03 agosto 2010

Los viajes de Don Gerardo

Hay noticias que te teletransportan y transmutan en el tiempo, que te evocan los momentos en los que The Beatles componían aquel Magical Mstery Tour, el magico y misterioso viaje provocado por, dicen las malas lenguas, algún ácido visionario, o cuando se concebía Lucy in the Sky with Diamonds, mágicas siglas que también evocan la irrealidad lisérgica. Pues bien, parece que los dirigentes de ciertas empresas y, sobre todo que ciertos dirigentes patronales, actúan bajo los efectos de alcaloides presentes en el cornezuelo del centeno como algunas canciones de los sesenta. Por ejemplo, observen la quiebra de una de las mayores operadoras de viajes, propiedad de este benefactor de la humanidad del cual hablamos en el título de hoy y todavía capitoste de la patronal, aquel que juraba en televisión ante el público y en horario de máxima audiencia, que había hipotecado su casa para que sus empleados pudiesen cobrar la nómina. En efecto, este prócer no sólo ha dejado en la calle a más de mil familias gracias a su impecable gestión y sus habilidades negociales, sino que ha puesto la guinda del pastel -y nunca mejor dicho lo del pastel- de suerte que él y su socio aparecen ahora como empleados de sus empresas quebradas, horas antes de darle la boleta al personal, autoadjudicándose un sueldo de 170.000 eurazos, para poder trincar también en el proceso concursal que reparta los restos entre los acreedores. No se me alboroten que todavía da para más; este ínclito sujeto es el autor de propuestas tan clarificadoras como alucinantes como las que han presentado para que el derecho de huelga no se pueda ejercer mientras se negocia un convenio colectivo, no me digan que no es digna de pasar a los anales de las sentencias ocurrentes, ni Confucio ni Groucho Marx, ni Aristóteles ni Woody Allen, ninguno tiene nada que hacer ante lo propuesto por la patronal, según él la negociación colectiva ha de ser un proceso según el cual la patronal es libre de embestir con recortes, despidos, y cierres de empresas, mientras tanto el banco social ha de recibir estas propuestas de rodillas, a puerta gayola, sin más defensa que algún capotazo y disculpen los progres por el símil, polémico últimamente. Parece chiste, pero no lo es, las supuestas bromas están llegando muy, muy lejos, tanto que entre los antes citados y sus correas de transmisión en el Parlamento han conseguido retocar, por decirlo de una forma suave, la ley de reforma laboral hasta límites surrealistas y, seguramente, lo han hecho sin la ayuda de sustancias como las sugeridas más arriba. Ustedes sabían que había un despido procedente, señalado así en sentencia por el juez, que podía obedecer a causas disciplinarias u objetivas, es decir, el despedidor había de demostrar fehacientemente que la situación económica de la empresa era insostenible, con toda suerte de balances y contabilidades. Aquí también funcionaba la ley del embudo, pequeños empresarios, sin la ayuda de grandes ingenieros y maquilladores contables, difícilmente podrían engañar; pero las grandes corporaciones, ya saben ustedes que nunca tienen un duro, que todo son pérdidas hasta que llega el momento de repartir dividendos. Pues bien, a partir de ahora bastará que el patrón o sus representantes lleguen diciendo con cara compungida que las cosas no les van bien, para poner de patitas en la calle a quien le venga en gana. Ya ven el modelo que se nos viene encima, el del señor sin escrúpulos que usará todos los beneficios para hacer contratos bonificados y subvencionados y, pasado algún tiempo, dirá que ya no puede más y de los 20 días de indemnización, 12 se los regalan también. Negocio redondo, todo sale de las arcas públicas. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

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