16 agosto 2011

Varitas mágicas en Londres

Dicen las malas lenguas malintencionadas que los males causados por los malditos revoltosos británicos hay que cortarlo de raíz. Es exactamente lo mismo que argumentan los defienden la situación establecida en Siria, Israel, Chile, Egipto, Túnez... Marruecos, como hace unos pocos años ya en la banlieu de París. Pero lo que proponen todos es cortar las manifestaciones, no las causas de las protestas, múltiples y variadas. Es el caso del médico que con el antitérmico corta la fiebre, pero no busca la infección que la produce.

Postúlese usted como mago de cuento y que con su varita mágica de ciencia ficción pudiese cambiar la sociedad a su antojo. Usted diseñó una sociedad perfecta, aparentemente, en la que el mercado y los medios de comunicación funcionan a la perfección como difusores de los magníficos productos de consumo, caros, eficaces, adictivos. Pero olvidó usted el pequeño detalle de que el acceso a ese consumo está muy limitado, al final sólo unos pocos tienen posibilidad de disfrutar de esos bienes en forma de tecnología, el resto, los no privilegiados, lo tienen vedado, no pueden acceder y, lo que es peor, no ven una posibilidad verosímil de llegar a ello aunque sea con todo el esfuerzo del mundo.

Como su facultad de mago se lo permite, puede escarbar un poco y encontrar que esos chavales no tienen tablet ultramoderno ni el superteléfono ni la más elemental formación, ni la más mínima vivencia en valores ciudadanos, que son el producto de lo que se ha sembrado desde un par de generaciones hacia atrás, generaciones de infrapoblación marginada, con padres marginados, también sin educar, que puede ser que aún no tengan hambre física de forma generalizada, pero les falta un cuarto de hora.

El desmantelamiento de los servicios públicos británicos fue tan salvaje que sólo se podría haber esperado lo que hoy sucede, la solución policial, sí, pero ¿qué más?

Personalmente creo que por muy poderosa y valiosa sea su varita mágica, poco podrá hacer para deshacer los desatinos perpetrados, el daño es mucho mayor y lo veo irreparable con reformas de medio pelo y sacudidas con el código penal en ristre, ellos no saben calcular lo que puede significar el código penal y usted no puede meter a una generación en la cárcel con su varita mágica.

Podría suceder que, como en otras crisis, empiece a llover dinero cuando se vea la luz de la salida y que esa lluvia calme a las fieras, pero me da en la nariz que eso no va para pasado mañana. Si nos fiamos de lo que la historia nos enseña, esos países siempre se fueron al garete, pero lo malo es que antes eran naciones independientes, empresas nacionales, economías y monedas bastante independientes y hoy ya no es así, el que caiga, arrastra y si la burguesía que mandó hasta ahora y que lo hizo mal, tal y como se ve, se cabrea, ya tenemos al fascismo, con otras formas, pero fascismo real, con formas grotescas a lo Berlusconi o Intereconomía, o con las de verdad.

Por lo tanto ojo avizor a los que se le llena la boca con lo copagos sanitarios, los cheques escolares y la atención a las dependencias con decretos de juguete. Como decía el sabio, les puede salir la cocha mal capada, con perdón de la cara de usted.

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