30 septiembre 2014

Tres hurras por nuestros ´houdini´ particulares

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/09/30/tres-hurras-houdini-particulares/883680.html

Estos alberos en los que actúan nuestras figuras del toreo de salón, dontancredos y bomberos toreros que aún perviven, tienen mucho que ver con los escenarios en los que actuaba Houdini; me recuerdan a aquel escapista, mago que encandilaba a la concurrencia evitando las ataduras de candados y de cadenas, sumergiéndose en depósitos de agua desafiando, aparentemente, todo tipo de leyes de la física; lo asocio con los recortadores que esquivan al astado solo con la garrocha; losforçados portugueses, esos grupos de ocho hombres desarmados que se enfrentan al toro para inmovilizarlo con su habilidad y con su fuerza, uno de ellos va de cara contra los cuernos y otro de rabillador, para tratar de sujetar su cola y colaborar en el forcejeo con el animal.
Nuestro Rajoy sale al ruedo, mejor dicho amenaza con salir al ruedo, y solo se queda en el burladero, él argumentará que su posición ha de estar bien protegida en el puesto de mando, desde allí sabrá gobernar, si le dejan los del palco y los de la barrera, decidir los subalternos en los que puede confiar y a los que tiene que mandar al ruedo en los momentos de peligro. Esa es una estrategia arriesgada, de cálculo fino, porque los supuestos aspirantes pueden encontrar la oportunidad de triunfar ante el público, Aguirre y Gallardón, o pueden ser sacrificados, en favor de causas más elevadas, como le ha ocurrido a Ana Botella a la que la ha corneado la vaquilla más inofensiva, veremos cómo se recupera y le cicatrizan las heridas a su esposo; fíjense en los maletillas, el trabajo de Arenas en el asunto de los alcaldes está siendo fino y nadie protesta. Mientras tanto el diestro permanece hierático, inmaculado a la espera de que el catalán mueva sus hilos y la Conferencia Episcopal los suyos. Rajoy, cual Houdini, parece atado de pies y manos, sin aparente manera de sostener capote o muleta, pero desde la China se va escaqueando de cámaras y micrófonos indiscretos.
Nuestro otro Houdini es el de las asambleas permanentes, que parece que ya no lo son tanto, ni asambleas ni permanentes. El líder mediático aupado en las elecciones europeas legaliza un partido político, unas siglas, y ahora se supone que mediante asambleas masivas va a consultar estatutos, cargos y programa electoral, cuando ya todos saben quien es el secretario general, aunque se llame portavoz o gran timonel y quien formará parte del comité central, aunque se llame asamblea permanente. Lo acostumbrado, pero por internet.
Sus ataduras, sus candados y sus inmersiones también tienen riesgo, con la baraja encima de la mesa decide quien es su contrincante, obviamente no le interesa debatir ni enfrentarse a Rajoy, con él, cuanto peor, mejor; con sus próximos de vecindad lo tiene fácil, no les reta para que se sientan absorbidos y su moral mermada, con los nacionalistas no se mete, les sigue la corriente, hasta las autonómicas y solo le queda un competidor real en las elecciones. ¿Pero qué elecciones? Dieron la campanada en las europeas -algo frugal para el electorado-, se escaquean de las importantísimas municipales en las que la ciudadanía se lo piensa mucho, sacan la marca blanca y se reservan, dicen, para el resto. Esto no es serio, tienen las llaves de los candados.

23 septiembre 2014

Liberales que renuncian a la libertad

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/09/23/liberales-renuncian-libertad/881374.html

Seguramente a los seres humanos en muchos períodos históricos les ha resultado más fácil que les gobiernen que tomar decisiones y participar, en la medida de lo posible, en su futuro.
La verdad es que es más cómodo, siempre tienes a quien echarle la culpa y tú no eres responsable; es la vieja discusión sobre si el destino nos marca la existencia o nosotros tenemos voluntad y poder real para influir en nuestro futuro y enfrentarnos al fatalismo. Incluso los viejos anarquistas han tratado de compatibilizar cierto determinismo con la exaltación de la libertad, con poco éxito.
Siempre partimos del fatum, del destino que nos marca, del significado actual de la palabra "providencia", "el conocimiento del futuro" o la omnisciencia, que los cristianos creen que es un atributo divino, siempre enfrentado a la idea de libertad humana; pero no solo en el cristianismo, el fatalismo musulmán sostiene que el efecto tendrá lugar aunque se elimine la causa o del fatum estoico, que sostiene que el hombre debe aceptar el destino por ser imposible resistirse al curso de los acontecimientos (mera resignación, vamos).
Traigo estas reflexiones a debate porque creo que estamos asistiendo a un cierto determinismo social, incluso político, a una especie de inercia imparable, a una desesperación, a una suerte de hechos consumados con premeditación, que entran en contradicción con el pensamiento liberal nacido del positivismo, de la Ilustración y del pensamiento científico.
Lo que dicen las encuestas sobre supuestas fuerzas emergentes parece resultado de la fuerza del destino; que determinadas organizaciones vayan a desaparecer del mapa ya parece indiscutible y todo de la mano de las cocinas demoscópicas y de los poderes mediáticos cada vez más concentrados y dirigidos por el pensamiento único.
Claro que la guinda de este pastel la ponen los personajes más chuscos de nuestro mapa político, porque no me digan que me tengo que creer que las decisiones políticas de Ana Botella son fruto de la providencia y que los destinos para el futuro político del ministro Margallo o, sobre todo, de Esperanza Aguirre vengan marcados por la misma fuente sobrenatural; tal supuesto nos lleva a comulgar con unas ruedas de molino de un tonelaje muy respetable.
Menos mal que algún titular más nos regala la liberal política madrileña, famosa por sus aires de grandeza y desprecio al populacho, ha confesado que, ante el juez, ella dirá la verdad cuando la citen por sus hazañas automovilísticas. No sé yo si su verdad coincidirá mucho con la realidad o también tendrá alguna revelación sobrenatural que le sirva de atenuante, ya veremos; porque ella, como inculpada, tiene derecho a defenderse y, por lo tanto a mentir, no es un testigo. Puede hacer uso de su libertad como liberal que es.
Otra cosa es cuando habla de su futuro político, cuando se presupone como candidata a la alcaldía de Madrid, frente a contrincantes de su partido. Se encomienda a la providencia, como el resto de sus correligionarios y correligionarias, pero no pueden vendernos motos averiadas, se supone que la providencia ampara tanto a unos como a otras ¿cuál es el criterio para la elección? ¿El dedo de Rajoy, Aznar y los que les gobiernan han de tener algo que ver? Vamos, digo yo, que lo único que tengo claro es que la providencia está peleada con Floriano, el pobre no da una ni con inspiración sobrenatural.

16 septiembre 2014

Palabrejas cada vez más frecuentes

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/09/16/palabrejas-vez-frecuentes/879225.html

Sin ánimo de presentarme como campeón de la pulcritud he resistido la tentación de usar el término "palabro", cada vez más frecuente, al referirnos a un vocablo que desconocemos o que no estamos seguros de su corrección. La RAE creo que nos sigue diciendo que es sinónimo de palabrota.
Hoy quiero reflexionar con ustedes sobre palabras que nos están introduciendo en el vocabulario cotidiano, que están mal o no muy bien usadas. Los responsables son, somos, los que hablamos o escribimos en público; pero me atrevería a señalar como culpables de un crimen de lesa crueldad gramatical a comentaristas y tertulianos televisivos.
Por ejemplo, se habla de "postureo", podría ser o llegar a ser un neologismo que se refiere a lo que siempre hemos denominado como la "pose falsa" que adopta alguien para aparecer ante los demás como lo que no es, la de aquel que se queja de que "Marbella ya no es lo que era" y nunca llegó más allá de Ribadeo. Claro que esta situación se puede complicar, yo no sabría decir, en el caso de Pujol, cuando hay o hubo "postureo", en su incógnito pasado o en su reciente reinvención como mártir de la causa nacionalista.
También lleva su tiempo introduciéndose en nuestras vidas la palabra "implemento", cuando comencé a oírla la asociaba a lo que en gramática se llamó toda la vida objeto directo, pero observaba que los usuarios de la palabra la usaban como sinónimo de incremento, aumento? cuando en realidad solo es utensilio, herramienta? Estoy convencido de que Pujol siempre usó el implemento como incremento de patrimonio.
Una de las recientes, que más me llama la atención es "empoderar, empoderamiento"; busco y encuentro su origen inglés (empower). Pese a que tuvo un significado equivalente a apoderar en el pasado, resucita como sustituto del término apoyo, discriminación positiva de un colectivo desfavorecido o minusvalorado. Sinceramente, creo que Pujol y sus semejantes han usado el empoderamiento para otras cosas distintas.
Sigamos con la palabra "paradigma", pocos recordarán su uso en la lingüística, es lógico; pero lo que es preocupante es que quien no la use hoy un par de veces en cada una de sus intervenciones públicas esté acabado como orador o como escribano; pero no porque la palabra no exista, sino porque no entiendo su uso en secuencias como "hay que cambiar de paradigma". ¿Qué querrá cambiar este señor cuando está hablando del contexto político, económico??
Si dijese que Pujol es el paradigma de la corrupción y el saqueo, hablaría correctamente puesto que es un ejemplo real de tales virtudes.
Mas lo que ya me deja las entendederas deterioradas es el escuchar la palabra "mantra" en infinidad de contextos, que si "te molesta mi mantra", "menudo mantra tienes"? Yo siempre lo he entendido como una suerte de sílabas o palabras cuya repetición sirve para relajar o liberar la mente, relacionada con la meditación y las religiones orientales; pero ahora va ser que es sinónimo de caradura.
Ahí sí que Pujol acertó acudiendo a la consulta andorrana donde la sanadora orensana le trataba de todos sus males espirituales, del mal de ojo, puede ser que del vudú. Veremos, si llega a los tribunales, que todas estas dolencias demostrables, en su "mantra-caradura" puedan llegar a ser atenuantes.

09 septiembre 2014

¿Quiénes son los cándidos y quiénes los parásitos?

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/09/09/son-candidos-parasitos/877097.html

Hoy les propongo jugar un poco con las palabras y con su historia, un ejercicio que todos deberíamos hacer y que muchos obvian porque no les conviene saber que las lenguas evolucionan por voluntad de los hablantes.
Solemos identificar como cándido a aquel sujeto inocente, al que se le puede engañar con facilidad; en el momento nos puede venir a la memoria Cándido o el optimismo, el personaje que Voltaire crea para demostrar en su narración que no vive en el mejor de los mundos posibles, en su S. XVIII. Seguramente en Cándidoun sueño siciliano de Leonardo Sciascia nos encontramos que el protagonista es realmente cándido, en su acepción más moderna, y nos sirve para reflexionar sobre la verdad de las relaciones sociales basadas en grandes mentiras, que vivimos en el mundo de los intereses, en una realidad ficticia.
Pero el término, para los latinos, tenía otro significado, estaba relacionado con la pureza del color blanco, con la blancura deslumbrante (de ahí candor, candente, incandescente) por eso, los que pretendían un cargo público en la Roma clásica habrían de cumplir con el requisito de lucir la túnica blanca, cándida, símbolo de la pureza de sus propósitos, de su honradez como merecedores de alcanzar alguna dignidad, honor o empleo público. Ellos eran los candidatos.
Para que luego nos digan que las lenguas no evolucionan, ahora que están de moda las elecciones primarias y, se supone que las secundarias, nos aparecen por doquier candidatos cándidos, quizá por ser desconocidos. Ahora que se nos propone la falacia de la elección de los alcaldes como candidatos puros y honrados más votados mostrando como ejemplo al regidor de Compostela, heredero en el cargo de dos truhanes, o a la regidora de Alicante? quizá haya que volver un ratito sobre la etimología.
Sin ir más lejos y aprovechando aquello del Pisuerga no sé la razón por la cuál asocio a estos candidatos con los parásitos; pero, ojo, no en la definición que a todos les viene a la mente. En la antigua Grecia, según autores, los parásitos eran los altos funcionarios encargados de verificar la cosecha de trigo y la preparación del pan, así como los banquetes en homenaje a los dioses. En todo caso, la palabra griega estaba compuesta por el prefijo para- "al lado de" y sitos "trigo", "pan", "comida".
Más tarde se extendió a toda clase de huésped y a los invitados a fiestas o banquetes, por su sentido etimológico de "el que come en la mesa de otro".
En la actualidad, parásito es todo organismo vivo que se alimenta de otro sin contribuir a la supervivencia de este, además de lo que todos estamos pensando cándidamente.
En resumen, no sé si es un proverbio chino o, en realidad, Churchill es el autor de la frase "Si quieres conocer a alguien, dale poder", pero viene a cuento.

02 septiembre 2014

QUE TENGAN UN BUEN AÑO, SI PUEDEN

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Como siempre, en este año que ayer comenzaba, hay que hacerse buenos propósitos, quien no haya desistido del gimnasio, el inglés y la dieta puede consolarse buscando nuevos alicientes para abordar la cuesta que le viene encima. Gastarse los euros coleccionando miniaturas bélicas y fascículos de los quioscos puede ser una alternativa, darse una vuelta por las últimas noticias que pueda haber perdido, es otra.
No se han encontrado en Hendaya como aquel alemán, austriaco de nación, y el de Ferrol con la voz de pito; se han encontrado en el camino de Santiago, la alemana y el gallego. Corren por la red decenas de gracietas al respecto con mayor o menor éxito, pero no se puede poner en duda que ambas escenificaciones fueron muy productivas para sus participantes germanos. El encuentro del año 40 intentó salvar la imagen de un régimen fascista naciente que no tenía ya mucha carne de cañón para ir a matar ni para dejarse matar, la represión interna, el hambre y la miseria se iban encargando del resto; parece ser que acordaron lo de la División Azul y Franco hacía ademanes de ponerse al pairo.
El encuentro de Labacolla en Santiago también tiene su enjundia, no sé si más transparente, pero no hay duda de que el gallego le está sacando jugo propagandístico para hacernos olvidar el otoño y el invierno con el que nos amenazó hace poco; en resumen, que no han acabado su faena y que las tijeras siguen en ristre, como bien se ha demostrado hace poco en Francia.
Por lo tanto, olvídense de brotes y rebrotes, que les viene encima otra andanada de sacudidas a sus condiciones de vida, átense los machos, aprieten los dientes, defiéndanse como puedan y que el agua no les pase del cuello, que no será un buen año.
No se alegren tanto de que Rouco salga menos en las portadas, no me creo nada, su capacidad para gobernar marionetas no está desmontada y sus ansias de devolver a España a los años 50 siguen estando vigentes, no solo para obediencia de sus leales, sino para martirio de los que nada tienen en común con él mas que pertenecer a la especie humana, aunque a veces no lo parezca.

Si ninguna de las alternativas que les proponía antes causan furor, puedo sugerir alguna más que me viene al magín ahora que hablo de los cincuenta y del cardenal. Pienso en un par de obras publicadas por la editorial Siruela de las que son autoras Rosa Ribas y Sabine Hofmann: Don de lenguas y El gran frío. Estas cuatro manos de filólogas están consiguiendo cautivar al lector con una suerte de novelas de ambientación histórica en los años cincuenta y trama negra, las vísperas del Congreso Eucarístico de Barcelona en 1953 y el misterio del mundo rural subdesarrollado en un pequeño pueblo del Maestrazgo. Hasta aquí podrían decirme que no hay nada nuevo, pero sí encontramos en su lectura amplitud de horizontes hasta ahora poco frecuentados. La protagonista de los trhiller que han creado es Ana Martí, periodista, hija de colega represaliado, hermana de fusilado, que se abre camino en el oficio investigador para ser reconocida en un ambiente hostil por ser mujer tratando de introducirse en un mundo controlado por los hombres, periodistas y policías, mudos ante un escenario infectado de corrupción, injusticia tiránica, de prejuicios y supercherías religiosas. Como ven poco nuevo bajo el sol.