27 marzo 2012

La reforma laboral y la enseñanza

Cualquier profesional de la enseñanza solo tiene que echar un vistazo a su entorno más inmediato para comprobar los efectos perniciosos de la reforma laboral en su vida particular y en el futuro inmediato de sus alumnos; el paro y el empleo precarios nos cercan a todos sin discriminación, pocas disculpas podrá poner ninguna mente racional para aceptar el futuro escenario laboral, si no viene de la mano del miedo o de intereses cercanos a los de los mentores de los cambios que ya nos amenazan. 

Aunque el Gobierno la justifica alegando que creará empleo a medio plazo, su efecto inmediato va a ser un importante número de despidos en el sector privado y en el público. El ejemplo fue la anterior reforma que creó 1.500.000 parados. Se transforma de un plumazo la negociación colectiva en el corral del liberalismo, rompiendo gran parte de las reglas del juego acordadas en los albores de nuestra democracia, y que tantos beneficios sociales y laborales ha dado. De manera tan inútil como extremadamente dura desvirtúa la flexibilidad interna recientemente pactada entre patronal y sindicatos. En su entusiasmo ante el decretazo la propia CEOE anima a adaptar el Acuerdo a la Reforma, no la Reforma al Acuerdo. 

En cuanto a las repercusiones de la reforma en el sector de la enseñanza y en los servicios socioeducativos, es preciso matizar que, aunque aparentemente no afecta de momento a los sectores funcionariales mayoritarios, es evidente el peligro de modificación del Estatuto Básico del Empleado Público en la filosofía de adelgazar las plantillas públicas y no solo por la vía de no convocar oposiciones. Por eso el profesorado ha de estar alerta, la mejor defensa de sus derechos es la protesta unánime contra esta reforma. Los ERE tocan a la puerta en los sectores laborales de la enseñanza pública y en la universidad, el despido por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción en personal laboral al servicio de los entes, organismos y entidades que forman parte del sector público, y causas económicas es que no haya presupuesto. Por lo tanto tenemos a 700.000 trabajadores que entraron opositando para personal laboral con posible despido gratuito. Los funcionarios del sector público de la enseñanza no pueden dejar caer en saco roto lo que se está aplicando con rigor en comunidades como Madrid, Valencia o Cataluña. La privatización de los servicios, el recorte salarial, por la vía del aumento de jornada y, sobre todo, la descarada cesión de suelo, instalaciones y servicios a empresas privadas presagia que el servicio público de calidad puede pasar a la historia sin que estos señores se pongan colorados. Presten un poco de atención a los presupuestos generales del Estado, cuyo borrador conoceremos el día 30 de marzo y agárrense fuerte a la cartera, porque o paramos esto o el retroceso será de décadas. 

Pintan bastos con la aplicación del gran invento de la reforma, el contrato de trabajo por tiempo indefinido de apoyo a los emprendedores, con período de prueba de hasta un año y despido libre (no indemnizado), se puede convertir en la modalidad habitual de contratación para todos.

20 marzo 2012

El Mad Max de las relaciones laborales

Alguien se imagina que los sindicatos y las organizaciones empresariales cerrasen sus puertas, apagasen sus teléfonos y ordenadores, desapareciesen de los locales en las empresas, de los juzgados... del mapa durante un par de meses? ¿O para siempre? Hagan ese esfuerzo de ciencia ficción. Sin duda aparecerán las primeras respuestas de los últimos damnificados, de los autónomos que han tenido que cerrar porque las asociaciones de empresarios solo defienden a los más grandes, aparecerían las protestas lógicas de los últimos despedidos, de los últimos a los que su sindicato no atendió como era menester hacerlo. A continuación aparecerían los resentidos de más largo plazo, las de aquellos a los que se la jugó su socio de acuerdo con el banco y se quedó sin empresa, sin inversión y una mano delante y otra detrás o la de aquella víctima de los juzgados que sigue diciendo que su abogado no estuvo a la altura en su improcedente despido. 

Estaríamos en el postapocalipsis de las relaciones laborales, ya no habría quien hablase con nadie, la ley de la selva; en el cine, en el cómic, sería la hora de la violencia, la ley del más fuerte. O quizá estemos, decía el maestro Millás hace pocos días, en el medievo de las relaciones laborales, cual siervos y señores. 

Desde los momentos convulsos de la transición, desde el desmantelamiento del sindicato vertical franquista hasta la implantación de los sindicatos democráticos salidos de la clandestinidad hasta hoy, ha llovido mucho. Seguro que hay sesudas tesis doctorales que analizan el papel de sindicatos y organizaciones empresariales en estas décadas, pero fiándonos de la memoria podemos recordar momentos tensos y delicados, desde la responsabilidad mostrada en los Pactos de la Moncloa, la huelga general del 14D, los diferentes acuerdos de negociación colectiva, la gran cantidad de convenios colectivos firmados...En resumen, que venimos disfrutando, todos los ciudadanos, asalariados y empleadores, de un clima de cierta paz social, de cierta convivencia en la que todos ejercemos nuestros derechos, pero ya sabemos que los derechos del patrón miden más, pero también sabemos que al patrón si se le pueden apretar las clavijas, se le aprietan y afloja la mosca. 

Es cierto que se sufrieron, y siguen sufriéndose, graves reconversiones en la naval, en la minería... que fueron compensándose con acuerdos, con algún apoyo económico a las zonas afectadas, de suerte que tenemos zonas deprimidas económicamente, con graves riesgos de exclusión social; pero cuando no haya interlocutores ¿hasta dónde vamos a llegar? 

En resumen, las relaciones laborales autónomas entre los dos bancos de la mesa han venido garantizando, con su responsabilidad, la estabilidad política y la adaptación a los cambios producidos por las diferentes crisis. Me atrevo a decir que, salvo las excepciones de los iluminados de siempre, en este país nadie ha puesto en jaque la viabilidad de ninguna empresa gestionada con sentido común, que desde la óptica de los trabajadores no se ha tensado la cuerda para romperla si al otro lado no había un buey con electroencefalograma plano. 

La reforma laboral que provoca la HG del 29M ha irrumpido en el panorama de las relaciones laborales rompiendo las reglas de juego y marcando las cartas de ahora en adelante. Me pregunto si la mayoría de los empleadores de este país está dispuesto a echar este pulso y a romper las reglas de juego ¿Les ilusiona tanto volver a los pistoleros de los años 20? Confío en que Rajoy no pierda la cabeza. 

14 marzo 2012

Después del cemento ¿qué? ¿solo sol?


Si el conocimiento te parece caro, 

prueba con la ignorancia.( Derek Bok )
Tengo a menudo la suerte de compartir la espera el sábado por la mañana en el supermercado o las esperas de embarque en Alvedro con un científico, autoridad mundial en su materia, que trabaja y mucho para la Universidad de A Coruña. Ni que decir tiene que en unos minutos pasamos revista a la actualidad, despellejamos al político de turno por la última mamarrachada perpetrada en sede parlamentaria o plató televisivo; siempre intercambiando detalles que el otro desconoce, incluso exagerando un poco a veces, porque también hay que echar unas risas en la intimidad a costa del personaje público. 

Este jueves pasado, después de un buen repaso a los acontecimientos judiciales que empezaron ocupando a la opinión pública lucense y se extienden como reguero de pólvora mucho más allá de las murallas, pasamos a devanarnos los sesos con más sesudos comentarios de política económica y alternativas al paro. Dejamos de lado la incapacidad manifiesta de algunos antiguos y recientes gobernantes, ya que habían demostrado que su solvencia profesional e intelectual, en algunos casos, era manifiestamente mejorable y rápidamente llegamos a la conclusión de que aún manteniendo un paro, digamos, sostenible; sostenido por el fraude y la economía sumergida de dos millones de personas, era imposible la creación de cuatro millones de puestos de trabajo que pronto harán falta. Que aquí no hay tejido industrial productivo ni farrapos de gaita, que ya no era cuestión de cambiar el modelo sino de inventarlo. El mundillo de la investigación anda alborotado y con razón; a pesar de las recomendaciones de la Comisión Europea de que los recortes del déficit no deben afectar al I+D+i, todo indica que los presupuestos de fin de este mes nos llevan al colapso. 

Todo lleva a pensar que en los últimos años acumularemos cerca de un 30% de recorte en el capítulo 46 de los PGE dedicado al I+D+i. Tendríamos que converger en la media de la UE-27, 2,3% del PIB, caminando hacia el 3% y no llegaremos al 1,35%. 

Y no estamos hablando de los mundos de Alicia, estamos hablando de lo que votó el 99% del Parlamento en la ley de la Ciencia hace nueve meses demandando la apuesta por la investigación y la innovación como medios para conseguir una economía basada en el conocimiento que permita garantizar un crecimiento más equilibrado, diversificado y sostenible. El Consejo Europeo ya le tiró de las orejas a España en el memorándum del 2 de marzo 2012. Pero aún así seguirán recortándose los recursos humanos, sin reponerse las jubilaciones. En los últimos 5 años se han repuesto unas 1500 plazas, este año ninguna, en una plantilla con una edad media de 50-55 años, 58 en el CSIC, la conclusión nos dice que es urgente flexibilizar la contratación en investigación para permitir una planificación de recursos humanos que haga viable los planes estratégicos. De lo contrario, España no tendrá más remedio que importar científicos con costosas ofertas frente a países punteros en ciencia que aplicaron políticas anti-cíclicas; 

La austera Alemania las incrementará hasta el 2015 en un 5%. Además tendrá que haber un sector privado que apueste por la investigación de forma que las empresas se nutran de tecnología y las instituciones públicas de investigación tengan capital humano para beneficiarse de los recursos económicos de la Comisión Europea (? 80.000 M en el 2014-2020) y no seguir viviendo de conocimiento prestado. Todo un reto, pero por aquí parece que la solución sigue siendo cementar la costa. 

06 marzo 2012

No me trago lo de la flexibilidad laboral

 Primero fue la conselleira de Traballo la que se salió del tiesto para decir que los que se iban al extranjero era porque les daba la gana, estudiaban aquí y después se iban a ganar dinero por el mundo adelante. 

Le siguió la teoría del ministro Wert, estaba mejor traída ¡vas a comparar!, defiende que los que se están yendo no son españoles, son nacionalizados de otros países que estudian aquí todo lo que pueden y después -los muy ladrones- se van con la ciencia aprendida aquí a otros lares porque, simplemente, les pagan. Supongo que será algo así como la antigua polémica de los oriundos y sus abuelos gallegos para poder jugar al fútbol como los españoles fetén, que llegaban aquí hablando argentino y ganándose a la afición. Ahora resulta que los parados están así porque no quieren ir a Laponia, o será porque no pueden desprenderse de la hipoteca, dejar las llaves e irse a vivir donde les dejen hacerlo, trabajando dignamente. 

Nos abruman con los números, ¿quieren números? Pues vengan los números a decir las verdades de la flexibilidad que reclaman para ser productivos: 

Con recesión o sin recesión, en este país se celebran, desde finales de los noventa, más de un millón de contratos al mes, a veces dos. La media es de casi 14 millones de contratos laborales al año. 

De forma que la creación de empleo no es en absoluto la asignatura pendiente de este país, al contrario. Para nuestros especialistas no tiene ningún misterio. Lejos de tener ese miedo que se les atribuye a los empleadores, se hicieron 223 millones de contratos desde el año 2000. Pero al distribuirlos según su duración, vemos que casi la mitad se firmó por menos de tres meses. Lo que se ve es que temen encontrarse con conocidos por los pasillos de la oficina o el taller. 

Parece que todo esto suena a película americana de serie B, de las de tarde de domingo soporífero en la que los protagonistas se lían la manta a la cabeza, cargan su mochila o su furgoneta, se marchan a otra cuidad, a otro Estado y, en dos patadas, ella encuentra trabajo de camarera o de creativa publicitaria y él de vendedor de coches o de técnico en la construcción. ¿Y el convenio colectivo? ¿Alguien oyó preguntar por él en esos contratos verbales? ¿Les gustan los despidos a la americana? 

Pues ya están servidos, a partir de ahora los contratos de trabajo se firmarán en la barra de hielo, durarán mientras usted no se ponga enfermo, un poquito enfermo, y se acabarán cuando al negociante se le antoje, solo que gratis total. A este país me da la impresión de que lo están manteniendo las pensiones de los mayores y los empleos de los autónomos que tienen un par de personas contratadas, que tienen su mismo nivel de vida, que comparten el décimo de lotería de navidad, todo desde hace años y su suerte lleva el mismo camino. Esas empresas no necesitan flexibilidad legal para despedir, si pintan bastos, se van todos al garete. 

El señor Rajoy busca medallas, a ver si no le ayudamos a ponerse más que las que merezca, en Europa se apresuran a condecorarse entre ellos pisoteando al débil, por aquí empresarios y obispos se deshacen en agradecimientos, a ver si la oposición no se suma sin querer al carro.

28 febrero 2012

El dueño del balón y las ruedas de molino


Estoy seguro de que se acuerdan de cuando se podía jugar al balón en la calle, con solares sin construir, con pocos coches, y recuerdan que solo había un balón y que el dueño del balón siempre tenía que jugar con el mejor equipo y que cuando a la madre del dueño del balón se le cruzaba el cable, con razón o sin ella, el dueño del balón se quedaba castigado y que, por daños colaterales, un par de docenas de chavales se quedaban sin partido.

Era la versión real de un anuncio algo estúpido en el que el dueño del juego de mesa, con pinta de pijo solitario, amenaza con desmontar la velada con sus amigos porque no le admiten que el pulpo sea un animal de compañía. Toda la tertulia ha de tragar su rueda de molino, soportar el capricho de su invitado.

Pues bien, parece que en la economía de esta crisis de nuestros dolores, los que piensan en sus soluciones siguen derroteros parecidos y tenemos un único balón para echar la tarde y una rueda de molino de considerables dimensiones para tragárnosla sí o sí.

Pero parece ser que además de esos anticuados sindicatos de los que tanto habla Esperanza Aguirre -si tan inútiles son, no sé para que se toma tantas molestias en hacerlos desaparecer- , pues eso, además de los acomodados opositores oficialistas, hay quien piensa y presenta alternativas desde universidades y centros de investigación. Hay oposición al pensamiento único del dueño de la pelota que solo sabe hablar de ajuste, austeridad y recortes sociales, oposición a las políticas que solo están trayendo más pobreza y más desigualdad. Porque no se crean lo de Alemania, sí que tienen menos deuda, pero allí no atan los perros con longanizas, allí también hay empleo basura de 400 euros que maquilla las cifras del paro. Y esas políticas distintas se llevan a cabo por ejemplo en EEUU, donde sí hay problemas de deuda, pero que se están atajando con inversión productiva; que nadie vaya a pensar que me he caído de repente del caballo y he descubierto el siglo XIX, pero sí vemos desde allí que Keynes no estaba muerto. Por si fuera poco lo de que el dueño del balón hace lo que quiere porque sí, ahora parece que quiere plasmarlo negro sobre blanco en forma de nuevo Tratado de la Unión Europea, que consagre las políticas neoliberales, es decir que solo haya un balón y que su dueña sea siempre la misma, o el mismo, que no sé en qué estaría yo pensando ahora.

Pero no tenemos que comulgar con eso, porque podríamos asociarnos y emitir eurobonos para comprar otro balón o financiar su compra con un impuesto de transacciones, de forma que los que más usen el balón, más colaboren en la amortización de su coste y más aporten, por lo tanto, para sostenerlo. ¿Por qué no negociar con ese nuevo balón, alquilándolo a precios razonables a otras pandillas, barrios o chavales más pequeños? Lo que se viene llamando economía social y sostenible. Y eso nunca tuvo que ver con el oro de Moscú.

Y además se puede ir haciendo hucha, porque el balón se irá gastando y habrá que sustituirlo o repararlo, ir haciendo previsión social para el futuro, lo que siempre se hizo en los estados del bienestar en Europa.

Como se puede ver no hay un partido único, ni tiene que haber una sola pelota, juntos y con pocas herramientas podemos tener pelota para jugar y no depender de que el dueño de la de siempre quiera o pueda bajar a la calle.

22 febrero 2012

El drama clásico: del monarca Rajoy al donaire Wert


El casticismo hispano, esa actitud reaccionaria que vemos en las comedias de Lope, Calderón y otros, tiene reflejo en las actitudes de determinados miembros del nuevo Gobierno.

Ese rey distante e irresponsable, objeto de culto que solo aparece en escena como Felipe II para respaldar el criterio del alcalde Pedro Crespo en Zalamea o Enrique IV rehabilitando a Peribáñez frente al comendador. Siempre reparando injusticias de sus autoritarios servidores, ¿No le ven a Rajoy una suerte de soberbia al perdonarnos la vida por no estar de acuerdo con él? ¿No es un poco despótica su actitud al decirnos que, pobres de nosotros, nos despide por nuestro bien?

Y los nobles de antaño, qué me dicen de los nobles; en el teatro clásico suelen aparecer los buenos y los menos buenos, pero si alguno tiene que sacrificarse por su rey, quiera o no, lo lleva claro; por eso Guindos, Montoro y alguno más estarán siempre en la picota, si los vientos de Europa les son favorables, estupendo, si la masa social de parados, despedidos, subempleados, amenazados y otras especies en crecimiento exponencial se calientan y se revuelven, que vayan poniendo la cabeza.

También en la comedia clásica tenía que estar presente Trento y su doctrina; para las esencias de la ideología ya tenemos a Gallardón, dispuesto a batirse como buen vasallo, incluso haciendo concesiones, que ya se sabe que lo del matrimonio homosexual es cosa de minorías en las que no ha de pararse la inquisición.

Recientemente un correligionario del ministro Wert, Antonio Martín Beaumont, en alguna publicación digital, hablaba que lo que el llama las wertzadas, y constata que son habituales dentro del Gobierno, que su protagonista ya era famoso por la supuesta rapidez para salir semanalmente con una nueva metedura de pata poco meditada, vaya, que se estaba convirtiendo en el graciosillo del Gobierno, el que opina y pontifica, le parece al comentarista, con demasiada soltura y que los supuestos errores se le perdonan rápidamente. Hay quien dice que en vez de buscar un buen jefe de prensa se buscó una buena propagandista de la COPE y que desde la Secretaría de Estado de Comunicación ya le han dicho que está un poco mayor para el papel de donaire propio de las comedias de Lope, la voz vulgar que complementa los valores aristocráticos de aquellos a quienes sirve, y que no es necesario que esté todos los días en los titulares y, menos aún, en el filo de la navaja, rozando la doctrina oficial.

Discrepo de cabo a rabo de esa supuesta pose ministerial, creo que estamos ante el ministro de Educación más político y menos técnico que yo pueda recordar. Aquí se viene a privatizar, con todas las letras y en mayúscula. Para qué se va a gastar más tinta.

La semana pasada le tocó a las becas y el excelentísimo Wert parece que solo conoce a universitarios vagos y maleantes, parece que no conoce a colegios profesionales que presionan para que se endurezcan las condiciones académicas y se restrinja el número de titulados para que el mercado laboral esté equilibrado y no se les jorobe el chiringuito, que está la vida muy achuchada, o sea, que ingenieros o arquitectos, los justos. Duda el ministro de la competitividad y del esfuerzo de la mayoría de los estudiantes y creo que ve el vaso medio vacío, parece que añora la época franquista en que sólo se daban becas a los alumnos pobres que obtenían buenas notas.

Evidentemente estamos lejos de un sistema ideal de dotación de becas, dedicamos el 0,1% del PIB menos de la mitad de la media de la OCDE, hay países en los que el 40% del alumnado tiene algún tipo de ayuda, y seguro que es porque lo necesitan y porque estudian.

Sus propuestas van hacia el pasado, de las palabras del señor Wert se deduce que no distingue entre beca y ayuda, y que simplemente se limita a mezclar una con otra, abandonando la dimensión social y volviendo al modelo asistencial.

15 febrero 2012

Jóvenes, trabajo, fp, temarios, Wert...

De verdad les aseguro que esta semana no quería volver a hablar del ministro Wert; como si no hubiera bastante en el pasado consejo de ministros, sin ir más lejos; pero la víscera me lleva al monte, como siempre; que para lo otro ya habrá tiempo, Guindos mediante. 

No hace muchas semanas la conselleira de traballo se lució con unas declaraciones en las que, encantada de haberse conocido con pensamiento tan original, se despachaba opinando que los jóvenes gallegos, -y los demás españoles lo mismo- aunque no sean de su negociado, dejaban el terruño, pero no lo hacían por necesidad; sino por una especie de ansias irrefrenables de demostrar que los conocimientos aquí adquiridos, eran de amplia demanda entre anglos y sajones, más que por los celtas cortos de entendederas del país. 

Es bien cierto que muchos y bien preparados se fueron, volvieron y tendrán que irse otra vez, que ya no les vale aquello de devaluar el curriculum y ocultar sus doctorados e investigaciones; pero querer convencernos, como pretende la conselleira de que se van porque tienen el culo inquieto y ansias de crecer económica e intelectualmente, es decir, que se marchan porque les da la gana y no porque aquí no encuentran acomodo laboral ni forma de devolverle a la sociedad lo que ella ha invertido en su formación, es para recomendarle que se lo haga mirar. 

Seguramente ahora tropezamos con la palabra clave, la formación. Por suerte o por desgracia tengo constancia por segunda mano de lo que piensa el señor ministro del ramo y puedo constatar su neoliberalismo, ya lo comentábamos la semana pasada; pero si hiciese falta una prueba de sus propósitos poco deseables la encontramos en la decisión tomada la semana pasada sobre los temarios de oposiciones para los profesores. Dejemos de lado el problema de si las oposiciones decimonónicas seleccionan mejor o peor a los profesionales que trabajarán en la función pública y centrémonos en las consecuencias de la ocurrencia ministerial. Habrá quien me diga que en una oposición de lenguas y literaturas, retrotraer los temarios a los vigentes en los primeros 90 todo lo más que puede causar es que queden sin presencia algunas tendencias recientes de análisis textos o la vanguardia literaria más inmediata, todo fácilmente subsanable con la formación permanente y la buena voluntad del aspirante 

Despreciemos, asimismo, esfuerzos de estudio, de síntesis, de organización de actividades de programación y didácticas del opositor, despreciemos también inversiones económicas, morales, personales...el trabajo de los preparadores, de las academias, las inversiones de las empresas editoras de temarios; no me digan que no es mucho esfuerzo al garete para cumplir los caprichos ministeriales y retrotraer los temarios a los vigentes del 93. 

Dejemos, pues, tranquilas aquellas disciplinas clásicas y pensemos en el futuro, en la formación de los profesionales que nos sacarán de la crisis en la economía pasado mañana, pensemos en cómo buscar a los mejores profesores de FP. 

El propio ministro Wert se despachó con soltura hablando de la FP dual, ese invento alemán en el cual los alumnos estudian al tiempo que compaginan el trabajo en la empresa, las prácticas en la gran industria alemana, por ejemplo. ¿Y aquí, qué? Van a barrer talleres o lavar platos, el chiringuito de la esquina. ¿Ese señor no se enteró de que aquí abundan los negocios y escasean las empresas? 

Ya sin lamentarnos más, cambiar el temario de los profesores de electrónica supone que no han de saber nada de fibra óptica, de medios de comunicación digitales, informática... Supone que un profesor de electricidad no ha de demostrar que conoce las instalaciones fotovoltaicas, eólicas, la robótica industrial... 

Ni que decir tiene que todo lo relacionado con el impacto ambiental, prevención de riesgos, inteligencia artificial, las aplicaciones a las artes gráficas, aún no han nacido para Wert. No piensen mal, no añora el pasado, simplemente quiere cargarse el sistema público de FP antes de darle la oportunidad de levantar cabeza y lanza la consigna, pisa morena y el que quede atrás que arree. gmail.com