26 febrero 2008

Que les apliquen el código de circulación

Estos días disfrutamos de un anuncio en televisión en el que un payaso disfrazado de personaje intermedio entre mariscal y domador de circo imita a un militar arengando a su tropa y anuncia que después del 23 de febrero irán todos los precios al suelo. Una gracieta propia del humorista más cutre del amplio elenco de humoristas cutres que pululan por las ondas. Claro que se puede hacer broma con todo, hasta con los golpistas, pero no creo que a la tienda de electrónica le cunda el anuncio y al creativo publicitario le salgan grandes ofertas.Al final del año 78, después de las primeras elecciones y en vísperas del referéndum constitucional eran frecuentes en los pueblos las patrullas armadas y uniformadas que paseaban sus jeeps americanos de la IIª Guerra Mundial para que los parroquianos de la Galicia profunda se enterasen de que eso de votar estaba bien, pero votasen lo que votasen, los fusiles seguirían diciendo lo que había que hacer.El año 81 en La Coruña un militar pistola en ristre al mando de su tropa intentó disolver una manifestación; sufrió un castigo de tal magnitud, quedó tan escarmentado y depurado en su escalafón que 27 años después toda su larga retahíla de apellidos ha tenido que volver a salir en los papeles por ser arrestado y destituido de su cargo militar en la misma ciudad por hacer unos comentarios sobre la ley de memoria histórica que podría hacer perfectamente como civil, después de afiliarse a un partido político o haciendo uso de sus derechos ciudadanos. El sistema no funciona.El ex general Mena que arengó contra el estatuto de Cataluña acaba de publicar un libro de memorias en las que detalla cuántos de sus colegas de la cúpula militar le apoyaron cuando fue destituido por el ministro Bono, no sabemos sus nombres, pero siguen en activo. Por si fuera poco este 23F ataca al Gobierno en una entrevista. El sistema sigue sin funcionar.El general Blas Piñar, que no me explico cómo llegó a general después de haber promovido y firmado el manifiesto de apoyo a los golpistas del 23-F, acaba de despacharse a gusto y por escrito ante sus jefes porque no le dan una medallita y no le ponen al mando de una brigada. Sería el colmo de la ineficacia del sistema.Son perlitas que como las homilías y manifestaciones episcopales dejan la moral por los suelos, son las que nos hacen preguntarnos qué clase de modernización sufrió este país, qué clase de gobiernos hicieron posible que estas cosas sigan sucediendo. Será pesimismo, pero no me digan que es esto lo que se merece una sociedad civil responsable, adulta, civilizada, europea y homologable con sus vecinos en casi todos sus ámbitos. Que durante los primeros ochenta hubiese que ser templagaitas, es posible; pero que a estas alturas el Gobierno se limite a dictar arrestos domiciliarios contra estos delincuentes es muy contradictorio, creo que habría que aplicarles el código de circulación; no sé si pasarían las pruebas de alcoholemia, pero un examen de Educación para la Ciudadanía de la ESO, seguro que no lo pasan. El silencio de los corderos de Mariano es más doloroso todavía. Sin duda otorga. www.la felizgobernacion.blogspot.com

19 febrero 2008

¿Estudias o trabajas?

Oigo, leo y me pasmo sin contemplaciones ante las continuas ofertas que demandan que se cumpla la ley; hace semanas que me hago eco de frivolidades ofrecidas a diestro y siniestro. Pero estos últimos días están sobrepasando la escala esa de los terremotos que nunca sé escribir bien. Está bien que digan que hombres y mujeres han de cobrar lo mismo por trabajar en el mismo puesto, que todos tienen derecho al agua en el grifo o que no se les mutilen los genitales, todo está regulado por leyes que se han de cumplir, sí o sí. Pero hay alguna norma que afecta a pocos y que los caporales de ambos partidos aún no han puesto en el candelero, quizá porque sólo afecta a los jóvenes o porque perjudica seriamente a los patronos. Titulo el folio con aquella vieja pregunta que dicen se hacía en los viejos bailes o discotecas para intentar ligar, la verdad es que a nadie oí decirla ni que nadie la hubiese escuchado. Pero es muy cierto que muchos jóvenes se ven en la encrucijada de hacerse la pregunta; no saben si estudian o trabajan o si hacen las dos cosas gratis o si las hacen en la economía sumergida. Teóricamente son estudiantes de los últimos cursos, son recién titulados o son titulados que aún no tienen experiencia en su oficio; se les ofertan puestos de trabajo, sí, curro puro y duro, no puestos de formación, no puestos de prácticas, sino horarios y responsabilidades que corresponderían desempeñar a trabajadores en activo, con su salario de convenio colectivo, con su seguridad social, sus trienios...pero el pícaro empresario sabe que utilizando cualquier subterfugio legal es capaz de usufructuar a la chavalada capaz y formada para que le haga el trabajo de un señor cuarentón que disfruta de sus vacaciones. Abran cualquier periódico que traiga ofertas de trabajo y podrán encontrarse con cosas asombrosas; a modo de ejemplo pueden leer que se buscan becarios que respondan como jefes de recursos humanos, responsables de cadenas de montaje, cazatalentos y todo lo que puedan imaginar; les cuento por ejemplo que las dos mayores empresas privadas de Galicia, la una que se dedica a hacer coches y la otra a fabricar ropa a todo trapo, ambas, buscan sin cesar becarios exigiendo currículos propios de un máster, ofrecen compensaciones económicas -que no salarios- ridículas, reclaman dedicaciones esclavistas y no aceptan para el puesto a nadie que no sea capaz de desempeñar un puesto cuyo perfil sería adecuado para un profesional de dilatada experiencia. Es decir, buscan mano de obra, buena, cualificada, sumisa y barata; algo que nuestras escuelas de formación profesional y nuestras universidades producen sin cesar. Pero claro, siempre tiene que haber quien vea la botella medio vacía. ¿Dónde iban a encontrar cobijo y experiencia laboral estos jovenzuelos sin que la oferta de las multinacionales les amparase? ¿Qué pasa? ¿Qué no saben que hay que ser humildes y respetuosos? ¿No saben que todos empezamos de aprendices? ¿Acaso ignoran que hay que barrer talleres? ¿Ya quieren ganar mil euros desde el primer día? ¿Es que nadie se va a dar cuenta de que es por su bien? Las leyes, en este caso, también existen, sólo hay que prometer cumplirlas.

12 febrero 2008

De colores

Parece mentira que el candidato Rajoy quiera hacerle la puñeta a los deportistas de elite que nos deleitan con sus habilidades futboleras, no sé qué le importará a él de donde vengan, cual sea su pasaporte, su lengua materna, las liturgias que practique... lo que le tiene que importar es que marque goles para su equipo. No me explico a cuento de qué viene ahora prometer que meterá las narices en las intenciones, costumbres y demás particularidades de estos fichajes multimillonarios que seguro repercuten muy, pero que muy positivamente en las arcas de las haciendas públicas, tanto en la nacional como en la autonómica. Me llama la atención, mas no me altera el ánimo, el comprobar como un pacífico ciudadano se detiene a la hora prevista, se arrodilla y habla con su dios un ratito en medio de la calle. Ni me molesta ni le molesto, paso a su lado e interrumpe mi camino muchísimo menos que una procesión cualquiera. Falta poco más de un mes para que abran las urnas y nos está acostumbrando -día sí, día también- a una novedad que provoca cuando menos el pasmo de los contribuyentes -alguno- y votantes todos. Ahora le toca la fibra sensible al nacionalismo y quiere hacer salir el torero que todos llevamos dentro. Comprendería que se alarmase y tratase de poner coto a los desmanes urbanísticos de la costa mediterránea plagados de adosados sin agua corriente comparados a tocateja por jubilados de la vieja Europa para poner la artrosis al sol. Comprendería que pusiese el grito en el cielo si echase las cuentas del turismo sanitario de estos venerables pensionistas del euro que se enganchan a las listas de espera de la sanidad pública española para costearse por el morro los arreglos de chapa y pintura que precisan -una rodilla por aquí, una cadera por allá- cuando en sus países de nación les mandan a tomar viento. Creo que ninguno de estos colectivos entran en las cuentas del contrato que se quiere sacar de manga este aprendiz. La verdad es que a él lo que le preocupa es el paisaje, lo que se ve en el metro, mucho negro para su gusto, mucho indígena de aspecto precolombino, mucha lengua fuera de lugar. No sé si es cierto que para entrar en EEUU te preguntan si eres comunista o si vas matar al presidente; pero lo que pretende el pretendiente es algo parecido. ¿El mafioso de la prostitución llegado del Este europeo le firmará un contrato de buena conducta? ¿Los miembros de las bandas del asalto organizado pasarán los la subdelegación del gobierno de turno para decirle a Rajoy cual es su hoja de ruta para los próximos meses? ¿Qué milongas nos quiere vender? A lo mejor pretende llevar un escribiente a cada cayuco para que levante acta de las intenciones del inmigrante, pedirle el extracto de su plan de pensiones y que firme un testamento donando sus bienes a la hacienda pública. Creo que hay que demandarle un poquito más de sensatez y menos insultos a la inteligencia del votante, las leyes españolas ya prohíben, persiguen y castigan discriminaciones, ablaciones, mutilaciones y demás delitos cometidos por sujetos nacidos aquí o allá. Lo de menos es si comen cochino, cordero o beben mate. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

05 febrero 2008

Entre esos tipos y yo hay algo personal

Probablemente en su pueblo se les recordará como cachorros de buenas personas, que hurtaban flores para regalar a su mamá y daban de comer a las palomas. Probablemente que todo eso debe ser verdad, aunque es más turbio cómo y de qué manera llegaron esos individuos a ser lo que son ni a quién sirven cuando alzan las banderas. (J.M. Serrat)
Seguro que recuerdan las viejas definiciones de la Enciclopedia Álvarez, de los viejos libros de Ciencias Naturales con los bichos dibujados; los reportajes de Félix Rodríguez de la Fuente -su voz, su entonación me espantaban-, quizá los documentales de Nacional Geographic y esas cosas de TVE-2 sí nos traigan de vez en cuando ejemplos de lo que les quiero comentar hoy. Empecemos por los parásitos, nos enseñaron que eran aquellos organismos vivos que se nutrían de otro, que podían ser más o menos perjudiciales en función de la cantidad de alimento o de la toxicidad de los productos de su metabolismo. No me queda más remedio que decir lo más alto y claro una vez más que monseñor Martínez Camino, portavoz de la Conferencia Episcopal de los católicos es un parásito más, desde el punto de vista científico, vive del contribuyente y segrega intoxicación política. Pero se puede hacer algún matiz, los parásitos, decían los viejos libros, pueden ser obligados, es decir, o viven de su huésped o no viven; también pueden ser facultativos, es decir, que tienen la facultad de vivir saprofíticamente. No me digan que ese día lataron a clase. Los obispos que nos rodean podrían buscarse la vida de otra forma, pero no les da la gana; es más, a su huésped -el Estado- le va la marcha y se deja chupar la sangre, los alimenta con ofrendas a sus iconos, hace suyos sus santorales y calendarios, su jefe de Estado hace funerales de Estado, bautizos de Estado, bodas de Estado, pero presidido todo por el parásito de turno. Que mantienen su poder porque alimentan el miedo a la muerte y se aprovechan de ello como las bacterias es hecho probado. Hoy la biología estudia a los parásitos como una forma de simbiosis, pero yo creo recordar que la estudiábamos como fenómenos ajenos uno del otro, en la simbiosis hay equilibrio de fuerzas, hay toma y daca, era el caso de las algas y los hongos en los líquenes, el cangrejo ermitaño... seguro que todo ha cambiado ya. Pero lo que sigue igual es la simbiosis entre la jerarquía eclesiástica y la derecha política, su dependencia y paralelismo vital es tan grande que podríamos hablar incluso de retroalimentación, esa especie de sin ti no soy nada. Ese feed back, una especie de mutuas palmaditas en la espalda que sirven para avanzar, para dar apoyo, para corregir errores. Si mis fieles seguidores son tus potenciales votantes, no te preocupes que yo les diré que si no te votan están en pecado; a cambio tú, cuando mandes, me concederás toda clase de prebendas. Así de fácil. Entre esos tipos y yo hay algo personal, decía Serrat.