Son mis primeras notas al conocer la noticia de la muerte de Ernesto Sábato, el sábado por la tarde. Trato de recordar mi primer encuentro con él y busco el ejemplar de El túnel, es de 1978, 150 pesetas y Editorial Cátedra, aquellos tamaños justos para que cupiesen en los abultados bolsillos a la altura del muslo de los uniformes de faena, siempre a mano mientras te pudrías en la garita o en la litera de cualquier cuartel, mientras en el mundo real las cosas cambiaban a velocidad de vértigo, mientras buscabas la verdad al final del túnel.
Sostenías un retraso colosal y la ansiedad te obligaba a pillarlo todo y al vuelo, tenías que ponerte al día y la cantidad y calidad de formación e información secuestradas, ocultadas, reservadas a elites había sido tan grande que se consumían sin control, sin orden y sin una asimilación mínimamente aceptable.
Es más que cierto que mientras te formabas en los planes de estudio oficiales, todo aquello les era ajeno a los que tenían la responsabilidad de convertirte en profesional; pero bullían y, por lo tanto, a por ello; pero aquello significaba abalanzarse sobre los manuales marxistas, sobre el psicoanálisis y sobre el existencialismo, todo al mismo tiempo, sin la más mínima tutoría, como en el tornado del Mago de Oz, que se llevaba todo lo real y te transportaba a los más variados mundos, a las más variadas, y a menudo contradictorias, visiones del mundo, pero había que vivir deprisa. El túnel, como tantas otras cosas, llegaba al mismo tiempo que las primeras novelas de la transición, de Martín Santos o Mendoza, al tiempo que de la mitología católica , diluida hacía años, solo quedaban los restos para entender el arte más cercano, al tiempo que los primeros posos marxistas empezaban a recolocarse en el fondo de la taza del conocimiento y de las dudas, al tiempo que las oleadas del existencialismo te complacían porque estabas solo y porque veías que había poco futuro y nada halagüeño; es en ese momento en el que cae en tus manos esa primera novela de Sábato, escrita treinta años antes y la consumes al tiempo que haces lo propio con Hesse, Camus o Salinger y te engancha la obra de aquel científico de éxito en París, doctorado en el laboratorio Curie, que lo deja todo por la pintura y la literatura en los primeros 40 buscando verdades que la ciencia experimental no le proporcionaba; te enrola su lectura en la personalidad del psicópata Castel que admite ser el asesino de María, la mujer a la que amaba, aunque él no actúe de acuerdo con las normas, aunque no tengamos que solidarizarnos, pero que comprendamos que hay quien puede verse en situaciones extremas, en una realidad que te provocaba la inmersión en el pesimismo. Lo que esperaba más allá del papel de las páginas tampoco era, al final de los 70, muy esperanzador; tragar con lo que había y encerrarse en el caparazón de la novela negra y de la cocina.
Hoy nos quejamos de que acertamos al iniciar a los pequeños en la lectura y que fracasamos con los adolescentes, a lo mejor hay quien propondría prohibirles los libros.
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03 mayo 2011
26 abril 2011
A lo mejor PISA y Finlandia no son lo que parecen
La vieja polémica entre vaticanistas y los diferentes protestantes, luteranos o calvinistas, está servida desde principios del S XVI; en la Dieta de Worms, Lutero fue llamado a retractarse y se reafirmó en sus propuestas reformistas. Esa ruptura ha tenido enorme trascendencia en la evolución económica y cultural del mundo occidental, seguramente brotan recortes del cisma de cuando en cuando y, seguramente también, la actual configuración y correlación de fuerzas en esta parte del mundo se funda en la larvada lucha entre los que esperan el maná celestial, la riqueza económica, el bienestar social proporcionado por el Estado... todo sin ser conscientes de su coste.
Los otros, lo que se suele llamar el modo de vida protestante, calvinista -sin hacer matices, generalizando- está acostumbrado a saber cómo se nutren las arcas del Estado, lo que cuestan los servicios que reciben, es decir, no creen en el maná y saben para qué se usan sus impuestos.
La pequeña Finlandia acaba de ponerlo de manifiesto, este breve país, con muy pocos años de independencia frente a las continuas amenazas y ocupaciones de suecos, rusos, sobrevivió gracias a la madera y dio el salto al futuro de la mano de los teléfonos móviles.
Se vio también abocada a la entrada en el euro, sin tener la capacidad de resistencia de sus vecinos, quizá esto reforzó un fuerte nacionalismo centrado en una política lingüística aparentemente perfecta -sueco y finés son omnipresentes en la escuela y en la vida diaria- y un sistema educativo elevado a los altares por su excelencia aparente, que lleva al país de los mil lagos a presentarse como modelo ante, por lo menos, el mundo europeo.
Pero hete aquí que aparecen los del Perussuomalaiset, traducido por aquí como Auténticos Finlandeses, pero dicen que sería más correcto denominarlos "finlandeses de a pie", que en las últimas elecciones se colocan en el tercer puesto, con llave para hacer gobierno y experimentando la recolecta del emergente voto populista con las consignas de que ya está bien de acoger inmigrantes, cuando solo poco más del 3% ha nacido fuera de sus fronteras, que ya está bien de prestar dinero para sostener el euro en los países del sur de Europa que les compran sus teléfonos. En fin, una marejada de contradicciones, pero no podíamos esperar otra cosa después de los avisos recibidos de los suecos, noruegos, belgas, húngaros... No podíamos esperar otra cosa de una sociedad tan contradictoria en la que conviven la mejor educación del mundo, puesta en entredicho -también desde este folio- por su aislamiento del mundo real, con indicadores de que la sociedad está enferma, con un índice de suicidios alarmante o por su elevada tasa de alcoholismo reprimida desde los estancos estatales para restringir el acceso, mientras los pequeños cruceros a Estonia abastecen el consumo abusivo de los particulares y el mercado negro.
Seguramente algo nos tendrán que explicar los adalides de PISA, a lo mejor es que tanta perfección no está desembocando en una sociedad libre y solidaria, a lo peor es que el modelo no es tan modélico.
Seguramente algo también nos tendrán que explicar nuestros insolidarios de cabecera, que en su San Jordi o en el Aberri Eguna de la Pascua Resurrección claman y reclaman sus derechos y sus dineros. A lo mejor por aquí también estamos formando monstruos xenófobos, que leen menos y saben menos matemáticas.
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Los otros, lo que se suele llamar el modo de vida protestante, calvinista -sin hacer matices, generalizando- está acostumbrado a saber cómo se nutren las arcas del Estado, lo que cuestan los servicios que reciben, es decir, no creen en el maná y saben para qué se usan sus impuestos.
La pequeña Finlandia acaba de ponerlo de manifiesto, este breve país, con muy pocos años de independencia frente a las continuas amenazas y ocupaciones de suecos, rusos, sobrevivió gracias a la madera y dio el salto al futuro de la mano de los teléfonos móviles.
Se vio también abocada a la entrada en el euro, sin tener la capacidad de resistencia de sus vecinos, quizá esto reforzó un fuerte nacionalismo centrado en una política lingüística aparentemente perfecta -sueco y finés son omnipresentes en la escuela y en la vida diaria- y un sistema educativo elevado a los altares por su excelencia aparente, que lleva al país de los mil lagos a presentarse como modelo ante, por lo menos, el mundo europeo.
Pero hete aquí que aparecen los del Perussuomalaiset, traducido por aquí como Auténticos Finlandeses, pero dicen que sería más correcto denominarlos "finlandeses de a pie", que en las últimas elecciones se colocan en el tercer puesto, con llave para hacer gobierno y experimentando la recolecta del emergente voto populista con las consignas de que ya está bien de acoger inmigrantes, cuando solo poco más del 3% ha nacido fuera de sus fronteras, que ya está bien de prestar dinero para sostener el euro en los países del sur de Europa que les compran sus teléfonos. En fin, una marejada de contradicciones, pero no podíamos esperar otra cosa después de los avisos recibidos de los suecos, noruegos, belgas, húngaros... No podíamos esperar otra cosa de una sociedad tan contradictoria en la que conviven la mejor educación del mundo, puesta en entredicho -también desde este folio- por su aislamiento del mundo real, con indicadores de que la sociedad está enferma, con un índice de suicidios alarmante o por su elevada tasa de alcoholismo reprimida desde los estancos estatales para restringir el acceso, mientras los pequeños cruceros a Estonia abastecen el consumo abusivo de los particulares y el mercado negro.
Seguramente algo nos tendrán que explicar los adalides de PISA, a lo mejor es que tanta perfección no está desembocando en una sociedad libre y solidaria, a lo peor es que el modelo no es tan modélico.
Seguramente algo también nos tendrán que explicar nuestros insolidarios de cabecera, que en su San Jordi o en el Aberri Eguna de la Pascua Resurrección claman y reclaman sus derechos y sus dineros. A lo mejor por aquí también estamos formando monstruos xenófobos, que leen menos y saben menos matemáticas.
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19 abril 2011
Los paralíticos europeos gozan de buena salud
Es asombroso comprobar cómo, desde hace ya bastante tiempo, ante cualquier debate más o menos profundo, que al final tendrá raíz económica, lo que venimos llamando izquierda tradicional no pasa del argumento clásico: no hay problemas, no hay que hacer nada. Está paralizada, sobre todo cuando hablamos de la financiación y supervivencia de los servicios públicos. En cualquier foro en el que aparezca, como soporte, el marco económico incomparable que nos envuelve siento la tentación de reinterpretarlo y entonar este réquiem por la vieja Europa que nunca existió y a la que quedan pocas ocasiones de manifestarse como tal, que mantiene la UEM, el euro; pero que es incapaz de dar respuesta única a la orilla sur del Mediterráneo porque los BRICS se lo impiden, porque sí, ya es cierto desde 2003 -aunque muchos no lo quieran ver- que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica son el panorama de 2050.
Los que no se lo creían empezaron a ver la luz en la crisis de Libia, en la que la vieja OTAN reacciona dividida y con cautelas, en la que el caducado Consejo de Seguridad de la ONU titubea por falta de autoridad y consigue una resolución consensuada con tímidos apoyos salpicados por el mapa sin ton ni son, mientras que BRICS se oponen con contundencia auspiciando no sé qué absurdas conversaciones con Gadafi y basándose en no sé qué legitimidades democráticas, en la mayor parte de los casos.
Pues bien, en este concierto -mejor desconcierto-, menos mal que los ayuntamientos y autonomías españoles no pueden emitir moneda, menos mal que alguno ya asimiló que el imperio romano cayó en su momento -no estamos hablando de Berlusconi-, menos mal que algunos ya se dan cuenta de que el Titanic se hunde y que algunas ratas ya se han apuntado a salir pitando en la zodiac robada que tengan más a mano.
Pero ustedes no se preocupen, que aquí no pasa nada, nuestra inteligencia del país debate sobre si Vicente Risco era más o menos conservador y en ello se nos va la vida intelectual gallega. La economía se enzarza en los de la caja, aún lo de la caja, por favor, qué más me da a mí que el banco que se quede con ella esté controlado por uno de Arteixo, por el del ladrillo o por un chino a medias con un catarí.
Pero nada, afrontamos la precampaña de las municipales como si hubiese algo que repartirse ¡Es asombroso! El problema es cómo mantener el sistema nacional de salud y aquí nuestra fuerza bruta política del país se da de bofetadas con nuestra Gürtel particular, con la operación Orquesta que cada vez extiende más su mancha, cual marea negra. Vean, por ejemplo, cómo los catalanes ya sacaron a la vanguardia a la calle contra los recortes que vienen, pero detrás de todo, no lo duden, están el concierto económico y la transferencia de activos reales, propiedad de hospitales...
Ustedes tranquilos porque, como pueden ver, la operación salida ha sido un éxito, la ocupación hotelera roza topes y los informativos sacan en primera las terrazas a tope, repletas de cañas... Seguramente se nos ha acabado el folio sin hablar de la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, pero lo haremos.
¿Quién es el pesimista?
www.lafelizgobernacion.blogspot.com
Los que no se lo creían empezaron a ver la luz en la crisis de Libia, en la que la vieja OTAN reacciona dividida y con cautelas, en la que el caducado Consejo de Seguridad de la ONU titubea por falta de autoridad y consigue una resolución consensuada con tímidos apoyos salpicados por el mapa sin ton ni son, mientras que BRICS se oponen con contundencia auspiciando no sé qué absurdas conversaciones con Gadafi y basándose en no sé qué legitimidades democráticas, en la mayor parte de los casos.
Pues bien, en este concierto -mejor desconcierto-, menos mal que los ayuntamientos y autonomías españoles no pueden emitir moneda, menos mal que alguno ya asimiló que el imperio romano cayó en su momento -no estamos hablando de Berlusconi-, menos mal que algunos ya se dan cuenta de que el Titanic se hunde y que algunas ratas ya se han apuntado a salir pitando en la zodiac robada que tengan más a mano.
Pero ustedes no se preocupen, que aquí no pasa nada, nuestra inteligencia del país debate sobre si Vicente Risco era más o menos conservador y en ello se nos va la vida intelectual gallega. La economía se enzarza en los de la caja, aún lo de la caja, por favor, qué más me da a mí que el banco que se quede con ella esté controlado por uno de Arteixo, por el del ladrillo o por un chino a medias con un catarí.
Pero nada, afrontamos la precampaña de las municipales como si hubiese algo que repartirse ¡Es asombroso! El problema es cómo mantener el sistema nacional de salud y aquí nuestra fuerza bruta política del país se da de bofetadas con nuestra Gürtel particular, con la operación Orquesta que cada vez extiende más su mancha, cual marea negra. Vean, por ejemplo, cómo los catalanes ya sacaron a la vanguardia a la calle contra los recortes que vienen, pero detrás de todo, no lo duden, están el concierto económico y la transferencia de activos reales, propiedad de hospitales...
Ustedes tranquilos porque, como pueden ver, la operación salida ha sido un éxito, la ocupación hotelera roza topes y los informativos sacan en primera las terrazas a tope, repletas de cañas... Seguramente se nos ha acabado el folio sin hablar de la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, pero lo haremos.
¿Quién es el pesimista?
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12 abril 2011
A la Exma. Sra. Condesa de Murillo
Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde -como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante. Dejar huella quería y marcharme entre aplausos -envejecer, morir, eran tan sólo las dimensiones del teatro. Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir, es el único argumento de la obra. Jaime Gil de Biedma
Disculpe usía, doña Esperanza Aguirre Gil de Biedma, que comience este folio con versos del poeta maldito que fue vuestro tío; cierto es que, de viejo, vuesas mercedes hacen acopio de bienes y fortunas sobrantes en sus quehaceres diarios para que los pobres coman o se vistan gracias a los roperos y mercadillos que presidís. Pero también clásico es que dediquéis vuestro oro a que los pobres más o menos despiertos de intelecto medren, se sostengan, se mantengan en buen estado físico e intelectual y que los resultados de sus saberes se dediquen ad maiorem gloriam de VM. No es necesario recordar que si no fuese por el conde de Lemos, el poco estimado por la Inquisición Cervantes, no hubiese dejado impresa la segunda parte del Quijote, o Lope de Vega dejase escrito Yo, que tantas veces a sus pies, cual perro fiel, he dormido, o Quevedo se refiriese diciendo: Viva Vuestra Excelencia para honra de nuestra edad. Qué sería sin los Medici, y sus tres Papas que no solo posaron sino que llenaron sonoramente las bolsas de los genios del arte de un par de centurias renacentistas. Los de su clase siempre se han distinguido por el buen gusto, claro que por eso son nobles; el pueblo, ya se sabe, es más de novelas de aventuras, de cocidos y fabadas. Sin embargo, ustedes sí que saben, nacen con el paladar educado y sus oídos no están moldeados para recibir poesía hiriente. Quizá sea por eso, porque con sus cruces endogámicos, su genética, vamos a decirlo claro, no se enriqueció y es por lo que suponemos desde aquí abajo que todos sus mecenazgos persiguen y permiten que individuos intelectualmente aventajados se segreguen de la manada y se perfeccionen cual vanguardia de su mundo, del suyo, señora condesa; algo así como aquel viejo foquismo guevarista o el maoísmo de los 60 que buscaban educar elites para dirigir la revolución. Yendo al grano, estas mis puyas van dirigidas contra el proyecto de bachillerato de excelencia a implantar en su Comunidad de Madrid para que un par de cientos de jóvenes de 16 años, con buenas pintas académicas y de las otras se partan la cara entre ellos durante dos años; pero a lo peor crean replicantes y después precisan Blade Runner. En este tema hay cosas claras, hay profesores a los que les da lo mismo 8 que 80 porque hablarán para el vacío si está en silencio, pero la mayoría quiere mentes despiertas en las que son incómodos los grupos rígidos, son útiles los pequeños en los idiomas o en los laboratorios y son necesarios los más grandes para escuchar, ver, participar. Tampoco la mayoría quiere grupos homogéneos, se estancan con facilidad, la mímesis empobrece el rendimiento. Pero hay un problema mayor, lo que falla en el sistema y desde este folio ya se voceó hasta la saciedad. El alumnado que precisa apoyo es el que no llega, el de los sectores sociales más desfavorecidos, el aislado... es ahí donde los poderes públicos han de buscar necesidades educativas especiales y urgentes. El profesorado no tiene problemas con el grupito que destaca en el aula, sabe darle cuerda, agilidad, con un par de guiños, un recreo, dos consejos, un libro y dos películas de vez en cuando ya se los ha ganado y trabajarán para el grupo. Señora condesa, el contraste, la diversidad... no están reñidos con la excelencia, la equidad y la igualdad de oportunidades. Ocúpese de los problemas reales.
Disculpe usía, doña Esperanza Aguirre Gil de Biedma, que comience este folio con versos del poeta maldito que fue vuestro tío; cierto es que, de viejo, vuesas mercedes hacen acopio de bienes y fortunas sobrantes en sus quehaceres diarios para que los pobres coman o se vistan gracias a los roperos y mercadillos que presidís. Pero también clásico es que dediquéis vuestro oro a que los pobres más o menos despiertos de intelecto medren, se sostengan, se mantengan en buen estado físico e intelectual y que los resultados de sus saberes se dediquen ad maiorem gloriam de VM. No es necesario recordar que si no fuese por el conde de Lemos, el poco estimado por la Inquisición Cervantes, no hubiese dejado impresa la segunda parte del Quijote, o Lope de Vega dejase escrito Yo, que tantas veces a sus pies, cual perro fiel, he dormido, o Quevedo se refiriese diciendo: Viva Vuestra Excelencia para honra de nuestra edad. Qué sería sin los Medici, y sus tres Papas que no solo posaron sino que llenaron sonoramente las bolsas de los genios del arte de un par de centurias renacentistas. Los de su clase siempre se han distinguido por el buen gusto, claro que por eso son nobles; el pueblo, ya se sabe, es más de novelas de aventuras, de cocidos y fabadas. Sin embargo, ustedes sí que saben, nacen con el paladar educado y sus oídos no están moldeados para recibir poesía hiriente. Quizá sea por eso, porque con sus cruces endogámicos, su genética, vamos a decirlo claro, no se enriqueció y es por lo que suponemos desde aquí abajo que todos sus mecenazgos persiguen y permiten que individuos intelectualmente aventajados se segreguen de la manada y se perfeccionen cual vanguardia de su mundo, del suyo, señora condesa; algo así como aquel viejo foquismo guevarista o el maoísmo de los 60 que buscaban educar elites para dirigir la revolución. Yendo al grano, estas mis puyas van dirigidas contra el proyecto de bachillerato de excelencia a implantar en su Comunidad de Madrid para que un par de cientos de jóvenes de 16 años, con buenas pintas académicas y de las otras se partan la cara entre ellos durante dos años; pero a lo peor crean replicantes y después precisan Blade Runner. En este tema hay cosas claras, hay profesores a los que les da lo mismo 8 que 80 porque hablarán para el vacío si está en silencio, pero la mayoría quiere mentes despiertas en las que son incómodos los grupos rígidos, son útiles los pequeños en los idiomas o en los laboratorios y son necesarios los más grandes para escuchar, ver, participar. Tampoco la mayoría quiere grupos homogéneos, se estancan con facilidad, la mímesis empobrece el rendimiento. Pero hay un problema mayor, lo que falla en el sistema y desde este folio ya se voceó hasta la saciedad. El alumnado que precisa apoyo es el que no llega, el de los sectores sociales más desfavorecidos, el aislado... es ahí donde los poderes públicos han de buscar necesidades educativas especiales y urgentes. El profesorado no tiene problemas con el grupito que destaca en el aula, sabe darle cuerda, agilidad, con un par de guiños, un recreo, dos consejos, un libro y dos películas de vez en cuando ya se los ha ganado y trabajarán para el grupo. Señora condesa, el contraste, la diversidad... no están reñidos con la excelencia, la equidad y la igualdad de oportunidades. Ocúpese de los problemas reales.
05 abril 2011
Lo que se va y lo que puede venir
No me hizo mucha gracia el anuncio del presidente Zapatero y no porque fuese yo muy partidario de que repitiese como candidato este señor algo iluminado y, mucho menos, que repitiese como presidente del gobierno; aunque sí valoro los primeros logros, he de censurar su actual política y, sobre todo, tengo mucho miedo a lo que pueda perpetrar ya sin el peso de 2012. Si hasta ahora no dudó en seguir los dictados de la poderosa banca, a partir de aquí se declara abierta la barra libre hasta las elecciones.
Pero lo peor es que hay quien se cree que lo ha echado; los sectores más reaccionarios de la derecha española están convencidos de que se pueden colgar la medalla al mérito de haber forzado su renuncia, cuando en realidad su mísera oposición cutre y oscurantista sólo es tapadera de la verdadera, la de los obispos y otros grupos de presión localizados en Londres o Berlín, sin olvidar las recepciones a los 40 principales y pico. Compartirán conmigo que un perfil como el del presidente es el del clásico que no puede soportar una derrota, como vimos que tampoco la soportó su predecesor; son personas tan acostumbradas a que se les dé la razón que solo el temor al más mínimo indicio de que la mayoría no se la dé es, en este caso, razón suficiente para salir diez minutos antes de perder humillados y esperando a que la historia se lo reconozca.
Le ha tocado administrar la miseria, siempre es más difícil que repartir dividendos, chequés-bebé y otras ocurrencias. Pero si hasta ahora tenía enfrente a una pandilla de alocados neoconservadores en autonomías y ayuntamientos empeñados en borrar del mapa todo lo público, a unos seres que llegaron al furor inaugurando un aeropuerto sin aviones; de aquí en adelante resultará que tendrán que salir del armario los que realmente aspiran a sucederle gobernando con sus propuestas, que ya no podrán ser las de todos los miércoles, el váyase de siempre. Ahora van apareciendo viejas-nuevas recetas de la derecha y el presidente murciano y su colega madrileña son aprendices de brujo que interpretan los viejos manuales en los que se conservan las viejas recetas para curar los males, en concreto los viejos males de los resultados económicos de la sanidad y la educación. Resulta que una vez interpretada la vieja fórmula del bálsamo de Fierabrás solo aparece como remedio el copago, es decir, que se exprima más al ciudadano de a pie, una medida recaudatoria, disuasoria e injusta con el más débil. Parece que en el terreno educativo no quieran o no puedan imponer más copago del que hay, la enseñanza pública no es gratuita y, los que pueden, cada vez complementan más el servicio de su bolsillo, los que no pueden, ya se sabe, pero aún así hagan un esfuerzo y verán cómo les pueden exprimir más.
Pagar por ir al médico, llevan años pidiendo una cantidad simbólica, para que el ciudadano se entere de lo que vale un peine, para aligerar listas de espera y para que todos se lo piensen mejor y se hagan un seguro privado para las chorraditas del día a día. Recuerden que en los años del desarrollismo para una familia de clase media baja era todo un símbolo de ascenso social el tener una iguala o una póliza de pago mensual para poder ir a un hospital de pago sin pagar.
Pero lo más grave es que todos pagamos impuestos y retenciones para los gastos sanitarios, puede ser que ahora no llegue porque hay menos cotizantes o más pensionistas gastando medicinas, pero la solución es doble, subir impuestos directos para garantizar el servicio y racionalizar el gasto con medicina preventiva y control del consumo. No podemos llegar a la guerra de listas de medicamentos entre CCAA con distintos servicios y prestaciones según el domicilio. Pueden contrastar, como ejemplo, que la seguridad social en Andalucía no te deja salir del servicio de urgencias de un simple ambulatorio sin las dosis necesarias para tratar tu pequeña dolencia. ¿Les suena? Pues a partir de ahora les va a sonar que se tienen que pagar la comida en el hospital o la medicación de la diabetes o la ligadura de trompas.
29 marzo 2011
Publicidad y palabrotas
Recuerdo los siete años de bachillerato, ningún profesor me mandó, me sugirió, leer un libro y soy tajante a pesar de ser injusto: don Francisco Alcántara, premio Nadal del 1954, me enseñó poco griego, pero me regaló libros que no me atreví a llevar a casa. Una sólida excepción.
Por supuesto que el uso de los periódicos en las aulas no pasaba por la mente de los más iluminados, para algunos ya entonces el papel prensa era el As y solo los deportes y para otros Informaciones, Ya o Pueblo eran productos venenosos. Únicamente recuerdo la prensa local en las casas y bares y El Caso, aquel casi tabloide de sucesos que duró en los quioscos hasta bien entrados los 80.
Tampoco recuerdo el uso de los diccionarios, en las casas había alguno, en las aulas solo para lenguas muertas y extranjeras; pero el diccionario de español ¿quién? ¿Para qué? La adquisición de vocabulario era tardía, deficiente y aleatoria, aprendías las palabras a través de la cultura oral y de una voluntad lectora ajena a la escuela. Le debo mucho a un mediocre escritor que leí a escondidas desde muy niño, Álvaro de Laiglesia, y a sus títulos insinuadores de pecado.
Pero, eso sí, la picaresca siempre fue sabia consejera y el diccionario se volvió en algunos casos un pequeño objeto de culto, aquel libro lleno de palabras, en aquel libro buscabas significados de palabrotas, lo intentabas; pero no te aclaraban mucho, te envolvían de sinónimo en sinónimo como si aquellos viejos lexicógrafos tuviesen miedo a explicarte qué era una alcahueta porque la sotana, la mala conciencia o el censor les echasen el aliento tras la oreja y que tú nunca encontrases claramente voces como puta, meretriz, coito, fornicio... en el viejo Aristos o en la enciclopedia Vergara con su águila imperial tatuada en la portada y presente en todas las escuelas, cual crucifijo y retratos de rigor, mortis. Siempre llegabas a un bucle a los diez años en el que significante, significado y objeto te volvían loco, no aclarabas nada y tenías que acudir a la fuente, al chavalote de catorce, con la reválida de 4º aprobada y con más mundo que tú. He ahí las fuentes de la verdad.
La realidad se ocultaba a sabiendas y con alevosía y a veces me da la impresión de que hoy, con luces, taquígrafos y Wikileaks en abundancia, queremos esconder lo que no gusta, por ejemplo, cuando se desata la polémica sobre la publicidad de la prostitución más o menos encubierta en los periódicos editados en papel y se argumenta, para prohibirla, que esos ejemplares se distribuyen en los colegios e institutos donde son usados como material didáctico desde hace dos o tres décadas. Me parece que una vez más estamos poniendo puertas al campo y creando un problema que los alumnos no tienen. ¿Qué queremos ocultar?: la prostitución como actividad alegal, la vejación y esclavitud de la mujer y del hombre que se dedican a tales actividades, ¿queremos desenmascarar a los rufianes y proxenetas?
Mucho me temo que no dejará de existir la explotación de la mujer por el mero hecho de que se anuncie o no en el papel prensa. Animo a que no se haga, pero sin hacerme ilusiones; hoy, como siempre, la publicidad sexista es recriminable, comienza por los perfumes y termina por los coches, en las vallas de las avenidas. Después pueden desembarcar en la publicidad en la red y en el comercio de pederastas. Sin duda en la escuela hay que hablar también de esto. A tiro fijo, el resto son pecadillos.
22 marzo 2011
Ríos y tribunales
Aunque no seas profesional del derecho, ni siquiera aficionado, hay veces que te toca, años, meses o días, en los que la literatura legal te atrapa de cerca y tienes que invertir horas y horas en desentrañar cómo y por qué la ley es dura lex, sed lex, lo que enseñaron los romanos, la ley es dura, pero es la ley.
Por ejemplo, se conoció estos días la sentencia del Tribunal Europeo de derechos humanos sobre los crucifijos en la escuela: llega a la conclusión de que no son agresivos para los estudiantes y que son los estados los que han de legislar sobre su presencia en las aulas. Supongo que los que aplauden la inhibición de la Consellería de Educación -el Estado en Galicia- en el caso del hiyab de Arteixo no estarán contentos; el estado ha de definirse entre la aconfesionalidad, la laicidad... a las duras y a las maduras.
Aunque tampoco seas poeta, además de sentencias hay que leer poesía, ayer fue su día mundial.
También estos últimos días hemos conocido la opinión del Tribunal Constitucional sobre el estatuto de autonomía de Andalucía y su supuesta soberanía sobre el Guadalquivir, también aquí el estado sale reforzado en sus competencias.
Sinceramente es que nunca me lo imaginé de otra forma y creo haberlo expresado en conflictos anteriores, y sin entrar a discutir los derechos del estado portugués en muchos de los ríos que cruzan España.
Será muy simple mi observación, pero no me veo en una polémica con los vecinos leoneses por el agua del Sil y menos mal que ya no hay oro rentable para explotar en las Médulas. Será que para mí el Duero sí nace en los Picos de Urbión y recibe las aguas del Esla de Fray Luis, pero en realidad, de verdad, nace en el camino a la ermita de San Saturio y aunque no se lo crean tiene, para mí, dos desembocaduras, la conocida de Oporto y la menos frecuentada en Colliure, en los Pirineos Orientales, en el Rosellón francés donde descansa Machado. Ya lo ven, tres naciones en conflicto.
Será que para mí el Ebro es santanderino desde el Tres Mares hasta el delta, aunque espurios intereses intenten impedir su llegada al mar y destruir los arrozales.
La bronca del Tajo es monumental, pero seguramente Toledo y Garcilaso de la Vega pongan paz, por lo demás, también es el Manzanares de Miguel Hernández y el Jarama de Sánchez Ferlosio.
El Guadiana siempre fue el maldito, el río de los patos, el que nace y muere, entre manchego y extremeño, para terminar también fronterizo entre Ayamonte y Vila Real do Santo Antonio.
El Guadalquivir del conflicto actual sí tiene poetas, aunque sea solo por pasar bajo el puente de Triana, por poder cruzarlo en la barca de Coria para comer los albures en adobo viendo pasar los grandes cargueros que bajan a Sanlúcar, donde acaba tomándose una manzanilla en el Habana. Es el Betis de los fenicios y romanos, el Tharsis de los griegos, el Río Grande de los árabes, de Góngora a Lorca entre naranjos y olivos el que cuatro iluminados quieren escriturar a su nombre como los que quisieron pasar por el registro de la propiedad el sistema solar o el universo. Conservémoslos para beber y regar, limpios y por su cauce, que a sus orillas siempre hubo civilización y no barbarie
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