26 junio 2007
Pasado y futuro de las lenguas
19 junio 2007
Algo más sobre el 77
16 junio 2007
Más maestros y más calidad de la enseñanza
Como no podía ser de otra forma, fueron surgiendo colectivos profesionales nuevos en los colegios, cuidadores de comedor, monitores deportivos, animadores..., pero se seguía manteniendo la uniformidad del horario del profesorado con el de las horas lectivas de los niños, es decir, el profesorado trabajaba 25 horas (más cinco para otras actividades), las mismas que los alumnos recibían de clase. Puede seguir diciéndose que eran pocas horas, pero hay que estar allí para saber lo que es.
Era una reivindicación muy antigua desvincular ambos horarios y se ha conseguido desbloquear casi de carambola.
La Consellería de Educación se descolgó con una propuesta unilateral de modificación de la jornada escolar -por lo tanto también de la jornada laboral de los maestros- en la que ampliaba las horas de escolarización en junio y en septiembre. El nefasto sindicalismo nacionalista en la enseñanza convocó inmediatamente huelga, ya comentada desde estas líneas, para conseguir nada. Mientras tanto, la Administración no tuvo más remedio que acceder a firmar un Acuerdo con el sindicalismo responsable el 30 de abril, en él se paliaban los efectos del desaguisado, restaurando la jornada de mañana con comedor y abriendo cauces negociadores que vieron su frutos inmediatamente, prueba de ello es que en mas del 90 % de los centros desoyeron la llamadas objetoras que propugnaban la desobediencia desde los agoreros nacionalistas.
El viernes se produce la firma de otro Acuerdo cuya negociación ya estaba comprometida desde abril, se trataba de desvincular el horario de apertura de los colegios del horario de trabajo de los maestros. Por fin se racionalizan os catálogos de los centros, se les dota de especialistas suficientes en inglés desde educación infantil, se amplía la plantilla en más de 1.000 maestros, se reduce su jornada laboral... Aquí los del NON tuvieron que decir que sí, que ya pasaron las municipales.
05 junio 2007
La adolescente objetora
Un sector social teledirigido por el Foro de la Familia usurpa los derechos de esta menor de edad y se enfrenta al Estado, así con todas sus mayúsculas. Sus padres pueden hacer lo que quieran, recurrir, patalear, con todo su derecho, como lo tenemos todos a reivindicar, a presionar contra leyes que creemos injustas, pero sabiendo que habrá quién crea que son razonables, pero usar a esta chica para estos fines es indigno.
La joven que están utilizando como reclamo para la objeción de conciencia contra la asignatura en cuestión es la más necesitada de un buen baño de los contenidos de la nueva materia. Bajo la consigna de "a mí nadie me come el coco" percibimos que esta adolescente, adolece, carece, como todos sus semejantes de ciertas experiencias, es inmadura, no es su culpa, quizá el Sistema Educativo tendría que haberla dotado de cierto bagaje cultural. Por ejemplo, tendría que haberle explicado las características del diálogo entre las personas, de los argumentos razonados, de la defensa de las opiniones propias con respeto a las de los demás, que la carencia facilita la violencia. Tampoco le vendría mal tener alguna noción del marco jurídico en el que se integra esa convivencia dialogante, no tiene que ser docta en leyes, pero sí saber cuáles son sus derechos y deberes, entre otros los correspondientes a los menores de 18 años. Seguramente también le conviene tener conocimiento del cuidado de las personas dependientes, de sus derechos como mujer, de la distribución de la renta o del papel de los ejércitos en los conflictos internacionales.
En resumen, tendría que haber sido inoculada con los perniciosos e ilegítimos contenidos educativos que el malvado Estado le quiere inculcar en una operación de lobotomía escolar.
Los propios centros católicos concertados ya han cedido en sus reivindicaciones -su tajada habrán sacado- y la impartirán tal y como dice su propio asesor, el filósofo de moda, José Antonio Marina, cuando sentencia: ¿Cómo debe ser el buen ciudadano? Si somos capaces de proporcionarle un marco ético claro y estable para que reconozca y respete la dignidad humana, y para que participe en política de manera responsable y consciente, entonces creo que la iniciativa merecerá nuestro aplauso.
Si el Estado flaquea, podrá venir quien demande que no se explique cómo funciona el cuerpo, qué se oculta tras La Celestina o, lo más peligroso de todo, los números irracionales.