12 febrero 2008

De colores

Parece mentira que el candidato Rajoy quiera hacerle la puñeta a los deportistas de elite que nos deleitan con sus habilidades futboleras, no sé qué le importará a él de donde vengan, cual sea su pasaporte, su lengua materna, las liturgias que practique... lo que le tiene que importar es que marque goles para su equipo. No me explico a cuento de qué viene ahora prometer que meterá las narices en las intenciones, costumbres y demás particularidades de estos fichajes multimillonarios que seguro repercuten muy, pero que muy positivamente en las arcas de las haciendas públicas, tanto en la nacional como en la autonómica. Me llama la atención, mas no me altera el ánimo, el comprobar como un pacífico ciudadano se detiene a la hora prevista, se arrodilla y habla con su dios un ratito en medio de la calle. Ni me molesta ni le molesto, paso a su lado e interrumpe mi camino muchísimo menos que una procesión cualquiera. Falta poco más de un mes para que abran las urnas y nos está acostumbrando -día sí, día también- a una novedad que provoca cuando menos el pasmo de los contribuyentes -alguno- y votantes todos. Ahora le toca la fibra sensible al nacionalismo y quiere hacer salir el torero que todos llevamos dentro. Comprendería que se alarmase y tratase de poner coto a los desmanes urbanísticos de la costa mediterránea plagados de adosados sin agua corriente comparados a tocateja por jubilados de la vieja Europa para poner la artrosis al sol. Comprendería que pusiese el grito en el cielo si echase las cuentas del turismo sanitario de estos venerables pensionistas del euro que se enganchan a las listas de espera de la sanidad pública española para costearse por el morro los arreglos de chapa y pintura que precisan -una rodilla por aquí, una cadera por allá- cuando en sus países de nación les mandan a tomar viento. Creo que ninguno de estos colectivos entran en las cuentas del contrato que se quiere sacar de manga este aprendiz. La verdad es que a él lo que le preocupa es el paisaje, lo que se ve en el metro, mucho negro para su gusto, mucho indígena de aspecto precolombino, mucha lengua fuera de lugar. No sé si es cierto que para entrar en EEUU te preguntan si eres comunista o si vas matar al presidente; pero lo que pretende el pretendiente es algo parecido. ¿El mafioso de la prostitución llegado del Este europeo le firmará un contrato de buena conducta? ¿Los miembros de las bandas del asalto organizado pasarán los la subdelegación del gobierno de turno para decirle a Rajoy cual es su hoja de ruta para los próximos meses? ¿Qué milongas nos quiere vender? A lo mejor pretende llevar un escribiente a cada cayuco para que levante acta de las intenciones del inmigrante, pedirle el extracto de su plan de pensiones y que firme un testamento donando sus bienes a la hacienda pública. Creo que hay que demandarle un poquito más de sensatez y menos insultos a la inteligencia del votante, las leyes españolas ya prohíben, persiguen y castigan discriminaciones, ablaciones, mutilaciones y demás delitos cometidos por sujetos nacidos aquí o allá. Lo de menos es si comen cochino, cordero o beben mate. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

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