono escolar prematuro no superior al 10%, II: llegar al 15% de licenciados/as en matemáticas, ciencias y tecnología, III: Alcanzar al menos el 85% de ciudadanos/as de 22 años que hayan cursado la enseñanza secundaria superior, IV: Disminuir por lo menos un 50% el porcentaje de ciudadanos/as de 15 años con rendimientos insatisfactorios en la aptitud de lectura, V: Alcanzar al menos el 12,5 % de participación en la formación permanente de la población adulta en edad laboral entre los 25 y los 64 años, VI: Incrementar el gasto público en educación en relación con el PIB. Complementariamente, en el año 2007 se fijan 16 indicadores clave, los core indicators, para hacer el seguimiento y medir el progreso de los países miembros hacia los objetivos de Lisboa en materia de educación y formación. De esos 16 indicadores, sólo 8 están en pleno uso, mientras que la otra mitad está en proceso de desarrollo. Los 8 indicadores en pleno uso hacen referencia a los siguientes aspectos más importantes, como son la educación infantil, el abandono escolar, las competencias en lectura y ciencias, la titulación en secundaria, la titulación superior, la formación de adultos, la movilidad internacional de los universitarios, en resumen, el nivel de estudios de la población. Estos indicadores y los seis benchmarks europeos estructuran el cuerpo de datos presentados en el Informe español 2008 sobre “Objetivos Educativos y Puntos de Referencia 2010”. En este Informe, lógicamente tiene una concreción en España, que se concreta en cuatro: Escolarización en educación infantil, Alumnado titulado en ESO, Varones titulados en los estudios de educación secundaria postobligatoria, y Graduados en formación profesional de grado superior. La inclusión de los cuatro los puntos de referencia específicamente españoles se justifica en virtud de tres objetivos calificados como de especial importancia para España, no tiene más remedio que aumentar la escolarización en las edades tempranas (0-3) y en las enseñanzas postobligatorias, tenemos que poner los medios para favorecer el éxito de todo el alumnado en la enseñanza obligatoria e impulsar el aprendizaje a lo largo de la vida, la ciudadanía, la igualdad de oportunidades y la cohesión social. Objetivos ambiciosos, sobre todo si tenemos en cuenta la realidad que nos muestran algunas cifras que iremos viendo.

15 diciembre 2009

Robar un libro: valor y precio

Begoña a los 16 de vez en cuando se acercaba por aquella librería de pititas y pirulas con pellejos que preguntaban cursiladas y compraban los libros, ya dedicados, que les hiciesen juego con las cortinas; de donsegundos, orondos abogados a la búsqueda de sus encargos que pagaban con favores y nunca en metálico; de donluises, viejos profesores muertos de hambre, que buscaban alimento, novedades contándose las monedas en el bolsillo, con más ganas que recursos para poder llevarse todo lo que les sería útil, lo que les haría felices por un ratito de lectura de poesía permitida o de novela tolerada, que siempre compartiría, que divulgaría, que terminaría siendo vitamina y propiedad de sus discípulos cuando se viese obligado a volver a cambiar de domicilio. Allí es donde a Begoña le entraban las ganas de llevarse lo legalmente ajeno, sólo había unos espejos fácilmente eludibles en momentos de aglomeración -los vigilantes de seguridad eran ciencia ficción- allí y entonces era cuando se apropiaba de los volúmenes de bolsillo. Su compañero Emilio era el encargado del cineclub que permitían celebrar aquellos frailes; tenía que recoger los rollos de películas de alquiler en la Renfe en un saco lleno de latas que casualmente coincidían con el tamaño de los LP. Una vez vaciadas eran muy útiles para ir a la tienda de discos del progre rico local y hacerse con las últimas novedades de free jazz; corrían de plato en plato hasta que llegaron las cintas de casete e hicieron la difusión más fácil. Eran objetos de alto valor y de mucho precio. Nadie le concedía el rango de acciones revolucionarias antisistema, pero esos objetos sólo podían estar a su alcance por la vía del consumo y no había otra vía de acceso. Ni Begoña ni Emilio tolerarían el plagio, la copia de la propiedad intelectual, la acción con auténtico dolo del poderoso que se atreve a atracar la propiedad del desconocido, fusilarle ideas y contenidos quedándose tan ancho, que saldría en la prensa una temporada, se defendería con más mentiras, contra la palabra de un paria, no hace falta poner ejemplos ahora porque están los más recientes en la mente de todos, pleitos interminables en los que ya termina la vida del ladrón y el robado sigue defendiendo su obra. Ahora parece que el robo es que Begoña y Emilio intercambian archivos informáticos en la Red que contienen música y cine, obras de mucho valor y mucho precio, pero la conclusión parece bastante obvia, un objeto puede ser muy valioso, pero su precio puede ser escaso si se deja al alcance de todos. Una canción o una película seguramente tienen un altísimo valor, unos costes empresariales de producción considerables, unos beneficios que todos los que intervienen en su producción quieren obtener, es decir, son objeto de alto valor y de altísimo precio, protegidos por la ley y que como las paletas de ibérico, no se pueden coger y llevar a casa porque te da la gana. Pero si te ofrecen la posibilidad de compartir su uso, no te pueden decir que es ilegal simplemente, ya no hay guardias jurados de la web, entras, coges y te vas sin pagar el precio altísimo de la etiqueta por un objeto de valor. Seguramente los propietarios de ese valor intelectual y sus productores tendrán que buscar otras formas de obtención de recursos económicos, el creador tendrá que proletarizarse y el intermediario calcular el riesgo de vivir de la venta de copias de algo que no es suyo.

14 diciembre 2009

De monseñor y cristos virtuales

Monseñor Rouco hay veces que en vez del país, me parece súbdito del propio reducto de Berlusconi; por cierto, un país que funciona gracias a la gestión del Vaticano y la mafia, mientras que el aparato de estado brilla por su ausencia, de la forma más grotesca, los ciudadanos lo ignoran y siguen a su bola. Digo lo de monseñor porque, de cuando en cuando, se le ocurre suministrar doctrina fuera de su ámbito de competencia, parece que quiere revivir las españas que corren delante o detrás de los curas. Últimamente ha habido dos intervenciones que me han dejado preocupado. La primera surge hace pocas semanas, en las que se vuelve a hablar de la posibilidad de que haya de una vez un pacto educativo que pacifique el ambiente normativo en la escuela. Cierto es que él gobierna a su antojo una parte de esa escuela al amparo de los presupuestos generales del Estado y, por lo tanto, le puede ir al bolsillo lo que se pacte; pero no es menos cierto que afirmar -como él hizo- que no se sentía cómodo en el Acuerdo del 79 entre el Estado Vaticano y el Reino de España es para dejar perplejo al más agitado de los observadores. Monseñor, en un acuerdo libre entre dos partes soberanas, si una de ellas lo denuncia -es decir, se desvincula-, el acuerdo deja de existir. Llámese el desacuerdo divorcio, ruptura de sociedad mercantil, convenio colectivo o concordato entre estados, como es el caso. Por lo tanto, y al grano, si monseñor y sus superiores creen que el acuerdo vigente no es de su satisfacción, denúncienlo, renegócienlo y alcancen uno nuevo mejor para sus intereses. Quizá -y ahora enlazo con la segunda de mis amenazas de comentario- de esa forma se podrían evitar dimes y diretes sobre las imágenes religiosas en la escuela pagada por el Estado aconfesional. Estamos en plena Reconquista por parte de la jerarquía católica de un espacio perdido hace años. Reductos tradicionalistas aparte, en la inmensa mayoría de las nuevas construcciones escolares no se cuelga un cristo y ni siquiera se clava la alcayata para poner la foto del Rey, pese a todo se sigue dando clase de religiones a los que lo requieren y se sigue explicando a todos la Constitución, ¿dónde hay un problema? Los purpurados se aplican de lo lindo en la recomposición de su estatus en el mundo educativo, saben que es el flanco más débil y más fácilmente influenciable, que es donde pueden captar adeptos para el futuro, pese a todo dicen que el 80% de la población les sigue. No entiendo cómo tienen problemas económicos a la luz de las cruces que tendrían que aparecer en las declaraciones de la renta. La suya es una organización en la que te meten, te contabilizan desde que naces y de la que no te puedes borrar por mucho que lo intentes. Si esto no es jugar con las cartas marcadas, que venga alguien y me lo explique. No sé yo si, en este buscado pacto por los crucifijos, monseñor se está escabullendo de lo fundamental; no entiendo cómo permite la coexistencia del pagano -ese de traje rojo y las barbas blancas- con los villancicos de El Corte Inglés sin un solo cristo delante. ¿Será que el 80% no está por armarlo? El cristo, digo. Por cierto, no estaría de más que el propio Zapatero dejara de dar pábulo a rumores y malmetidos; saldríamos ganando todos.

Individualismo del bueno, del país

Ahora está de moda la novela negra escrita y ambientada en los países nórdicos. Lo intenté con ella y, pese a ser buen lector del género, me falló, o le fallé, no logró engatusarme. La novela negra tiene que tener contigo -y tú con ella- denominadores comunes, tienes que sentirte cómodo en sus ambientes, con sus personajes -que tienen que aparecer próximos-, con sus protagonistas, y tú podrías ser uno de ellos, arriesgándote en ratos muertos. La novela negra del país lo logró en sus mejores momentos y aún ahora tenemos píldoras bien jugosas como la juez Mariana de Marco, de J.M. Guelbenzu, o como el sargento Bevilacqua de Lorenzo Silva; dignos herederos de Carvalho o Toni Romano. La sociedad se masca, lo colectivo prima. Algo parecido pasaba con la novela negra americana; cuando cayó en nuestras manos en papel ya conocíamos al héroe contra el mal en el celuloide, en nuestro imaginario ya existía el hampa, la mafia, los chivatos, los detectives cutres y los pendencieros. Sin embargo aquella novela tan fría y calculadora, tan luterana ella con sus crímenes, me choca con la realidad del lector español. Triunfa sin límites también aquí aunque este siga siendo un país de traca, disfrazado de modernidad y gustos cosmopolitas, disimulado bajo ropajes extraños. Podemos defender nuestras peculiaridades por doquier y sin escarbar mucho nos encontramos con robos de cadáveres como el de Cee, qué maravilla, lástima de Berlanga para ponerlo en pantalla o que José Luis Cuerda se animase en algún bosque animado a contar otra vez que amanece y eso no es poco. No me digan que el CSI no hace milagros, hace años a ningún paisano se le hubiese ocurrido tal cosa, ni se le hubiese pasado por la cabeza, es que hoy los chavales ya te salen del instituto sabiendo latín en esto de los microscopios y el ADN. Aquí siempre se levantaron las tumbas por amor, José Cadalso en Noches Lúgubres nos cuenta cómo Tediato quiere robar el cadáver de su amada, mientras mantiene un tenebroso diálogo con el sepulturero Lorenzo durante tres noches. Aquí están Zorrilla y la segunda parte de su Tenorio en el que se resucitan cadáveres, en la que Don Gonzalo revive en el cementerio para llevarse a Don Juan al infierno, pero el poder de Doña Inés, muerta por amor, es más poderoso y ambos amantes se salvan después de que el burlador se arrepienta. Esta es la serie negra que nos encandilaba hace años en los escenarios, pero en la vida real seguíamos abriéndole la cabeza al vecino con el sacho o el pecho con cuarto kilo de plomo por una cuarta lineal de ferrado, pero siempre con buenos modos, yéndose después al cuartelillo y pasando antes por la taberna para coger tono muscular y matar el gusanillo. Pero ya no, este país ya no es el mismo, ya podemos atisbar lo que puede hacer el laboratorio criminalístico por nosotros. Llegamos al individualismo, al egoísmo más feroz, absoluto, el cadáver del padre desaparece para que la tarta de la herencia no tenga más comensales que los que marca el registro civil ¡en el país de los palleiros! No me digan que no es el colmo en un país con el culto a la muerte como este, donde los concejales y alcaldes se asesinan porque sí, donde la realidad se adelanta a la ficción

24 noviembre 2009

Galicia, centro de decisión ¿para decidir qué?

Yo no sé dónde estuvo el centro de decisión para que el atunero del Índico pueda volver a faenar ¿usted sí? ¿Londres, Nairobi, Madrid, Bermeo, Vigo...? La verdad es que a estas alturas del culebrón, me importa poco. Pero el caso es que estamos inundados de opiniones que no hacen más que reclamar que no sé qué centros de decisión se queden en Galicia; se están refiriendo a un supuesto poder financiero, a las cajas de ahorro; no es poder económico, es poder político. Hasta últimamente el gurú de los magnates, el adalid de la libertad de comunicación en Galicia, semeja una suerte de nacionalista de andar por casa que pontifica con máximas propias del populismo, del de siempre, del que se cree por encima del bien y del mal. Yo no sé cuál es su experiencia con bancos y cajas, pero si se parece en algo a la mía, será que vieron a sus más próximos acogotados con el pago de los préstamos concedidos por la caja de la esquina al tipo de interés más alto del mercado y sin posibilidad de negociación y donde digo caja, digo banco, que tanto monta. Seguro que en un momento determinado, en el de la hipoteca, procuraron tantear una especie de negociación con la caja de turno a la hora de comprar dinero, les siguieron un poco la corriente, pero al final fueron extorsionados con mayor o menor delicadeza. Les dejaron algo de dignidad para farolear en la tertulia del bar, pero le exprimieron hasta la última gota. Todo con mucho centro de decisión en el país ¡faltaría más! Y que no me vengan con la obra social, es todo pura parafernalia de evasión fiscal y de directivos que engordan por la vía del accionariado en los bancos o por la vía de los dividendos de las empresas participadas y financiadas con sus depósitos, señor gallego. Hay que ver cómo se les llena la boca al hablar del país, como si existiera; ni aquí ni en Madrid hay ningún centro de decisión que no sea por delegación y con poderes más que limitados. Hay que dejarse de historias: o hay globalización o no la hay, las cajas o bancos supuestamente gallegos andan buscando caladeros, como los del atún, por los cuatro puntos cardinales, su misión es garantizar los depósitos de sus cuentacorrentistas y si para eso hace falta invertir en ladrillo en Túnez, se invierte. Desengáñense, no hay bancos o cajas del país, el nombre no confiere existencia, no es más gallega una caja por su nombre o no es menos catalana otra por expandirse hasta ser la primera o qué me dicen de la pelea por el control de la madrileña ¿hay algo de geografía? Lo que se está jugando es el papel de sus dirigentes en la política del país, eso sí, ahí sí que aprieta el calcetín, no es lo mismo que el político nombre al banquero que el banquero nombre al político; pero, que no le engañen, a usted la hipoteca le costará lo mismo, que su voto no se vea condicionado por realidades virtuales de un país. Sí, realidades que anuncian que dentro de diez años sólo cuatro de cada diez gallegos estarán en edad de trabajar, réstenles incapacitados voluntarios o forzosos y se encontrarán que viven en un parque temático, con mucho centro de decisión; pero sin nada sobre lo que decidir.

21 noviembre 2009

¿Un ERE para el gallego o un céntimo lingüístico?

Todos los idiomas son una industria y el que se atreva a negarlo que tire la primera piedra. Podría ser que tuviesen los mismos problemas que todas las industrias y las mismas soluciones que todas las industrias. Pero no se crean que hablamos sólo de la industria cultural o editorial, de la industria educativa o de la cinematográfica, de la industria radiofónica o televisiva. Estamos hablando de algo más amplio, extenso y complejo. Seamos claros, aquí del asunto de los idiomas vive mucha gente, como mucha gente vive del aluminio, del juego o de la hostelería y todo esto independientemente de que cada una de esas personas ame la ruleta, la cocina o la carpintería metálica más que a la madre que lo parió. Pero el idioma, como cualquier industria, depende del mercado, de la oferta y de la demanda, puede ser triste pero es así. Los que no lo quieren dejar todo ad libitum saben que al mercado hay que introducirle mecanismos correctores de los desequilibrios que conlleva para que los que no tengan acceso a las prestaciones básicas, les sean garantizadas por el Estado. Por eso el Estado legisla y cada año propone unos presupuestos que se votan y se ejecutan, para cubrir las necesidades básicas de sus ciudadanos, por eso, en Galicia, pagamos un céntimo sanitario; es decir, el combustible que compramos está gravado con un céntimo para cubrir el déficit del Sergas. ¿Sería descabellado proponer un impuesto especial para sufragar los gastos lingüísticos? Pero el Estado también tiene otros mecanismos legislativos para tratar de evitar las debacles industriales. Por ejemplo, cuando una empresa entra en crisis porque no vende, porque no puede soportar los gastos salariales, porque los proveedores no le suministran, porque los costes energéticos son insalvables? tiene varias soluciones, puede proponer a sus trabajadores un ERE, una regulación de empleo, puede proponerles una rebaja salarial o puede acudir a un concurso de acreedores. Aunque también puede acudir a proponer reformas y apoyos económicos como en el caso de la construcción, la banca, el automóvil o la lata de atún deslocalizada en el Índico que nos sale a precio de oro. Todo indica que la proliferación de las múltiples plataformas lingüísticas da a entender que el gallego tiene problemas de supervivencia, se le puede tratar como al lince ibérico en peligro de extinción o como a una empresa en crisis a punto de entrar en ERE; pero también podríamos repensar si la legislación en vigor desde 1981, 1983 y 2004 es la adecuada. Los sectores de progreso, los que cultivan el método científico, deberían ser autocríticos y preguntarse si todas esas normas han llegado a la ciudadanía y le han servido para algo; podría ser que el abismo existente entre los intereses y voluntades de los dirigentes sociales y las necesidades populares sea más grande que lo que pensamos y haya un mundo virtual, ajeno a las guerras lingüísticas, en el que viven aisladas las opciones políticas radicalizadas para pescar mejor en el río revuelto. Se hacen continuos llamamientos al consenso político perdido desde la ley de normalización o el decreto del gallego, pero la sociedad civil ya había llegado antes a sus propios acuerdos de convivencia sin contar con sus preclaros gurús. Si dejamos que todo fluya, seguramente no harán falta ERE ni céntimos suplementarios en los impuestos.

10 noviembre 2009

Atenea y el espectrómetro no viven como gallegos

Atenea, Azenaia, nació de Zeus, de su cabeza abierta por un hachazo. Desde entonces, armada de pies a cabeza, vela por las Ciencias, aunque parece que este rincón del noroeste le quedó olvidado. Pese a que ahora está de moda vivir como gallego, ahora que resulta que el banco más viejo del lugar, el que lleva más tiempo exprimiendo las cartillas de los abuelos, se galleguiza por mercadotecnia; ahora que se llora por la galleguidad de las cajas al tiempo que se les echa en cara el dinero invertido en ladrillo levantino en vez de en leiras del país, este hombre no sé yo si quiere vivir como gallego o qué le pasó por la cabeza. Me refiero al investigador de la UDC -sí la universidad de aquí, la mejor de La Coruña-, para abandonar los Estados Unidos de América con un futuro seguro como científico de prestigio, de universidad en universidad, con todos los medios a su alcance, para dar con sus huesos aquí. Pues bien, sabrán que ese hombre salió un día a formarse como geólogo por el mundo adelante y, ya consolidado en la comunidad científica, se le ofrece la posibilidad de venir a esta Universidad a seguir trabajando y, de mil amores, se ofrece a partirse las neuronas en sus proyectos de investigación. El bueno del hombre encuentra acogida en el Instituto Xeolóxico Parga Pondal y consigue fondos europeos y nacionales -nada gratis, todo bien justificado- para financiar un artilugio cuyo nombre no me atrevo a repetir, porque eso de medir espectros suena a encuentros en la tercera fase, viajes en el tiempo? incluso alguna foto publicada semejaba algún túnel por el cual se transmutasen las partículas, brujería fina al fin y al cabo. Lo de menos es que el cacharro costase un millón de euros, que haya ocho en todo el mundo y que si el bueno de su usuario pilla la gripe no hay un interino en toda Europa que le cubra la baja. Pues bien, todo parece indicar que si no resucitan Ramón y Cajal, Severo Ochoa o el mismísimo Parga Pondal este buen hombre se verá obligado a marcharse y su maquinillo será saldado en una feria de segunda mano. Las razones son de lo más peregrino a los ojos de cualquier lego, son puramente administrativas y burocráticas. Nos están rompiendo la cabeza con la ley de la ciencia en proyecto y resulta que no hay un duro para la investigación, que va a ser la cenicienta de los presupuestos de la crisis en todas las administraciones. Los investigadores tendrán que irse otra vez y que les saquen jugo los países listos, que aquí no hay normas ni reglamentos para que se les pague el sueldo cutre con el que se les mantenía hasta ahora, y que conste que yo creo que les da lo mismo que les pague la universidad, la Xunta o el arzobispo. Si supiesen hablar portugués y jugar al fútbol sería otra cosa. Siempre pensamos que eran los poetas, los autores teatrales, los que se morían en la indigencia real o moral, pero sigue habiendo desgraciados también entre los descendientes de Atenea.

05 noviembre 2009

Gabilondo ¿camina o revienta?

La semana pasada el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, sorprendió a la audiencia en los maitines informativos con lo que algunos calificaron como ¡otra ocurrencia! Hablaba el ministro de la posibilidad de ampliar la escolarización obligatoria a los 18 años, como otros países europeos -Portugal entre ellos-; los primeros comentaristas de su propuesta, hecha sin voluntad de inmediatez, son absolutamente ignorantes de que este debate ya es por lo menos tan viejo como el de la LOE, ley que nació coja de presupuestos, como todas. Entonces ya se discutió la posibilidad de esta ampliación, como también se debatió la posibilidad de hacer obligatorio el ciclo de 3 a 6 años, ya prácticamente universalizado. A partir de la supuesta ocurrencia comienzan las especulaciones sobre qué es lo que propone el ministro; como las explicaciones han sido más bien parcas, especulemos un poco con las posibilidades. ¿Cuántos y qué alumnos no están escolarizados hasta los 18 años? La respuesta requiere una pregunta más matizada, porque la madre del cordero está en el adverbio que falta: BIEN, es decir, el problema es si están bien o mal escolarizados. Un alumno normalmente termina a los 17 años su bachillerato con unas expectativas más o menos claras puestas en una titulación universitaria o en un ciclo formativo, las cosas le saldrán según su esfuerzo, sus habilidades, los recursos familiares, las becas o los profesores desaprensivos que se haya encontrado en su camino. Convengamos que aquí entra la mitad de la población escolar sujeta a debate, sabemos también que un porcentaje menor fracasa en la ESO, a los 16 y a trancas y barrancas, con Programas de Diversificación Curricular alcanza la titulación para entrar en un Ciclo de grado medio de FP. Seguramente no el de sus deseos, seguramente no el que tenga salida profesional en su entorno inmediato, pero está escolarizado ¿De quién hablamos entonces? Podemos estar hablando de la posibilidad de volver al bachillerato de tres años, que los profesores del pasado BUP añoran y los de la universidad echan en falta. También podemos hablar de la posibilidad de hacer el bachillerato en 2 ó 3 años, sin fomentar el fracaso voluntario y favoreciendo el esfuerzo de quien no alcance el rendimiento medio. Pero seguramente estamos hablando del fracaso de verdad del que fracasa en secundaria, del que ya no supera la primaria porque no ha tenido los apoyos suficientes. Pero claro, no faltará quien ya esté en estos momentos clamando por la limpieza de supuestos indeseables, de gandules redomados, de discapacitados, retrasados escolares, de inmigrantes, de las aulas de la secundaria y que allí sólo queden JBSP, es decir, jóvenes blancos sobradamente preparados. Las administraciones han de poner todos los medios para que a los 18 años el mayor porcentaje de la población haya superado la secundaria y tenga las herramientas y la oferta necesaria para encauzar su futuro laboral. La teoría ya está inventada, no hay que modificar leyes, hay que hacer realidad el apoyo a la diversidad, con los medios necesarios, hay que potenciar los PCPI, para formar alumnado capaz de terminar con éxito la FP y que no se conviertan en almacenes de fracasados del sistema. El ministro Gabilondo camina, al parecer, por esa senda, puede ser que reviente solo o que las comunidades autónomas, que son las que mandan, le revienten las propuestas. Si logra alcanzar el Pacto por la Educación será buena señal.

27 octubre 2009

Otra más de minifundio localista

Una vez cautivo y desarmado el bipartito, renacen las baronías que nunca habían desaparecido; ni desde las rifas entre boinas y birretes, pasando por las rifas entre las familias socialistas y entre quintanistas y upegallos. No es que vayamos a descubrir ahora algo extraordinario, ni que nos encontremos ante la polémica del siglo, pero da pena que a estas alturas del XXI estemos con las viejas discusiones localistas ya, casi, decimonónicas. No sé a cuántos de ustedes les da alergia la polémica por las facultades de medicina, que si una o tres o dos o si en Cee y Monforte ha de abrirse otra por aquello de los hospitales. Pero claro, es como lo de éramos pocos y la abuela?empezamos con el maldito tema de la capitalidad y a partir de ahí empiezan los tripletes Coruña, Santiago y Vigo. Hacen falta médicos, hay hospitales donde pueden aprender. No hacen falta mafias que se repartan las cuotas de poder en las especialidades para que puedan tener las consultas privadas repletas y compitiendo a ver quién tiene la lista de espera más larga . Todo empezó con la autonomía aeroportuaria, la guerra de los tres aeropuertos fue la más caciquil, pailana y minifundista que se pueda conocer. Los usuarios de, por ejemplo, Alvedro, aún no tenemos una carretera que nos lleve sabiendo cuánto tiempo nos va a llevar. Es una especie de túnel del tiempo, nos podemos poner en Londres o en Barcelona por cuatro duros, pero no sabemos con cuánto tiempo de antelación hemos de dejar el coche en el aparcamiento o cuánto nos cobrará el taxi por la carrera. Los próceres localistas se llenan la boca de soflamas reclamando inversiones localistas, olvidando que no vivimos en una ciudad-estado, ni siquiera tenemos un área metropolitana, un consorcio, una mancomunidad de municipios... somos un gran puzle de aldeas rellenas de cemento gobernadas por las promotoras de la construcción y por las multinacionales del comercio y sus grandes superficies, ahora espacios de pseudoocio, que no tiene ni una línea de autobuses que permita ir al médico desde Sada hasta el Ventorrillo. El presidente Feijóo apuntó maneras cuando esbozó una especie de programa unificador del servicio de las tres terminales aeroportuarias para optimizar las ofertas y los servicios, se le cayeron encima coruñesistas y viguistas, pero es que lo suyo tenía delito, no quería que le costase un duro. Ahora el lío quiere ser continuación de lo que fue el minifundio universitario. Flaco favor nos hicieron las cabezas pensantes que se dedicaron a sembrar Galicia de campus, que campo ya había bastante, a triplicar titulaciones, a mantener multiplicadas algunas con míseras matrículas y todo por pruritos personales, políticos y clientelistas. Se ha demostrado que fue un despilfarro, que los estudiantes lo que tienen es que ver mundo y no quedarse mirándose el ombligo en su terruño y que tienen que favorecer la política de becas. Trasladen esa vieja polémica a la posibilidad de que se duplique la titulación de medicina y será como lo de hacer dos puertos exteriores frente a frente. No sería más lógico aumentar la capacidad de la existente, aprovechar las posibilidades de formación durante el segundo ciclo en los hospitales de referencia, allí donde los hubiere y que los poderes fácticos que mantienen el numerus clausus pierdan influencia, a favor del servicio público.

Debates legislativos pervertidos en la calle

Miles de personas se han manifestado este fin de semana en Compostela y en Madrid, la palabra libertad lucía con esplendor en todos los lemas y consignas coreadas. Pero en un caso se reclamaba libertad para hablar gallego -se supone que en la intención de nadie cabría la posibilidad de que se pudiese vetar ninguna lengua- y en el otro se reclamaba la libertad para seguir pateando los derechos de las mujeres a ser madres cuando lo deseen. Como todas las libertades, la mejor es la que empieza por uno mismo, pero siempre es preciso aunar, animar a los adeptos para lo que hay que argumentar, coordinar objetivos que permitan urdir un entramado asequible y aceptado por la mayoría silenciosa. Para ello nada mejor que buscar una buen y falso debate que soliviante la polémica y descerraje la caja de las iras del susceptible de ser soliviantado. Esa mayoría silenciosa siempre fue en realidad una mayoría acongojada y controlada con el fútbol bien programado y con grandeshermanos consumidos con abundante desequilibrio psíquico. Los debates que provocaron las manifestaciones del sábado y domingo fueron precedidos de actuaciones o amenazas legislativas, fuere por la posible pérdida de poder editorial del gallego en la enseñanza o fuere la aclaración y actualización de la ley del aborto. En ambos casos se aprovecha para pedir la dimisión de los gobiernos, por si acaso. En el caso del idioma podría ser muy fácil llegar a acuerdos lógicos, aceptables por todos, pero va a resultar que las minorías lo estropeen y por lo tanto el personal siga inorando las leyes que se crucen en su camino. En el caso del aborto es distinto, los poderes más o menos visibles, la jerarquía eclesiástica, nunca tuvieron enfrente un gobierno que les recordase cuáles eran sus sacristías o cuarteles y su ámbito de influencia, que les obligase a respetar las normas, como a los niños. Tanto es así que se creen poseedores del derecho a legislar en materia sanitaria. El acuerdo es lógicamente imposible. La educación afectiva, emocional, sexual no se encuentra en niveles mínimamente aceptables, hubo avances, seguramente, comparada con la del nacional catolicismo, pero seguimos teniendo un porcentaje de embarazos no deseados altísimo, y no sólo de adolescentes, que terminan con abortos alegales, clandestinos y peligrosos. Ante tales fechorías sólo caben educación o represión. La clave de bóveda suele estar en el entorno familiar y escolar, ambos pueden poner límites y reglas o pueden prohibir. Creo que ya está bien de tanta hipocresía sobre la tutela paterna a los 16 años para abortar o usar la píldora poscoital. Si esa joven no puede, porque no se atreve, hablar con sus padres antes de tomar esas decisiones, ¿de qué puede servir que el Estado le obligue a ello? Los jóvenes pueden ser irresponsables, pero sus padres lo son mucho más. Manejar a una masa informe e incivilizada es lo que reclamaban los manifestantes el pasado sábado en Madrid, someter conciencias. Por lo demás, y para terminar con el domingo, seguro que a pocos les importa el idioma en el que les entregan la carta de despido, pero los que quieran ejercer ese derecho deben reclamarlo sin desánimo.

13 octubre 2009

Xan María Castro, un hombre de respeto

El próximo viernes Comisiones Obreras organiza un homenaje a Xan María, no creo que sean juegos florales ni una despedida, sino que espero se trate de una de esas oportunidades de encuentro, que cada vez escasean más. Aprovechando el evento no quiero dejar de contarles alguna anécdota. Galopaban los alrededores del 74 o 75 cuando un jovenzuelo desgarbado y exaltado predicaba a diestro y siniestro sus apologías izquierdistas y se esmeraba en tildar poco menos que de beatas ursulinas a veteranos demócratas, sufridos comunistas y sindicalistas curtidos en mil conflictos que buscaban de forma realista una salida del franquismo viable, el salto a la democracia. Ese despistado, en una ocasión, osó contar sus verdades delante del añorado Pita quien, pese a su talante pacífico, a su bonhomía y a su independencia, ciertamente incomodado, le espetó al jovenzuelo en sus mismos hocicos algo así como ¿pero tú de verdad te crees que Juan María no es una persona de izquierdas? Ni que decir tiene que por vergüenza torera el jovenzuelo desgarbado agachó la cabeza e hizo mutis por el foro, supongo que algo habrá reflexionado y habrá llegado a la conclusión de que Xan María es un hombre de respeto. Me sé de campeadores negociadores, de fortachones empresarios, de escurridizos leguleyos que ante la perspectiva de enfrentarse a Xan María en una mesa de negociación temblaban como una vara verde, pero también sabían del valor de la palabra y del compromiso adquirido en caso de acuerdo. Eso es respeto. Peces-Barba, Marín y otros le reprochaban no hace mucho a Zapatero que no contase con el consejo y colaboración de veteranos políticos, que sólo se quedaba con los resultones que le regalaban la oreja con chascarrillos graciosos. No digo yo que los jóvenes no hayan de tener oportunidades ni que los mayores tengan que estar a pie de obra en primera fila hasta la extenuación, pero entre un extremo y otro hay una escala de grises muy variada. Seguramente lo que queda de la izquierda en este país fue y sigue siendo muy injusto con las personas que escribieron la historia de la transición y mucho más injusto con los que siguieron construyendo progreso, derechos sociales y democracia sin parar ni para tomar aliento desde entonces. Este es el caso de Xan María Castro. Tampoco tenemos en las baldas de las bibliotecas obras rigurosas, no tanto memorias, como reflexiones personales serias sobre el próximo pasado de la vida política y sindical; yo sólo lo digo aquí? No sé si, además de la cultura gitana, alguna sigue conservando el viejo espíritu de los senados; para ellos el hombre mayor, experto, es ante todo el hombre de respeto. Algo de esto falta en nuestra sociedad y sin caer en banales cultos a la personalidad, pienso en Xan María, sobre todo como hombre de respeto y respetado. En coherencia con esto lamentaría que, no sólo ya su organización, sino las aulas pobladas por bachilleres y estudiantes de historia, derecho, economía o ciencias políticas, puedan desperdiciar la posibilidad de compartir con Xan María charlas, debates, seminarios; porque no es una de esas figuras de cera al uso, ni una momia de museo, es de los que comienza siendo un trabajador de banca y a partir de ahí no se le escapa ni un ápice de lo que significa estar en la vanguardia del progreso social en Galicia. Por eso le seguimos necesitando, para que nos vaya surtiendo de herramientas para armar un futuro de progreso, para salir de esta crisis, que no es sólo económica.

De posibles pactos educativos

Desde la semana pasada están leyendo, otra vez, letra pequeña sobre el Pacto por la Educación, si han pasado por encima de las noticias, no les culpo, ya huele a podrido desde hace años. Si se han detenido en ellas es porque son optimistas históricos o masoquistas recalcitrantes. Pero el caso es que Cospedal y Gabilondo se han reunido y no se han peleado, quedaron en volver a verse y seguir hablando ¿alguien habrá hecho alguna propuesta de las que no se pueden rechazar, como en El Padrino? Dicen que la sociedad reclama el Pacto puede ser; pero los tertulianos cotidianos siguen hablando de la LOGSE, aunque hace años que no existe. No sé, creo que puede haber razones para la esperanza, pero no hemos empezado por el principio. Con luz y taquígrafos o a oscuras, hay que pactar primero con la jerarquía eclesiástica; sin untarla previamente no hay pacto que valga, se vistan de lagarterana, Gabilondo, Cospedal y el mismísimo Zapatero. Aquí no hay problemas de equidad, hay que garantizarla, pero hemos dado pasos de gigante. Hay problemas de calidad; pero claro, la calidad no es lo mismo para unos que para otros. Si los contertulios de los grandes partidos hicieron un buen análisis, habrán hablado del abandono escolar, de la calidad de la Formación Profesional, de la escasa educación infantil en sus primeros años, del nulo reconocimiento de la función docente y de la precisa carrera profesional... Después de ese análisis seguramente llegaron a una conclusión de cajón, es precisa una mayor inversión en educación; pero seguramente discreparon en dónde invertir los cuartos. Si la raya roja se colocó en la Educación para la Ciudadanía, en las notas de religión o en los galones de los profesores, seguramente nos esnafraremos otra vez en el intento. Es decir, hay abandono prematuro, sin cualificación profesional adaptada al mercado de trabajo, por lo tanto se nos puede llenar la boca de que los chicos no estudian, que no se esfuerzan, o podemos poner los medios -con las vestiduras sin un desgarro- para solucionarlo. Es muy fácil, adaptemos lo que hay que enseñar a lo que el alumno necesita, no a lo que guste examinar el profesor. Dicen que las leyes educativas no se pueden evaluar hasta pasados 25 años, hasta que una generación haya dado paso a una nueva ley; la Ley de 1970 comenzó a ser sustituida en 1990, sin estar plenamente evaluada, pero la necesidad era acuciante, no podíamos seguir con la escolarización obligatoria sólo hasta los 14 años, el mercado no lo soportaba. Su sustituta acaba de nacer y no representa grandes cambios, sólo retoques de maqueo y ya hay que cargársela ¡poco sentido! Seguramente hace falta desarrollo normativo, adaptación y que no haya 17 sistemas educativos diferentes; pero no sé por qué me da en la nariz que los únicos intereses de los que han hablado algunos en estas conversaciones giran en torno a la ampliación de los conciertos educativos a los 18 años, el posible cheque escolar que reclama Aguirre, es decir euros para la privada, esa es la madre del cordero, el resto son sólo disfraces. Esto en Madrid, pero en Galicia se podrían ir dando pasitos adelante, siempre y cuando el conselleiro se baje del guindo y abandone esa política de gestos y titulares fáciles.

29 septiembre 2009

¿El conselleiro de Educación ten o corvo dentro?

Hace unos meses opiné en este folio que el conselleiro de Educación empezaba patinando en su andadura al frente de la cosa esta de que las escuelas e institutos funcionen, me pareció que se estaba metiendo en determinados jardines que le podían llevar a la impopularidad. Sin embargo, después tuve que reconocer que terminó el curso empatando el partido, logró pacificar algún conflicto y firmar algún acuerdo beneficioso para la comunidad educativa. Dejo al margen de todo esto la polémica sobre el decreto de gallego y la de los libros de texto, porque no los considero actos de su cosecha, sino estrategias de su partido para romper la cintura de sus adversarios parlamentarios. Nos regaló un verano verdaderamente pletórico de actividad, especialmente los periódicos y sus sufridos becarios veraniegos nunca se lo agradecerán lo suficiente, no había que buscar noticias. Jesús Vázquez no tuvo vacaciones, recortes, alarmas varias, polémicas, fotos a discreción siempre a disposición desde los gabinetes de prensa. Había que marcar las diferencias con los tecnócratas del anterior gobierno, eran déspotas ilustrados que trabajaban para el pueblo, pero el pueblo no se enteraba de que todo era por su bien. El nuevo conselleiro se encargó de dejar claro que a él le traía al fresco la virtud o la justicia de las medidas que tomase; si conseguía un buen titular, la realidad no podría nunca estropeárselo. Los enterados dicen que tiene un equipo difícil, poco compacto, que no saben jugar juntos, que como seleccionador, fracasó. Los más malévolos dicen que en su propia casa le están buscando la ruina. En los mentideros se dice ya que, políticamente hablando, ten o corvo dentro, no comparto totalmente esta opinión. Desde el exterior, y habiendo seguido un poco su trayectoria como diputado en el Parlamento español, se percibe que se trata de un activista partidista. No es una apreciación despectiva, todo lo contrario, sino que lo define como esa especie de delantero osado, intuitivo a veces, obediente otras, que busca el gol sin cesar, pese a que la defensa le acosa, falla casi siempre, pero algún tanto puede anotar a su equipo. No creo que esté amortizado, pese a que la demagógica medida de los libros de texto le haya perjudicado, ni por las caceroladas de las escuelas de idiomas. Todo eso son minucias, aún tiene que aguantar el tirón del decreto de gallego, aún puede servir mucho más a los intereses de su presidente Feijóo. No sé yo, pero le veo más vivo, en la línea del consejero Font de Mora en Valencia con la Educación para la ciudadanía en inglés, del olvidado Lamela, mentiroso inventor de las falsas eutanasias de Leganés. Los neocon de siempre. No sé si al presidente le regalarán trajes como a Camps o hará escuchas como Aguirre, pero tiene un gladiador que creo le durará bastante rato. Podría durar más, sólo si se centrase en su parcela, en alcanzar consensos muy factibles, baratos y beneficiosos para la enseñanza pública

22 septiembre 2009

Potestas y autoritas, señora Aguirre

Para los griegos potestas es el poder que te viene de arriba, el que se te da para una misión concreta para gobernar o controlar; mientras que la autoritas es el prestigio, la capacidad de liderazgo, el respeto que te ganas. Determinados personajes como el que hoy nos ocupa, tienen mucho del primero, pero poco del segundo. Estoy seguro, porque tengo testimonios de primera mano, de que este curso ha comenzado con profesores y profesoras recibidos en el aula con expresiones de alegría, besos y abrazos; se han ganado lo que necesitan: autoritas. También es cierto que en otros casos los bufidos, comentarios y desazón de los alumnos fueron generalizados; como mucho tienen potestas. Y es que hay de todo, hay profesionales que saben su oficio y por lo tanto se ganan el respeto de sus alumnos y hay advenedizos que sólo saben cobrar el sueldo por pastorear una suerte de ganado muy delicado; los primeros no tienen aquella manida vocación, sino voluntad, conocimientos y buenos oficios, los segundos tienen caradura. Esta pandemia me temo que no tendrá vacunas, tampoco es nueva; que los viejos del lugar hagan memoria para poner en los altares sus buenos recuerdos escolares y olvidar sus bestias negras. Pero llegó Esperanza Aguirre y abrió la caja de Pandora, los profesores en lo alto de la tarima -mejor un cristal blindado ¿no?- y los pupilos, prietas las filas, diciendo buenos días señor profesor y usted lo pase bien, y toda esta payasada para solucionar de un buen golpe dos problemas, el primero el suyo con una buena cortina de humo y el segundo, la educación de su región con sus merlinescos remedios; pero lo malo es que hay veces que los altavoces corrompen y perturban con interferencias los sonidos que reproducen. Por ejemplo, ella da dos voces en Madrid y toda España ha de posicionarse sobre sus ocurrencias; con todo lo que tiene que tapar, y a propósito de que la riada de Pozuelo y sus pijos maleducados en colegios privados de buen tono pasa por el patio de su casa, la liberal de toda la vida se propone pontificar sobre la educación con su ocurrencia de bordar a los docentes con galones, barras y estrellas cual agentes de la autoridad, léase: que gocen del principio de veracidad, como los de tráfico, que su versión va a misa si se contradice con la el conductor multado. Un maestro sólo necesita ese privilegio cuando un adulto, por ejemplo un padre desequilibrado, intenta una agresión o frente a un alumno mayor de edad. En el resto de los casos rara es la ocasión de indisciplina que no puede solucionarse fuera de los tribunales. Por otra parte no hay fiscal en este país que desampare a un profesional de la enseñanza agredido, ya es autoridad, por lo tanto dejémonos de demagogias sobre la enseñanza pública y sus supuestas calamidades, si de lo que se pretende es dirimir en los juzgados los problemas de disciplina de las aulas, patios y pasillos, que vayan reforzando las plantillas de los juzgados y vaciando los despachos de los jefes de estudios. Los que están enlodazando la enseñanza pública no creo que consigan convertirla en un patio de vecindad con somatenes plenipotenciarios

11 septiembre 2009

Niño, deja ya de joder con internet

Niño, deja ya de joder con la pelota. que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca. Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, nuestros rencores y nuestro porvenir. Por eso nos parece que son de goma y que les bastan nuestros cuentos para dormir. Nos empeñamos en dirigir sus vidas sin saber el oficio y sin vocación. Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción. J.M. Serrat La superioridad del adulto sobre el chaval era fácil de imponer, el sopla mocos o el castigo a todo y para siempre eran armas de destrucción masiva, pero de eficacia limitada. El tierno infante se bastaba y se sobraba para saltarse esa norma del balón, la de las peleas a pedradas y las de las fotos enseñadas a escondidas en el recreo del colegio, el teléfono era artículo de lujo, pero se usaba. A fin de cuentas saltarse la norma siempre fue muy fácil con un celtas sin filtro a tres patacones o con una china por una libra. El caso es que la sociedad adulta y bienpensante siempre quiso tener atada y bien atada a su juventud con una buena educación que los mimetizara, que los clonizara, que no se escaparan del camino correcto, para ello siempre contó con un aparato educativo sustitutivo o complementario del cabeza de familia para la doma de los retoños. Cuando eso no era suficiente o simplemente cuando se consideraba preciso ese aparato educativo era sustituido o era complementado en la tribu con la figura del brujo, el poseedor de los poderes, era el que conocía las propiedades curativas o destructivas de las hierbas, el que daba los consejos o las órdenes, pero sin revelar nunca sus secretos; el poder dependía de él y él, sin poder al que servir, no servía para nada. Teóricamente su poder ha pasado a los centros de salud; pero desde que tienen que poner guardias para que no le zurren a los médicos, el tal poder ha menguado considerablemente. ¿Quién lo ostenta? Está claro que la tecnología. Si la autoridad de la familia sustenta su poder en el aislamiento de los críos del mundo que les rodea, fracasará; si lo sustenta en la pura represión dará un paso al frente al borde del precipicio. Algo parecido ocurre en la escuela, gran parte del profesorado carece de las competencias tecnológicas de sus alumnos y los comentarios en los pasillos sobre los próceres del saber son de traca. Ahora resulta que los legisladores conservadores buscan votos en el caladero de los padres y profesores desbordados proponiendo leyes que controlen, limiten, prohíban el acceso a internet y las redes sociales que usan jóvenes y menos jóvenes. Legislen, legislen que ya verán lo que les pasa, lo mismo que a los finlandeses que venden alcohol sólo a mayores de 21 años en las franquicias del Estado a precios desorbitados y tienen alcohólicos desahuciados por todos los rincones. Que los menores aprovechan viajes nocturnos en ferry de Helsinki a Estocolmo para hacer sus botellones y que pagan un pasaje baratísimo a Estonia para volver cargados de suministro de licores suficiente para destruir múltiples hígados. A ver si ponemos un poco de sensatez, los padres o los profesores que no sepan hablar con sus adolescentes han de buscar ayuda, pero no en las ocurrencias de diputados capidisminuidos.

03 septiembre 2009

El informe TALIS: ¿los profesores ante el espejo? (y III)

Entramos, por fin, en el comentario del núcleo duro del informe TALIS, es decir, la visión que tienen los profesores de su práctica docente, de lo que debe ser o no ser. Aquí es donde nos caemos con todo el equipo, la dicotomía es la siguiente: o el profesor considera que su trabajo es la exposición de sus conocimientos y el del alumno el de cogerlos al vuelo o, por el contrario, el profesor ha de ir facilitando herramientas para que asimilen y sepan aplicar los conocimientos aprendidos. España e Italia están a la cola, aquí se opta por la solución fácil, ladrillo en clase y deberes para casa, que si con nosotros dio buen resultado, a ver por qué no ha de darlo con los adolescentes de internet. Los buenos resultados académicos búsquenlos en Dinamarca, Austria, Bélgica?TALIS hurga un poco más e investiga lo que pasa en las diferentes asignaturas, de forma que los más tradicionales siguen siendo los de matemáticas y lenguas extranjeras, mientras que en el otro extremo están las tecnologías, las destrezas profesionales. Nada nuevo, el Mediterráneo ya está descubierto. Por otra parte estos profesores de librillo consideran muy importante el intercambio de ideas, pero no están por la labor de la colaboración profesional, el individualismo es pecado muy común de las salas y tertulias de los centros. Lamentablemente muchos profesores se quejan del clima en el aula, del tiempo que han de dedicar a mantener el orden, se pueden atar cabos y TALIS pone de manifiesto que en los países con planteamientos constructivistas hay mejor clima escolar, más disciplina y mayor rendimiento. La conclusión es de blanco y en botella, el profesorado noruego se encuentra satisfecho con su trabajo y lo ve eficaz, el español también cree que hace un buen trabajo, pero que no es eficaz. Uno de los aspectos más llamativos del estudio es el de la evaluación del profesorado. Aquí es palabra tabú, como en Italia, Portugal e Irlanda, países en los que más del 80% del profesorado no es evaluado o no se le informa de los resultados de la evaluación. Tampoco son evaluados los centros en su conjunto, pero lo peor es que no se sabe qué se ha de evaluar. TALIS se centra sobre todo en las prácticas innovadoras, en la formación y desarrollo de los profesores y en los resultados de los alumnos. Pero evaluar por evaluar tampoco sirve de nada, TALIS dice que el profesorado quiere ver recompensas por el buen trabajo y por el esfuerzo, el 75% dice no ver ningún reconocimiento por su esfuerzo suplementario, en España no llegan al 20% los que ven algún fruto, incluso son objetivos y los que ven por el rabillo del ojo lo que hace el prójimo confiesan que sus compañeros merecerían algo más y no se les da. No es que no me lo crea, pero me da en la nariz que los encuestados no son sinceros al 100%, el funcionariado español está acostumbrado al café para todos, para el que se esfuerza como para el que cumple discretamente o para el zángano. En el momento en el que se diga que el que trabaja más ha de cobrar más, veremos lo que pasa. Ojo al parche, pues, si queremos que esto marche, hay que garantizar recursos y profesorado cualificado y reconocido, intensificar su formación, poner todos los medios para crear aulas con el personal de apoyo preciso y los cambios de actitud imprescindibles para la mejora del clima de convivencia escolar y, por fin, estimular la evaluación eficaz y justa de cuyos resultados se pudieran beneficiar todos los integrantes del sistema. No quiero terminar estos folios sin destacar una ausencia en el informntramos, por fin, en el comentario del núcleo duro del informe TALIS, es decir, la visión que tienen los profesores de su práctica docente, de lo que debe ser o no ser. Aquí es donde nos caemos con todo el equipo, la dicotomía es la siguiente: o el profesor considera que su trabajo es la exposición de sus conocimientos y el del alumno el de cogerlos al vuelo o, por el contrario, el profesor ha de ir facilitando herramientas para que asimilen y sepan aplicar los conocimientos aprendidos. España e Italia están a la cola, aquí se opta por la solución fácil, ladrillo en clase y deberes para casa, que si con nosotros dio buen resultado, a ver por qué no ha de darlo con los adolescentes de internet. Los buenos resultados académicos búsquenlos en Dinamarca, Austria, Bélgica?TALIS hurga un poco más e investiga lo que pasa en las diferentes asignaturas, de forma que los más tradicionales siguen siendo los de matemáticas y lenguas extranjeras, mientras que en el otro extremo están las tecnologías, las destrezas profesionales. Nada nuevo, el Mediterráneo ya está descubierto. Por otra parte estos profesores de librillo consideran muy importante el intercambio de ideas, pero no están por la labor de la colaboración profesional, el individualismo es pecado muy común de las salas y tertulias de los centros. Lamentablemente muchos profesores se quejan del clima en el aula, del tiempo que han de dedicar a mantener el orden, se pueden atar cabos y TALIS pone de manifiesto que en los países con planteamientos constructivistas hay mejor clima escolar, más disciplina y mayor rendimiento. La conclusión es de blanco y en botella, el profesorado noruego se encuentra satisfecho con su trabajo y lo ve eficaz, el español también cree que hace un buen trabajo, pero que no es eficaz. Uno de los aspectos más llamativos del estudio es el de la evaluación del profesorado. Aquí es palabra tabú, como en Italia, Portugal e Irlanda, países en los que más del 80% del profesorado no es evaluado o no se le informa de los resultados de la evaluación. Tampoco son evaluados los centros en su conjunto, pero lo peor es que no se sabe qué se ha de evaluar. TALIS se centra sobre todo en las prácticas innovadoras, en la formación y desarrollo de los profesores y en los resultados de los alumnos. Pero evaluar por evaluar tampoco sirve de nada, TALIS dice que el profesorado quiere ver recompensas por el buen trabajo y por el esfuerzo, el 75% dice no ver ningún reconocimiento por su esfuerzo suplementario, en España no llegan al 20% los que ven algún fruto, incluso son objetivos y los que ven por el rabillo del ojo lo que hace el prójimo confiesan que sus compañeros merecerían algo más y no se les da. No es que no me lo crea, pero me da en la nariz que los encuestados no son sinceros al 100%, el funcionariado español está acostumbrado al café para todos, para el que se esfuerza como para el que cumple discretamente o para el zángano. En el momento en el que se diga que el que trabaja más ha de cobrar más, veremos lo que pasa. Ojo al parche, pues, si queremos que esto marche, hay que garantizar recursos y profesorado cualificado y reconocido, intensificar su formación, poner todos los medios para crear aulas con el personal de apoyo preciso y los cambios de actitud imprescindibles para la mejora del clima de convivencia escolar y, por fin, estimular la evaluación eficaz y justa de cuyos resultados se pudieran beneficiar todos los integrantes del sistema. No quiero terminar estos folios sin destacar una ausencia en el informe, echo de menos una valoración de profesores y directores sobre el papel de las familias; es evidente que como decíamos al comienzo, las situaciones son variopintas, distintas culturas, religiones? pero quizá se peque de una cierta consideración de la educación como islote en la sociedade, echo de menos una valoración de profesores y directores sobre el papel de las familias; es evidente que como decíamos al comienzo, las situaciones son variopintas, distintas culturas, religiones? pero quizá se peque de una cierta consideración de la educación como islote en la sociedad

25 agosto 2009

El informe TALIS: ¿los profesores ante el espejo? (II)

Dejábamos la semana pasada el análisis de TALIS, informe de la OCDE sobre el profesorado, haciendo balance de los tramos de edad y comprobando el envejecimiento relativo de las plantillas de los centros en España. Lo reanudamos comentando otro factor de gran importancia, las ratios de profesor/alumno y las de profesor/personal de apoyo. Ambos indicadores arrojarán luz y marcarán diferencias. Si bien el número de alumnos por profesor en España es de 21, ligeramente inferior a la media del estudio, y en el personal administrativo tampoco se alejan las cifras, constatamos que nos alejamos mucho en lo que se refiere al personal educativo de apoyo. Contabilizamos un puesto de trabajo para estas labores de apoyo pedagógico por cada 20 profesores, cuando la media es de 1/14 y en los sistemas educativos nórdicos 1/7 profesores. No es muy difícil extraer conclusiones si se comparan los resultados del éxito escolar en el norte de Europa y en nuestro país, PISA iba por esos derroteros. Es decir, podemos concluir que la atención a la diversidad, la atención individualizada y con el personal específicamente preparado sigue siendo la asignatura pendiente. Otro de los apartados del informe recoge las opiniones de los directores de los centros de Secundaria, unas de sus mayores preocupaciones es el absentismo del profesorado, el 30% cree que es su mayor problema, junto con la escasa autonomía para desarrollar su función en el caso de los centros públicos. Creo que es uno de los casos que menor relevancia tiene el estudio por la diversidad de los tipos de gestión en los distintos países, desde la municipal hasta el centralismo férreo. Es una vieja polémica en España que se está reabriendo con las leyes educativas autonómicas, entre los que son partidarios de la profesionalidad en la función directiva y los que optan por el modelo participativo de la comunidad escolar en la elección de los órganos de dirección. Sin ánimo de profundizar ahora ni de cerrar discusiones, la realidad presenta hechos incuestionables, la complejidad del funcionamiento y gestión de los grandes centros crece rápidamente, en particular los que gestionan proyectos europeos, financiación extraordinaria o los que se ocupan de la formación profesional, en todos esos casos seguramente habrá que buscar equipos formados y estables, con competencias y atribuciones de las que hoy carecen y con el control social y administrativo preciso. Donde los números salen abrumadoramente positivos es en la formación del profesorado, prácticamente el 100% de los consultados declara haber participado en cursos y actividades formativas en los últimos 18 meses, incluso estamos a mucha distancia de los escandinavos. Un poco de reposo en el análisis de este marcador nos dará la clave, es decir, la importancia administrativa de estas actividades, su valoración en concursos, oposiciones, traslados, su carácter imprescindible para cobrar sexenios. Si escarbásemos un poco más tendríamos que averiguar cuánto ofrece la Administración, qué facilidades se dan y, sobre todo, qué repercusión real tiene esta formación en las actividades en el aula. El aislamiento ancestral de la formación del profesorado y la universidad para la actualización científica y el reciclaje sigue siendo asignatura pendiente; la preparación pedagógica sigue siendo la gran ausente, incluso despreciada o minusvalorada por los que siguen teniendo su librillo particular. Un ejemplo claro, no hay más que comprobar que, con Brasil, estamos a la cola en la ayuda y orientación al profesorado que comienza a trabajar en los centros. Los paracaidistas caen en los departamentos, les dan un horario cutre, que para eso son los más jóvenes, y se les aplican novatadas casi cuarteleras o de película de serie B. Su suerte depende de las buenas personas y de los buenos profesionales que se puedan encontrar en el camino, no hay nada programado.

18 agosto 2009

El informe TALIS: ¿los profesores ante el espejo? (I)

Ya ha sido tratado en estos folios en algunas ocasiones, pero aprovechando más tiempo libre para estos ladrillos nos detendremos en análisis de los resultados de TALIS, un informe de la OCDE que podríamos traducir así: las relaciones entre profesores y alumnos, su comunicación, la eficacia del trabajo de los primeros y el resultado observable en los segundos. El informe se basa en encuestas y estadísticas, por lo tanto hay que poner a remojo desde un principio sus resultados. Son datos obtenidos en realidades sociales y administrativas diferentes, muy distantes; por ejemplo, se comparan los resultados obtenidos en España en centros públicos y privados, abarcando un universo de 4.000 profesores de 200 centros, con los que se observan en Dinamarca, Turquía o Malasia. Al contrario que PISA y otros estudios similares que intentan valorar objetivamente el éxito escolar y sólo consiguen movilizar mercados mediáticos para producir turbulencias y arenas movedizas en los debates electorales y parlamentarios, al contrario, repito, TALIS se fundamenta en opiniones subjetivas de profesores y directores de centros, por lo tanto será una mirada simplificada tamizada por ópticas múltiples y variadas. En un principio hay que constatar que en España los profesores con menos de treinta años no llegan al 10% y que más del 30% tiene más de cincuenta años; el panorama no parece muy alentador. Podemos hablar de la voz de la experiencia y de todos los tópicos que quieran, pero en este oficio, como en todos, hay retrasos que no tienen perdón, no se puede perder el tren y vivir de recuerdos. Hagamos un inciso y recordemos qué ocurría hace veinticinco o treinta años, la aplicación real de la ley 70, la de la EGB y el BUP -de importancia capital en la España que salía de la dictadura y con una economía necesitada de desarrollo-, no se da hasta entrados los años ochenta en los que se produce una real ampliación de plantillas y construcción de centros, se facilitan las jubilaciones y, por lo tanto, soplan nuevos aires en las aulas. Sin ser derrotista cabe suponer que o hay una renovación de los cuadros de personal en los próximos años o la comprensividad y el constructivismo seguirán siendo oscuras incógnitas en la secundaria española. En estos momentos hay posibilidades de jubilación anticipada e incentivada desde los sesenta años para los que lleven treinta años de trabajo, pero se dan dos fenómenos paralelos, por un lado en ciertos sectores del profesorado no se la contempla como una opción atractiva puesto que las condiciones laborales al estar en activo mejoraron sensiblemente en los últimos años y, por otro, se trata de un salto brusco, sin tránsito entre la actividad y el descanso obligatorio sin una preparación previa para la jubilación, es un colectivo que se encuentra sano y en condiciones de seguir al mismo ritmo, a piñón fijo, tal y como hizo toda su vida laboral. Seguramente hay fórmulas imaginativas, que no incrementen el gasto público y que sirvan para aprovechar experiencias y renovar los claustros.

11 agosto 2009

Los monos y las monas aprenden

No sé por qué siempre nos machacaron con lo de no tropezar dos veces en la misma piedra, aún a sabiendas de que íbamos a seguir tropezando. Ya va siendo hora de que reivindiquemos que metemos la pata con la mayor naturalidad y que supongo que se trata de algo congénito, natural en nuestra especie de bichos raros. De ser así entenderíamos los calentones que nos dan a todos cuando nos ponemos a decir la verdad sin cortarnos un pelo. Pero, claro, la vida pública y las repercusiones que en ella tiene lo que los responsables deciden es diferente, se supone que los que aguantan de la rosca, los que dirigen el cotarro son lo suficientemente reflexivos, pausados, metódicos como para no causar males. Por ejemplo, a la señora Cospedal se le fue la olla en un recalentón veraniego, harta de que la hubieran dejado de guardia en agosto y pletórica porque los justicias valencianos apoyasen los donativos textiles a su presidente; puede poner al Estado patas arriba y criminalizar a todo su aparato sin pruebas, pero sólo le queda lo que recomienda su amigo Fabra: ajo, agua y resina. Pero siempre hay algo en lo que apoyarse y nos lo acaba de demostrar un estudio que explica por qué el ser humano aprende más de sus aciertos que de sus errores; es decir, que nuestro cerebro aprende de lo que hacemos bien y no de lo que hacemos mal. Equivocarse no sirve de nada, según una investigación realizada por científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en la que se constató que dos regiones cerebrales concretas se activan sólo cuando hacemos las cosas bien, y no cuando las hacemos mal. Dado que las áreas activas están vinculadas con el aprendizaje y la memoria, los científicos afirman que sólo aprenderíamos de los aciertos. No les estoy tomando el pelo ni saco a relucir las serpientes de verano, al parecer el profesor E.K. Millar y su tropa consiguieron generar por vez primera una instantánea del proceso de aprendizaje de unos monos, demostrando que las células del cerebro, cuando una acción genera un buen resultado, se sincronizan con lo que el animal está aprendiendo. Por el contrario, después de un error, no se produce ningún cambio en el cerebro ni se transforma en nada el comportamiento de los animales. Todo esto tendría que ver con la plasticidad neuronal como respuesta al entorno, y tendría implicaciones para el entendimiento de cómo aprendemos, y también en la comprensión y el tratamiento de los trastornos de aprendizaje. Yo no sé qué diría Paulov de esto; pero bueno, están los ordenadores por medio y malo será que no tengan razón. En esto estaría pensando el señor conselleiro de Educación para seguir con la barra libre de las subvenciones a los colegios del Opus que diferencian, discriminan y segregan a niños y niñas. Ya se han olvidado de las viejas razones, del pecado original de las mujeres, de su peligro natural y de su incapacidad para ser cabezas de familia, puesto que, por naturaleza, son amas de casa. Ahora ya hay nuevas teorías para justificar la segregación: los monos aprenden del ensayo, del acierto-error y las monas también, pero a distinta velocidad; por lo tanto los monos y las monas han de estudiar separados, o no.

05 agosto 2009

De gripes y encuestas para idiotizados

Cuando una administración se empeña en tomarle el pelo al personal, seguro que lo consigue, a ver si no es así lo que está ocurriendo en los dos casos que les paso a comentar. No me digan que no; es cierto que el numerito que están montando con la gripe A es de juzgado de guardia. Se está creando un alarmismo, una psicosis colectiva realmente grave. Es cierto que existe el virus, es cierto que puede llegar a tener mayor riesgo que otros, pero no es lógico ni procedente que nos sirvan el espectáculo mediático-económico que nos están suministrando. Que hay un riesgo, pues que los médicos y hospitales estén preparados para detectar y atajar los casos y que no se acongoje a la población recomendándole que no se dé la mano ni se bese al saludarse. Resultan chocantes dos realidades cotidianas provocadas por la histeria, una es la de la absoluta descoordinación provocada por los múltiples sistemas sanitarios públicos en las autonomías que han de reunirse casi en consejo de ministros para pactar los protocolos a seguir contra la enfermedad y otra la persistencia de la ministra, cual Capitan Trueno, haciendo continuas declaraciones aparentemente tranquilizadoras, pero que no consiguen su finalidad ante el administrado idiotizado, desconfiado por todo lo que le pueda venir encima y considerándose el primer y prioritario grupo de riesgo al que hay que vacunar siete veces y llenarle la despensa de tamiflús y demás antivirales. En resumen, con este virus circunscrito al hemisferio sur, sin un mísero dólar que pudieran llevarse las farmacéuticas, ni nos enterábamos; ahora bien, si el primer mundo puede hacer negocio, por menos que unos pocos salgan de la crisis con buenos dividendos de vacunas y potingues. El otro marasmo de cifras y letras es el que envuelve al ciudadano afectado por la encuesta del gallego. Aún dejando claro que las administraciones son libres para gastar los impuestos en lo que crean conveniente y en hacer las encuestas que quieran, como si creen imprescindible preguntarles a los invidentes qué musiquilla quieren para cruzar los semáforos; muchos de ustedes estarán de acuerdo conmigo en que a la sociedad gallega y a los padres en particular se le ha tomado el pelo con alevosía y mala leche. En un proceso propio del tercer mundo, nos encontramos con lo mismo que ya sabíamos, que las cifras darían pie a lo que le diera la gana al gestor de turno, que los números tanto valen para un roto como para un descosido, que con ellos de podrían diseñar varios sistemas educativos en Galicia con un idioma, con dos o con tres, a gusto del consumidor. Pero se produce el agravante de que la voz que clama en desierto cual mártir de la patria se arma de argumentos más o menos falaces para llevar el ascua a su sardina. En resumen otra vez, el poder político en Galicia podrá legislar después de conocidos los datos de la encuesta como le venga en gana, para eso suma un diputado más que todos sus adversarios juntos. Pero para eso no hacían falta los aspavientos iniciales ni el mutis por el foro protagonizado por el presidente y el conselleiro, dejando solo al responsable del ramo colgado de la brocha.

29 julio 2009

Nos ha dejado Tino, un crítico coherente

Siempre hay que huir de los tópicos; pero, qué demonios, hoy no me da la gana, siempre se van cuando más los necesitamos. Ya no me voy a referir a sus más próximos, a su familia, cómo no lo van a necesitar. Me consta que supo dejar las lecciones bien enseñadas y discriminar bien, concienzudamente, racionalmente a los que no se preocuparon más que de amargarle la vida, sus últimos años de vida. Sabemos quiénes son y nos hemos quedado con su cara. Tranquilos no pueden estar, yo en su lugar no lo estaría. Tino era fiel lector de estas páginas, un lector incondicional y muy crítico desde sus comienzos. Un crítico coherente como lo era en todas las facetas de su vida. Lo suyo era la reflexión, era el mar en el que navegaba como pez incapturable. Era un profesor de filosofía de reflexión muy consciente que siempre le llevó a la acción, a la práctica. Nunca fue un tenor hueco de discurso armónico; mejor, fue un buen divulgador de teoría con fácil aplicación, siempre de los que hilaron fino, con tino -como bromeaba-, de los que no daba puntada sin hilo; cuando tenía que ser el que navegaba contra corriente lo hacía sin cortarse un pelo. Fue minoritario en su pensamiento, pero nunca con vocación elitista, sino todo lo contrario, proselitista, nunca dogmático ni cansino, insistente en sus convicciones, de los que nunca tiran la toalla, evolucionan y predican con su práctica. Les podría poner dos ejemplos extremos de su vida, la condena en Carabanchel en los años difíciles del franquismo o el conversador ágil y hábil con sus alumnos más difíciles, hasta llegar a la extenuación, hasta que entrasen en razón. Quizá fuese la clave de bóveda de su vida, la palabra razón, la razón de los convencidos de que el individualismo, el chalaneo y el cortoplacismo no son buenas fuentes en las que deba beber esta sociedad. Hoy me sigue haciendo falta, porque hoy tenía pensado hablar del diálogo social, del bocado que los empresarios insaciables quieren darle a la hucha de la Seguridad Social, del templagaitismo de Zapatero, del buitre de Rajoy y su carroña permanente, del raquitismo neuronal de algunos dirigentes sindicales. Hoy también querría saber tu opinión, compañero, que nos queda tanto que hablar.

21 julio 2009

Decoro y buena educación en el lenguaje

Hablaban los clásicos del decoro lingüístico, lo que no tiene nada que ver con no decir tacos a mansalva. Pensaban que el decoro era algo así como la adaptación del lenguaje al personaje, que en las obras literarias la verosimilitud fuese tenida en cuenta por autores; todo siempre para conseguir en el lector o en el espectador los efectos deseados, conmover en el caso de la tragedia o distraer en el de la comedia, los dioses y héroes tendrían que usar registros cultos y elevados y las clases inferiores, expresarse como tales. La Celestina lo retoma magistralmente diferenciando los diálogos de Calisto y Melibea de la propia tercera o los criados. Con el tiempo esta aparente rigidez se fue abandonando, tanto en la lengua coloquial como en la literaria se han perdido los corsés. Puede ser que haya quien piense que se ha perdido ese decoro desde que llega a la sociedad el momento interclasista que pudo representar el siglo de oro, el momento en el que el culto repolludo hubo de hacerse entender por el plebeyo, es más, hubo de captar su voluntad. Pedro Crespo o Peribáñez son personajes del pueblo que pueden ascender socialmente defendiendo su honor y sin dejar de usar su registro lingüístico en una suerte de superación de cierta diglosia. El pueblo llano ya tiene con quien identificarse. Más tarde ya no nos queda más remedio que los extremos se toquen y el erudito a la violeta y el nuevo rico sean el hazmerreír de la sociedad en el uso de una falsa cortesía lingüística. Esa cortesía con frecuencia la asocian con lo que ocurre a menudo con el uso de las dos lenguas en Galicia. En Cataluña el comportamiento suele ser modélico, en el momento en el que alguien se da cuenta de que puedes llegar a tener algún problema de comprensión, inmediatamente cambia de lengua y se pasa al mejor castellano en que se puede expresar; creo que puede ser opinión unánime contrastada por los que pasen por allí. Sin embargo, por aquí la situación es diferente, tenemos la situación paralela, el gallego hablante natural no tiene ningún problema en hacerse entender en castellano; pero cuidado con los recién llegados a la normalización; tenemos al sector resentido que no cambia de lengua aunque se esté muriendo y la típica conversación bilingüe en la que se ve que ninguno de los dos quiere dar su brazo a torcer que no considera el cambio de lengua como un gesto de cortesía sino como el luchador que pierde el asalto, incluso el combate. Es una situación atípica y anormal, pero que no se soluciona con leyes normalizadoras, sino con buena educación y bastante sentido común.

La tercera vía lingüístico editorial y los libros de texto

La guerra lingüística está abierta desde hace tiempo y desde este folio se dijo que era una guerra artificial, que al populacho le importaba un nabo y que sólo se estaban ventilando votos entre unos miles de ciudadanos más conscientes o más desocupados, que de todo hay. Hace unas semanas comentábamos la posibilidad de que apareciese el famoso manifiesto programa que días atrás vio la luz como solución entre los insurgentes que desde el Gobierno desenterraron el hacha de guerra lingüística y los portadores del fuego eterno, proporcionado por los dioses del galleguismo y de la pureza y conservación del idioma, que no renunciarán a él porque son sus dueños por los siglos de los siglos y que no consentirán que ningún humano o semihéroe se atreva a considerar que hay otra verdad distinta de la suya. Tal es así que, después de tantos dimes y diretes, después de tantos cafés tomados, después de tantear hasta al Apóstol Santiago para ver si era o no firmante del famoso manifiesto, después de que hubiese pasado por las manos y por el correo electrónico de los ordenadores de miles de personas, vio por fin la luz con 1.300 firmas. El Manifiesto Galego se presenta en Vigo, lo monopoliza el mundo nacionalista editorial moderado con toques centristas y se contraprograma con otro acto de baile de salón entre la Federación de Municipios y Provincias de la mano de la Consellería de Educación. En resumen, los ayuntamientos quieren seguir trincando pasta a espuertas de Normalización Lingüística y la Consellería de Educación, que tan amablemente recoge el guante de la promoción de gallego, se muestra favorable a tal proposición y seguirá tirando de talonario mientras el cuerpo aguante. Claro que no se comentó en su momento, mea culpa, el papel de los editores en la movida y quizá convenga saber quién se moja y quién no se moja. Examinando la presentación viguesa comprobamos que la filial del grupo Anaya está bien representada; sin embargo el grupo Santillana está poco lucido en el acto, aunque en las firmas no falten más que alguno de los intelectuales orgánicos. Líbrenme todos los dioses de proyectar sombra de intereses espurios en la tal iniciativa, que seguro sólo está promoviendo lo que dice promover. Ambos grupos tienen mucho que ganar y que perder en la guerra de los libros de texto en gallego. Si cada año todos los padres han de comprar la colección de ejemplares en gallego, queda claro que el negocio editorial y librero sale bien parado, con o sin subvención de la Xunta; por el contrario si estabas más preparado para el anterior servicio de préstamo a las familias, la cuenta de resultados te puede quedar perjudicada o no, según pinten las subvenciones. También puede influir la capacidad de cada uno de los dos grupos para situarse en la venta de ejemplares según salga el Decreto del Gallego con un porcentaje u otro de asignaturas en cada idioma; incluso pueden llegar a influir los nombres de los autores de los manuales que usen los escolares. Lo que sepamos lo seguiremos contando; pero, de momento, tengan el oído atento.

07 julio 2009

Traducción simultánea normalizada

Asisto a una reunión de trabajo, es una situación frecuente, relajada, de confianza, en la que los conflictos surgen, si es necesario, de la diferencia de criterio y en la que las formas nunca se pierden y, si se pierden, es porque la tensión deviene en risa floja y comentarios distendidos. El caso que les quiero relatar en este contexto, y muy por encima, tiene que ver con la comunicación. Todos los asistentes compartimos lengua y usamos los registros coloquiales o técnicos según mande la circunstancia, procedemos de diversos lugares de España e, insisto, hay confianza suficiente como para obviar etiquetas y protocolos. Pues bien, en ese ambiente de profesionales, universitarios todos, políglotas algunos, estoy percibiendo que determinados compañeros y compañeras tienen ciertas dificultades para expresase con la concreción precisa en español. No es su idioma habitual ni para hablar ni para escribir a diario, tampoco es de lectura imprescindible. De suerte que resulta extraño que alguien no sepa decir más que recull de prensa y no le resulte familiar el término resumen. También puede ocurrir que alguien no sea capaz de decir refuerzo de argumentos o apoyo en las decisiones si no es en otra lengua. En ambos casos el resto de los interlocutores no tuvimos ningún problema de incomunicación, ellos tampoco; ni siquiera significó más que unas brevísimas interrupciones en el fluir de la conversación: pero, claro está, los cafés más personales dan pie a los comentarios sin malas intenciones. Si estas anécdotas sucediesen en una conversación con un alemán o con una francesa que aprenden español, no nos llamaría la atención, sería lo más lógico; pero que esto nos ocurra con un cuarentón que tiene como primer idioma el catalán o alguna de sus variantes valencianas o baleares es más preocupante. Nos lleva a pensar qué puede estar pasando entre la población escolar. No quiero entrar en valoraciones, pero resulta tan extraño como que un gallego hablante use queso por mentón sin ser consciente del calco, que se asombre de que un castellano no le entienda su expresión coger en el colo, o que no use correctamente los verbos quitar o sacar. En todos los casos hay un déficit en la enseñanza del castellano. No tendré ni el más mínimo problema para asistir a esas sesiones de trabajo con traducción simultánea. Ningún problema; pero no nos engañemos, eso querrá decir que sobre la enseñanza de las lenguas y su libre uso habrá algo que decir, así como del cumplimiento de los estatutos, de la Constitución o de las leyes educativas. Es posible que esa sea la voluntad mayoritaria de los habitantes de un territorio, como Cataluña, pero que no se haga con mi financiación. Viene esto a cuento de que el Parlamento catalán acaba de aprobar la Ley de Educación Catalana por amplísima mayoría y mucho me temo que si le dedicamos un folio una de estas semanas nos podemos llevar muchas sorpresas, sobre todo si tenemos en cuenta la afición que se tiene por estas tierras a copiar, previa traducción, lo que por allí se escribe. Y para terminar, quede claro, que desde este momento considero estas situaciones como normales y, por lo tanto, no reclamaré ninguna Ley de Normalización Lingüística.

30 junio 2009

Sin la careta en Barrio Sésamo

Vivieron tiempos de confusión, propios de congresos y de luchas tribales, intestinas, en el mundo nacionalista. Parecieron tiempos de calma chicha esperando a ver quién se llevaba el bacalao y lo partía. Pero todo fue un espejismo, en pocos meses tanto en el mundo sindical como en el político, se vuelve por los fueros viejos y los coroneles de toda la vida están prestos de defendernos de todos los males que, como no podría ser de otra forma, siempre vienen de fóra. Un vez más se les ve en sus diferentes facetas y bajo diferentes siglas, unas más dulces y amables, otras más duras y de discurso rancio. Por ejemplo el pasado 23 de junio diputados nacionalistas y socialistas se despacharon a gusto contra la reforma de la Ley de la Función Pública Gallega y la definieron como un nuevo 18 de julio..., de golpismo contra el idioma; pero lo más alarmante y preocupante fueron las alusiones al desembarco dos de fóra, es decir, a lo desprotegidos que quedan los ciudadanos con vecindad administrativa en Galicia al opositar a cualquier puesto en la administración frente a los murcianos que demuestren ser tan competentes o más en su oficio que los nativos. Dicho sea todo esto después de dar los gritos de rigor, es decir, que todo ciudadano que quiera ser atendido en cada una de las dos lenguas, tenga derecho, lo ejerza y se le respete. No vamos a hacer más sangre en este folio, porque ya es de sobra conocida la opinión de servidor sobre estos conceptos más próximos a Barrio Sésamo y sus viejas lecciones sobre los factores espacio-temporales, dentro e fóra, que marcan límites geográficos, pero también nos sitúan en el tiempo y en la historia. Miguel Delibes escribió un relato entrañable, La hoja roja, no sé si se podrá encontrar fuera de las librerías de viejo en las que aún quedan ejemplares de aquella popular colección, de cinco duros el ejemplar, patrocinada por la TVE franquista y en la que se colaron de rondón autores y obras poco recomendables en las sacristías y en los cuartos de banderas. En esta novelita el maestro hace un paralelismo entre el librillo de papel de fumar en el que la hoja roja avisa de que hay que ir al estanco a reponer suministro y las señales que da la vida con sus particulares hojas rojas que marcan la caducidad y desembocan en la soledad. A lo mejor es buena señal y al nacionalismo le está llegando su hoja roja. Sin ir más lejos se han quedado solos, tarde, pero afortunadamente ya sin la compañía de las centrales de clase en el conflicto del metal; en sus asambleas en los astilleros y demás empresas del sector ya se llega a llamar extranjeros a los trabajadores de Ferrol, lo cual podría ser tomado a cachondeo futbolístico si no fuese porque la frase es seria. Quieren regular el acceso al trabajo a los que no son como ellos, son de fóra; los senegaleses, medio millar en el naval, eran visibles en los primeros momentos del conflicto, solidarios siempre. Ya no se les ve, ni a los mayores de 45, ni a las mujeres... Habrá que preguntarse qué pasa; no llega con ponerse la pegatina-vacuna de progre para no ser xenófobo y, ojo, que son varios los frentes, el político, el sindical, el lingüístico, el parlamentario... Apriétense los machos y analicen su árbol genealógico, no vaya a ser que no sean de dentro.

23 junio 2009

Libros de texto, ordenadores y demás gastos

Cuando el conselleiro Currás empezó con su política de compra de libros de texto para ser usados como instrumento de trabajo en el aula prestado a los estudiantes, llovieron chuzos de críticas. Los primeros fueron los libreros y editores que venderían la tercera parte de los ejemplares, los segundos en quejarse fueron los que pensaban que a los pudientes no se les debería subvencionar ese gasto. El cambio de gobierno no significó cambio de política y se mantuvo el gasto en libros de préstamo, en aras de que la educación obligatoria fuese realmente gratuita. La experiencia seguramente está siendo satisfactoria, pese al aumento de trabajo para los centros y pese al descontento de ciertos padres que terminaron haciendo el desembolso pertinente para que sus retoños tuviesen un juego de libros nuevo en su casa y tranquilizar así su conciencia. Paralelamente se están informatizando las aulas y los domicilios, los programas de alfabetización del profesorado en las nuevas tecnologías van avanzando lentamente y, por lo tanto, en un breve plazo los materiales didácticos tendrán que sufrir un nuevo revolcón como le ocurrió a la enciclopedia Álvarez al verse sustituida por aquellos modernos libros con fotografías en color, uno para cada asignatura. Pero llega el conselleiro Vázquez a poner todo patas arriba sin el menor sentido de la medida, en sesenta días recorta los cuadros de profesorado en la enseñanza pública, se inventa encuestas de las que ya sabe las respuestas y sitúa al gallego como el mayor problema de la enseñanza en Galicia. Por si no llegase la desorientación en la que se maneja nos sale con el supuesto ahorro que supondrá becar solamente aquellas familias necesitadas para adquirir los libros de texto anualmente, no como cada cuatro años, como hasta ahora. Esto no será ahorro. El papel está en crisis, La prensa escrita y publicada de forma tradicional tiene los días contados; a los libros de texto les pasará lo mismo. Los editores se lo saben y cada vez son más ágiles ofreciendo materiales multimedia y formación red; pero nuestras autoridades no se enteran de por dónde vienen los tiros y venga a comprar papel cada vez más caro y caduco. Otro tijeretazo se viene encima con el recorte de gastos en formación del profesorado. Toda cuanta asociación sin ánimo de lucro, movimiento pedagógico, sindicato? que ofreciese cursillos, seminarios, jornadas y recibiese una raquítica subvención, que se vaya olvidando, el profesor que quiera formarse que se lo pague de su bolsillo. Pero el conselleiro no quiere quedar de tacañón y va prometiendo dinero por otros sitios; empezó este fin de semana en el congreso de la patronal de la enseñanza privada asegurando prebendas y colaboración sin fin. En el mismo foro se habló de las subvenciones retiradas a los centros segregadores por razón de sexo. Seguro que con los ahorrillos hay dinero para desfacer tamaño entuerto y asegurar que los niños y niñas del Opus no se mezclen entre sí y mucho menos que se mezclen con el resto de sus semejantes. Cada vez se le ve más el plumero al conselleiro Vázquez.

17 junio 2009

La escala de grises

Están sobrevolando Galicia negros nubarrones de mezquindad. Hay que leer al Galdós de las novelas de tesis, de las de buenos y malos durante la Restauración, el bueno del canario tachado de garbancero por su sinceridad tomaba partido sin cortarse un pelo, quien no llegue hasta ahí puede quedarse en Marcial Lafuente Estefanía, en Cabanillas o en el señor aquel del himno de los imbéciles e escuros. Pero a lo que íbamos, el Gobierno recién elegido optó por la estrategia más fácil, la de inventarse una oposición irreal, a lo Second Life. El señor presidente al mejor estilo vaquero dice: esto es blanco. Irremediablemente alguien en las antípodas, ante este radical aserto, sale diciendo que, sin lugar a dudas, el imperialismo colonialista español nos sigue asoballando cuando dice que es blanco lo que claramente es negro. Ambos personajes se necesitan y su discurso se retroalimenta, no pueden vivir el uno sin el otro, es como Rajoy Y Zapatero, pero con una diferencia abismal, entre el presidente Feijóo y Francisco Rodríguez -o quien quiera que mande ahora en el Bloque- hay más de un 30% de apoyo electoral. Pero ambos están cómodos y les va bien y les irá todo mejor si nadie hace nada y el presidente sigue con sus ganchos de izquierda populista en el hígado de su esparrin nacionalista. Ya tenemos héroe y antihéroe, la epopeya está servida y que los dioses se apiaden de nosotros. La semana pasada estaba bastante optimista, desde estas mismas páginas, desde sectores parlamentarios razonables y de todos los colores se estaban haciendo llamamientos a la cordura y al aislamiento de la irracionalidad nacionalista y a la demagogia del Gobierno. Hubo pasos ciertos y seguros, algunos intentos de que fuesen los mismos sindicatos mayoritarios los que jugasen otra vez ese indispensable, pero siempre poco reconocido, papel de celestina, de terceros en el conflicto, de mediadores, de buscadores de las tonalidades grises en las que son especialistas cuando negocian los convenios, los que marcasen las líneas de la tregua entre los radicalismos. Hoy ya no le veo salida al callejón, entre todos la mataron y la segunda fuerza política de Galicia, los socialistas, aparecen como una segunda marca del nacionalismo más intolerante; disueltos como un azucarillo trátese el tema que se trate: el artículo 35 de la Ley de la Función Pública Gallega y la obligatoriedad del gallego en las oposiciones, de la derogación del Decreto del gallego en la enseñanza, de la encuesta a los padres sobre eso mismo?Aquí no hay más posturas que esa especie de bien y mal cuando el margen de la duda metódica abre abanicos de grises de gran riqueza; pero claro, es más fácil solucionarlo todo llamando facha al de enfrente. No sé si adelantarán las elecciones generales, pero así no podemos seguir, con un gobierno de pin y pon dirigido por el pensamiento raquítico de Feijóo y con los boinicéfalos más esquemáticos que del racionalismo sólo se quedaron con la cuadrícula de los crucigramas, vamos de popa.

09 junio 2009

El parto de los montes: la encuesta del gallego y el quebrantahuesos

Vengan a mí todas las alforjas, todos los viajes, incluso todos los burros, que aún no sé para qué hicieron maldita falta. Para saber qué pasa en las escuelas, para saber qué se habla y qué se escribe no hacía falta toda esta parafernalia. Pero bueno, este gobierno también se gasta los cuartos en lo que cree conveniente, tiene contento a su electorado y usa a sus funcionarios como le viene en gana. Quede claro que la mayoría de los profesionales de la enseñanza pública le hubiesen informado fiel y verazmente de cuál es la situación lingüística de los pupilos a su cargo, que todos se entrevistan regularmente con los padres -sobre todo con las madres- de su alumnado, usan ese par de lenguas oficiales en presunto conflicto. Vaya por delante que me parece un menosprecio a los docentes, a los equipos directivos, un paso en falso del que se puede arrepentir en cualquier momento y una dejación de responsabilidades como gobierno; de la OTAN y su referéndum se pudo aprender bastante. Aprovechemos el folio para dejar constancia de cuatro simplezas sociolingüísticas, que es lo que está de moda. El gallego no se muere, se mueren sus hablantes, pero olvidémonos de las conspiraciones. Tardará en desaparecer y ninguno de nosotros lo verá. Tratar al gallego en peligro de extinción como al quebrantahuesos o a las ballenas no le hace ningún favor, como mucho surgirán más organizaciones conservacionistas, pero eso no significará que su uso se extienda geográfica ni socialmente. Los que no queremos ni imposiciones y suicidios observamos que es muy distinta la situación de ambos idiomas en el uso oral y en el escrito, los alumnos castellanohablantes no utilizan el gallego oral en ninguna asignatura y a la inversa sucede lo mismo, se callan y nadie les obliga a otra cosa. Ni el decreto viejo ni el nuevo van a solucionarlo. La ley de normalización fracasó de cabo a rabo. Podemos seguir echando la imaginación a paseo -a la luz de la experiencia- y concluir que es imprescindible dejar de crear somatenes lingüísticos confrontados para conservar una legalidad ineficaz o para dictar normas demagógicas. Se pueden dar pasos, por ejemplo, dándole a los centros la autonomía suficiente para organizar la programación de todas las materias a lo largo de las etapas con la obligación de alcanzar los objetivos marcados. Es decir, el alumnado ha de alcanzar la competencia oral y escrita en ambas lenguas a los 16 años que termina la ESO, pues bien, que el propio equipo docente programe, actúe y evalúe con la inspección y control que sea necesario. ¡Conselleiro, no se olvide de los medios y recursos! Y una última píldora sobre el prestigio social del gallego: las liturgias está demostrado que no sirven para nada, todas las posturas de los que fingen ser bilingües y hablan otra lengua en la que no se desenvuelven hacen el ridículo. Ningún chaval se volverá gallego hablante por escuchar a su ídolo perpetrar cuatro frases mal hilvanadas en traducción simultánea.

04 junio 2009

¿Habrá que educar a Mayor Oreja?

¿La Conferencia Sectorial de Educación es un aquelarre o una timba? Mire usted, señor Gabilondo, he acudido con interés a la lectura de su comparecencia en la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados, me he leído el texto de cabo a rabo y no me queda más remedio que llegar a la conclusión de que es usted el pagano y de que otros se están gastando la pasta que usted tendría que estar administrando si quisiera llegar a conseguir los loables objetivos que se propone en su programa de acción al frente del ministerio. Son todos conocidos, pero, por ejemplo, dice que hay que invertir más dinero en la educación infantil hasta los tres años, bien dicho, usted pone la pasta en el Educa 3 y cada autonomía hace lo que le viene en gana con ella, por aquí aún no sabemos qué pasó con las galescolas del Consorcio; que, por cierto, están sin convenio colectivo. Nos cuenta que hay abandono escolar prematuro, me gustaría saber qué seguimiento se ha ido haciendo desde su ministerio de la pasta gansa que dedica a esa especie de permanencias escolares que algunos centros gastan atendiendo a los alumnos que corren riesgo de abandono escolar. No podía faltar, después usted nos cuenta que la FP va fatal, que los alumnos van a los ciclos medios como al matadero, que eso sólo les sirve para encontrar empleo barriendo talleres, que los ciclos superiores no encuentran pasarelas con la universidad, venga ya, otro impulso. Pero el colmo llega con lo que usted llama Escuela 2.0 y que lo concreta en repartir maquinillos portátiles entre estudiantes y profesores, en dotar a los centros de pizarras digitales y cañones de vídeo. En primer lugar no tiene usted ni la más remota idea de la cantidad de aparatos inservibles que hay almacenados en los centros escolares, poco o nada sabe de lo que los conselleiros de las taifas se han venido gastando en licencias para engordar a Bill Gates comprando Windows a mansalva, no tiene ni repajorera idea de lo que cuesta reponer una lámpara de cañón de vídeo cuando se funde; pero ancha es Castilla y venga pedidos. Extremadura o Aragón nada tienen que ver con Andalucía, por poner un ejemplo. Haga recuento de los profesores analfabetos informáticos, póngalo como prioridad en su agenda, meta en cintura a los consejeros autonómicos de la Conferencia Sectorial y procure no perder competencias, ya no le digo nada de recuperarlas. Por último, usted es profesional de la enseñanza de la metafísica, no sé si será labor suya; pero si es posible que nos eche una mano, trate de charlar un rato con Mayor Oreja, déjelo para después de las elecciones europeas. Más que nada me preocupa que un hombre que siempre ha mantenido una postura comprometida y difícil en el País Vasco ahora me venga diciendo que las violaciones, los abusos sexuales a menores en los colegios religiosos irlandeses... son pellillos a la mar, como dice el ministro vaticano Cañizares. No sé yo, el sistema educativo actual será mejorable, pero el que padecieron estos dos sujetos es manifiestamente reprobable.

26 mayo 2009

El piquete lingüístico

Desierto de los Monegros, al mando del teniente Villanueva una sección de infantería hace ejercicios, su misión es tomar una colina o similar en una maniobra envolvente, un objetivo fundamental para su compañía y su regimiento. Hete aquí que este señor bajito, oculto tras su bigotito, analfabeto funcional y macarra vocacional, aparece con toda su tropa agotada a varios kilómetros del punto de encuentro marcado por sus superiores. Su interpretación fue que el mapa tuvo la culpa, menos mal que el Sol no había abandonado la galaxia. Fue un error táctico o estratégico donde los haya. Aquí hay quien piensa que tenemos una suerte de teniente Villanueva al frente de la autonomía y se equivoca de cabo a rabo. Creo que tenemos a un estratega con gran dominio del arte de colocar la artillería en su sitio, un profesional que sabe cuándo debe entrar a trabajar el fuego aéreo, que tiene grandes dotes para las maniobras de distracción, incluso para la guerra de guerrillas, no teme el cuerpo a cuerpo en contextos discretos. Si no se lo creen, pasen y vean informativos. Puede estar ardiendo el metal en Vigo, se puede ir a tomar viento Pascual en Lugo, Caramelo en Coruña, sigan y sigan que hay para todos ¿qué? ¿Cuál es el problema? ¿De qué tenemos que preocuparnos? Vaya hombre, ¿no sabe usted que el mayor problema de Galicia es la reforma del artículo 35 de la Ley de Función Pública de Galicia? Está usted en las nubes, perdóneme, pero así no hay quien haga país. El problema es si los aspirantes a funcionarios han de hacer una prueba o no en gallego. Seguro que es una buena estrategia a corto y medio plazo; no le preocupa a nadie que no sea aspirante, que esté preparándose para opositar; pero al mismo tiempo afianza réditos electorales -que el día 7 está muy cerca- puesto que nuestro presidente de la autonomía aparece como Cid Campeador sobre los nacionalistas radicales y deja con cara de póquer a los socialistas, colgados de la brocha, sin saber si seguir pactando en los ayuntamientos o empezar a hacer política por su cuenta. ¿Es o no es una buena estrategia desmovilizadora? Además el presidente, creo que conscientemente, tiene bien situada a su brunete particular, un rol que está jugando la Consellería de Educación. Le afecta lo anteriormente citado, pero sólo de refilón, las oposiciones de profesores siguen estando blindadas legalmente; pero siempre puede colaborar con comandos autónomos, incluso con piquetes con misiones específicas. Inocentemente, servidor hablaba el martes pasado de la posibilidad de que hubiese un papa lingüístico, conciliador, como el recién nombrado responsable del tema del gallego. A día de hoy no le he leído aún ni una sola declaración pública trascendente; pero el caso es que su jefe, el conselleiro Jesús Vázquez, sí actúa como un general con mando en plaza. Hasta ahora nos mareaba con el decreto de gallego, que si te derogo, que si no te derogo; mientras tanto a los colegios llegan circulares de los inspectores acogotando las plantillas para el año que viene, mientras tanto te cuelo de rondón 14 nuevas titulaciones de FP sin que te dé tiempo a decir ni pío. En los institutos tiemblan con la que se les puede venir encima. Lo que yo te diga, un torero.