28 diciembre 2010

Consenso o que los dioses le amparen (I)

Se nos está llenando la boca con el mantenimiento del estado de bienestar; pero no sabemos qué es eso. Estado de bienestar lo tienen los que lo inventaron y lo mantuvieron, alimentándolo con sus impuestos, por aquí tenemos lo que queda del auxilio social, las casas de socorro y las escuelas gratuitas. Ya sé que es una exageración, que tenemos ley de dependencia, seguridad social y sistema educativo; pero todo está tan pillado por los pelos, con tal grado de fragilidad que a la mínima ventolera que se levante, los tres o cuatro pilares que dicen que le sostienen se derribarán como chabolas del tercer mundo en un tornado. Estos días llena más papel el futuro de las pensiones públicas, seguramente antes de pronunciarse sobre las cifras mágicas (65, 67, 20, 25...) que circulan amedrentándonos y levantando protestas, haya que analizar alguno de los argumentos de moda y dejar claras las premisas. Las pensiones no las paga el gobierno de turno, sino -hoy en su totalidad- las cotizaciones de los trabajadores en activo, tanto las descontadas directamente de la nómina del trabajador, como las abonadas por la empresa como salario diferido, es decir, dependen totalmente de las rentas del trabajo, de suerte que tendrán que ser trabajadores y empresarios los más legitimados para diseñar las reformas del sistema. Además de esto se presentan ante la sociedad discursos falsos que en nada reflejan la realidad. Por ejemplo, se dice que la seguridad social va mal y que por lo tanto hay que bajar las cotizaciones, es el argumento de los empresarios, porque sería la forma más rápida de abaratar costes y vender más. Otros dicen que la seguridad social no va bien y, por lo tanto, no hay que hacer nada, hay que quedarse quietos; lo suele usar la izquierda argumentando que todas las predicciones demográficas hechas en las anteriores reformas, fracasaron. También hay quien dice que el futuro de la seguridad social peligra y que lo que hay que hacer es recortar prestaciones ya que la crisis, la longevidad de los nacidos desde los 60 y el descenso de la actividad económica lo justifican. Las tres certezas son verdades a medias, pues es cierto que el sistema tiene salud gracias a las reformas anteriores, también es cierto que el hacer hucha con las reservas (políticas anticíclicas, ahorrar para las vacas flacas...) garantiza un futuro, no eterno; pero también es cierto que rebajar el 1% de las cotizaciones (los empresarios siempre piden del 5% en adelante) ya significa pan para hoy y hambre para mañana. Por lo tanto, estudiemos qué, cómo y cuándo hay que tocar el sistema para que siga siendo sostenible. Quedan lejos los agoreros anteriores al 95 que profetizaban la catástrofe del sistema de reparto y vendían las bondades de los sistemas de capitalización (yo ahorro para mí). El Pacto de Toledo, entonces, ya optó por consolidar este modelo solidario entre rentas y entre territorios manteniendo la caja única. Hoy no se atreven a amenazar con lo mismo, hoy hilan más fino, aspiran a implantar de una vez la pensión zócalo, es decir, que el sistema nos garantice la supervivencia con la pensión mínima y todos nos paguemos la suplementaria privada, rompiendo de ese modo con las tres virtudes antes mencionadas. También hay quien prefiere sustituir las cotizaciones por impuestos sobe la renta, aumentando así el beneficio empresarial quedando las pensiones a merced y a cuenta del estado y no de la caja única, un suicidio político y económico. En el siguiente folio hablaremos de las alternativas. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

21 diciembre 2010

Estado de alarma y ´vivan las caenas´

Lejos de nosotros la funesta manía de pensar" o "Lejos de nosotros la novedad de discurrir" -circulan las dos versiones-; con estas frases el claustro de la universidad de Cervera (Lérida) creía interpretar el sentir del pueblo municipal y espeso y así se manifestaba ante el rey contra la libertad y reclamaba mano dura; eran los comienzos del XIX y el influjo europeo comenzaba a traspasar los Pirineos, el inexplicablemente deseado Fernando VII saltaba de orilla a orilla del pensamiento optando por las de cal y el respeto a los incipientes derechos ciudadanos o las de arena y el suministro de leña y represión; no sin razón ha pasado a la historia, junto a su padre, como uno de los reyes más nefastos de la historia de España. Dentro de muy poco celebraremos los 200 años de tales acontecimientos, veremos a ver en qué marco incomparable nos acoge la efemérides. No es hora seguramente de hacer el seguimiento de los despropósitos cometidos a lo largo de este tiempo a la luz de tales sentencias, sino más bien de la repercusión que hoy tienen o puedan tener. Dejando claro que la faena de los controladores es un delito de tamaño natural, las meninges seguramente dictan a todo ciudadano de bien que todos los males que les ocurran a los desalmados, que dejaron a medio millón de personas descompuestas y sin viaje, son pocos y benévolos. También queda claro que semejante atentado no ha de quedar impune y que el peso de la ley tendrá que recaer sin piedad sobre todas y cada una de las cabezas según su grado de responsabilidad. No me gustan los uniformes, los de los militares o los de los colegios de monjas, los de los camareros o los de los recepcionistas, ni siquiera echo de menos los de los serenos o los de los acomodadores del cine; evidentemente tengo que convivir con ellos y soportar su utilidad dentro de su ámbito, pero no me queda otro remedio que controlar la ansiedad cuando uno se acerca. Quizá sea por eso que me costó digerir la presencia de militares en las torres de control, seguramente fue la solución imprescindible en una situación de urgencia; quizá no quepa duda de que, ante el reto de los que aprendieron ese pseudosindicalismo con Alcapone y la escuela de Chicago, el estado no podía haber reaccionado de otra forma; pero días después, cuesta digerir que ese mismo estado no tenga otros mecanismos de disuasión distintos del estado de alarma, para que estos sujetos no se pongan otra vez a España por montera, es difícil sostener que en un país cuya legislación mantiene varios millones de parados, hombres y mujeres que en alguna ocasión tuvieron un empleo, que lo perdieron por causas económicas, disciplinarias o, simplemente, porque al señor patrón le salió su despido de las narices, por ejemplo, no haya ley civil que disuada a los salvajes de faltar al trabajo sin razón porque no hay nadie que se ponga en su lugar. Mis cautelas hacia la renovación del estado de alarma nada tienen que ver con los que alimentaron y avivaron el conflicto sin cesar, sino porque ellos mismos serán los que no duden en reclamar soluciones similares cuando colectivos de salarios míseros acudan a la huelga legal para mejorar sus condiciones de trabajo. Si abrimos la espita, pronto se pedirán cadenas para todos, por discurrir. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

15 diciembre 2010

PISA 2009: hay que asfaltar el camino

Como cada vez que se hace público el Informe PISA, este folio ha de hacerse cargo de la llamada y lanzar un par de reflexiones al aire sobre las conclusiones que remite el sesudo estudio, siempre con la distancia necesaria y sin dejarse llevar por la marea interpretadora y frecuentemente maliciosa que prematuramente se asoma a los 200 folios de texto y gráficos sin haber tenido tiempo material para hacer una lectura comprensiva de los mismos y sin dominar lo más mínimo las claves de su elaboración e interpretación. A menudo, ya es un tópico, las conclusiones están escritas de víspera y sirven de escarnio del contrincante electoral sin tener en cuenta las fechas en que se hacen las pruebas al alumnado, de suerte que alguno se lleva un buen susto al saber que era él el que gobernaba entonces en España o alguna de sus CCAA. Los más chuscos son los que siempre tienen la sardina preparada para su ascua, los que, por ejemplo, extrapolan conclusiones lingüísticas de cualquier mínima subida del índice de comprensión lectora en una región bilingüe. En todos los billetes publicados estos días abundaron generalidades del tipo: nos estancamos, seguimos por debajo de la media, sin tener en cuenta que no ha habido grandes cambios en las aulas reales, seguimos con la obsoleta cultura tradicional, la transmisiva, y sin recordar que los verdaderos cambios son a largo plazo. Asimismo es importante tener en cuenta, insistir en que las pruebas PISA no son el examen tradicional y memorístico, no se preguntan en ciencias las definiciones de conceptos y datos, sino que se plantean problemas reales y los estudiantes han de buscar soluciones basadas en sus conocimientos. Las zonas que hoy vuelven a reaparecer destacadas son las mismas de 2006, Finlandia, Shanghái y Corea del Sur. Las dos últimas seguramente nos resulten muy extrañas y de difícil aproximación al modelo español por su carácter segregador y competitivo, pero recordemos lo que ya hace años venimos observando de los sistemas nórdicos. Tienen una ley simple y muy adaptable a los centros y su autonomía, a las necesidades de sus comunidades educativas, en ella se enmarcan las labores de los diferentes profesionales de la educación, altamente cualificados y valorados socialmente que desarrollan su labor en unos centros en cuya gestión participan activamente, junto a padres y estudiantes. Mientras tanto, en España, agotamos otra posibilidad de alcanzar el pacto educativo que diese estabilidad legislativa, seguimos con estudiantes y profesores recargados de contenidos en materias desvinculadas de la vida real y centrados en los libros de texto, dejando al margen el desarrollo integral de la persona que pueda asimilar la información con espíritu crítico. Todo ello con las mismas metodologías pasivas y mecanicistas sin evaluar el rendimiento y objetivos alcanzados, en centros poco participativos muy alejados de la realidad que les rodea y que, ante la realidad del fracaso y del abandono prematuro, no tienen más ocurrencia que insistir en la necesidad de reforzar estas conductas negativas. El responsable de PISA lo decía muy claro: "Cambiar un sistema que ha estado muy centrado en la reproducción de los contenidos de unas materias para ir a otro que enseñe a los alumnos a pensar, a aplicar de forma creativa lo que saben, en el que se deje de decir a los profesores qué tienen que hacer, qué tienen que enseñar, para articular en su lugar lo que los alumnos deben ser capaces de hacer y que los docentes decidan qué y cómo enseñar para llegar a conseguirlo". Conocemos el camino, es hora de asfaltar.

07 diciembre 2010

Confucio, ´low cost´

Los nuevos señores del mercado chino, los dueños de la mayor economía emergente, se están bebiendo sin control alguno todos los combustibles fósiles necesarios para la supervivencia equilibrada del planeta, obviando incluso a Kyoto. Allí mandan los mismos que hasta el momento, y al parecer sin trazas de rectificación, mantienen a su barata mano de obra sin el más mínimo derecho social, sin la más mínima garantía de recibir a cambio de su fuerza de trabajo algo más que un breve salario. Pues sí, los dirigentes del partido comunista chino aún gobernando, buscan la perpetuación en el poder sin nadie que les haga sombra, para ello precisan aislar e incomunicar a su masa obrera sin conciencia de clase para que no entre en contacto con la cultura occidental, que sólo se sepa de ella lo bien que se organiza en la administración de empresas, en la creación de riqueza con bajo coste en una economía tramposa. Pero siempre alejados de los peligros de Google. Son muchas las trampas del régimen, buscan la tecnología en occidente, la compran, se la llevan, la alquilan, la copian, como sea, planifican su reproducción para inundar el mercado occidental, también para dejar los dientes largos en el mercado propio y que se fomente el hábito de consumo, que se sienta la debilidad ante la mercancía, que se anhele hasta que el deseo sea tan grande que se anule la voluntad y se renuncie a la dignidad, a cualquier respeto por sí mismo con tal de conseguir los bienes. Eso sí, no se puede dejar de alabar al régimen a sus benditos y sus bondades. De suerte que estamos comprobando cómo desde hace ya bastantes años, el mandarinato gobernante se obstina en la búsqueda y propagación de las ideas que favorezcan que sus súbditos no deseen tener seguridad social ni cualquier otro servicio o derecho derivado de su trabajo y descubrimos que esta piedra filosofal estaba inventada desde hace siglos e, incluso, había sido desterrada y combatida sin piedad desde el propio régimen desde hace más de cincuenta años. La base estaba en el pensamiento oriental clásico, el que aglutina a las diferentes doctrinas religiosas que fundan lo que se ha dado en llamar pensamiento oriental en China, Japón, India, Corea, Vietnam?, el neoconfucianismo, que ha bebido de Confucio, pero también del taoísmo, del budismo, de la búsqueda de la armonía interior, del equilibrio que lleva a la felicidad de todos, pero que cada uno se quede en su sitio buscando la virtud en supuesta armonía con la naturaleza, ese pensamiento que ancló civilizaciones enteras en el pensamiento medieval, lejos de progreso y modernidad es el Confucio redivivo en la sociedad china: Arréglese al estado como se conduce a la familia, con autoridad, competencia y buen ejemplo. Ese capitalismo de Estado quiere que se gobierne como una familia: Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente. (?) Tal es la estupidez del carácter de la mujer que en todas las cuestiones le incumbe desconfiar de sí misma y obedecer al marido. En resumen, buscan someter y relegar sobre todo a ellas. Pocas diferencias, pues, con nuestra base filosófica griega, con la mística judeo-cristiana y el derecho romano; pero sin ciencia ni conciencia de poder llegar a la Ilustración, y de ahí a hoy. www.lafelizgobernacion.blogspot.com 1 comentario #1 - Ciudadano. el día 07-12-2010 a las 11:58:50 Son sólo alumnos aventajados del sistema capitalista occidental. De hecho, resulta más lamentable la comparación si la hacemos en concreto con España, pues con no muy distante grado de trampas, explotación, corrupción y otros males como los chinos, no conseguimos pasar de ser una economía bananera. Los empresarios chinos malpagan a sus trabajadores para convertirse en potencia mundial. Los empresarios españoles defraudan a la seguridad social para comprarse un audi.