11 abril 2009

El litio, el compromiso, el francotirador José Agustín (y II)

Como la piedra, amigos,/ como el canto rodado,/ en perpetuo combate/ con el agua y los años./ Sí, sed como las piedras,/ como los cantos rodados:/ libres ante la fuerza/ duros y empecinados Claridad. Hablábamos la semana pasada de los diez años sin José Agustín Goytisolo, quizá el mejor poeta del medio siglo. Para muchos, no era un ser menos atormentado que la media, todos los han de vivir con la obligación de ser felices, no han de exteriorizar sus dolores, puesto que el duelo ha de combatirse con la química y la farmacopea. Llega a decir a los setenta años: "Si tuviera que vivir todo lo que he vivido, preferiría no volver a vivirlo". Goytisolo se confiesa muchas veces, sin pudor. Muere de forma trágica, la caída de ese balcón de su casa, difícilmente considerada como accidente, contradictoria con la alegría que aparentemente le producía la preparación de los recitales con Paco Ibáñez, en los que ofrecería esos poemas desnudos de florituras superfluas, los urbanos, los intimistas, los políticos, siempre los melancólicos, recogidos en más de veinte libros. "La gente se muere igual que un geranio", dijo una vez José Agustín, "a mí me gustaría morir con la cabeza clara y sin dolor". No sabremos nunca si su deseo se cumplió. Podríamos hablar algo más de su obra, pero como adelanto vean cómo en una reciente recopilación de sus colaboraciones en la prensa leemos: "Aceptar el silencio y someterse al miedo es denigrante para la sociedad y mortal para la democracia... Callar ante una falsedad o un abuso de poder, por temor, es silencio cómplice". También nos sirven aquellos versos: "Así es el viejo oficio / del poeta, que comienza / en la idea, en el soplo / sobre el polvo infinito / de la memoria, sobre / la experiencia vivida / la historia, los deseos, / las pasiones del hombre. / La materia del canto / nos la ha ofrecido el pueblo / con su voz. Devolvamos / las palabras reunidas / a su auténtico dueño". Ante este resumen, sobran las exégesis y todo alejamiento de la hermenéutica se vuelve peligroso. Cuando ya habíamos sobado la edición de Carme Riera de su Poesía, ella misma nos anuncia para estos días la presentación de Poesía completa y de Más cerca, sus artículos y colaboraciones. Es buen momento para empezar a degustar con calma, en ratitos de ocio, las píldoras que nos receta José Agustín, escogiendo el momento y sin prejuicios morales ni academicistas. Siempre habla alto y claro, para terminar no viene mal recordar Llega el litio: "Mucha tristeza nunca le humilló / pero temía el hondo pozo oscuro / que él envolvió en sus aguas cenagosas. / Mucho haloperidol; pinchazos de antabús / probó electroterapia veinte veces / y salió disparado hacia una vida / que ahora ya no recuerda: quince años / hasta que llegó el litio: quince años perjudicando a todos los que amaba / pues gastó su dinero y el ajeno / en alcohol en viajes y en delirios. / Pero el litio llegó y está en su sangre / y ahora es su compañero de por vida / hasta la oscuridad o la luz total". De Las horas quemadas. 1996.

02 abril 2009

El litio, el compromiso, el francotirador José Agustín (I)

En este mismo instante/ hay un hombre que sufre,/ un hombre torturado tan sólo por amar/ la libertad José Agustín Goytisolo Luis Antonio de Villena siempre nos recuerda de José Agustín Goytisolo una faceta que no conocemos mucho y es la de difusor de la poesía catalana. Es cierto que tradujo a los italianos, a Pavese, pero sin duda la mayor deuda que tienen los que no le reconocen su condición de escritor catalán es la de su esfuerzo para que los castellanohablantes conocieran las obras escritas en catalán, desde Poetas catalanes contemporáneos, de 1968, hasta Veintiún poetas catalanes para el siglo XXI, de 1996. Entre otras cosas, por eso le dedicamos un par de folios a este bebedor, fumador, vitalista, hombre de la vida como libertad y como exceso, que tuvo al final innumerables depresiones y se suicidó hace diez años, el 19 de marzo de 1999, arrojándose al vacío desde el balcón de su casa. Hágame usted caso, zambúllase en José Agustín Goytisolo. Si lo conoce, hágalo porque sí; si no ha tenido el placer, téngalo, que no es pecado. Se encontrará, por ejemplo, con aquel que le dice, sí a usted, en Miedo al espejo: "Igual que el vaho en un espejo/ así haces tú. Siempre encubriendo/ lo que eres: un temeroso/ y atrasado sentimental;/ un lobo sin garras ni dientes;/ un desastre como persona./ Si no ocultaras tus carencias/ nada te ocurriría. Pero/ tú no temes lo que otros piensen/ sino verte en un claro espejo". De Como los trenes en la noche. 1996 Creo que en estos diez últimos años, los que pasaron desde que nos dejó José Agustín Goytisolo, su obra y su vida llegaron más al público más inquieto. También su made, Julia Gay, está de aniversario: hace 71 años cayó bajo las bombas franquistas. La familia, cuenta Josep Pernau reproduciendo conversaciones con el poeta, vivía en el campo huyendo de la guerra, los hermanos jugaban a buenos y malos, como todos los niños sin conciencia exacta de qué era aquello. El destino llevó a su madre, Julia, a comprar los regalos el día 17 para la fiesta de los Pepes, una novela rosa para Marta, un libro de cuentos para Juan, un muñeco de madera para Luis y novelas de intriga para José Agustín y la mal llamada bomba del Coliseum le costó la vida. "De aquel trueno, de aquella/ terrible llamarada/ que creció ante mis ojos,/ para siempre ha quedado,/ confundido con el aire,/ un polvo de odio, una/ tristísima ceniza/ que caía y caía/ sobre la tierra, y sigue/ cayendo en mi memoria,/ en mi pecho, en las hojas/ del papel en que escribo". Queda el polvo. Quizá con el paso de los años el nombre de Julia, la hija, la nieta, alegró la vida del poeta. "Perdóname, no sé decirte/ nada más, pero tú comprende/ que yo aún estoy en el camino./ Y siempre, siempre, acuérdate/ de lo que un día yo escribí/ pensando en ti como ahora pienso". Ya era una vida atormentada. Dice Juan que la meningitis del 27, la que se lleva a su hermano mayor, atormenta a su padre y provoca que José Agustín no fuese considerado nunca como primogénito. La relación con sus hermanos menores nunca fue óptima, parece que Luis se sincerará estos días en el Congreso-homenaje al que hoy recordamos cuando decía en Salmos al viento: Cuando yo era pequeño/ estaba siempre triste/ y mi padre decía/ mirándome y moviendo/ la cabeza: hijo mío/ no sirves para nada".

24 marzo 2009

El ambiente educativo se calienta

Llevamos unos cuantos años en Galicia de tranquilidad laboral en las aulas, no ha sido la felicidad universal, pero seguramente el equipo saliente de la Consellería de Educación deja el listón con un balance positivo, una lástima que no hayan sabido venderlo en las elecciones. Incluso hace pocos días el último responsable popular era incapaz de tirar a dar contra sus sucesores y les reconocía los aciertos, seguramente no pondría los acentos en las mismas íes, ni diseñaría el mismo panorama ni se encontraría en el mismo escenario. Por ejemplo, el antiguo conselleiro acude al viejo truco de que estos no hacen más que continuar con todo lo bueno que yo hacía, como intento vale, pero no cuela y que si los de ahora tuvieron más dinero que él para libros y ordenadores, mala disculpa y penitencia a la vista: es cierto que la enseñanza pública estuvo mejor dotada presupuestariamente: esta es una decisión política, él no la tomó. Es triste, pero real. El balance de los conservadores es que los colegios e institutos están rebosantes de profesores ociosos, distribuidos sin ton ni son. Hace falta ser osado para hacer semejantes asertos sin rubor preventivo. Pero a ver si dando una vuelta por el mapa de España nos damos cuenta de cómo van las cosas. La huelga del 19 en Cataluña fue sonada, la enseñanza pública se echó a la calle contra un consejero socialista y contra una ley de educación autonómica que implica el aumento de la carga lectiva de los profesores, los recortes de plantilla y el parón de la pública en beneficio de la concertada. El panorama en el reino de Esperanza Aguirre no pinta mejor, la privatización roza límites grotescos, la intención de que la pública sea el gueto de la inmigración no se oculta, los beneficios de los conciertos se ofertan sin pudor, que el negocio es el negocio. La relaciones laborales están rotas desde tiempo y tiempo, ni la más mínima intención de que se restablezcan. El día 25 saldrán a la calle otra vez. Las cosas en la taifa de Camps están que arden, ya llevan su tiempo de larga y sostenida bronca con la ocurrencia de la Educación para la Ciudadanía en inglés hasta que tuvo que envainársela; luego se inventó lo del chino y siempre la cortina de humo tendida para ocultar la privatización y el desprestigio de la red pública para hundirla otro poco. Hay aviso de huelga para el 25 de abril y el reequilibrio de la matriculación, el mapa escolar... están en juego. La bronca en Andalucía ya empezó el 24 de febrero, aquí los socialistas también se inventaron una ley de educación autonómica que en vez de tratar de adecuar y dignificar el sistema, dar mejor servicio a sus usuarios, mejorar infraestructuras y plantillas se ha dedicado a hacer experimentos con el horario escolar y la jornada. Como ven, las cuatro comunidades de mayor población tienen la cocina educativa bien caldeada. La declaraciones de intenciones ante la crisis sobre el papel que ha de desempeñar la educación en el futuro, parece que se quedan en papel mojado. Precaución con lo que nos pueda tener preparado el gobierno entrante, que son muchos miles de ojos los que observan atentamente y con espíritu muy crítico, como siempre.

17 marzo 2009

¿A sastres nos comparáis?

Cuando lo erótico y lo pornográfico se vuelven a poner de moda es que andan los sastres de la política rondando por ahí. Los que le hacen un traje al prójimo en menos que canta un gallo. El jabón, el jaboncillo de sastre, me quedó siempre gravado como un artilugio mágico, aquella especie de tiza que marcaba y no estropeaba ni manchaba las telas. Los patrones, aquella suerte de planos incomprensibles para los mortales que servían de base a los sastres para componer las armaduras de los ternos impecables, aunque los chalecos hayan desparecido casi del terceto clásico, aquellos hilvanados de montaje y desmontaje que nunca fallaban, siempre a punto para los ajustes precisos para que los desavíos anatómicos del cliente se viesen hábilmente camuflados. Personajes admirables, sin duda alquimistas de la estética con muy pocos ayudantes, siempre ellos guardianes y responsables de la intimidad, del desnudo del cliente. Sin embargo Quevedo, en El alguacil endemoniado, nos habla de los sastres, nos cuenta impresiones y convicciones, cabalmente haciéndose eco de lo que observaba a su alrededor y nos deja perlas tildándoles de personajes indeseables incluso en el infierno, aquellos no sólo peores que los demonios, sino que hay tantos en el infierno que es imposible no darse con ellos, la cosa más vil del mundo, la mayor leña que se quema en el infierno. Sin duda hay leyenda negra. A estas alturas Camps, el presidente valenciano, puede estar dudando entre usar el traje nuevo del emperador y pasearse desnudo o reafirmar a su sastre como hombre de confianza. En todo caso el asunto trae dinero por medio; antes los sastres perseguían en los tebeos a sus deudores ahora son sus honorarios los que persiguen a sus clientes por mor de quien sufraga las facturas. De tanto taparse, de tanto cubrirse de lujosos paños bien cortados, el desnudo se muestra en toda su integridad, con citas a escondidas y secretos inconfesables. Lo incomprensible es que sus seguidores, fans y clientes sigan mirando para otro lado, seguramente es ese afán conservador que anima a la búsqueda del mal menor el que les consuela o el que les tranquiliza esa conciencia y les da pie a soltar sus ansias depredadoras sin control para desvalijar al prójimo sin el menor pudor. Sí, es cierto que, aunque no parezca verdad, la reflexión moral empieza a calar hondo en la sociedad actual, como en todos los momentos de crisis profunda. Por un lado están los que ante las desgracias compartidas buscan el apoyo, para darlo, para ofrecerlo, buscan la solidaridad para ejercerla y por otro los que no se cortan a la hora de mostrar sus desinhibiciones, de compartir sus desnudos y desvergüenzas bien vestidas. Parece que habrá que volver a darle la razón a Celaya: "Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo, estamos tocando el fondo".

10 marzo 2009

La izquierda, las elecciones y la cueva de Montesinos

Haber pasado esta última semana sin contacto con aquella parte del mundo real que aparece en los medios y tratar de ponerse al día es tarea harto difícil. Por lo tanto, y por no estar callado, me entretengo en repasar mis opiniones sobre el difunto gobierno en los últimos años y me encuentro con que no tengo dotes de profeta, pues si bien fui mordaz, muy severo con la componente nacionalista del mismo, no lo fui tanto con la contraparte socialista. Ambas cosas debieron ir más unidas. Por ahí va mi primera autocrítica. Además del autoconsumo también hay que ver lo que dicen que pasó de verdad y, aparte de la injusta y precipitada dimisión del Touriño, no encuentro nada medianamente sobresaliente. Pero no hay nada como llegar al mundo real, repasar y encontrarte con que no sabes dónde vives. Eso fue lo que pasó, desayunarme con la noticia de que Galicia es un paraíso de los murciélagos y los gallegos sin saber lo que tenemos a nuestro lado, de que convivimos con especies y variedades en peligro de extinción. Hay que ver de lo que te enteras, esos supuestamente inofensivos pequeños mamíferos, que no ven, que oyen extraordinariamente, todo, que vuelan sin tropezar y que aparentemente no molestan a nadie, alimentándose de lo que encuentran a su paso. Sabíamos que vampiros sí había en abundancia, de los que chupan todo lo que se pone a tiro. Sabíamos que buitres no faltaban, aves de rapiña y carroñeras que no dejan víscera sin tapiñarse. Hienas siempre hubo, más que las se podían imaginar, con sus risitas hipócritas. Aquí vivíamos tan felices con nuestros raposos de siempre, con nuestros lobos y cada vez con más jabalíes. Menuda fauna la nuestra, somos la envidia de todas la autonomías inventadas y por inventar. Pero nada comparable con el murciélago orejudo, ese que me parece recordar que vive en las sierras de Lugo o de Orense, que puede sobrevivir a dos mil metros, pero que desciende a setenta para cazar. Desgraciadamente los molinillos de los parques eólicos se lo están cargando, no controla el asunto este de las aspas ajenas a su medio. Este es otro efecto colateral de las elecciones. Hasta ahora los murciélagos más famosos eran los de la cueva de Montesinos, a la que Don Quijote desciende con dificultades, con las bandadas a su alrededor, allí queda sumergido en un profundo sueño, despertando ante un florido prado, y frente a un castillo de cristal, donde el caballero Montesinos arrancó el corazón a Durandarte muerto, para entregárselo a su amada Belerma. Muchas son las extrañas situaciones que allí le ocurren a Don Quijote, y que merece la pena descubrir en este capítulo, al regresar el caballero es izado por Sancho y el estudiante. Trae los ojos cerrados, pues, con dolor, comprueba que el mundo de la caballería es tan sólo una fábula. Algo así quizá le haya pasado a la izquierda en Galicia, vivió en la ilusión, preocupándose de las rapiñas, de las manadas de jabatos en los cultivos, de guardar a las gallinas de los raposos? mientras los murciélagos del país -nunca me gustaron esos bichos sin visión- eran los guardianes de la cueva, ahora hay que salir al mundo real otra vez conscientes de que los libros de caballería son ficción.

09 marzo 2009

A 70 años de Colliure

Todo está en el 'cómo'. Hay que reír alegremente,
hacer buenos versos, llevar una vida decente,
tener una muerte digna?
También fui a Colliure a visitar la tumba de Antonio Machado, hace muchos años, guiado por una especie de morbo, de admiración, de devoción, de deber inexcusable de carácter ciudadano, de deuda con el poeta que te abre los ojos de vez en cuando. Octavio Paz decía que el poeta no tiene biografía, que su biografía es su obra, su poesía. Como en otras ocasiones hay que discrepar, los poetas también tienen biografías y no siempre corren paralelas a las lecturas que se hacen de sus obras. Dicen también que la izquierda española siempre leyó más a Machado y a Hernández que a Marcuse o Gramsci. Es una verdad como un templo, la ideología de la progresía está más impregnada del Machado cantado por Serrat, que del análisis político y económico preciso para gestionar los cambios, las transformaciones imprescindibles en una sociedad de retrasos seculares. Tanto es así que se llegó a confundir en las aulas al intérprete y al autor de los poemas, criamos a generaciones enteras que se saben aquello de caminante no hay camino y, por extensión, le adjudicamos los derechos de autor de Mediterráneo al poeta sevillano en perjuicio del catalán. Soy de los que piensa que Serrat le ganó por la mano a Paco Ibáñez a la hora de popularizar al poeta y sus Proverbios y cantares, por eso me dejó un regusto poco agradable que este último protagonizase la celebración del aniversario. Pero, de todas formas, pelillos a la mar y manías de autoconsumo. Hoy tendríamos que estar hablando en los más variados foros de esa biografía de Antonio Machado permanentemente incompleta, pero con dos andamios -por lo menos- bien anclados: la biografía de Ian Gibson Ligero de equipaje y el volumen Prosas dispersas (1893-1936) que reunió Jordi Doménech, publicado en Páginas de espuma. Seguramente encontraremos, y no es tarde para hacerlo, centros de interés con múltiples aristas que nos ayudarán a ordenar el sustrato cultural, ese poso que nos quedó de los discos de vinilo venerados, ese mito que nos sigue ayudando a escoger citas para los mensajes, incluso para los navideños. Nos dará mucho juego profundizar y, repito, ordenar datos y asociar obras y fechas, para encontrar a Leonor, la muchacha de quince años con la que se casa cuando él ya pasa de los treinta, en A un olmo seco, su muerte prematura, la nostalgia del poeta por el amor que nunca puede alcanzarse, la tragedia de su relación imposible con Pilar de Valderrama ¿es o no es su Guiomar la destinataria? En ese momento vital, en plena guerra, solo, se exilia el testigo que presencia la toma de Cuartel de la Montaña, el agitador de la resistencia, el que escribe mataron a Federico/cuando la luz asomaba o cuando él, poco amigo del barroco, dice: Otra vez -¡otra vez!-, ¡oh triste España!, / cuanto se anega en viento y mar se baña/ juguete de traición, cuanto de encierra /en los templos de Dios mancha el olvido,/ cuanto acrisola el seno de la tierra/ se ofrece a la ambición, ¡todo vendido

24 febrero 2009

El que paga manda

La verdad es que no sé de qué me quejo, nos llevan de excursión al extranjero a un precio ridículo, como si la miseria que pagamos cubriera los costes del día de asueto con restaurante, autobús y visita a la feria de turno. No me doy cuenta de que estoy recibiendo lo que antes se denominaba salario diferido, es decir, una suerte de pensión de jubilación en especies, de ocio subvencionado y de cultura sobre ruedas, no como aquellas merendiñas de antes, en las que el pulpo y la empanada componían el único aderezo al mitin aleccionador y recriminador del personaje protector de la comarca y dedo de la mano derecha del gobernante por antonomasia. Ahora es todo por sorpresa, te subes en un autobús con tu peña del barrio para comerte un bacalhao y traerte una botella de oporto de recuerdo envuelta en un toallón de baño y en medio de la ruta se te aparece el vicepresidente y candidato de los nacionalistas, el que gobierna el asunto ese de las residencias de día, de las de los mayores dependientes y se ofrece a alterarte los planes para marcarse una sesión de buen marketing electoral machacando al personal a traición con una de rendición de cuentas de buen gobierno de primer plato y otra de buenas propuestas e futuro de segundo, el postre ya será muy dulzón y el café con gotas de desbarre demagógico llamando a la lágrima fácil con el terruño, la infancia de privaciones, los hijos ya criados ?Y la mayoría aguantando estoicamente porque ya se sabe que el que paga manda y nunca se sabe si este que está hablando es el que paga las pensiones o si será cierto eso que dice de que nos van a poner un suplemento del país a la paga que cobramos. A fin de cuentas, el de la asociación tiene nuestro nombre y si nos ponemos impertinentes, puede ser que cuando nos haga falta de verdad no nos eche una mano o lo que es peor, que estemos incluidos en una lista negra. Por lo tanto hay que aguantar el chaparrón, a fin de cuentas entre los de esta especie, éste no amenaza con la guerra, éste solo fabula sobre no sé bien qué de las ventajas de que Madrid esté lejos, que no pinte nada en nuestras vidas, que a fin de cuentas ellos no son de los nuestros, no nos entienden y no debemos dejarnos gobernar por ellos ni por sus amigos de por aquí. Se debe de creer que somos tontos por ser mayores, que tomemos la pastilla de la tensión y la del colesterol no significa que tengamos que ser sordos también. Pero por lo menos éste no pregunta la razón por la que le ponen nombre de mujer a las vacas, para darle pie al granjero a explicarle que las vacas son las que paren, las que dan leche? Es un proceso confuso el del 1 de marzo, si nos dejamos llevar por los viejos esquemas, la derecha tiene a su partido de siempre y a los nacionalistas para elegir, mientras la izquierda clásica ha de conformarse con la socialdemocracia, hasta ahora buena gestora, y ciertos grupos con pocas perspectivas. La crisis nos pilla descolocados y las aventuras parecen poco recomendables, la opinión pública no parece estar por la labor de los cambios bruscos; pero los que consigan la sartén y su mango no podrán dormirse ni en los laureles románticos del ombliguismo nacionalista ni en el supuesto buen hacer de la izquierda guapa y de pedigrí.