12 septiembre 2006

Saber y ganar

Mi soliloquio es plática con ese buen amigo que me enseñó el secreto de la filantropía. Retrato. A. Machado

Cuando a ustedes les cuenten chistes de argentinos, desconfíen, siempre encontrarán que los tópicos a los que hacen referencia son mucho más universales y también más transversales que la presunta vanidad que se les adjudica a sus protagonistas. No sólo ellos se suicidan subiéndose a su ego y tirándose al vacío, usted tiene varios primos hermanos así. Tampoco todos los argentinos nacen con el diván debajo del brazo, aquí muchos de sus vecinos lo alquilan por horas o le dan la misma utilidad a cualquier otro mueble. Tampoco son los únicos que se duchan con agua fría para no empañar el espejo y poder contemplarse al secar su cuerpo serrano recién lavado. No tiene que creerse nada cuando le digan que los tres monosílabos que nunca pronunciaría un argentino son no lo sé, miren a la derecha o no y seguro que se encuentran con múltiples ejemplos de que sus conciudadanos tampoco los usan. Qué va, nada más lejos de la realidad, los pocos argentinos que conozco se lo trabajaron siempre muy duro. No son egoístas ni vanidosos, tampoco su afición al psicoanálisis es tan patética como la de los que se miran al ombligo a todas horas.

Toda la digresión anterior viene a cuento para prevenir a los incautos de que puede ser que, en algún momento, se encuentren ante lo que suele llamarse, injustamente, conflicto generacional; algo que no tiene que ser un lugar común entre padres e hijos, sino que es más frecuente que surja entre compañeros de trabajo, de tertulia o en la taberna.

No vayan a echarse las manos a la cabeza pensando que su alumno, colega o amigo más joven es argentino, repito, aunque los tópicos le den pie a intuirlo. No, hombre, no, que es tan español como usted y como yo, sólo que se piensa más listo que usted. Le llevará la contraria, pero quizá sea por candidez. Le dirá que sabe mucha historia, que es un gran preocupado por su estudio, por lo que pasó, por lo que le cuentan del pasado.

Un consejo, gratis y a beneficio de inventario, en esos casos nunca les cuente usted mili de ninguna clase, primero porque será un peñazo, segundo porque no la entenderá y tercero porque no le importa. Usted será feliz en el aura mediocritas.

Los tiempos cambiaron siempre, pero los niños siempre quisieron ser dictadores, los alumnos, enseñar...y todos tienen razón, sólo hay que fijarse en cómo un tipo como Rubalcaba acaba con Bono, Vázquez, Maragall y lo que te rondaré morena.

Seguramente ese ministro calvo y multiusos, sabe lo que es perder, seguramente rió y lloró mucho en esta vida, por lo tanto sabe ganar. Algo así dicen los carteles detrás de las barras, en algunas tabernas coruñesas.

El Grito´ y demás sobresaltos

Ya apareció El Grito, el cuadro de Munch robado hace un par de años. No sé de qué se asombraba el personaje, dicen que simboliza la angustia existencial del hombre moderno; pero quien esté recién llegado a los periódicos de este septiembre puede ser que tenga motivos para que le hagan unas buenas fotos con la boca abierta y quede vacunado contra esta depresión moderna que llega después del verano.

En principio cuídese mucho de contestar cuando le pregunten qué tal las vacaciones y mucho más de decir que fue A Cuenca, porque a la mínima su interlocutor le sacudirá con sus aventuras en la Antigua república yugoslava llamada Macedonia (no la griega), puede ser que incluso le inocule una sesión de montaje fotográfico en PowerPoint con su musiquilla y todo. Si sucede esto no se desespere.

Puede ser ver que vea la coruñesa calle Real sitiada por grilleras y a probos ciudadanos de uniforme apaleando a señores negros que defraudaron a la Sociedad General de Autores y Editores. Repóngase.

La foto de Felipe González con el presidente iraní le puede hacer dudar de la fecha de periódico o de que usted se haya incorporado a la cruda realidad dotado, como estaba, de su propio buen juicio y de toda su sana razón.(...)

29 agosto 2006

TRES EJEMPLOS DE ANTICELULÍTICO MAL USADO

Las autoridades sanitarias han de tomar medidas drásticas para aclarar las instrucciones de los frascos, botes, tubos y demás envases que contienen crema anticelulítica. Cada vez con más frecuencia se dan casos de consumidores que las usan como champú y los efectos son muy perniciosos sobre el cerebro y no sólo sobre su tamaño, sino también sobre su regular funcionamiento.

PRIMERO: Nadie se explica por qué el concejal de turismo de un pueblo de por aquí, con muchos visitantes, puso el grito en el cielo por la razón, simple y llana, de que la Diputación Provincial facilita la proyección del Sueño de una noche de San Juan en su versión castellana y no en la gallega. No aludía en su argumentario a las sin duda múltiples protestas del público asistente, que no entendía una palabra de la proyección, ni al riesgo corrido por niños y mayores allí concentrados al aire libre, sí libre, que casi se amotinan y tuvieron que ser controlados por la fuerza pública. Qué va. El valioso edil habló de la tradición exclusiva y ancestral de la noche de San Juan en Galicia, como si éste fuese el único lugar del mundo en el que se celebran fiestas de primavera. Tampoco aludió a la ligera influencia de Shakespeare y Sueño de una noche de verano para encontrar ciertos orígenes de la susodicha película.

SEGUNDO: Tampoco es comprensible la actitud del catalán, también nacionalista, que tembló cuando le insinuaron que los trabajadores inmigrantes de color oscuro, censados, pudiesen votar en las municipales. Vaya que no es que se negase rotundamente -sería poco democratacristiano hacerlo- siempre hay que dar salidas y lógicamente él las da; primero han de aprender catalán y después ya veremos. Primero que se nos asimilen, que mientras tanto ya sabemos nosotros cuáles son sus necesidades de vivienda, de ocio o de alumbrado público y limpieza de las calles, que siempre lo hacemos por su bien. Que tampoco vengan con que pagan, IVA, impuestos varios, seguridad social, faltaría más. Pero estos señores de la derecha nacionalista podrían haber empezado a aplicar el cuento con todos los blancos, rubios y altos europeos del norte o del centro que llevan años y años comprando la costa mediterránea, cachito a cachito y se siguen apañando muy bien con sus lenguas, ellos sí que pueden ser alcaldes y concejales sin normalizar lingüísticamente.

TERCERO: El colmo es el de esa región que recibe al año 12 millones de turistas en sus islas y que no es capaz de hacerse cargo del cuidado de unos cientos de menores sin papeles que llegan en patera, a esos hay que repartírselos como los residuos nucleares o las plantas de tratamiento de basuras o las prisiones o como todo lo que la opulencia social genera y no sabe sostener

22 agosto 2006

El efecto Mateo y la matriculación ecológica en las escuelas

Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado..
(San Mateo 13,19)

Ya sé que los más listillos estarán pensando que quiero hablar de Paco el pocero, ese amable ciudadano amigo de Bono y Zaplana -cada uno se toma los vinos con quien quiere, faltaría más- que se afana en construir una cuidad a tiro de piedra de Madrid, pero en Toledo, y sin derecho a ducha para los compradores de los pisos, porque allí no hay agua. No les quepa duda de que lloverá de lo lindo, porque la suya es ante todo una labor social; su afán es abaratar el precio de la vivienda. Lo de los yates y los aviones es leyenda negra, lo del comisionado negro, también. Está todo controlado, o no.

Pero vamos al grano, el famoso efecto Mateo fue formulado por Robert R. Merton, prócer de la sociología de la ciencia y en resumen no viene a decir más que el que más tiene más gana, que Vicente va a donde va la gente y que culo veo, culo quiero. Todo lo que les decían sus abuelas, verdades de Perogrullo.(...)

16 agosto 2006

La imagen y el general

Cuando esta semana pasada Federico vio en la prensa que las señoritas de la buena sociedad y excelente presencia estaban invitadas a la fiesta que los guardiamarinas italianos en su flamante velero-buque-escuela, fueron muchas las imágenes que se le vinieron a la cabeza. Quizá una de las primeras fuese la de su foto vestido de almirante el día de su primera comunión, ese recuerdo le asaltaba en ocasiones; pero ahora, viendo ligar a los guaperas sin tino, rabiaba.Claro que también le rebuscaba en los intestinos la idea, la memoria de su primo rico, el autentico dueño del traje de almirante; ese que se lo recordaba en público siempre que podía, el que hoy es veterinario triunfante, con buena cartera de pedigrí y seguro futuro concejal -liberal, eso sí- de la derecha de siempre. Federico era un oficial de notaría ejemplar al que la historia siempre se la pasaban por los morros, cada cuarto de hora, pese a que siempre había sido modesto y nada vanidoso, un persona sencilla, a la que nunca se le había pasado por el magín firmar una proclama a favor de las playas nudistas, que él es muy higiénico. Tampoco se metería nunca a promotor inmobiliario, aunque siempre ahorraba más de la cuenta, pese a que todos los días pasaba por su teclado de la notaría información de lo más comprometida y que la antesala de su trabajo era un buen nido de informaciones y, qué decir de la cafetería en la que desayunaba, donde se trapicheaba hasta la indecencia; nunca se le pasó por la cabeza memorizar nombre alguno y mucho menos sospechar que aquello podía tener el más mínimo valor en sus manos fuera del horario de trabajo. Esto estaba de moda, desde La Mancha a las Mariñas; pero su espartana educación se lo impedía.(...)

08 agosto 2006

El mundo, el demonio y la carne: aclaración para rocieros

EL MUNDO, EL DEMONIO Y LA CARNE: ACLARACIÓN PARA ROCIEROS
Un grupo de almonteños me escribe para ponerme a caldo por mentar su romería de El Rocío con el tono en el que lo hice la semana pasada. Exigen rectificaciones, mas no sé muy bien qué he de rectificar, los datos que aporté no se desmienten. Ahora bien, sí se indignan por el uso del término botellón para referirme a las grandes cuchipandas que se meten entre pecho y espalda mientras hacen el camino.
Los corresponsales que me interpelan no rebaten ningún argumento de los dados y pienso que se equivoca la mayoría cuando interpreta despectivamente la palabra botellón; a fin de cuentas no es nada negativo,  ni exclusivo de  jóvenes licenciosos y descreídos, ni algo contemporáneo, va cambiando de forma y los jóvenes no hacen más que adaptar las distintas formas de botellón que han vivido y conocido por transmisión familiar y social.
En ningún momento dejé caer que  en el peregrinaje no hubiese romeros que fuesen guiados por el fervor mariano; pero lo que nadie puede negar es que en el millón largo de personas asistentes hay de todo y que la motivación religiosa fue paulatinamente sustituida por la práctica santera.
Tampoco fue mi intención desprestigiar los placeres mundanos, me gusta todo lo epicúreo, también lo del Rocío, digno de elogio; tampoco quiero restar méritos a las penas del camino, pero si se llevan con pan, con vino o, mejor, con todos los supuestos pecados capitales, son penas menores.
Por lo demás, también les aclaré que las creencias y las liturgias de las mismas son algo personal, particular e intransferible, que si se viven con esa precisa discreción, nadie tiene derecho a meter las narices, mas creo que no es el caso, entonces se convierte en noticia y en negocio.
Quitémonos las caretas, todas las civilizaciones cumplieron con sus dioses y lo seguirán haciendo, los adornos que se le quieran poner en cualquier época, son objeto de estudio, de opinión y las tradiciones no son obligatorias ni gozan de patente de corso. Del género tonto sería considerar cultura tradicional los empalamientos o las lapidaciones.
Bien pensado, en vez de botellón, tendría que haber hablado de simposio, es posible que lo que hagan los romeros sean reuniones, ese tipo de reuniones; claro que para los griegos esto del simposio era el festín de los hombres alrededor de la bebida para hablar sobre lo divino y lo humano, eso sí siempre acompañados de las hetairai, las señoras que les complacían en todos sus deseos y les aclaraban las ideas. Como ven los señoritos no son un invento muy reciente. En las películas, por supuesto sólo en las americanas, los congresos de dentistas y similares tienen los mismos fines y medios



02 agosto 2006

Compostela y el Rocío

Podría haber habido acuerdo el martes entre el presidente Touriño y Quintana, podrían haber ido juntos a la peregrinación tradicional del 25 de julio, allí se consigue de todo, hasta lo más abstracto e intangible. No creo que costase mucho trabajo arrimar ambas sardinas a las ascuas para coincidir, con la intermediación sobrenatural, en algo básico y cotidiano, por ejemplo, en que el más allá animase a los administradores de la sanidad pública a pagar los gastos del dentista, estoy seguro de que, si aseguráramos que los saneados aparatos bucales habrían de ser usados para hablar en la lengua del país a tiempo parcial, los responsables de la política lingüística no pondrían ningún tipo de problema, todo fuese por el bien de algún fonema autóctono. Pero claro, el peregrinaje que llega al NO peninsular es precristiano, la astronomía y las viejas creencias son anteriores a Prisciliano y a la barca de piedra que navegó y navegó con el difunto apóstol dentro.
Ya se sabe que hay fiesta y jolgorio, que no todo va a ser espiritualidad y devoción, que en el camino a nadie se le preguntan sus razones para emprender el viaje y que poca competencia se delata entre los que desean el fin.
También es cierto que en todas las latitudes cuecen habas, si bien de son distinta variedad genética. Puestos a peregrinar no les es lo mismo pasar por Sahagún y Astorga que por la barca de Coria del Río en la que cruzan el Guadalquivir los carros de bueyes y los tractores, las carretas tiradas por mulos y los 4x4 de las hermandades rocieras cuando inician los últimos tres días de su camino para ver salir a hombros a la Blanca Paloma.
Evidentemente, no es lo mismo pernoctar en los austeros albergues de peregrinos en los que los teléfonos han de estar en silencio a las diez de la noche, que hacer una pará en el vado del Quema para bautizar a los neófitos, cuando empiezan a sonar el cante y los rosarios ante el Simpecado.
Claro que la austeridad no es la misma para todos, que hay quien usa la red de Paradores y quien la ruta vip desde Matalascañas.
El Rocío es un auténtico botellón, con todos los adornos que quieran, pero una familia de clase media acomodada y sus amigos más cercanos, unas quince personas, hacen anualmente un escote de dos millones de pesetas para pagar el alquiler anual de su casa en el Rocío; además, les asombre o no, han de saber que la semanita de marras, la de la romería, puede salir doscientas mil pesetas por barba, eso sí, incluyendo en la cifra toda la comida y la bebida que se puedan imaginar para los quince y sus invitados; ahora bien, no se trata de que las madres y las hijas de la familia estén esclavizadas  24 horas al día para atender las necesidades de los romeros, una cocinera y dos camareros con buen oficio y habilidades demostradas ante frituras, pucheros y aliños, bastarán para asegurar un buen viaje en el polvo del camino. Lo que yo digo, vaya, un botellón en toda regla, y bien bendecido.

Cualquier rociero actual les puede dar más detalles, pero a mí estas nuevas me trajeron vieja lectura: Con flores a María, revoltosa novela de Alfonso Grosso que no vio la luz en España hasta 1981, después de haber pasado en la oscuridad desde 1962 cuando se llamaba De romería.