17 agosto 2010

Pruebas de incompetencia

Lo cierto es que a veces nos cuesta digerir el hecho de que tengamos administraciones tan incompetentes, que nos hayamos dotado de administradores tan inservibles para gestionar los dineros públicos y quiero comentarles algún ejemplo. Parece ser que la Unión Europea se da cuenta de que en todos sus países la alimentación de sus escolares no es todo lo sana que debería, que hay un escaso consumo de frutas y verduras y un exceso de grasas dañinas suministradas en muchos casos desde los propios centros escolares; para paliar en la medida de lo posible esta situación libra los fondos económicos necesarios para una campaña que prime esas modificaciones en los hábitos de conducta, hasta donde se pueda llegar. Para ello las administraciones educativas, en nuestro caso las comunidades autónomas, no tienen más que solicitarlo y comprometerse a cumplirlo usando los fondos para lo que van destinados. Pues bien, nos encontramos con realidades que te dejan la cara pasmada, por ejemplo Cantabria, no lo hará porque se le ha pasado el plazo de solicitud ¿son competentes para tener competencias o tendrían que devolverlas al Estado? Madrid tampoco lo hará porque argumenta que eso sólo beneficia a los productores agrícolas mediante subvenciones indirectas y ellos no son región de producción agroalimentaria. Es la misma responsabilidad de gobernante que demostraba Aguirre negándose a controlar la venta de chuches en los colegios y a aplicar la ley del tabaco Otro ejemplo. Esos días se cederá por parte de la Xunta a una empresa privada la gestión de la petición de ayudas para las personas con problemas de dependencia en Galicia. Aparentemente esto no tendría que ser preocupante si no fuese porque personas ajenas a la administración manipularán datos sensibles y muy confidenciales sobre problemas de los ciudadanos y no se podrán ofrecer las garantías necesarias de que estos datos serán tratados con la confidencialidad e imparcialidad que se le puede y se le exige al funcionario público. Las disculpas de la administración fueron varias, no es cuestión de agilidad, es mentira, ella es responsable de agilizar todo lo que pueda rendir la plantilla encargada, si no fuere bastante, refuércesela, tal y como es imprescindible en momentos de vacaciones y así se hace en todos los servicios, para eso ella misma se dota de listas públicas y baremadas con personas dispuestas a ese trabajo eventual. La verdad es la de siempre, que se haga una chapuza barata en las subcontratas, que es lo que da beneficio rápido y fácil. Esta misma administración autonómica es la responsable de que veamos focos y focos de incendios y que haya que ir buscando información paralela de fuentes a veces poco fiables no se sabe con qué intención, por un lado se dice que la opacidad no crea alarma social, como si estuviésemos en la edad media y el correo fuese de boca en boca y a caballo, también que los pirómanos no se verían retratados en los medios después de sus hazañas mortales. Hemos conocido administraciones que sin duda han facilitado los datos más o menos maquillados, pero reales y esa es la única práctica que los ciudadanos merecen. La realidad es que sólo cuando una de estas administraciones de juguete se siente de verdad desbordada, desgraciadamente con dos personas muertas, empiezan a sospechar que a lo mejor no son lo suficientemente competentes, precisan ayuda y dicen la verdad de una vez.

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