http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/07/29/levitan-ahoga/864630.html
La verdad es que no sé por dónde empezar, si dando las razones por las que me veo asfixiado como ciudadano o buscando las razones por las que otros se aplauden sin cesar hasta llegar al éxtasis místico. Me temo que al final de la reflexión llegaremos a la conclusión de que la relación causa-efecto es la misma para ambas acciones, elevarse a los altares y hundirse en los abismos.
Podemos empezar por el anuncio del Gobierno y sus nuevas, o no tan nuevas, medidas de ahorro que se desprenden de un documento de trabajo que adelanta más de 200 tajos a dar para que usted los disfrute este verano. Son ajustes que, por centrarnos solo en el mundo de la educación, se cebarán en la enseñanza pública con medidas que han de implantar las CC.AA. por ejemplo, incrementar la ratio profesor/alumno hasta un 10%, recortar las becas para comedor y libros de texto, en unos momentos en los que la sociedad exige a los insensibles ayudas urgentes para paliar el elevado índice de pobreza infantil en España; otro duro hachazo a la partida que reciben los ayuntamientos para el mantenimiento de las escuelas infantiles. Todo esto sin olvidar que al personal educativo se le siga congelando el salario, le retiren otra vez la extra, no se repongan las jubilaciones y se precarice el trabajo temporal.
Evidentemente subirán de nuevo las tasas de las universidades públicas, se liberalizarán los requisitos para el crecimiento de los campus privados, en resumen, un panorama para echar cohetes.
Pero este no es el único frente abierto, el patrón de los empresarios ya levanta la pancarta más alta, para él ya ha llegado la hora de que los empleos fijos de padres, madres y abuelos se repartan con los jóvenes desempleados, a eso le llaman solidaridad intergeneracional. Para decirlo más claro, los contratos indefinidos de los padres han de desaparecer sin más problema y convertirse en producto extinguido, porque son una carga para la patronal y sus dividendos; mientras tanto, las empresas podrán contratar los servicios de sus hijos, gratis como becarios, en precario y temporales o ya rozando los límites de la racionalidad como falsos autónomos, situación que ya ronda o supera el 50% del empleo asalariado.
Ante este panorama se lanzan los datos de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre de 2014 y el presidente del Gobierno, que habitualmente se esconde, sale y saca pecho para decir que se acaba el paro y los 5,6 millones que quedan son pecata minuta, pero hace trampas, es cierto que hay 424.000 personas menos buscando empleo, pero lo que no dice es que 230.000 ya no lo buscan porque se han cansado o se han ido y el resto han encontrado y no pueden aparecer como demandantes porque tienen un empleo temporal y por horas. De ahí que haya dos colectivos especialmente afectados, los jóvenes que no trabajan ni se les ofrece alternativas de formación y los mayores de 45 años parados de larga duración.
Ya hemos batido el récord de más de 1.830.000 hogares con todos sus miembros en paro, 750.000 sin ningún tipo de ingresos y creciendo todos al amparo de la beneficencia.
No veo motivos para la euforia de Rajoy, el 75% de empleos creados están en la hostelería y el turismo, con las condiciones que todos conocen. No sé si es el país que él anhelaba y con el que rendirá cuentas en las elecciones, pero apoyarse en la desesperación no es un buen pilar desde el que levitar.
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