24 julio 2007
Dándole vueltas a la función de la escuela (I)
20 julio 2007
La ministra de Educación suspende y le quedan pendientes para septiembre
10 julio 2007
Veinte minutos de gloria
03 julio 2007
Del sentido común
-siempre una colonia española para el señor Rodríguez- me encuentro con que su apoyo es prácticamente incondicional, excepto en un matiz que después comentaré. El resto del abanico parlamentario discrepó por diferentes razones: los populares, porque sí, IU, por sus planteamientos pacifistas y el resto de los nacionalistas -vascos, canarios, catalanes...-, porque no recibieron nada a cambio, como siempre.
El voto de los nacionalistas gallegos me deja en un sinvivir y ya no sé si es que el modelo de ejército español ha cambiado tanto que no lo conoce ni la madre que lo parió o que los nacionalistas gallegos se han convertido a la socialdemocracia atlantista más blandengue y melosa de todo el continente. Los de siempre, tan malpensados como siempre, me dicen que nada de nada, que todo tiene que ver con los pactos de las municipales, con los futuros presupuestos y con el encanto personal del presidente del Gobierno.
No sé qué pensar, quizá lo único que ocurre es que el último de los coroneles de la UPG no tiene quien le escriba o que sufrió un ataque de sentido común. Pese a todo, genio y figura, hasta en su enmienda rechazada que pretendía sustituir Nación por Estado, para referirse a España. Problema de gran calado, sobre todo para un lingüista como don Francisco.
Cambiando de tema, pero sin brusquedades, observen con qué naturalidad evolucionó el decreto que regula la enseñanza del gallego desde mis comentarios del martes pasado. Después del tirón de orejas del Consello Consultivo de la Xunta, el viernes vio la luz en el DOG con la complicidad de medio PSOE y la oposición del otro medio y del PP. Es cierto que el decreto incorpora algunas modificaciones, pero la sustancia es la misma y ante ella no puedo dejar de manifestar dos opiniones. La primera tiene que ver con la postura del PP, camaleón lingüístico donde los haya, que desarrolló bajo su égida la ley de normalización, consensuó con la oposición todo cuanto decreto, norma o instrucción versó sobre el tema y ahora que ve las urnas pelar, pone las suyas a remojar; pero a mí no me la da.
La otra, lógicamente es más optimista, tiene que ver con la misma realidad que se percibe después de muchos años de viejo conocimiento del sentido común de la mayoría del profesorado gallego, que siempre ha sabido donde estaba, a la altura de las circunstancias, que siempre ha sabido hacerse entender, en gallego, en castellano y por señas y seguirá haciéndolo mientras no le toquen más las narices. Los modelos excluyentes vasco-catalanes lo tienen difícil por estos lares. Aquí siempre pesa más el BCB (bueno, carallo, bueno) del profesor Moralejo.
26 junio 2007
Pasado y futuro de las lenguas
19 junio 2007
Algo más sobre el 77
16 junio 2007
Más maestros y más calidad de la enseñanza
Como no podía ser de otra forma, fueron surgiendo colectivos profesionales nuevos en los colegios, cuidadores de comedor, monitores deportivos, animadores..., pero se seguía manteniendo la uniformidad del horario del profesorado con el de las horas lectivas de los niños, es decir, el profesorado trabajaba 25 horas (más cinco para otras actividades), las mismas que los alumnos recibían de clase. Puede seguir diciéndose que eran pocas horas, pero hay que estar allí para saber lo que es.
Era una reivindicación muy antigua desvincular ambos horarios y se ha conseguido desbloquear casi de carambola.
La Consellería de Educación se descolgó con una propuesta unilateral de modificación de la jornada escolar -por lo tanto también de la jornada laboral de los maestros- en la que ampliaba las horas de escolarización en junio y en septiembre. El nefasto sindicalismo nacionalista en la enseñanza convocó inmediatamente huelga, ya comentada desde estas líneas, para conseguir nada. Mientras tanto, la Administración no tuvo más remedio que acceder a firmar un Acuerdo con el sindicalismo responsable el 30 de abril, en él se paliaban los efectos del desaguisado, restaurando la jornada de mañana con comedor y abriendo cauces negociadores que vieron su frutos inmediatamente, prueba de ello es que en mas del 90 % de los centros desoyeron la llamadas objetoras que propugnaban la desobediencia desde los agoreros nacionalistas.
El viernes se produce la firma de otro Acuerdo cuya negociación ya estaba comprometida desde abril, se trataba de desvincular el horario de apertura de los colegios del horario de trabajo de los maestros. Por fin se racionalizan os catálogos de los centros, se les dota de especialistas suficientes en inglés desde educación infantil, se amplía la plantilla en más de 1.000 maestros, se reduce su jornada laboral... Aquí los del NON tuvieron que decir que sí, que ya pasaron las municipales.