31 octubre 2006

`Infoxove´ y el buen rollo

Es posible que sus retoños hayan recibido un ejemplar de la publicación Infoxove. Ya nació el curso pasado, pero me resistí a comentarla por creerla perecedera. Los que no la conozcan pueden acercarse a cualquier instituto para encontrar lotes; a los perezosos les cuento que se trata de un periódico, en papel prensa, al uso, con una portada simplona con foto sin conselleiro.

La primera página interior impar está rellena por un ¡editorial firmado! a cuatro columnas con rúbrica del vicepresidente de la Xunta. En él no hay más que autoalabanza de Quintana y se informa a los jóvenes, en octubre, de que, en agosto, hubo incendios; les cuenta que fueron combatidos por los que sienten amor polo país; les recuerda que él estuvo a pie de obra, no como el ridículo con pose pijo-progre y manguera de jardín. Menos mal que nos confirma que el pueblo nunca abandona al buen gobierno y menos si tiene un buen vicepresidente, merced a lo cual Galicia encontró a más de ¡6.000 personas! que llamaron por teléfono para ser voluntarios por amor e na defensa do país, que tal me parece que estoy leyendo a un Jovellanos venido a menos.

Y tal parece que el redactor de semejante editorial estaba inhalando los humos que procedían de la combustión de algún vegetal que no era precisamente el eucalipto; lo cual me importa un bledo; además estoy seguro de que el vicepresidente no es responsable de tal desaguisado. En la misma página se inserta la mancheta y allí nos enteramos de que corta el bacalao la Dirección Xeral da Xuventude e Solidariedade, dependiente de la Vicepresidencia del buen rollo.

Avanzamos y encontramos una foto en página par, un plano general en el que hay que esforzarse para ver la cara del presidente alrededor de la entrevista panegírica al conselleiro de Medio Rural y fotos a mayor gloria suya.

En las siguientes se compilan testimonios de tres voluntarios, tres, con sus fotos, con sus fiestas y sus sachos. Las gráficas sin desperdicio detallan todos los perfiles posibles -con cuadros, con quesitos, con barras- para llegar a concluir que son 4.685 los inscritos como voluntarios, y que hubo 876 llamadas telefónicas y que 20 era mayores de 70 años. Todo un guinness.

Sigue con mapa de Galicia tamaño natural con los concellos colaboradores y fotos repetidas de los que acamparon en Forcarei con chaleco fosforito. No me busquen connotaciones fuera de lugar.

Continuamos con un tremendo plano general del director xeral da Xuventude rodeado de telefonistas en sus modernas instalaciones, ¡que ya estaba bien de tanto toxo! (...)

24 octubre 2006

Cada uno debe saber dónde pone el bolígrafo

Lo del piso marbellí, al señor del bigote, se lo perdonará todo el mundo, porque a fin de cuentas el que esté libre de pecado que tire la primera piedra y después peque. Sin embargo comprueben cómo en la Suecia recién abandonada por los socialdemócratas después de las últimas elecciones y nada más formado el nuevo gobierno conservador, un par de ministras han de abandonarlo por lo que aquí se trataría de tonterías, como no haber pagado un ridículo impuesto, que en los países serios se paga, por tener televisores y así no sufrir publicidad en los canales públicos. Las buenas de las señoras hacían trampas que podrían alcanzar los cincuenta euros al año. Mírense al espejo. No es que tenga una especial admiración por esos ciudadanos protestantes del norte de Europa; pero, cuando aparece alguna de estas noticias, siempre me acuerdo de que un profesor de mi bachillerato contaba que a los alumnos suecos se les podía dejar solos en los exámenes, que no había que vigilarlos para que no copiasen; ellos sabían que no había que copiar y por eso no lo hacían. Yo no entendía nada, mis compañeros tampoco; compañeras no tenía. Todos, más o menos, hacíamos lo que podíamos con aquellas listas interminables para memorizar. Los exámenes siguen incomodando, un amigo, que tiene la costumbre de abrir el curso de sus alumnos quinceañeros con la lectura de un artículo que habla de un examen, me cuenta que les da la oportunidad de escribir sobre eso, sobre las pruebas escritas, sin pie forzado, sin obligarles a nada y que comprueba que la mayoría se lamenta del estrés, de los agobios previos, del déficit de estudio previo, de las inseguridades personales, pero también ve que cada vez son más los que anónimamente se lamentan de la minoría que abusa, que se aprovecha del recurso a la chuleta y al cambiazo, pero que no es alcanzado por el brazo duro de la ley. Se les tacha de malos compañeros. (...)

17 octubre 2006

Chavas

Leí hace pocos días que en Cataluña estaban jugando con fuego, el comentario venía a cuento de la agresión a los dirigentes del PP, de campaña electoral en Martorell. El analista lejos de argüir lo mismo que los nacionalistas, que el PP se hacía así propaganda victimista, que así ganaba votos... el analista se iba por el camino contrario y aprovechaba aquello del Pisuerga y Valladolid para decirles que recogían tempestades de los vientos anteriores. Pero, como todo biempensante ha de hacer, buscaba un término medio virtuoso, que es lo que se lleva ahora, y reñía a tirios y troyanos, que todos se portan muy malamente. Se olvidaba que allí y ahora unos son los que las dan y otros los que las llevan, nos guste o no la realidad. Nos gusten o no los que reparten y los que reciben y lo que hicieron ambos en el pasado o lo que hacen algunos de ellos en el presente, pero en otros espacios. Puede decir muchas maldades el señor Acebes, que las dice siempre que puede provocar la irritación del contrario, pero hay que dejarlo allí, solito él. No puede ser que aparezca como salvador ante la avasalladora burguesía nacionalista catalana, se acuerda tarde. Decía Jaime Gil de Biedma en 1966, en Moralidades: Era ya un poco tarde / incluso en Cataluña, pero la pax burguesa / reinaba en los hogares y en las fábricas / sobre todo en las fábricas -Rusia estaba muy lejos /y muy lejos Detroit. Dentro de cuatro días no quedará ni rastro de la burguesía gallega, la que supuestamente hablaba gallego en la intimidad, ni tampoco de la catalana que hablaba español con el servicio doméstico y con sus obreros. A esos sus obreros a los que les quedan dos telediarios bajo su nómina, para terminar, en el mejor de los casos, bajo la nómina de un fondo de inversiones que no tiene rostro, que tiene cara dura, que no habla catalán y que sólo sabe hablar de números negativos.(...)

11 octubre 2006

La guerra de los mundos: poetas y tiburones

Soy aquel que no quiso recurrir al recurso del silencio cuando ya no quedaban palabras por aquí"
José Caballero Bonald. Manuel de infractores
Ha sido una semana de poesía y de zarpazos, de poetas y de opas. Fue la búsqueda de lo improbable y el anuncio de lo ya asimilado. José Caballero Bonald fue reconocido con el Premio Nacional de Poesía por su Manuel de infractores, poeta de los 50 que cumple 80 con su premio a un libro que prometió no escribir, como nos lo anunció en La costumbre de vivir. No pudo resistir las tentaciones ni, menos aún, las provocaciones. Un libro "que tiene algo de testamentario" y en el que el autor defiende la insumisión, el descreimiento y la incertidumbre. Una especie de "apología poética de la desobediencia, de la insumisión", afirma el escritor en declaraciones a Efe. Si se acercan a él por primera vez se encontrarán con un poeta de los que se entienden. Con 134 poemas sólo aptos para rebeldes, para gentes que hayan visto la felicidad, aunque sea fugazmente y, sobre todo, para quienes hayan empezado a no reconocerse cada mañana en el espejo, porque no les gusta lo que ven, que hay que cambiarlo. El paso del tiempo, otra preocupación: "¿Dónde estoy, / dónde estaba, qué hago, / quién se parece ahora al que yo fui, / cómo se llama el que yo era? / Me desconozco..." Son los poemas del que no se arruga, tampoco ahora: "una nueva emoción a cambio de la vida" y que orgullosamente proclama: "soy aquel que se jacta de haberse equivocado / cuando con más facilidad pudo impedirlo". Aquí pueden resguardarse y defenderse estos días de calvos y joves y, seguramente, de sus seguros tiburones benefactores. Aunque tenga los oídos taponados por las diatribas que buscan y rebuscan en el capital do país. Aunque tenga el circuito cerebral correspondiente ya saturado de mensajes que digan que "non se pode vender o país" y que no se encuentren por ningún lado euros do país, porque hasta el aprendiz de broker más tonto tiene claro que las bolsas de suelo están donde están, aquí no, y el mercado de las conservas no tiene por qué tener el ombligo en Carballo, para vender el atún en Río de Janeiro. Aunque los maledicientes de siempre se preocupen sólo de intoxicar al personal con la especie de que la culpa de todo es del gobierno que mantiene en vigor el impuesto de sucesiones y transmisiones patrimoniales, cuando todo el mundo sabe que este sólo lo pagan los de siempre, los pringados que heredan la leira, que las fortunas ya tienen la ingeniería fiscal suficiente para desviar patrimonios y beneficios presentes y futuros. Pese a todo vuelvan a este, que es un libro de calle, de leer en alto, no una pancarta, pero sí un permanente manifiesto, puro, denso, directo, barroco por vocación: (...) Y allí mismo, detrás de la estrategia irrevocable del terror, ¿no escuchas el sanguinario paso de la secta, la marca repulsiva del investido de poderes, sus rapiñas, sus mañas, sus patrañas? Atroz historia venidera, ¿en qué manos estamos, cuántas trampas tendrá que urdir la vida para seguir viviendo?

03 octubre 2006

Los panes, los peces y la otra mejilla

Supongo a que a todos los niños les siguen gustando los cuentos de hadas, las parábolas y las narraciones milagrosas. Malo es que al crecer, sigan son semejantes supersticiones y chamanerías. Mientras reflexiono así, me entran dudas, a veces dudo que los supuestos milagros sean un engaño, hipérboles de las que se aprovecha el listo para embaucar al incauto ¿Por qué dudo? Fácil y rápidamente se lo cuento, creo que el secretario de la Conferencia Episcopal, Martínez Camino, hace milagros, ya es hora de que, por lo menos, sea monseñor, que se lo está ganando a pulso. Consiguió que el vicepresidente Solbes soltase la mosca con una facilidad asombrosa, logró que los ingresos de la jerarquía católica a costa del erario público pasasen del 0,5 al 0,7. Pero este no sería un milagro similar al de la multiplicación alimenticia que nos contaban o como el de obtención de aquella buena cosecha en las famosas bodas, si no fuese porque lo realmente sobrenatural es que hubiese conseguido tal golpe de talonario a cambio de nada, gratis total.

Si se fijan un poco, cuando los gobiernos, los que administran su dinero de usted, negocian con los interlocutores sociales y consiguen acuerdos, todos ceden, siempre hay contrapartidas, son sencillas y todo patrón sabe que si suelta la pasta, tiene garantizada la paz social durante el tiempo pactado.

¿Es un milagro o no es un milagro?(...)