20 julio 2007

La ministra de Educación suspende y le quedan pendientes para septiembre

Pues es cierto que la ministra de Educación ha dejado tarea sin hacer este mes de julio y aún así el presidente Zapatero renueva su confianza en ella y conserva la .Cartera. Pero pongamos en antecedentes a los ajenos al mundo educativo, el MEC desde hace muchos, muchísimos años tiene pendiente la elaboración de un Estatuto Docente, es decir, algo así como una recopilación de todas las normas laborales que gobiernan la vida del profesional del profesor desde que comienza su carrera hasta que se jubila, sus promociones, sus perspectivas de mejora, su reconocimiento social... algo que ocurre en cualquier empresa. Pero aquí no, aquí siempre se premió el sedentarismo, el falso igualitarismo como condiciones intrínsecas del funcionario. El pasado 18 de abril parecía que se abría una puerta tras la que había algo de luz, el MEC presentaba borrador y en él incluía cuatro puntos que dejaban entrever un futuro prometedor; en algún caso no era más que pagar una pequeña cuenta pendiente; desde hace dos años el MEC debe unos míseros euros de un complemento a todo el profesorado, reconoce la deuda, pero no la paga. Más importante todavía en la regulación de la jubilación anticipada a partir de los 60 años, sé que la medida no tiene que ser muy popular, que hay profesiones que también desgastan mucho física e intelectualmente. Los profesores pueden acogerse a ella desde el año 90, más o menos, pero nadie sabe cuándo se acabará la posibilidad, lo que le piden al MEC es saber que se tiene esa perspectiva y llegado el momento se podrá utilizar o no dependiendo de las condiciones en las que se encuentre el interesado. Pero lo más relevante desde el punto de vista social y profesional es todo lo referente a la promoción y a la carrera profesional. Fíjense ustedes un maestro, puede cursar una licenciatura, un doctorado, los máster que le dé la gana, que a la administración le importa un rábano, si quiere enseñar en niveles superiores, para los que está capacitado académicamente que se busque la vida de otra forma que la administración no reconocerá su esfuerzo. Y no digamos nada de un profesor de instituto que haya hecho acopio suficiente para brindar su experiencia a la Universidad, a ese más le vale que se apunte a Operación Triunfo. Seguro que usted también conoce a profesores que echan en su trabajo más horas que el reloj, que organizan semanas culturales y científicas, que llevan a sus alumnos a museos, conciertos, viajes... que ponen a funcionar páginas web, bibliotecas... y todo por amor al arte, a la administración le importa un comino premiar, facilitar, reconocer, recompensarles -económicamente, sí, sin tapujos- mediante un sistema de acreditaciones de méritos objetivos, evaluables y accesibles para todos que significasen que el docente mejorase profesionalmente y el sistema educativo recibiese los beneficios de esta dedicación exclusiva e intensiva. Esperemos que en septiembre la ministra tenga las tareas hechas y en uno de esos golpes de efecto que tanto gustan a su jefe, nos sorprenda y no busque conflictos que nadie quiere.

10 julio 2007

Veinte minutos de gloria

Recuerdo el revuelo que se armó cuando Jorge Semprúm aceptó la cartera de Cultura en un gobierno de González, no era un político sino un intelectual de prestigio con pasado activista, se le negó el pan y la sal. Algo que no recuerdo ocurriese cuando Jack Lang aceptó la misma cartera en un gobierno francés. Es cierto que alguien puede decir que la profesión del servidor público está desprestigiada, pero también lo está la de periodista, la de juez o la de profesor, por razones ajenas al comportamiento de la mayoría. No sé qué impulsos pueden provocar la demonización de Bernat Soria por aceptar su puesto en Sanidad, ya le están llamando asesino en ciertos medios. Es cierto que destaca en el mundo profesional, en la investigación; pero también en la gestión, puesto que tuvo que buscarse la vida cuando la caverna ideológica vetó sus investigaciones con las células madre embrionarias y tuvo que irse a Singapur o cuando tuvo que regresar y fue desahuciado en Valencia y aceptado en Andalucía. Si eso no son avatares políticos, que me pellizquen, que no lo entiendo. Si este señor tiene cuatro buenas ideas para mejorar la política sanitaria en España, que se le dé una oportunidad, capacidad de gestión le queda muy poca, que los conselleiros de turno son los que mandan. Si además eso sirve para mejorar la imagen de Zapatero y él se lo cree, es su problema; pero quiero defender con cabezonería que nada hay más honrado que un buen profesional ponga su capacidad de trabajo al servicio de sus vecinos como concejal del pueblo más remoto o como ministro del gobierno de su país. Después llegan las acusaciones de vanidad, de afán de conseguir los veinte minutos de gloria, de pasar a la posteridad; pero eso nos pasa a todos y tenemos derecho a ejercerlo y no necesariamente secuestrando al director de una oficina bancaria para salir en los papeles. La mayoría se conforma cuando es capaz de relatar un gesto de valentía o de simple desinhibición; colma su autoestima una simple aventurilla en la mili y sirve a muchos para tener tema de conversación en todas las nochebuenas y fiestas de guardar. La sociedad española maltratará a Bernat Soria y a todo aquel que se atreva a dar el paso de ese Rubicón que es el servicio público. Aquí estamos acostumbrados al intelectual puro y casto, al científico tan neutral que vota con guantes de quirófano, que cuando se aventura a la gestión publica se le tacha de mediocre, vendido y a saber lo que estará buscando. Por favor, un poco de seriedad; es cierto que un partido puede buscar nombres de éxito en el mundo científico y cultural para reforzar su mensaje electoral, unos encuentran a Normal Duval y otros al que dedica su esfuerzo y sus ansias para ver mejorada la calidad de vida de los diabéticos de todo el mundo. A pesar de los obispos.

03 julio 2007

Del sentido común

Omuy despistado estuve últimamente o muy poquita importancia se le dio en los medios a la actuación del diputado nacionalista en las Cortes españolas y representante de su grupo en la Comisión de Defensa que entendía del proyecto de Ley de la Carrera Militar, el señor Rodríguez Sánchez, don Francisco. Pues bien, la postura de este parlamentario me ha sorprendido gratamente. Yo, que esperaba un gran alegato contra los ejércitos opresores sobre Galicia

-siempre una colonia española para el señor Rodríguez- me encuentro con que su apoyo es prácticamente incondicional, excepto en un matiz que después comentaré. El resto del abanico parlamentario discrepó por diferentes razones: los populares, porque sí, IU, por sus planteamientos pacifistas y el resto de los nacionalistas -vascos, canarios, catalanes...-, porque no recibieron nada a cambio, como siempre.

El voto de los nacionalistas gallegos me deja en un sinvivir y ya no sé si es que el modelo de ejército español ha cambiado tanto que no lo conoce ni la madre que lo parió o que los nacionalistas gallegos se han convertido a la socialdemocracia atlantista más blandengue y melosa de todo el continente. Los de siempre, tan malpensados como siempre, me dicen que nada de nada, que todo tiene que ver con los pactos de las municipales, con los futuros presupuestos y con el encanto personal del presidente del Gobierno.

No sé qué pensar, quizá lo único que ocurre es que el último de los coroneles de la UPG no tiene quien le escriba o que sufrió un ataque de sentido común. Pese a todo, genio y figura, hasta en su enmienda rechazada que pretendía sustituir Nación por Estado, para referirse a España. Problema de gran calado, sobre todo para un lingüista como don Francisco.

Cambiando de tema, pero sin brusquedades, observen con qué naturalidad evolucionó el decreto que regula la enseñanza del gallego desde mis comentarios del martes pasado. Después del tirón de orejas del Consello Consultivo de la Xunta, el viernes vio la luz en el DOG con la complicidad de medio PSOE y la oposición del otro medio y del PP. Es cierto que el decreto incorpora algunas modificaciones, pero la sustancia es la misma y ante ella no puedo dejar de manifestar dos opiniones. La primera tiene que ver con la postura del PP, camaleón lingüístico donde los haya, que desarrolló bajo su égida la ley de normalización, consensuó con la oposición todo cuanto decreto, norma o instrucción versó sobre el tema y ahora que ve las urnas pelar, pone las suyas a remojar; pero a mí no me la da.

La otra, lógicamente es más optimista, tiene que ver con la misma realidad que se percibe después de muchos años de viejo conocimiento del sentido común de la mayoría del profesorado gallego, que siempre ha sabido donde estaba, a la altura de las circunstancias, que siempre ha sabido hacerse entender, en gallego, en castellano y por señas y seguirá haciéndolo mientras no le toquen más las narices. Los modelos excluyentes vasco-catalanes lo tienen difícil por estos lares. Aquí siempre pesa más el BCB (bueno, carallo, bueno) del profesor Moralejo.

26 junio 2007

Pasado y futuro de las lenguas

Recordad lo del caballo, se le puede obligar a ir a la fuente, pero es imposible obligarle a beber. De mutuo acuerdo las tres fuerzas políticas apoyaron sin dudar el Decreto que regulará el uso del gallego en la enseñanza. Sí, ya sé que aquí se comentó ya, pero es que hay novedades desde entonces. Una de ellas es que el Consello Consultivo de la Xunta ha hablado y le ha dado un revolcón, dejando en entredicho la legalidad del tal proyecto que prescribía lindezas disciplinarias contra los agentes o los pacientes de la enseñanza que no lo acatasen sin rechistar. A continuación habrán observado los gritos de rigor de los capitostes de la Mesa de Normalización, que si el Consello Consultivo es un residuo de Fraga -cuando sus letrados lo son por oposición-, de que todos sus dictámenes son puramente informativos, sin ánimo de lucro y además son incómodos y no están axeitados a la realidad del país. Viene esto a cuento porque estos días cayeron en mis manos dos escritos muy divergentes, uno de ellos es el artículo del profesor Monteagudo: Existe o dereito de ignorar o idioma galego? (El País 15 de junio). Aquí el sociolingüista de pro, no sólo se limita a reponer negro sobre blanco lo tópicos más manidos sobre las opresiones pasadas, que nadie pone en cuestión, sino que avanza describiendo las presentes, que alguna habrá -no lo dudo- pero que son escasas y, además, destaca como indefectiblemente venideros los males futuros sobre la lengua propia del país. Para conjurar pasado, paliar presente y evitar futuro, propone y "esixe unha presenza maciza do galego no sistema educativo", incluso se podrían hacer chistes a cargo de la expresión, pero allá cada cual. Evidentemente el autor no hace más que una pregunta retórica, su respuesta está clara, no existe este derecho y el que no lo entienda así lleva a Galicia a la desfeita tal y como hacen los que conspiran contra el país. No sé muy bien dónde están las quintacolumnas espías, al margen de alguna recogida de firmas testimonial, más bien el pueblo soberano ejerce como tal y punto. Por otro lado el libro que quiero recordarles es del reconocido y admirado periodista Alex Grijelmo, Defensa apasionada del idioma español, un ensayo ya consolidado casi como manual de referencia, que en su momento causó cierto revuelo y sensación. Creo que se reedita con frecuencia, que no es mala señal. Los ignorantes y mal pensados estarán cavilando sobra las maldades de la obra que tanto gusta a este jacobino arriba firmante, pero no se trata de ningún panfleto concebido por la FAES, sino la obra de un trabajador de la lengua que se preocupa de su mal uso, partiendo siempre de la base de que, como dice textualmente su autor: "El lenguaje representa lo más democrático que la civilización humana se ha dado. Hablamos como el pueblo ha querido que hablemos. Las lenguas han evolucionado por decisión de sus propios dueños, sin interferencias unilaterales de los poderes; aún más: en un principio han impuesto los pueblos su lengua a los poderes". No sé si servirá de reflexión para saber qué son derechos y deberes, individuales y colectivos, pero se puede intentar.

19 junio 2007

Algo más sobre el 77

Nos estamos llenando las legañas mañaneras de pastosos aniversarios de las elecciones del 77, ciertamente importantes; pero tiene que haber balances para todo y si hay que lamentarse de algún déficit, pues se hace, que no pasa nada. Por lo tanto hay que recordar que se celebraron sin la legalización de todos los partidos, que estaban tuteladas por todos los poderes -se empezaban a llamar fácticos y nadie sabía muy bien qué era aquello- del franquismo. También recordamos que no había habido elecciones locales y los ayuntamientos grandes y pequeños seguían en las mismas manos de los mismos de siempre controlando el cotarrro. Todo fue muy rico y muy abundante, su recuerdo me trae sensaciones contradictorias, el haber participado en la campaña electoral en el sur de Orense, en los pueblos cercanos a la frontera -Lobios, Entrimo, Bande-; en un Dianne 6 con un altavoz en la baca a la salida de misa y a los paisanos mirándonos con cara de pocos amigos o quizá pensando que los marcianos barbudos ya estaban invadiendo sus reductos dedicados al contrabando de menudillo. A todo esto sin poder votar porque nos faltaban unos meses para tener los preconstitucionales 21 años preceptivos. Lo que tenías en la cabeza en ese momento era que la amnistía política que esperabas había empezado a aplicarse en el julio anterior y se completaba en marzo y mayo del 77 -apenas hacía un mes-. Todo hijo de vecino sabía quién las ganaría o, por lo menos, quién no podría ganarlas. El temido TOP, el Tribunal de Orden Público, había sido disuelto seis meses antes, el derecho de huelga asomaba la cabeza tres meses antes y la libertad de sindicación llevaba sesenta días de nada en vigor. ¡Cómo para creerse que aquello iba en serio! Íbamos al trágala convencidos, pero lo hacíamos sabiendo que había otros que también estaban digiriendo lo suyo; era el único consuelo saber que las úlceras ideológicas sangraban. Es cierto que nos estaban vendiendo que el régimen estaba haciéndose el harakiri con la Ley de Reforma Política, pero no es menos cierto que lo hicieron por su propio interés, siempre con la intención de cambiar un poco para que nada cambiase. Habrá quien diga que el esfuerzo reconciliador fue impagable y que las cosas no salieron como a don Manuel le hubiese gustado, pero escuchar hoy a sus supervivientes y herederos deja claro que tienen el convencimiento profundo de que ganaron y lo hicieron de calle. También han de saber que no me estaba reconciliando con ellos sino con sus víctimas, con los que tenían que saltarles al cuello con afán de venganza y había que sosegarles la víscera. En épocas de memoria histórica es realmente ultrajante que se den espectáculos como el de la negativa de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo a revisar el garrote vil que asesinó a Salvador Puig Antich, gracias al voto de dos jueces, ex generales. Siempre hay un par de generales para todo. La democracia no es sólo formas, pero sin formas no hay democracia y para muestra el botón del candidato de la derecha en Santiago que lo único que puede decir de la ministra de Fomento es llamarle marimacho.

16 junio 2007

Más maestros y más calidad de la enseñanza

El horario de los colegios está en el candelero desde hace tiempo, periódicamente salen a la luz las virtudes y las maldades de la jornada continua, la necesidad de extender la red de comedores escolares, que estos sirvan ya los desayunos y que, por lo tanto, los niños sean atendidos desde más temprano. La extensión de las actividades extraescolares por las tardes, los campamentos urbanos en periodos vacacionales, etc. En resumen y, como no podría ser de otra forma, los edificios públicos dan más y mejor servicio a la Comunidad Escolar en la que se integran. Ni que decir tiene que ninguna de estas medidas ha dejado de ser motivo de discusión entre le colectivo docente y entre los padres afectados. El servicio que se reportaba a unos siempre trajo como consecuencia ciertas responsabilidades añadidas, sobre todo, para los equipos directivos de los colegios. Que la escuela siempre fue guardería nadie lo discute; evidentemente, siempre fue algo más importante, pero el componente asistencial siempre estuvo presente tanto en núcleos rurales muy aislados como las antiguas Escuelas Hogar como en los barrios de las ciudades con salarios precarios.

Como no podía ser de otra forma, fueron surgiendo colectivos profesionales nuevos en los colegios, cuidadores de comedor, monitores deportivos, animadores..., pero se seguía manteniendo la uniformidad del horario del profesorado con el de las horas lectivas de los niños, es decir, el profesorado trabajaba 25 horas (más cinco para otras actividades), las mismas que los alumnos recibían de clase. Puede seguir diciéndose que eran pocas horas, pero hay que estar allí para saber lo que es.

Era una reivindicación muy antigua desvincular ambos horarios y se ha conseguido desbloquear casi de carambola.

La Consellería de Educación se descolgó con una propuesta unilateral de modificación de la jornada escolar -por lo tanto también de la jornada laboral de los maestros- en la que ampliaba las horas de escolarización en junio y en septiembre. El nefasto sindicalismo nacionalista en la enseñanza convocó inmediatamente huelga, ya comentada desde estas líneas, para conseguir nada. Mientras tanto, la Administración no tuvo más remedio que acceder a firmar un Acuerdo con el sindicalismo responsable el 30 de abril, en él se paliaban los efectos del desaguisado, restaurando la jornada de mañana con comedor y abriendo cauces negociadores que vieron su frutos inmediatamente, prueba de ello es que en mas del 90 % de los centros desoyeron la llamadas objetoras que propugnaban la desobediencia desde los agoreros nacionalistas.

El viernes se produce la firma de otro Acuerdo cuya negociación ya estaba comprometida desde abril, se trataba de desvincular el horario de apertura de los colegios del horario de trabajo de los maestros. Por fin se racionalizan os catálogos de los centros, se les dota de especialistas suficientes en inglés desde educación infantil, se amplía la plantilla en más de 1.000 maestros, se reduce su jornada laboral... Aquí los del NON tuvieron que decir que sí, que ya pasaron las municipales.

05 junio 2007

La adolescente objetora

Continúa la campaña electoral con varios frentes abiertos, uno de ellos es el de la nueva asignatura, Educación para la Ciudadanía. Sus contenidos están en la LOE y en sus desarrollos, los libros de texto están en las imprentas, están actualizándose los profesores que la impartirán; son expertos en Filosofía, en Sociología, en Derecho, en Historia... es decir, no son catequistas del tres al cuarto que vayan a contar la milonga del diluvio universal, sino que son los mismos profesionales que les enseñan a sus hijos adolescentes qué decía Descartes. Si alguien sospecha que a los profesores los selecciona Pepe Blanco con el fin de que voten a Zapatero, se equivoca.

Un sector social teledirigido por el Foro de la Familia usurpa los derechos de esta menor de edad y se enfrenta al Estado, así con todas sus mayúsculas. Sus padres pueden hacer lo que quieran, recurrir, patalear, con todo su derecho, como lo tenemos todos a reivindicar, a presionar contra leyes que creemos injustas, pero sabiendo que habrá quién crea que son razonables, pero usar a esta chica para estos fines es indigno.

La joven que están utilizando como reclamo para la objeción de conciencia contra la asignatura en cuestión es la más necesitada de un buen baño de los contenidos de la nueva materia. Bajo la consigna de "a mí nadie me come el coco" percibimos que esta adolescente, adolece, carece, como todos sus semejantes de ciertas experiencias, es inmadura, no es su culpa, quizá el Sistema Educativo tendría que haberla dotado de cierto bagaje cultural. Por ejemplo, tendría que haberle explicado las características del diálogo entre las personas, de los argumentos razonados, de la defensa de las opiniones propias con respeto a las de los demás, que la carencia facilita la violencia. Tampoco le vendría mal tener alguna noción del marco jurídico en el que se integra esa convivencia dialogante, no tiene que ser docta en leyes, pero sí saber cuáles son sus derechos y deberes, entre otros los correspondientes a los menores de 18 años. Seguramente también le conviene tener conocimiento del cuidado de las personas dependientes, de sus derechos como mujer, de la distribución de la renta o del papel de los ejércitos en los conflictos internacionales.

En resumen, tendría que haber sido inoculada con los perniciosos e ilegítimos contenidos educativos que el malvado Estado le quiere inculcar en una operación de lobotomía escolar.

Los propios centros católicos concertados ya han cedido en sus reivindicaciones -su tajada habrán sacado- y la impartirán tal y como dice su propio asesor, el filósofo de moda, José Antonio Marina, cuando sentencia: ¿Cómo debe ser el buen ciudadano? Si somos capaces de proporcionarle un marco ético claro y estable para que reconozca y respete la dignidad humana, y para que participe en política de manera responsable y consciente, entonces creo que la iniciativa merecerá nuestro aplauso.

Si el Estado flaquea, podrá venir quien demande que no se explique cómo funciona el cuerpo, qué se oculta tras La Celestina o, lo más peligroso de todo, los números irracionales.