28 junio 2011

La CEOE y la manzana de Eva

Esto de que partidos y organizaciones de todo tipo dediquen a sus intelectuales orgánicos a la producción de ideas, de ocurrencias, de maldades y toda suerte de ideas, causa la impresión de que, en primer lugar, ahí dentro hay los que piensan y los que no piensan, algo per se peligroso, porque podemos encontrarnos en manos de gentes que no piensan y que simplemente replican lo que oyen o, en segundo lugar, podría ser que los encargados de pensar andan todo el día con el peyote puesto, esos son los que nos dictan las consignas. 

Tal parece que les pasa a los de la CEOE y su chiringuito para parir teoría de la buena. Como la genética está de moda y sus múltiples aplicaciones se extienden como reguero de pólvora, dijeron sus eruditos, ¿por qué no vamos a aplicarla a algo que nos venga bien para el negocio? Pudieron haber empezado por los problemas de las familias reales -las de los reyes, digo-, tantos siglos liándose entre ellos y ellas, entrelazando sus apellidos, que al final todo el mundo dijo en los libros de historia que Carlos II el hechizado era tonto e impotente por tanta conyunda endogámica. 

Podríamos dejar a los austrias y pasar a los borbones y llegar a conclusiones similares, pero seguramente en la última generación se dieron cuenta de que la cosa ya no iba a funcionar así e implementaron la educación de los sucesores de forma más científica, la formación y la interrelación con el medio como posible solución a las taras genéticas se están poniendo a prueba. 

Algo parecido ocurre con el cruce de pedigrí pijo, en su ciudad, por ejemplo, ¿no observaron que esos revoltijos de apellidos cuádruples con los que infligieron a sus hijos los señoritos de toda la vida traen como consecuencia taras insalvables; que ustedes mismos los tuvieron de compañeros de pupitre y eran tontos de baba, sin remedio? 

En resumen, la genética importa, pero no tanto; incluso estamos demostrando que los tarados de solemnidad de toda la vida, de las mejores familias, pueden tener solución gracias a la ciencia, a la educación y al mestizaje. Lo que tiene delito es el estudio, es un decir, de la CEOE. Es que para qué nos vamos a matar a enseñar a los pobres si, como ya son pobres, nunca van a echar nada de menos y además la resignación es la virtud más característica de su clase social, pues eduquemos a los ricos, a la elite de siempre, que no nos va mal así, que si hace falta mano de obra barata ya la traeremos de los negros, que aún tienen menos genes y más defectuosos. 

Pasa después el estudio a analizar el papel de las mujeres como docentes, no entra en el detalle de que siempre fueron mano de obra barata, porque siempre fueron el segundo salario de la casa, y hace la observación de que desde que son maestras y madres la cosa ya se desmadra. Lo ideal siempre fue que las maestras fuesen monjas o seglares célibes, esas sí que con su exclusividad conseguían que las niñas fuesen buenas esposas y buenas fregonas. 

Para mayores encomiendas ya estaban los hombres -los curas también-, para ser profesores en el instituto y en la universidad. 

En este país y con este modelo productivo parece que es de recibo que tengamos los resultados que tenemos, pues se siguen sosteniendo en el creacionismo y en el sexismo en perfecta armonía para propiciar la salida de la crisis económica. La educación ya vemos que les importa un bledo, la manzana de Eva es la que marca tendencia. 

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21 junio 2011

Los pecados capitales del conselleiro de Educación

La educación hace al pueblo fácil de dirigir,




pero difícil de manipular, fácil de gobernar,



pero imposible de esclavizar.



(Maquiavelo)



Hace unos días en una cena algo protocolaria, comensales de una de las mesas resolvieron a la hora de los postres remover viejos conocimientos del catecismo escolar católico usado como prueba llave para acceder a los 9 años al bachillerato. Evidentemente los más jóvenes ignoraban preguntas y respuestas -incluso el significado de algunos de los conceptos mentados- y aún en los más maduros hubo lagunas imperdonables a la hora de recitar viejos listados, sobre todo teniendo en cuenta la pericia didáctica de los viejos adoctrinadores.



Entre las lagunas más destacadas triunfó en la noche la de la lista de los pecados capitales y las correspondientes vacunas-virtudes; al final y con la ayuda de algún móvil conectado a internet, los buscadores nos sacaron de dudas para completar ambas listas. Vinieron luego las risas y las aplicaciones prácticas ¿quién es el más pecador?¿quién el más virtuoso? Como no era cosa de que la noche acabara mal, se buscó mártir fuera del escenario y hete aquí que el conselleiro de Educación y su presidente estaban en boca y mente de los presentes por el anuncio de recortes en el servicio público educativo.



Empezó el examen de conciencia con la IRA, ahí sí que nos declaramos culpables, el cabreo y la indignación con la administración que incumple acuerdos que mejoraron la enseñan a pública desde 2007 modificando el número de horas de dedicación del profesorado para actividades que repercutían claramente en beneficio del alumnado; todo deja poco espacio para la PACIENCIA. Sin suda el demonio Amón, el marqués del infierno y sus cuarenta legiones nos poseían. Pero la SOBERBIA es otra cosa, esa sí que la tienen, esa pequeña diferencia de votos en las elecciones autonómicas y la prepotencia con la que se usa la mayoría es, sin duda, símbolo de falta de HUMILDAD, que sí, que se puede tener la razón, pero que se puede convencer en vez de vencer, que se puede dialogar; pero con ese ombligo tan sobredimensionado es imposible, de continuo se lo observan con deleite. No en vano dicen que Lucifer es el demonio que les inspira. La GULA y la AVARICIA les subyugan, lo quieren todo y lo quieren ya, les haga falta o no, representan lo privado, los negocios rentables y a corto plazo, para los menos favorecidos siempre quedará esa especie de beneficencia en la quieren convertir la escuela pública, mientras favorecen los intereses de las patronales del sector, Belcebú y Mammón les tientan a pecar sin que les queden fuerzas para la TEMPLANZA Y GENEROSIDAD, para hablar con padres y profesores.



La LUJURIA y la PEREZA son sin duda pecados del ámbito privado, pero yo creo que en este caso sí tienen un componente público y me explico; lo que se dice vagos no son, entran a saco, pasan el rodillo, caiga quien caiga y desprecian cualquier tipo de pacto o acuerdo, es decir, para eso sí son perezosos, les cuesta sentarse y reflexionar, para hablar de cómo se organizan los tiempos escolares, de cuántos profesionales y con qué perfil se precisan.



Por otra parte, el lujurioso no busca la relación natural, civilizada, respetuosa, busca el dominio, el placer egoísta y yo no veo CASTIDAD política en estos populares gobernantes, veo onanismo.



La ENVIDIA lleva a la mentira compulsiva, lleva ala difamación, al desprestigio del antagonista, a la degradación moral por antonomasia, lleva a decir que sus empleados, los profesores, son una panda de vagos y maleantes, aunque estén sacando adelante un sistema público educativo sin ayuda de nadie y menos de sus gobernantes populares.



Para terminar también con Maquiavelo, recordemos aquello de "Todos los Estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al pueblo al descontento".



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14 junio 2011

El Cristo de la vega

Hace pocos días, un compañero extremeño, discreto, siempre alerta aunque no lo parezca, silencioso, en un debate trascendente me dijo, para que se oyera, algo así como que cuando el pueblo dice que hay que sacar al santo para pedir agua y el cura dice que no está de llover, es mala cosa. El dicho tiene su enjundia conservadora, pero realista, nos deja en el lugar, seguramente no muy bueno, de los más papistas que el señor arzobispo. Y no me sean malpensados, que el santo del que hablo no es Rubalcaba, ni el cura es Rajoy.




Ya sabemos que este país no tiene mucho remedio; para la crisis, sí, no se me preocupen por los pepinos; pero para el asunto ese del pensamiento, andamos un poco lentitos; si hay que echar una maldición, de inmediato nos acordamos de los patucos del niño Jesús o nos subimos al tejado del pajar para retar a dios a ver si tienen dos asuntos como cualquier hombre y baja a discutir las razones por las que él tiene que soportar un pedrisco que le arruina la cosecha.



La verdad es que creo que fue Galdós uno de los que recordó la clásica imagen de los españoles y los curas, siempre corremos con ellos, unas veces detrás y otras delante. Sin embargo creo que, aunque nos quieran convencer de lo contrario, en la actualidad alguno puede tener las visiones que prefiera persiguiendo sotanas y algún purpurado puede vivir en la paranoia de que cualquiera con pinta de acampado quiere colgarlo del campanario de la iglesia en llamas.



Pero la verdad es que la cosa se va llevando mal que bien en el terreno privado, estamos en época de primeras comuniones, y las catequesis rebosan, o no, y los restaurantes para los convites hacen lo que pueden para captar clientes menesterosos y esclavos de la convención social. Por cierto, y hablando de las BBC, una madre universitaria y cultivada se sorprendía de que las clases de religión no se convalidasen con el catecismo parroquial, porque le estropeaban el horario del fin de semana, le pregunté de qué religión me hablaba, porque en la escuela pública de estos andurriales se impartían, por lo menos, tres distintas. Ante lo cual fuese, y no hubo nada, como dejó dicho Cervantes, a todos los efectos que a servidor le vengan bien.



El caso es que, hablando de cristos, Camps, Cotino y compañía les pusieron uno a los diputados levantinos para que jurasen -los imputados por ser ladrones también- que serían buenos, honrados y se adornarían de los demás atributos predilectos de los próceres de cualquier patria que se precie sin problemas de sastres, gurteles y demás fantasías.



Es una pena que la imagen expuesta a los diputados no fuese la del Cristo de la Vega, aquel que repone el honor de Inés, puesto en duda por Don Diego en A buen juez, mejor testigo:



"Jesús, hijo de María,



ante nos esta mañana



citado como testigo



por boca de Inés de Vargas,



¿juráis ser cierto que un día



a vuestras divinas plantas



juró a Inés Diego Martínez



por su mujer desposarla?"



Asida a un brazo desnudo



una mano atarazada



vino a posar en los autos



la seca y hendida palma,



y allá en los aires ¡Sí, juro!,



clamó una voz más que humana.



Una verdadera pena que no se hubiesen repartido ejemplares de la leyenda de Zorrilla en las tomas de posesión, a lo mejor alguno se arrepentía y se daba media vuelta por miedo al castigo del más allá por falso testimonio.



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07 junio 2011

Vuelta al pasado

Desde hace varios meses se vienen estrenando eventos que recuerdan la muerte de Valle-Inclán hace 75 años, enero de 1936, y se aprovecha la ocasión para desempolvar entrevistas, manuscritos...Es una pena que ese goteo informativo y documental esté impidiendo estudios, publicaciones y conclusiones que vayan redondeando una biografía y obra tan importantes para la literatura española, y que tengamos que ir consumiendo poco a poco esas dosis que nos van prescribiendo los que pueden hacerlo mientras quieran que todo siga así.

Es costumbre en este folio echar mano de Luces de bohemia de vez en cuando y recordar, por ejemplo, ahora la escena en la que el poeta maldito y ciego, Max Estrella, se cabrea y se lamenta que intenten explotarlo malbaratando los libros que intenta revender para sobrevivir y para los que Don Latino no encuentra mejor postor, la ley de la oferta y la demanda a principios del siglo pasado.

MAX: ¿Qué sacaste por los libros, Latino?

DON LATINO: ¡Tres pesetas, Max! ¡Tres cochinas pesetas! ¡Una indignidad! ¡Un robo! (...)

DON LATINO: Max, si te presentas ahora conmigo en la tienda de ese granuja y le armas un escándalo, le sacas hasta dos duros. Tú tienes otro empaque.

Una sociedad que nos parece rediviva cuando abrimos los periódicos por las mañanas y que amenaza con convertirse en el pan de cada día, en una especie de regreso al pasado sin vergüenzas, planificado y con los peones, alfiles, caballos y torres bien situados en la estrategia para el ataque y defensa de rey y reina hasta que el desarrollo de la partida les demande actuación.

Y ya que hablamos de viejos tiempos, de la vieja España, no es perdonable pasar por alto sin comentar lo ocurrido esta semana al saltar a la luz ciertas publicaciones en el Diccionario biográfico de la Real Academia de la Historia. Yo creo que se exagera mucho, que se está magnificando y dando pompa y boato inmerecidos al presidente de la institución y al hagiógrafo de Franco, el medievalista Dr. Suárez, autor de la entrada y del que no oyeron hablar en su vida, encumbrándoles a los altares de la ciencia. Simplemente creo que solo hay que detenerse en la fecha, 1999, en la que se encargan estos trabajos, ¿quién es el presidente del Gobierno? ¿Quién la ministra de Cultura? Lo malo no es que en ese momento Aznar y Aguirre busquen quien perpetre la maldad, lo malo es que eso esté ya en los libros de texto de la ESO de varias editoriales. Pero la vuelta al pasado no vive solo de estas anécdotas que engordarán tertulias y profanarán memorias que en silencio han sufrido, que lentamente se han visto horadadas por larvas asesinas, años y años.

La vuelta al pasado real se lee en las páginas de economía -ya no hay páginas de laboral, ya todo es salmón- salvo algún titular que salta a la primera. Y estos días se deslizó, el tablero estaba en tablas entre patronos y empleados, hasta el día 22, las cesiones estaban hechas; pero este país aún no tiene la elite empresarial independiente que se merece, siguen al frente de los patronos los lacayos del poder político más reaccionario, esperando que salga en el BOE lo que no son capaces de conseguir en las mesas de negociación, lo quieren todo, ya y gratis. Si Valle levantara la pluma reescribiría la escena sexta en el calabozo donde se encuentra Mateo, el obrero anarquista al que aplicarán la ley de fugas y Max Estrella:

MAX: ¿De qué te acusan?

EL PRESO: Es cuento largo. Soy tachado de rebelde... No quise dejar el telar por ir a la guerra y levanté un motín en la fábrica. Me denunció el patrón, cumplí condena, recorrí el mundo buscando trabajo, y ahora voy por tránsitos, reclamado de no sé qué jueces. Conozco la suerte que me espera: Cuatro tiros por intento de fuga. Bueno. Si no es más que eso...

MAX: ¿Pues qué temes?

EL PRESO: Que se diviertan dándome tormento.

MAX: ¡Bárbaros!

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