09 marzo 2016

Celestinas ¿para qué?, ¡pan y rosas! Adiós, Berta Cáceres


http://www.laopinioncoruna.es/opinion//03/08/celestinas-pan-rosas-adios-berta/1048755.html

Un diputado novel usó su tiempo en las dos primeras sesiones en captar portadas y titulares frivolizando con sus gestos y comentarios sexistas. Conseguido su objetivo, todos hablan de su pico con otro diputado y de los guiños entre vecinos y vecinas de diferentes bancadas. ¿Y qué? ¿Quiere ser alcahuete de la prensa rosa en el hemiciclo por si se le acaba la cuota de pantalla? Si esto va a ser la nueva política, va a ser que me borro, me queda tiempo para ver realidades, no tanto para esas puestas en escena.
Este año van cayendo en martes conmemoraciones varias. Hoy, 8 de marzo, es el día de la mujer trabajadora desde que las obreras del textil americanas en 1857 salieron a las calles de Nueva York y a las más de 15.000 que en marzo de 1908 marcharon por la misma ciudad al grito de "¡Pan y rosas!", por la jornada de 8 horas, igualdad salarial, por el derecho a amamantar a sus hijos durante las 10 horas de trabajo, no un día ante las cámaras. Habría que volver a ver la película de Ken Loach (Pan y rosas, 2000) en la que Maya y Rosa, hermanas mexicanas explotadas como limpiadoras en Los Ángeles, conocen a Sam, un activista que cambiará sus vidas, tomando conciencia de sus derechos y de los riesgos que corren al defenderlos.
Y un día de homenaje a las 140 obreras que fueron asesinadas en la madrugada del 25 de marzo de 1911 al arder la fábrica textil Triangle Shirtwaist en la que trabajaban, porque los patronos habían bloqueado todas las salidas.
Hoy recordamos a las luchadoras españolas de las duras huelgas madrileñas del textil en 1976 y1977, más de 6000 en Induyco, en defensa de unas reivindicaciones tan antiguas como actuales, el salario, la jornada, una guardería, salario real durante el embarazo; además, hoy habrá que poner la mirada en el norte de África, en Asia, en las maquilas de Centro América, donde mujeres y niñas son el principal sostén de sus países, tejen y cosen para las grandes marcas de la moda, luchan por unas condiciones dignas de trabajo y de vida, marcas que aquí compramos sin vergüenza a mayor gloria de plutócratas campechanos y caritativos.
No podemos dejar pasar este folio sin rendir homenaje a Berta Cáceres, activista indígena ambientalista hondureña asesinada el pasado jueves. Maestra de 43 años, baleada en su casa, uno más de los 111 asesinatos recientes de activistas ambientales. Berta, de la etnia Lenca, madre de cuatro hijos, estaba amenazada porque encabezó la lucha por la defensa del río Gualcarque, contra el capital chino ansioso de dólares hidroeléctricos que desean la construcción de represas, complejos turísticos, sin importarle lo que se lleve por delante.

El ´caso Barberá´ y otras crónicas de sucesos


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2016/03/01/caso-barbera-cronicas-sucesos/1046579.html

Recuerdo que de chaval me mandaban a comprar el periódico y una vez a la semana, además, tenía que llevar a casa el semanario El Caso, algo que a mi abuela no le podía faltar. Yo no podía leerlo ni de lejos. Obviamente ya pueden suponer que a mis diez o doce añitos, si fumaba a escondidas, nadie iba a conseguir que yo no leyese también a escondidas aquel periódico, al subir los cuatro pisos hasta mi casa o buscándolo en el escondite correspondiente. Otra cosa es que lo entendiese, tampoco vamos a ponernos estupendos, era el mismo puro morbo preadolescente que ver las películas de dos rombos debajo de la cortina. El Casohablaba de asesinatos, robos, asaltos? que normalmente no salían en la prensa normal o lo hacían de forma sesgada; pero eso sí, como después comprendí, al final todos los casos eran resueltos por las fuerzas del orden a las órdenes del régimen, aunque fuese con suspense, para vender el número siguiente. Muchas décadas después llegué a tener relación con El Caso, ya en su ocaso, por razones que no vienen al caso, y disculpen esta suerte de mal calambur.
El caso es que casi echo de menos un medio de comunicación que nos informe, opine y nos deje participar, solo sobre las crónicas de tribunales y los daños colaterales de las mismas; perdonen el atrevimiento; pero algo así como la prensa deportiva, que no frecuento y que ya se va viendo cada vez más contaminada dándole trabajo a las togas y los bufetes.
Imagínense, por ejemplo, el noticiario de televisión o de radio que ustedes frecuenten, mañana, noche? que tal y cómo saben la información de los deportes y del tiempo se la dan al final, haya otro espacio para la crónica de sucesos y en ella nos pongan al tanto del asesinato de aquella señora del PP de León de la que ya no recuerdo el nombre, que nos informen de cómo va el catastro de Ignacio González, Granados y demás cuatreros y alguna madre superiora de la Púnica. Lo mismo podrían hacer con el andorrano clan Pujol, al que se juzga por evadir impuestos hasta en la tierra de la que fue honorable presidente. El caso de la Infanta y consorte también merecería un buen espacio, pero confieso que por mucho que me expliquen no consigo entender nada, admiro a las magistradas a las que les cayó el marrón y confío en ellas. Pero no me digan que lo de Barberá no es de traca, después de que han empapelado a todo bicho viviente a su alrededor, hace valer sus machos bien atados para poner firme a Rajoy y dice que la comisión parlamentaria que la cita a declarar es un tribunal popular y lo es porque está compuesto de personas electas por el pueblo que tiene derecho a saber.
Al final, concluirán lo mismo que yo, no hace falta un suplemento de sucesos y tribunales, hace falta uno de normalidad democrática. Pero no sé yo si El Caso renaciese...

Es lamentable que el 35º aniversario sea noticia

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2016/02/23/lamentable-35-aniversario-sea-noticia/1044326.html

Lo que tendría que estar siendo solo materia de estudio para bachilleres, objeto de investigación para periodistas e historiadores, se nos presente como actualidad rediviva; aquella tarde de lunes en febrero de 1981 venía precedida de multitud de amenazas, colectivos de almendros que incendiaban columnas de prensa, cuartos de cuarteles con altavoz para anunciar la epifanía del salvador como un asalto anunciado, no ya al Congreso, sino el asalto a la libertad.
La autocensura era una realidad incontestable desde las presiones anticonstitucionales años atrás, la información seguía circulando entrelíneas en la nueva prensa y había que seguir acudiendo a buscar en la prensa francesa constataciones de realidades que dentro no podías, ni querías confirmar, aunque fuesen secretos a voces, era la involución.
Con suerte dentro de un par de generaciones estarán atados más cabos y verán la luz datos que hoy se nos siguen escabullendo a los testigos de los tanques en Valencia, las tensiones en Madrid y las indecisiones por doquier.
Mientras tanto no podemos dejar de observar cómo aquellas imágenes, que casi recordamos como un NO-DO, podrían intercambiarse con muchas de las que actualmente vivimos. Parece como si alguien hubiese abierto la jaula de las fieras y todo volviese a valer para llevar el agua a su molino. La involución, otra vez.
No me digan que no es penoso que dos comediantes de títeres con cachiporra en Granada pasen desapercibidos y en Madrid sean encarcelados, que casi 300 sindicalistas sigan pendientes de juicio y acusados por huelgas o manifestaciones, como los absueltos de Airbús.
No puedo entender que más de treinta universidades públicas sigan manteniendo con nuestros impuestos las capillas católicas y que una joven sea juzgada por haberse manifestado hace cinco años sin camiseta, ¿hubiese pasado lo mismo si un servidor enseñase su panza al respetable? Un profesor universitario no puede enseñar bien las matemáticas si tiene cerca de una alumna con escote. ¿Se imaginan a una profesora de literatura que comente en clase algún fragmento erótico del Cantar de los cantares, San Juan de la Cruz, Góngora? y diga que no puede concentrarse porque entre sus alumnos hay un bombero de calendario con ajustada camiseta definiendo su perfecta musculatura?
Quizá la solución sea la del diputado popular madrileño Jesús Formosel, que, preguntado por laPúnica, responde: "Eso no me lo dices en la calle".
Quizá también tenía razón el obispo de Tenerife cuando hace unos años afirmaba que los adolescentes están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo y provocándote, refiriéndose a la pederastia.