28 enero 2014

De ombligos y consultas

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/01/28/ombligos-consultas/805865.html

Hubo una práctica mística de ciertas sectas religiosas (...)
llamada "onfaloscopia" o "contemplación del ombligo" (...)
los piadosos practicantes se pasaban las horas esperando encontrar la perfección.

Rafael Sánchez Ferlosio, La hija de la guerra y la madre de la patria (2002)


La empresa que controla en España el embotellado del refresco más popular del mundo parece que ha decidido que le sobran trabajadores, pese a que me da en la nariz que se trata simplemente de buscar un mayor incremento de beneficios en el balance. La tal entidad tiene plantas en varias comunidades autónomas y según sus cuentas ya señaló con el dedo a las que les tocaba la lotería del cierre. Me dirán que esta no es la última palabra y que la contraparte se levantará y dará algún golpe en la mesa de negociación; pero la estrategia del divide y vencerás ya he visto que hace efecto en algún político regional e, incluso, en algún trabajador que ve que de esta vuelta se salva de la quema. Solidaridad en estado puro, ¿no?
Estamos llegando al extremo de torearnos unos a otros con los respectivos pendones y estandartes patrióticos dejando como señuelo buenas promesas de felicidad, como la que produce el famoso refresco, y ocultando los males que traen las fronteras.
Seguramente han escuchado y leído últimamente bastantes referencias al referéndum sobre la independencia de Escocia. Es una convivencia, a veces cordial, otras con asperezas, la de los ingleses con sus vecinos del norte que da muchas vueltas a lo largo de la historia, o de las historias, según quien la escriba. El caso es que desde principios del XVIII ambos parlamentos deciden la unificación, disfrutando -desde hace poco- en el norte escocés de competencias varias, no tan amplias como las reguladas en España.
Pero hete aquí que hace unos años los nacionalistas escoceses encuentran un argumento irrebatible para declararse más o menos independientes y digo más o menos porque no renuncian a la libra esterlina, a la monarquía, ni quieren ser ovejas negras en el mapa de Europa. La promesa de la creación de un país más democrático, próspero y justo fue la razón que Alex Salmond, líder del Partido Nacional Escocés (SNP), esgrimió cuando presentó el llamado Libro Blanco, en el que fijó los objetivos sociales, políticos y económicos en un eventual estado independiente, que vería la luz en marzo de 2016. Evidentemente este hábil predicador habría de presentar números para convencer a sus convecinos de que en septiembre le apoyen en sus postulados; pues bien, los números salen del petróleo y el gas explotados en lo que serían aguas exclusivas del territorio escocés; argumenta que, si en vez de disfrutar de esos beneficios en todo el Reino Unido, se repartiese solo entre los cinco millones, más o menos, de escoceses, su renta per cápita podría ser durante unas generaciones como la de los noruegos.
Ante tan poderosos y razonables silogismos, Londres, con mucha flema, responde que sí, que se lo lleven si quieren, pero que antes de nada habrá que hacer cuentas de lo que el resto del país ha invertido en mantener el nivel de vida actual en Escocia, que lo de la ley del embudo no funciona.
Todo esto les suena a política muy próxima, pero no solo asumida por la derecha nacionalista, sino pregonada también por la supuesta izquierda que se presenta ante las siempre futuras elecciones, como defensora de su taifa, buscando adversarios en los vecinos.

24 enero 2014

¿Quién sería Miguel Servet hoy?

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/01/21/seria-miguel-servet-hoy/803635.html


Creo recordar que en los viejos libros de texto Miguel Servet era presentado como un mártir condenado a la hoguera por Calvino en la Ginebra del S. XVI y se dejaba intuir la idea de que su martirio había sido causado por haber descubierto la doble circulación de la sangre, el papel de los pulmones en ese proceso de purificación y transporte de oxígeno. Después de estudiar aquella lección terminábamos con la idea de que el médico aragonés era un buen católico que había sido víctima de las herejías del perverso protestante Juan Calvino y otros parientes luteranos similares.
Nada se nos decía de su espíritu crítico dentro del cristianismo del momento que le lleva a ser perseguido y condenado en rebeldía por la inquisición de los papistas. Servidor no tiene noticia clara del personaje hasta dos obras de Alfonso Sastre, la narración Flores rojas para Miguel Servet y una obra de teatro sobre ese personaje M.S.V. o La sangre y la ceniza. Allí Sastre muestra su admiración ante el ejemplo que Servet dio al mundo comportándose como un verdadero héroe a la altura de los grandes personajes de la tragedia griega, que era un pobre hombre feo y cojo, digámoslo así, además de un notable médico, un estudioso cirujano y, sobre todo, un gran teólogo. Sus estudios anatómicos ya los había descrito mucho antes el médico árabe Ibn al-Nafis (autor también de un Tratado sobre el pulso) y, por otra parte, el descubrimiento no se aceptó en el mundo científico hasta que lo presentó el doctor Harvey, que publicó en 1623 su obra Sobre la circulación de la sangre y el movimiento del corazón.
Pero en sus persecuciones esto nada les importaba a papistas y calvinistas. Lo que les indignaba es que él fuera "antitrinitario" y que dijera, el muy bruto, que la llamada Santísima Trinidad era como "un perro de tres cabezas", que no se bautizase a nadie hasta ser adulto y, en fin, que le pareciera una tontería creer que Jesús era "hijo eterno de Dios" ("¡Si es hijo, no es eterno; ignorantes!", clamó). Esa fue su gran heterodoxia y la causa de su quema, primero en Francia "en efigie", pues escapó a tiempo, y después presentándose en Ginebra de forma suicida a defender sus ideas ante Calvino y no renunciar a su librepensamiento expuesto en sus obras ante la hoguera real.
Hoy les recomiendo la lectura de El médico hereje (Planeta, 2013), una excepcional recreación novelada de esta historia firmada por el profesor José Luis Corral Lafuente que nos ofrece un relato fascinante y fiel, un retrato hiperrealista de la mentalidad, los hechos, los personajes y los usos y costumbres de una época crucial en la Historia de Europa en la que los sorprendentes descubrimientos geográficos y los brillantes avances en matemáticas, medicina y astronomía, convivían con el ocultismo, las guerras de religión y la persecución y muerte de miles de personas acusadas de brujería o herejía.
Leamos la prensa de cualquier día desde la óptica que mantenía Servet y alguno de sus defensores como Sebastián Castellio, uno de los más activos miembros del partido libertino de Ginebra, que tras la votación que condenó a Servet dijo: "matar a un hombre no es acabar con una idea, es tan solo matar un hombre". La lectura me trajo a la memoria la reciente foto de la reunión de los expresos de ETA en el matadero de Durango, me dejó inquieto, no vi en sus miradas la expresión de los derrotados sino la intransigencia de los papistas y calvinistas que amenazaban al librepensamiento de hoy, a Servet.

14 enero 2014

Ejercicios de memoria

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/01/14/ejercicios-memoria/801256.html

Desde hace tiempo hay ejercicios escolares en los que los profesores proponen a sus alumnos la investigación de sus orígenes familiares, les encargan averiguar si su bisabuelo era labrador o metalúrgico; a menudo se encuentran vacíos, personas de las que no se habla, árboles genealógicos con ramas podadas y los chavales no lo entienden, dejan correr su imaginación, curiosean, detectan inmediatamente que algo raro pasa, como con todo tabú que se les oculta. Es peor el remedio que la enfermedad, familiares muertos de los que no se habla por un pleito de lindes en la herencia, ovejas negras arrancadas del libro de familia por su homosexualidad que les llevó al desarraigo y al destierro, solterías con descendencia, los que por aquí llaman fillos bravos; pero no podríamos dejar de hablar de los desaparecidos después de la guerra, de los que nunca se habló por un miedo a las represalias disfrazado de vergüenza. Por lo menos un par de generaciones están privadas de su derecho a saber. Tenemos mucho que aprender de vecinos que sufrieron la última guerra mundial y aún hoy siguen señalando con el dedo a criminales, aunque solo sea para que quienes escriban la historia tengan fuentes directas y fiables.
Por cierto, hagan un inciso de reflexión. ¿Se han parado a pensar quién leerá sus correos electrónicos, mensajes? cuando usted desaparezca? Hoy se rebusca en legajos y cartapacios, mañana será en servidores de la red y en la nube. ¿Y pasado mañana??
Pero volvamos a la necesaria memoria, mi amiga es una castellana que ya cumplió los cincuenta, y me dirán ustedes que les importa un bledo ese detalle; pero a ver si consigo explicárselo. Ella cuenta que fue educada en su familia clásica, en la rectitud, en la que siempre hubo temas intocables, de los que no se hablaba, en un medio rural en el los mayores todo lo saben y todo lo callan. A todos nos dijeron siempre que aquellas eran conversaciones de mayores. Nunca entendí que en las confidencias de los adultos se nos dijese que nosotros teníamos que oír, ver y callar; si podíamos ver y oír, por qué tendríamos que callar lo que ellos discutían. De su tío nunca se hablaba, su rastro desapareció en la guerra, por respeto al dolor y obediencia no se escarbaba, pero la duda, la sospecha, la sabiduría que te dan los años, los detalles que se escapan sin querer le iban dando pistas sobre lo realmente ocurrido con su tío. Podría estar enterrado en cualquier cuneta, desaparecido en el Tajo?
Hace muy poco tiempo y gracias a quienes están dedicando su tiempo y esfuerzo a que la memoria no desaparezca, ella conoció a la persona que le pudo prestar una ayuda impagable en un acto cívico en el que se intercambian impresiones y vivencias; allí supo que su tío había logrado cruzar la frontera, había sido prisionero en Francia, colaborador de la resistencia antinazi, capturado y asesinado en Mauthausen, su nombre aparece en una lista y ella, por fin, sabe la verdad sobre esa rama del árbol que aparecía podada.
Su marido también se enteró tarde de que su familia había colaborado con el legendario maquis gallego Benigno Andrade Foucellas. Coincidencias del destino

07 enero 2014

Mercado en la enseñanza y la pescadilla

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/01/07/mercado-ensenanza-pescadilla/799024.html

A lo mejor ustedes se creen que el asunto de la economía va mal para todos, que todos perdemos poder adquisitivo, que muchos se van al paro, que los pensionistas están achuchados; pero no es así, ya se encargó Guindos de decirlo a primeros de año, hay gente que ve la luz y el final de túnel, incluso los hay que ya están viendo el siguiente túnel y se preparan para cruzarlo sin pasar ni una pena. Incluso hay a quien la crisis le reporta beneficios y ha de hacer ostentación de los mismos.
Para muestra les contaré lo que me relatan como ocurrido -apuesto por su veracidad- en una academia de zona residencial con un buen nivel económico, el padre de un alumno que asiste a ese centro para reforzar alguna asignatura y que regularmente está escolarizado haciendo el Bachillerato en un centro de lo más caro y elitista, se presenta al director de la academia, poco menos que exigiendo que los trabajos que su hijo ha de presentar y exponer en clase han de estar perfectos y que, por lo tanto, ha de buscar personal cualificado para que se los redacte, que está cansado de que su hijo tenga unas calificaciones más bajas que sus compañeros y que está seguro de que a todos también se los hacen. Por supuesto, el dinero no será problema y las horas extras que tenga que pagar, que las pagará sin discutir cantidades; pero que exige resultados.
El joven profesor con empleo precario, lógicamente acepta el encargo de su jefe y sus dudas existenciales comienzan a reconcomerle ¿está prostituyéndose como profesional de la docencia? Sabe que por el mundo adelante se compran y se venden tesis doctorales, que algún político alemán perdió el puesto por un supuesto plagio; sabe cuánto vale su trabajo para preparar una clase y las horas que le ocupa tal faena, pero que cobrará, en negro por supuesto, por perpetrar la fechoría que le proponen, aunque le venga de perlas para pagar el alquiler del apartamento y comprar una pescadilla. No sé aún cuál será el desenlace de la trama, supongo que el siervo producirá un material digno para el futuro bachiller sin que dé el cante y procurará que el sujeto paciente asimile algún contenido de su supuesta reflexión más o menos original para que no haga el ridículo ante la clase.
¿Quién dijo que no había nuevos ricos? ¿Quién dijo que con esa nueva riqueza no se podía comprar todo? Seguramente Wert y sus consejeros áulicos estaban pensando en estas situaciones cuando le ponían el ventilador a la ley del esfuerzo necesario que han de hacer los escolares para superarse.
Una reflexión adicional tendría que llevarnos a pensar en quién habrá de evaluar esas tareas escolares, cualquier profesional medianamente experimentado averigua sin la menor duda cuando su alumno se ha esforzado y ha llegado hasta donde ha podido y cuando ha usado vías alternativas poco ortodoxas. Seguramente algún déficit de ética hay también por esa otra orilla, el sometimiento del empleado a sueldo del patrón tampoco deja mucho lugar a los principios que le gobiernan fuera del aula, dentro tendrá que buscar otros, como recomendaba Groucho Marx.
Después, dentro de poco, vendrá la Lomce a darnos doctrina sobre la evaluación de centros, de docentes, de resultados del alumnado, excelencia y de PISA, de equidad? no más cuentos, por favor, a ver si dejan el mercado para las lechugas y las pescadillas.

31 diciembre 2013

Educación, sexo, clase social y aborto

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2013/12/31/educacion-sexo-clase-social-aborto/797492.html

Hace unas semanas pasó sin pena ni gloria el día que teóricamente dedicamos al recuerdo de la necesidad de prevenir el contagio del sida, un evento que hace años tenía mucha repercusión social porque la muerte perseguía con su aliento en la nuca. Hoy todos los especialistas coinciden en que se ha bajado la guardia, que los avances farmacológicos han convertido la enfermedad en una patología crónica y que las medidas de prevención ya no son las que eran, no vamos a tantos entierros como hace veinte años; pero los mismos especialistas sanitarios coinciden en afirmar que el nivel de contagios y de nuevos pacientes crece a un ritmo preocupante. Buscar la causa es relativamente fácil, las medidas educativas que se habían empezado a implantar como prevención han caído en desuso, dejadez por parte de los profesionales menos conscientes. Hubo este año quien protestó porque los folletos destinados a repartir en los institutos incluían lotes impresos en castellano: ¡la herejía merece que se secuestren tales ejemplares y se quemen en la hoguera de la plaza pública! Por lo demás sabemos que los papeles, simplemente repartidos, poco efecto tienen, falta la profesora de ciencias, la complicidad y colaboración de todos sus colegas para que las campañas surtan efecto, porque no estamos hablando solo de sida, sino de educación sexual, de relaciones interpersonales, de afectividad, de rechazo a la homofobia, de respeto, de la violencia machista en todas sus facetas, prevención de embarazos? Estamos hablando de comportamiento ciudadano civilizado.
Seguramente muchas familias no están tampoco a la altura, desentendiéndose y pensando que malo será que de eso no hablen en el instituto o que el ayuntamiento no mande a alguien a dar una charla sobre cómo se usa un condón. Hasta que llega el momento, la verdad aparece sin avisar y la adolescente habla con la profesora de confianza antes de contárselo a su madre. Podemos culpar a las familias, pero creo que es mejor ganar tiempo y educarlas. Es aquí donde la clase social y cultural se pone de relieve, como siempre la cuerda rompe por el lado más débil, los bien posicionados económicamente nunca tuvieron embarazos no deseados ni nacidos con malformaciones, siempre hubo soluciones para esos pequeños incidentes.
Gallardón y Wert no saben de estos "eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa", que decía el Juan de Mairena de Machado cuando se refería a lo que pasa en la calle. Su única intención es que se extienda la idea del pecado y, si alguien no confiesa su pecado que sepa que es delito. Estos meapilas no saben la cantidad de niños y niñas que dejan de nacer porque sus padres son conscientes de que no pueden traerlos a sufrir sus penurias, no saben de la tragedia que para ellas, también para ellos si son conscientes, representa un aborto en plazo.
No les llega con gobernarnos de la cintura para arriba para que comulguemos con la reforma laboral, el recibo de la luz o los recortes; también nos tienen que gobernar de la cintura para abajo. Y estoy de acuerdo con ambos propósitos, pero dándole la vuelta al calcetín; espíritu crítico y responsabilidad en la azotea para que esta inteligencia superior gobierne el resto del cuerpo y se pueda vivir sin culpas ni amenazas para que nazcan solo los niños y niñas deseados, teniendo la última decisión siempre, siempre, su madre

24 diciembre 2013

La Constitución desde la garita

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2013/12/24/constitucion-garita/796018.html

A Prudentino Candidez le contó un amigo que había estado unos días en Viana do Castelo y que asistió casualmente a un mitin en el que se reivindicaba el papel de los astilleros locales para la construcción naval civil y militar; también le contó que entre los asistentes se paseaba un joven oficial de la marina de guerra portuguesa de uniforme apoyando las reivindicaciones de los oradores portando una pequeña pancarta.
A Prudentino no le cabía en la cabeza tal osadía y le vino al magín el parto constitucional español. Cuando se debatía la Constitución el año 78 él vivía una experiencia existencial poco recomendable, estaban haciendo de él un hombre, en uniforme de faena amarrado a un fusil y protegiendo un embalse hidroeléctrico sin saber cómo ni de qué ataques; alternaba esa misión con los paseos patrulleros amenazadores por los pueblos cercanos y con las arengas diarias de los jefazos militares dictadas desde el diario El Alcázar y el búnker que veía alejarse algo de su poder.
El soldado Candidez vivía el debate con poca información, entre la garita, el calabozo y la litera, poco espacio había para enterarse de lo que pasaba, sus anteriores desencuentros juveniles con las fuerzas del orden y sus otros calabozos le mantenían en una suerte de permanente vigilancia, rozando una paranoia en contraste con el real acoso de sus jefes bien informados.
Recordaba Prudentino a su amigo Quijano, soldado y camarero de la cantina de oficiales en las que servía las baratas y desmesuradas raciones de alcohol consumidas por los uniformes estrellados; con él, en los pocos ratos de ocio, compartía las confidencias escuchadas en la barra y se hacían cruces pensando en lo que estaría comentándose en el cuarto de banderas y el futuro que les esperaba.
En ocasiones visitaba un piso en el que podía vestirse de paisano, transmutarse en persona, conviviendo unas horas con civiles más o menos libres que vivían la polémica con pasión, conscientes de que todos se jugaban mucho en el futuro; las disputas entre los radicales que no consideraban aceptable ninguna de las propuestas legislativas barajadas y los posibilistas que tácticamente veían un paso adelante las libertades y derechos protegidos por el proyecto constitucional. Prudentino asistía escéptico a las diatribas y cuando le inquirían con la mirada siempre respondía que los de caqui les iban a fastidiar el plan a unos y a otros.
Llegado el momento, aquel invierno del 78, Prudentino estaba decidido; en contra de lo que le pedía el cuerpo, apostaría por asistir y votar afirmativamente la Constitución; pero los hados que gobernaban aquel cuartel no estaban por la labor y a ver quién era el guapo que ponía la jeta y decía que quería ejercer su derecho.
Hoy, 35 años después, aún le confiesa a su amigo que le parece seguir en la garita, no por miedo al poder del ardor guerrero de entonces, sino por el más peligroso poder de los que ostentan hoy las mayorías políticas y económicas. Ve el debate sobre la reforma constitucional como algo artificial, que no soluciona la pobreza creciente, que solo se reclama desde sentimientos identitarios que no dan de comer ni dan trabajo, constata un peligro entre conservar lo que se tiene y lo que realmente se puede perder en el cambio, razona conservador frente a una ofensiva que quiere y puede arrasarlo todo, lo que está escrito y lo que solo está en espíritu.

17 diciembre 2013

¿La solución es el somatén?

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2013/12/17/solucion-somaten/793780.html

Cuando a Prudentino Candidez se le acabó la mucha paciencia que le adornaba pensó que tendría que dirigirse a su familia, pararse y reflexionar antes de tomar una determinación más o menos drástica; la situación tomaba un cariz que ya le resultaba insoportable, a él, un hombre de orden donde los hubiere.
Había hecho caso de las primeras recomendaciones instalando el último lujo en alarmas anticacos en su casa y su coche; su perro, aunque algo canijo, portaba un chip de localización y lucía en su currículum un cursillo de adiestramiento con ladrido defensivo, poco más le podía pedir. Su hija y su hijo, adolescentes, portaban el móvil con el GPS permanentemente activado, había conseguido que en el buen colegio donde hacían el Bachillerato les autorizasen a mantenerlo activo, sin usarlo, ni mucho menos lucirlo en público; se había asegurado de que ese centro cuyas mensualidades le costaban un riñón, hubiese instalado cámaras que grabasen todas sus actividades, desde su móvil y su tableta observaba la entrada y salida de sus retoños.
El control de los momentos de ocio de sus hijos le preocupaba más que nada; de mutuo acuerdo habían concluido que las salidas del fin de semana tendrían como destino un macrocentro comercial bien provisto de todo lo necesario, hamburguesas, pizzas, cine, tiendas de moda, un quiosco de chuches, un simulacro de garito de copas y una buena dotación de cámaras y guardias de seguridad que controlaban hasta los aseos.
Los problemas comenzaron cuando a su hijo, el joven Pruden Candidez, se le dio por caminar desgarbado, con los pantalones caídos y el pelo engrasado simulando suciedad. La seguridad privada lo observó dos veces en tal rebelde actitud que no tuvo más remedio que invitarlo a visitar varias veces los cuartos de cacheo en busca de ilegalidades, no llegó a contar en su casa las vejaciones, vería humillado su espíritu de jovenzuelo contestatario.
A la hija, Clementina Candidez, le gustaba vestir de negro y maquillarse gótica. Prudentino no veía problemas, quizá la pulsera de cuero con pinchos de acero le gustaba menos, pero era algo inofensivo; el caos surgió después de haberse enterado de que también los guardias de seguridad la habían considerado sospechosa de retocarse demasiado la nariz en los aseos de chicas y por frecuentar alguna compañía masculina de aspecto poco recomendable; el padre no tuvo más remedio que tomar medidas preventivas pese a creer en la inocencia de su hija.
Los dos hermanos se sublevaron en la cena familiar hartos del control interno y externo, no se convencían de que todo era por su bien, que el mundo exterior era peligroso; pero lo grave de verdad surge en cuanto, Pura, la madre siempre silenciosa, rompe a llorar sin consuelo ante los tres que no se explican qué le ocurre; su vida de ama de casa era triste y aburrida, el súper, la pelu y algún café con leche con la vecina; el resto de su tiempo era limpiar y guisar; trataron de sosegarla con una tila, al fin confesó su angustia, su humillación constante, no soportaba más que le registrasen el impermeable de su caniche ladrador acusándola de tráfico de ansiolíticos.
Prudentino está bloqueado y como cabeza de familia ha de tomar las riendas, pronto lo decide, aún es joven y está en buena forma, reúne a sus compañeros del mus y deciden convertirse en vigilantes de seguridad para proteger a los suyos de forma legal y con el beneplácito de las autoridades. No sabe cómo acabará el sucedáneo de somatén, pero por él no va a quedar.