04 enero 2011

Consenso o que los dioses le amparen (y II)

Quedaba claro el martes pasado que hablábamos de los problemas de las pensiones no sólo del hoy y del mañana, sino del pasado mañana, dentro de varia décadas. Sabemos que sobre el 2040 puede haber más de 15 millones de pensionistas y que seguramente cobrarán su pensión durante una media de más de 18 años. ¿Cómo se pagarán? Está claro que la pirámide de población no arroja datos optimistas para los contables, pero también es cierto que los movimientos migratorios, dos o tres centenas de miles de media anual, tendrán efectos saludables sobre los ingresos de la seguridad social. Por lo tanto, queda claro que el objetivo no es tanto equilibrar los grupos de edad de la pirámide como garantizar que estas personas, nacidas o no aquí, tengan un empleo de calidad, que genere riqueza. Paso a paso parece que vamos dando con el clavo, o reformamos nuestro mercado de trabajo, en el marco de un modelo productivo competitivo, o no hay bienestar que valga. Los que dicen que esto va para largo seguramente tendrán que explicar si los parches que hemos ido poniendo en las últimas décadas han servido para algo. Estamos paralizados, el empleo de las mujeres aún es más del 15% inferior al de los hombres; los jóvenes empiezan a trabajar tarde y mal (40% de desempleo) tras un abandono compulsivo de las aulas (30%). Estas son las claves sobre las que hay que actuar para garantizar el futuro de las pensiones, de un sistema equitativo en el que haya, como hasta ahora, relación entre lo cotizado y lo recibido, entre el esfuerzo y la pensión, al tiempo que debe haber la solidaridad precisa con el que no pudo hacer un esfuerzo superior para que reciba una pensión digna, recordemos que hoy casi el 30% de los pensionistas reciben complementos para llegar a la pensión mínima. Desde 1985, fecha del primer conflicto serio por la reforma de las pensiones, hasta el pacto de Toledo en 1995 han surgido múltiples tensiones (1988, la ley de las no contributivas de 1990, las broncas de 1992, 1994?), ¿qué hemos aprendido? Indudablemente que las reformas han sido necesarias, pero también que las tensiones y las presiones también lo han sido. Hoy vemos cómo se actúa sobre el gobierno contra el sistema poniendo en serio peligro el pacto social que lo sustenta. La oposición no tiene otro objetivo que darlo por difunto y echarle la culpa al resto. Hay un par de errores de bulto en esta tensión rupturista. El camino es ancho, tiene varios carriles, para que se pueda circular a distintas velocidades. Hay que reforzar la estructura de los ingresos, sin recortes ni rebajas, al tiempo que el Estado se hace cargo totalmente de los costes de los complementos y de las acciones no contributivas, así como del coste del sostenimiento de la estructura y personal de la seguridad social. A largo plazo hay que actuar sobre el mercado de trabajo, fomentando la estabilidad en el empleo al tiempo que se diseñan medidas de flexibilidad internas para casos de dificultades de viabilidad, hay que mejorar la formación y poner coto al abandono escolar prematuro, hay que potenciar las medidas que ayuden a los sectores de población con hijos a cargo. El fenómeno migratorio es una realidad y seguirá siéndolo, hay que regularlo, huir de la economía sumergida y del empleo precario para los inmigrantes, hay que incrementar la tasa de actividad de las mujeres, de los jóvenes y de los mayores de 55 años, hay ejemplos vigentes y contrastados, sin experimentos ni invenciones, de que son compatibles el empleo parcial del estudiante con la reducción de jornada del mayor de 55 años. Al mismo tiempo hay que afrontar reformas internas del sistema sin acudir necesariamente al retraso obligatorio e indiscriminado a los 67 años, está demostrado que se puede incentivar a los mayores de 65 años sin incrementar los gastos y que podemos ampliar la jubilación anticipada a partir de los 61 años con coeficientes reductores. Las prestaciones por viudedad han de ser revisadas a medida que las tasas de actividad femenina sean mayores y estudiar la posibilidad de que se puedan sustituir por prestaciones temporales o de pago único, reforzando al mismo tiempo la protección por orfandad. Es posible estudiar otros parámetros, como los 15 años de carencia o los 35 años de cotización para llegar al 100%, pero siempre con el consenso por delante.

28 diciembre 2010

Consenso o que los dioses le amparen (I)

Se nos está llenando la boca con el mantenimiento del estado de bienestar; pero no sabemos qué es eso. Estado de bienestar lo tienen los que lo inventaron y lo mantuvieron, alimentándolo con sus impuestos, por aquí tenemos lo que queda del auxilio social, las casas de socorro y las escuelas gratuitas. Ya sé que es una exageración, que tenemos ley de dependencia, seguridad social y sistema educativo; pero todo está tan pillado por los pelos, con tal grado de fragilidad que a la mínima ventolera que se levante, los tres o cuatro pilares que dicen que le sostienen se derribarán como chabolas del tercer mundo en un tornado. Estos días llena más papel el futuro de las pensiones públicas, seguramente antes de pronunciarse sobre las cifras mágicas (65, 67, 20, 25...) que circulan amedrentándonos y levantando protestas, haya que analizar alguno de los argumentos de moda y dejar claras las premisas. Las pensiones no las paga el gobierno de turno, sino -hoy en su totalidad- las cotizaciones de los trabajadores en activo, tanto las descontadas directamente de la nómina del trabajador, como las abonadas por la empresa como salario diferido, es decir, dependen totalmente de las rentas del trabajo, de suerte que tendrán que ser trabajadores y empresarios los más legitimados para diseñar las reformas del sistema. Además de esto se presentan ante la sociedad discursos falsos que en nada reflejan la realidad. Por ejemplo, se dice que la seguridad social va mal y que por lo tanto hay que bajar las cotizaciones, es el argumento de los empresarios, porque sería la forma más rápida de abaratar costes y vender más. Otros dicen que la seguridad social no va bien y, por lo tanto, no hay que hacer nada, hay que quedarse quietos; lo suele usar la izquierda argumentando que todas las predicciones demográficas hechas en las anteriores reformas, fracasaron. También hay quien dice que el futuro de la seguridad social peligra y que lo que hay que hacer es recortar prestaciones ya que la crisis, la longevidad de los nacidos desde los 60 y el descenso de la actividad económica lo justifican. Las tres certezas son verdades a medias, pues es cierto que el sistema tiene salud gracias a las reformas anteriores, también es cierto que el hacer hucha con las reservas (políticas anticíclicas, ahorrar para las vacas flacas...) garantiza un futuro, no eterno; pero también es cierto que rebajar el 1% de las cotizaciones (los empresarios siempre piden del 5% en adelante) ya significa pan para hoy y hambre para mañana. Por lo tanto, estudiemos qué, cómo y cuándo hay que tocar el sistema para que siga siendo sostenible. Quedan lejos los agoreros anteriores al 95 que profetizaban la catástrofe del sistema de reparto y vendían las bondades de los sistemas de capitalización (yo ahorro para mí). El Pacto de Toledo, entonces, ya optó por consolidar este modelo solidario entre rentas y entre territorios manteniendo la caja única. Hoy no se atreven a amenazar con lo mismo, hoy hilan más fino, aspiran a implantar de una vez la pensión zócalo, es decir, que el sistema nos garantice la supervivencia con la pensión mínima y todos nos paguemos la suplementaria privada, rompiendo de ese modo con las tres virtudes antes mencionadas. También hay quien prefiere sustituir las cotizaciones por impuestos sobe la renta, aumentando así el beneficio empresarial quedando las pensiones a merced y a cuenta del estado y no de la caja única, un suicidio político y económico. En el siguiente folio hablaremos de las alternativas. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

21 diciembre 2010

Estado de alarma y ´vivan las caenas´

Lejos de nosotros la funesta manía de pensar" o "Lejos de nosotros la novedad de discurrir" -circulan las dos versiones-; con estas frases el claustro de la universidad de Cervera (Lérida) creía interpretar el sentir del pueblo municipal y espeso y así se manifestaba ante el rey contra la libertad y reclamaba mano dura; eran los comienzos del XIX y el influjo europeo comenzaba a traspasar los Pirineos, el inexplicablemente deseado Fernando VII saltaba de orilla a orilla del pensamiento optando por las de cal y el respeto a los incipientes derechos ciudadanos o las de arena y el suministro de leña y represión; no sin razón ha pasado a la historia, junto a su padre, como uno de los reyes más nefastos de la historia de España. Dentro de muy poco celebraremos los 200 años de tales acontecimientos, veremos a ver en qué marco incomparable nos acoge la efemérides. No es hora seguramente de hacer el seguimiento de los despropósitos cometidos a lo largo de este tiempo a la luz de tales sentencias, sino más bien de la repercusión que hoy tienen o puedan tener. Dejando claro que la faena de los controladores es un delito de tamaño natural, las meninges seguramente dictan a todo ciudadano de bien que todos los males que les ocurran a los desalmados, que dejaron a medio millón de personas descompuestas y sin viaje, son pocos y benévolos. También queda claro que semejante atentado no ha de quedar impune y que el peso de la ley tendrá que recaer sin piedad sobre todas y cada una de las cabezas según su grado de responsabilidad. No me gustan los uniformes, los de los militares o los de los colegios de monjas, los de los camareros o los de los recepcionistas, ni siquiera echo de menos los de los serenos o los de los acomodadores del cine; evidentemente tengo que convivir con ellos y soportar su utilidad dentro de su ámbito, pero no me queda otro remedio que controlar la ansiedad cuando uno se acerca. Quizá sea por eso que me costó digerir la presencia de militares en las torres de control, seguramente fue la solución imprescindible en una situación de urgencia; quizá no quepa duda de que, ante el reto de los que aprendieron ese pseudosindicalismo con Alcapone y la escuela de Chicago, el estado no podía haber reaccionado de otra forma; pero días después, cuesta digerir que ese mismo estado no tenga otros mecanismos de disuasión distintos del estado de alarma, para que estos sujetos no se pongan otra vez a España por montera, es difícil sostener que en un país cuya legislación mantiene varios millones de parados, hombres y mujeres que en alguna ocasión tuvieron un empleo, que lo perdieron por causas económicas, disciplinarias o, simplemente, porque al señor patrón le salió su despido de las narices, por ejemplo, no haya ley civil que disuada a los salvajes de faltar al trabajo sin razón porque no hay nadie que se ponga en su lugar. Mis cautelas hacia la renovación del estado de alarma nada tienen que ver con los que alimentaron y avivaron el conflicto sin cesar, sino porque ellos mismos serán los que no duden en reclamar soluciones similares cuando colectivos de salarios míseros acudan a la huelga legal para mejorar sus condiciones de trabajo. Si abrimos la espita, pronto se pedirán cadenas para todos, por discurrir. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

15 diciembre 2010

PISA 2009: hay que asfaltar el camino

Como cada vez que se hace público el Informe PISA, este folio ha de hacerse cargo de la llamada y lanzar un par de reflexiones al aire sobre las conclusiones que remite el sesudo estudio, siempre con la distancia necesaria y sin dejarse llevar por la marea interpretadora y frecuentemente maliciosa que prematuramente se asoma a los 200 folios de texto y gráficos sin haber tenido tiempo material para hacer una lectura comprensiva de los mismos y sin dominar lo más mínimo las claves de su elaboración e interpretación. A menudo, ya es un tópico, las conclusiones están escritas de víspera y sirven de escarnio del contrincante electoral sin tener en cuenta las fechas en que se hacen las pruebas al alumnado, de suerte que alguno se lleva un buen susto al saber que era él el que gobernaba entonces en España o alguna de sus CCAA. Los más chuscos son los que siempre tienen la sardina preparada para su ascua, los que, por ejemplo, extrapolan conclusiones lingüísticas de cualquier mínima subida del índice de comprensión lectora en una región bilingüe. En todos los billetes publicados estos días abundaron generalidades del tipo: nos estancamos, seguimos por debajo de la media, sin tener en cuenta que no ha habido grandes cambios en las aulas reales, seguimos con la obsoleta cultura tradicional, la transmisiva, y sin recordar que los verdaderos cambios son a largo plazo. Asimismo es importante tener en cuenta, insistir en que las pruebas PISA no son el examen tradicional y memorístico, no se preguntan en ciencias las definiciones de conceptos y datos, sino que se plantean problemas reales y los estudiantes han de buscar soluciones basadas en sus conocimientos. Las zonas que hoy vuelven a reaparecer destacadas son las mismas de 2006, Finlandia, Shanghái y Corea del Sur. Las dos últimas seguramente nos resulten muy extrañas y de difícil aproximación al modelo español por su carácter segregador y competitivo, pero recordemos lo que ya hace años venimos observando de los sistemas nórdicos. Tienen una ley simple y muy adaptable a los centros y su autonomía, a las necesidades de sus comunidades educativas, en ella se enmarcan las labores de los diferentes profesionales de la educación, altamente cualificados y valorados socialmente que desarrollan su labor en unos centros en cuya gestión participan activamente, junto a padres y estudiantes. Mientras tanto, en España, agotamos otra posibilidad de alcanzar el pacto educativo que diese estabilidad legislativa, seguimos con estudiantes y profesores recargados de contenidos en materias desvinculadas de la vida real y centrados en los libros de texto, dejando al margen el desarrollo integral de la persona que pueda asimilar la información con espíritu crítico. Todo ello con las mismas metodologías pasivas y mecanicistas sin evaluar el rendimiento y objetivos alcanzados, en centros poco participativos muy alejados de la realidad que les rodea y que, ante la realidad del fracaso y del abandono prematuro, no tienen más ocurrencia que insistir en la necesidad de reforzar estas conductas negativas. El responsable de PISA lo decía muy claro: "Cambiar un sistema que ha estado muy centrado en la reproducción de los contenidos de unas materias para ir a otro que enseñe a los alumnos a pensar, a aplicar de forma creativa lo que saben, en el que se deje de decir a los profesores qué tienen que hacer, qué tienen que enseñar, para articular en su lugar lo que los alumnos deben ser capaces de hacer y que los docentes decidan qué y cómo enseñar para llegar a conseguirlo". Conocemos el camino, es hora de asfaltar.

07 diciembre 2010

Confucio, ´low cost´

Los nuevos señores del mercado chino, los dueños de la mayor economía emergente, se están bebiendo sin control alguno todos los combustibles fósiles necesarios para la supervivencia equilibrada del planeta, obviando incluso a Kyoto. Allí mandan los mismos que hasta el momento, y al parecer sin trazas de rectificación, mantienen a su barata mano de obra sin el más mínimo derecho social, sin la más mínima garantía de recibir a cambio de su fuerza de trabajo algo más que un breve salario. Pues sí, los dirigentes del partido comunista chino aún gobernando, buscan la perpetuación en el poder sin nadie que les haga sombra, para ello precisan aislar e incomunicar a su masa obrera sin conciencia de clase para que no entre en contacto con la cultura occidental, que sólo se sepa de ella lo bien que se organiza en la administración de empresas, en la creación de riqueza con bajo coste en una economía tramposa. Pero siempre alejados de los peligros de Google. Son muchas las trampas del régimen, buscan la tecnología en occidente, la compran, se la llevan, la alquilan, la copian, como sea, planifican su reproducción para inundar el mercado occidental, también para dejar los dientes largos en el mercado propio y que se fomente el hábito de consumo, que se sienta la debilidad ante la mercancía, que se anhele hasta que el deseo sea tan grande que se anule la voluntad y se renuncie a la dignidad, a cualquier respeto por sí mismo con tal de conseguir los bienes. Eso sí, no se puede dejar de alabar al régimen a sus benditos y sus bondades. De suerte que estamos comprobando cómo desde hace ya bastantes años, el mandarinato gobernante se obstina en la búsqueda y propagación de las ideas que favorezcan que sus súbditos no deseen tener seguridad social ni cualquier otro servicio o derecho derivado de su trabajo y descubrimos que esta piedra filosofal estaba inventada desde hace siglos e, incluso, había sido desterrada y combatida sin piedad desde el propio régimen desde hace más de cincuenta años. La base estaba en el pensamiento oriental clásico, el que aglutina a las diferentes doctrinas religiosas que fundan lo que se ha dado en llamar pensamiento oriental en China, Japón, India, Corea, Vietnam?, el neoconfucianismo, que ha bebido de Confucio, pero también del taoísmo, del budismo, de la búsqueda de la armonía interior, del equilibrio que lleva a la felicidad de todos, pero que cada uno se quede en su sitio buscando la virtud en supuesta armonía con la naturaleza, ese pensamiento que ancló civilizaciones enteras en el pensamiento medieval, lejos de progreso y modernidad es el Confucio redivivo en la sociedad china: Arréglese al estado como se conduce a la familia, con autoridad, competencia y buen ejemplo. Ese capitalismo de Estado quiere que se gobierne como una familia: Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente. (?) Tal es la estupidez del carácter de la mujer que en todas las cuestiones le incumbe desconfiar de sí misma y obedecer al marido. En resumen, buscan someter y relegar sobre todo a ellas. Pocas diferencias, pues, con nuestra base filosófica griega, con la mística judeo-cristiana y el derecho romano; pero sin ciencia ni conciencia de poder llegar a la Ilustración, y de ahí a hoy. www.lafelizgobernacion.blogspot.com 1 comentario #1 - Ciudadano. el día 07-12-2010 a las 11:58:50 Son sólo alumnos aventajados del sistema capitalista occidental. De hecho, resulta más lamentable la comparación si la hacemos en concreto con España, pues con no muy distante grado de trampas, explotación, corrupción y otros males como los chinos, no conseguimos pasar de ser una economía bananera. Los empresarios chinos malpagan a sus trabajadores para convertirse en potencia mundial. Los empresarios españoles defraudan a la seguridad social para comprarse un audi.

30 noviembre 2010

El modelo MIR de la docencia

Pocos días atrás el vicepresidente Rubalcaba salió a la palestra con la propuesta de la figura del MIR docente, una especie de traslado o traducción de la figura del médico en formación a escuelas e institutos. No se puede decir que don Alfredo sea un neófito en la materia, fue secretario de Estado y ministro de Educación, a todos consta que fue un buen conocedor del medio y el que tuvo, retuvo. Simplemente extrañan varias cosas, la primera de ellas es que sea él y no el ministro de educación el que lance el globo sonda, también es importante el lugar, que se deje caer la noticia en un acto del sector, como lo es la Semana de la Educación de Santillana y, por supuesto, el tiempo, el momento electoral que el sector educativo vive en casi toda España, la mayor parte del profesorado votará el jueves 2 de diciembre. En resumen, no hay puntada sin hilo y, aunque advierta de que sólo es una reflexión de un apasionado de la educación, sería un error de coordinación impensable en el recién estrenado gobierno. Bien es cierto que el sistema MIR, de oposición previa a la especialización funciona con garantías en un sistema sanitario de calidad como el nuestro. No es menos cierto que el sistema de selección y formación aparece en el referente PISA para todos, Finlandia; pero es irrefutable que en ambos ejemplos los destinatarios del sistema ya han sido previamente preseleccionados desde la propia educación secundaria, en teoría los mejores currículos a la hora de la selectividad se van a la medicina y en el caso nórdico a la docencia. Una primera diferencia es obvia, se trata previamente de que la opción de la dedicación docente venga ya marcada desde el acceso a la formación superior, algo que hoy no ocurre en España. Podríamos hablar de otra sugerencia, el aspirante a médico especialista en el sistema público tiene por delante un futuro profesional perfectamente diseñado, una carrera profesional perfectamente ordenada en la que caben varias opciones que van desde el ejercicio de la clínica en un centro de especialidades a la alta cualificación en la que cabe la investigación y la docencia universitaria. Hoy por hoy una persona que acceda a la docencia en la escuela pública no tiene clara cuál puede ser su carrera profesional, qué metas puede proponerse y con qué estímulos puede contar; desde hace mucho tiempo se viene poniendo de manifiesto la necesidad de que un estatuto regule la carrera profesional del docente desde que accede hasta que se jubile. Este paso es previo a que nos pongamos a regular la formación inicial del profesorado. Es cierto que en los próximos diez años cumplirá cuarenta años de servicio la generación que se incorporó a la docencia al comenzar los años ochenta y que, consecuentemente, la renovación de la plantilla será imprescindible; hará falta repensar el sistema para que no se repitan las experiencias fracasadas o se busquen modelos de mano de obra más barata. Es cierto que la propuesta MIR hecha hoy huye de modelos ya experimentados y descartados de antemano, pero no queda tan claro que aquí y ahora pase de ser la búsqueda de un modelo más económico.

23 noviembre 2010

Palabras para.... para punta Herminia

A modo de guión neorrealista en homenaje a Berlanga, cómo no. ¿Qué se contará? Una breve historia entre el 25 y el 28 de noviembre de 1975, hace 35 años. ¿Quiénes son los personajes? Cerca de un centenar de jóvenes estudiantes coruñeses. ¿En qué contexto se desarrolla la historia y cuáles son los exteriores? Un luto por el caudillo que llevaba cinco días difunto festejado con sensación agridulce, celebrar una muerte no era deseo del bien criado en la cultura judeo-cristiana civilizada, pero por otro lado, era inevitable el festejo-venganza, que en ocasiones duró tres días y aún dura. El contrapunto lo ponía la desazón, el dictador se había salido con la suya, había muerto en la cama, con su sucesión monárquica atada y con la esperanza de que nada cambiaría, aunque yo creo que él sabía que poco duraría. Los espacios: la universidad en La Coruña era la Normal (Magisterio), Comercio (Empresariales), Náutica y el embrión de la UDC, el Colegio Universitario. Nada que ver, por lo tanto, con las grandes movilizaciones de Santiago? El futuro rector, Meilán, si la memoria no me falla, ejercía de virrey, prohibiendo incluso actos culturales tan inocentes como una exposición-homenaje a Castelao ¡quién te ha visto y quién te ve! La acción: la tarde de aquel noviembre era tristona, pero no intransitable, la reunión de delegados y delegadas de los estudiantes de los edificios universitarios del Ciudad Escolar, de la incipiente Zapateira, con el resto de los barracones de Riazor, estaba cantada. Los representantes de las irremediables tendencias que dividían a la oposición antifranquista, les llamaremos Juan y Carlos, habían tratado de organizar la reunión poscelebración en un bajo a cubierto; sus jefes, con muy buen criterio, les habían mandado a tomar viento y la convocatoria se trasladó de boca en boca para que todos los implicados se viesen en la cala de punta Herminia, un recoleto lugar muy cercano a la Torre de Hércules usado por las parejas en busca de intimidad; muy cerca del lugar que hoy alberga el monumento del Campo da Rata, esa suerte de guarida para pelotones de fusilamiento y aplicación de la ley de fugas que tan dignamente han recuperado, que vio volar tantas mariposas. Había todavía luz cuando desde Cuatro Caminos se dio la consigna del nuevo destino, por el trayecto se perdieron los del buen sentido, los que sabían que aquello sería una encerrona; andando y en buses, aparentando que nadie conoce a nadie, llegamos al pequeño arenal. Apenas comienza la primera intervención el breve acantilado se plaga de abrigos grises, subfusil en ristre, se provoca la desbandada, al grito de que nadie se mueva, que su cuerpo aún está caliente, intentan que no haya huidas, alguien al mar, directamente, alguna pareja a lo suyo, la mayoría comiendo papeles comprometedores -¿Julia, por qué dejaste en el bolso aquello que olía a Frente Polisario?-. Los autobuses grises llegan y se llenan, alguien intenta huir corriendo y afortunadamente el policía no cumple sus amenazas de muerte, no sabían qué hacer. El desenlace: los tres días, las 72 horas de incomunicación, solo los sufren dos pringadas y dos pringados, el resto fueron saliendo poco a poco, como aquel chaval que cazaba gorriones y decía "yo era el que disparaba, yo no sé nada", y desde el calabozo se le repetía sin cesar: "Calla chaval, que va a ser peor". Si lo viese Berlanga? pero lo vivió el bueno de Ernesto Diaz-Noriega, que tenía a su hija encerrada, gracias a él se enteró Radio París, Giscard d'Estaing? el filtro de los pitillos, las gafas, el cinturón, todo prohibido, el furgón al juzgado esposados?