30 enero 2018

Se nos acumulan los problemas, ¿quién los ve?


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/01/30/acumulan-problemas-ve/1258515.html



Hay quien dice que M. Rajoy es un poco cegato o quiere hacernos creer que no sabe qué pasa fuera de los senderos pontevedreses frecuentados de buena mañana en sus fines de semana y, por lo tanto, le faltaría el acceso directo al oráculo de Delfos, algo ciertamente complicado porque no sabemos cómo la sacerdotisa encargada de emitir los augurios del dios Apolo obtenía este don.

Allí la sibila transmitía el mensaje de los dioses, algunos afirman que este poder provenía de los gases emanados del fondo de la tierra, pues parece ser que hay fenómenos geológicos que pueden explicar los vapores que la pitonisa respiraba. Que quede claro, no hablo de ninguna vicepresidenta.

M. Rajoy tenía un jefe de gabinete, Jorge Moragas, que podría haberle puesto al tanto de lo pasaba en las calles, en los ayuntamientos, en los parlamentos autonómicos o en Cataluña, un suponer. Desde hace tiempo es tópico que los inquilinos de la Mocloa sufran una angustia vital que les aísla. Si me apuran, el sujeto en cuestión también tendría que haberle contado qué pasaba en su gobierno y en las Cortes Generales; el cruce de cables, con conexión a los altavoces en todos los medios, dejaba claro que entre la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y el señor Moragas saltaban chispas con peligro de electrocución.

No seré quien sostenga que fue acertada la rocambolesca actuación del sujeto Moragas en 2004, a la sazón portavoz del PP, cuando puso palos en las ruedas a la Unión Europea provocando una crisis diplomática en Cuba, cual adalid  de las libertades. Confieso, con un enorme mea culpa,  mi ignorancia; no sabía que el sujeto en cuestión pertenecía a la carrera diplomática, es decir, era embajador de España aunque ocupase otros oficios particulares o partidarios, esa condición no se pierde hasta que cedes tus restos a la ciencia en una facultad de medicina, si les sirven para algo.

Si les digo la verdad, sigo pasmado pensando que este sujeto nos ha estado representando hasta el momento y, lo que es peor, que ahora será nuestro portavoz ante las Naciones Unidas, que todos los dioses habidos y por haber se pongan a la faena, porque de ahí no podría salir nada bueno, ojalá me equivoque.

No creo que el nuevo jefe de gabinete, el sibilino señor Ayllón se aplique más que el embajador Moragas a la hora de escribir, leer y disponer las intervenciones de M. Rajoy o las que haga en su nombre la Jefatura del Estado.

Sin ir más lejos, la semana pasada han estado sembrados, ha quedado claro y nítido que la vicepresidencia de Soraya Sáenz de Santamaría puso a los pies de los caballos al presidente y al ministro portavoz obligándoles a contradecirse a cuenta de las aventuras del señor Puigdemont, que a estas alturas no sé si será presidente electo, seguirá vacacionando, o si ya será comisario europeo para festejos varios.

24 enero 2018

Palabras para Celia


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/01/23/palabras-celia/1256221.html


Permítaseme ultrajar el poema que José Agustín Goytisolo dedicó a su hija Julia con el nombre de la inefable y aparentemente desatada diputada malagueña que nos acompaña desde hace décadas iluminándonos con sus actos, ausencias místicas, meditaciones sonoras, habilidades informáticas y declaraciones varias, todo ello aderezado con sus imágenes robadas por las cámaras, con sus procacidades bien pensadas y por el inquebrantable apoyo del que gozan tanto ella como su consorte, un suponer.
El poeta dedicó los versos a su hija para demostrarle su apoyo en las dificultades, afirmándole que él siempre estaría allí donde hiciese falta, que no olvidase nunca lo que él había escrito pensando en ella.
Intentando haber sido disculpado por Julia Goytisolo y centrándome en la diputada Celia Villalobos, he de confesar que mi primera intención era usar este folio para ponerla a caer de un burro por sus provocaciones; pero, cada vez que lo intento, recuerdo mi experiencia con la gastronomía malagueña y la importancia que en ella tiene la hierbabuena, tanto en una tortilla como en un puchero.
No seré yo el que diga que, cuando ella recomendaba el uso del hueso de cochino en vez del de ternera en la crisis de las vacas locas o cuando se hizo un lío con el orujo, las olivas y el aceite de orujo, estuviese bajo los efectos de alguna otra hierba no tan buena para dar sabor al guiso, sino después de haber probado otra mejor para superar las crisis de ansiedad y recuperar su verbo fácil.
Dicen que Aznar elevó a Celia Villalobos al límite de su incapacidad y que acertó cuando la apartó del Ministerio de Sanidad. Las meteduras de pata de esta buena señora rozaban el espasmo cuando agilizaba las votaciones en el Congreso para ver al Barça. No es extraño que Rajoy haya confiado en su fiel Pastor, doña Ana.
La última perla de la presidenta del Pacto de Toledo ha sido antológica, después de haber hecho un amplio estudio sociológico, bien cocinado en su hogar, espeta que "Hay pensionistas que están más tiempo cobrando la pensión que trabajando" a la hora de reabrir un debate que viene y va sin que se le ponga el cascabel al gato.
La verdad es que me alegra ese arranque de sinceridad, a ver si es verdad que, no ya los pensionistas actuales, sino los futuros abren los ojos y ven qué les está preparando el mundo liberal personificado en ejemplares, espero que en peligro de extinción a su debido tiempo, como su señoría, hoy de actualidad.
La guinda se la ha puesto la página de sucesos, dos hermanas ancianas con subsidios de poco más de 300 euros no han podido pasar sus últimos días de vida en una misma residencia, puesto que se quedarían sin una de las pensiones.
Lo tienen muy bien pensado, pero no todos se atreven a decirlo en alto; para ese trabajo sucio ya están las fuerzas de choque como Villalobos.

18 enero 2018

De cautelas, taras y arrogancias


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/01/16/cautelas-taras-arrogancias/1254075.html



Porque toda patria, para los que la amamos,
—de acuerdo con mi personal experiencia de la patria—
tiene también bastante de presidio.

“En ti me quedo” Ángel González






Permítanme unos segundos de demagogia vulgar y barata, escapista y apátrida. Supongan que estoy esperando la instrucción de un juzgado que posiblemente condene mi conducta, porque mis actos han sobrepasado los límites de cualquier código, porque he defraudado a Hacienda más de lo permitido, porque he circulado en sentido contrario en la vía pública sin carné, sin seguro y con coche robado o porque he maltratado al prójimo. Me comunican unas medidas cautelares que implican la privación de libertad, lógicamente me reboto -o como se diga- porque yo soy, un suponer, anestesista y sustituirme en mi puesto de trabajo es prácticamente imposible, por lo tanto -y por el bien de los enfermos- he de estar libre para atenderlos. Si fuese pescadero en el mercado podría argumentar lo mismo. Es decir, no puedo ser médico ni pescadero por videoconferencia; parece ser que otros oficios sí se pueden ejercer desde Bruselas o desde cualquier centro penitenciario.

Es cierto que cualquier ciudadano tendría que poder decidir qué pescadero le limpia la merluza o qué anestesista le duerme para arreglarle la cadera; pero no es menos cierto que, en una lista electoral cerrada, todos hemos votado las siglas que encabezan la papeleta, por lo tanto, hemos dado conformidad a que cualquier nombre que allí figure nos represente, si es que está disponible y lo desea; en caso contrario, ya habrá posibilidades de relevo.

Afirmo que todos tenemos alguna tara que nos limita, hay veces que es más nítida y otras, más opaca. Trato de analizarme y compruebo que soy cada vez más bajito, que soy un canijo de solemnidad, que podría andar más arrastrado que Gregorio Samsa, otro suponer.

Tan canijo me considero que si me encontrase ante Rodrigo Rato y tuviese opción de preguntarle -no de acosarle, por favor- solo me imagino acurrucadito bajo su hombro, por encima del cual me estaría observando ese genio de las finanzas al que conservo en mi memoria, no solo tocando esa ridícula campana de la Bolsa, sino acudiendo a retiros de meditación budista -ese es mi Rato- a las órdenes de un gurú para que le cure el estrés, la ansiedad y aumente su virtud. Suponía que la comida vegetariana y las rutinas monacales del evento le habrían hecho efecto antes de comparecer en las Cortes; pero -visto lo visto- han fracasado los inductores a la meditación, puesto que la reencarnación del político del que se ha sabido que ocultó varios millones en sociedades opacas panameñas, además de las tarjetas y otras baratijas, se ha frustrado; sigue alto y fuerte, mirando por encima del hombro a los mortales.

Menos mal que tenemos a Trump que nos recuerda lo que somos, un cagallón fluyendo por riachuelo, cual Ulises, pero que aún somos útiles para albergar sus bases militares con sus barcos y sus aviones que nos protegen no sé muy bien de quién.

10 enero 2018

¿Huele a bueno este año nuevo?


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/01/09/huele-bueno-ano-nuevo/1251896.html



No es que servidor haya esperado, ni aguarde, milagros este año nuevo; mucho menos una vida nueva; pero, vaya, no estaría de más algún detallito, algún cambio positivo se hubiese derramado en los boletines oficiales, que de las declaraciones de buenas intenciones pasásemos a vislumbrar actuaciones que nos animen a congraciarnos con nosotros mismos y algunos de nuestros semejantes.

Nos asomamos, observamos que ya se han acabado las colonias y los perfumes. Cataluña sigue sin estar colonizada y los que lo deseabais, ya estáis perfumados en múltiples lenguas.

Hablando de perfumes, no sé la razón por la cual recuerdo ahora al personaje creado por Süskind, Grenouille, aquel perfumista asesino. Una de esas obras que solo se lee una vez, en la que se describen muy bien los olores; pero en la que no hay un protagonista interesante, no hay un hilo argumental bien construido, ni un final a la altura. No es fácil conseguir que el lector empatice con un personaje malvado, es necesario escribir como Nabokov para crear el pederasta Humbert Humbert, ser detestable, contra casi todos nuestros principios, que sin embargo nos atrae. No como el Grenouille insulso de prodigioso olfato, azarosa vida y nada más. Es un niño que pasa de mano en mano porque nadie le quiere, a partir de ahí perpetra un asesinato tras otro para terminar el relato en un deus ex machina ilógico y desproporcionado, desesperado y completamente fallido, el personaje se rocía con el contenido de su adorado frasco, con las esencias conservadas tras sus crímenes y los habitantes de aquel hediondo París lo descuartizan y devoran, orgullosos y felices. ¿Gran éxito de ventas? Sí, pero también 50 Sombras de Grey.

Sirva este breve comentario recordatorio de El perfume para reflexionar sobre otros olores, sobre si sigue oliendo a podrido en Dinamarca, Austria, Polonia Bruselas o más cerca. Mi olfato no alcanza a saber, ni siquiera a recordar, quién está preso o quién ha salido depositando un pastizal indecente como fianza ante los tribunales.

Pero el olfato de nuestros gobernantes sigue perfectamente engrasado, de pronto les ha entrado una suerte de euforia pactista para lavar las vergüenzas malolientes y no caben en sí de gozo, comprometiéndose a subir el salario mínimo y no el Iprem; ensalzando el pacto contra los asesinatos de mujeres sin poner un eurito que financie las medidas de prevención necesarias, los refugiados que salvan la vida en su peripecia lo hacen para aparecer suicidados en Archidona. Para colmo de males nos confirman algo que ya todos olfateábamos, Trump lo tiene todo más grande y es analfabeto funcional. ¿Eufóricos estamos?


02 enero 2018

Eufemismo, metáfora y engaño


www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/01/02/eufemismo-metafora-engano/1249865.html




La metáfora nos resulta clarificadora o puede hundirnos en la ignorancia. No sé si sigue viva la polémica que comenta el romance Álora, la bien cercada; si el poeta habla del cortejo amoroso a una dama o de la descripción del cerco a la localidad malagueña; la solución queda al librepensamiento del receptor; pero el autor no trataba de provocar ninguna suerte de burla o engaño.

También son antiguas las refriegas internacionales; "el vicio inglés" florece en la época victoriana como tortura infantil golpeando las nalgas escolares con la vara y seguir en las prácticas sadomasoquistas. Asimismo recuérdese que a la sífilis se la llamaba "mal francés" o "mal español", según el lado de la frontera que ocupara el paciente o se hablaba del mal de Hansen para referirse a la lepra.

Si el gobernante nos habla de "reacomodamiento de precios de la electricidad" enmascara la subida supina de los mismos; lo mismo que si menta la "flexibilidad laboral" en lugar de despidos más baratos o aquellos "daños colaterales" de trágico recuerdo.

¿Cuál es el verdadero poder que tienen las palabras; que se busquen expresiones para usarlas de otra guisa? Es viejo el tópico de que lo que no se nombra no existe, se rebautiza la realidad para hacerla más aceptable y, así, modificar la mala percepción que produce. Sostengo que el español de América es más original, y quizá brusco, al usar eufemismos; recordemos la fuerte polémica suscitada en Chile cuando en los textos escolares se quiso llamar a los gobiernos dictatoriales de Pinochet como "regímenes militares".

Allí se han inventado conceptos disparatados como "crecimiento negativo", los ricos no tienen "problemas", sino "desafíos" o "retos" y los mendigos que rebuscan papeles, cartones y otros desechos en las basuras son llamados "recuperadores urbanos".

Hay quien considera que los eufemismos son una variante de la ironía, que suavizan más de lo que dicen. Son a la comunicación lo que la sal a la comida; pero el problema tiene que ver con el sentido de un discurso, que no está en el discurso mismo, sino en la diferencia entre lo que se dice y lo que se podría haber dicho y no se dijo. Un orador religioso tendrá que elegir, para conmover a sus seguidores, entre describir las delicias del cielo o los horrores del infierno.

Pasará a las antologías, no del eufemismo ni de la metáfora, sino del engaño, el presidente Rajoy, no sólo por sus trabalenguas, sino por sus hilarantes mentiras como la del "crédito blando" para hablar del rescate bancario o la última del viernes pasado del "gobierno no democrático" para referirse a la dictadura franquista y postularse como sumo hacedor del bienestar y la única garantía de supervivencia.