16 junio 2007

Más maestros y más calidad de la enseñanza

El horario de los colegios está en el candelero desde hace tiempo, periódicamente salen a la luz las virtudes y las maldades de la jornada continua, la necesidad de extender la red de comedores escolares, que estos sirvan ya los desayunos y que, por lo tanto, los niños sean atendidos desde más temprano. La extensión de las actividades extraescolares por las tardes, los campamentos urbanos en periodos vacacionales, etc. En resumen y, como no podría ser de otra forma, los edificios públicos dan más y mejor servicio a la Comunidad Escolar en la que se integran. Ni que decir tiene que ninguna de estas medidas ha dejado de ser motivo de discusión entre le colectivo docente y entre los padres afectados. El servicio que se reportaba a unos siempre trajo como consecuencia ciertas responsabilidades añadidas, sobre todo, para los equipos directivos de los colegios. Que la escuela siempre fue guardería nadie lo discute; evidentemente, siempre fue algo más importante, pero el componente asistencial siempre estuvo presente tanto en núcleos rurales muy aislados como las antiguas Escuelas Hogar como en los barrios de las ciudades con salarios precarios.

Como no podía ser de otra forma, fueron surgiendo colectivos profesionales nuevos en los colegios, cuidadores de comedor, monitores deportivos, animadores..., pero se seguía manteniendo la uniformidad del horario del profesorado con el de las horas lectivas de los niños, es decir, el profesorado trabajaba 25 horas (más cinco para otras actividades), las mismas que los alumnos recibían de clase. Puede seguir diciéndose que eran pocas horas, pero hay que estar allí para saber lo que es.

Era una reivindicación muy antigua desvincular ambos horarios y se ha conseguido desbloquear casi de carambola.

La Consellería de Educación se descolgó con una propuesta unilateral de modificación de la jornada escolar -por lo tanto también de la jornada laboral de los maestros- en la que ampliaba las horas de escolarización en junio y en septiembre. El nefasto sindicalismo nacionalista en la enseñanza convocó inmediatamente huelga, ya comentada desde estas líneas, para conseguir nada. Mientras tanto, la Administración no tuvo más remedio que acceder a firmar un Acuerdo con el sindicalismo responsable el 30 de abril, en él se paliaban los efectos del desaguisado, restaurando la jornada de mañana con comedor y abriendo cauces negociadores que vieron su frutos inmediatamente, prueba de ello es que en mas del 90 % de los centros desoyeron la llamadas objetoras que propugnaban la desobediencia desde los agoreros nacionalistas.

El viernes se produce la firma de otro Acuerdo cuya negociación ya estaba comprometida desde abril, se trataba de desvincular el horario de apertura de los colegios del horario de trabajo de los maestros. Por fin se racionalizan os catálogos de los centros, se les dota de especialistas suficientes en inglés desde educación infantil, se amplía la plantilla en más de 1.000 maestros, se reduce su jornada laboral... Aquí los del NON tuvieron que decir que sí, que ya pasaron las municipales.

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