http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/07/15/pisa-vida-economica-diaria/860212.html
Aunque no me guste hablar de esa época, la de la mili, y todo parezca sacado de una película de Alfredo Landa, recuerdo haber tenido que leerle las cartas a algún compañero e incluso escribírselas al dictado, aquellas eran mis habilidades hace casi cuarenta años y me sorprendía que las suyas, las reales de la vida diaria eran superiores, sobre el valor y el precio de los bienes, tenían conocimientos que yo en la escuela no había adquirido. Cuando ellos abandonasen el cuartel llegarían a casa de sus padres satisfechos de que con su martirio disfrazado de esfuerzo, habían visto mundo y sabían leer malamente. Viene a cuento la anécdota porque vuelve a visitarnos el informe PISA, esta vez para saber cómo andan nuestros adolescentes de conocimientos económicos, de manejo de la documentación pertinente, es decir, a contarnos qué grado de alfabetización económico-financiera tienen.
Antes de cualquier comentario quizá haya que reflexionar otra vez sobre los límites de los contenidos a enseñar en el edificio escolar, cuáles solo se han de enseñar en el hogar y en cuáles ha de haber cooperación. Pero el problema fundamental, como siempre, radica en qué tipología de alumnado nos estamos centrando.
Pongamos algunos ejemplos de los que se usaron para evaluar las competencias del alumnado, por ejemplo una gráfica en la que se refleja la evolución de las cotizaciones de las acciones de una empresa; casi me da la risa floja, nunca fui dueño de ninguna acción que cotizase o no en Bolsa y la verdad nunca me preocupó puesto que mi patrimonio siempre ha tenido números rojos con la banca. No sé si mis hijas están maleducadas, a estas alturas, por no haberles enseñado yo o sus profesores cómo funciona el IBEX 35, pero me imagino que se podrán buscar la vida si les toca la lotería de tener un buen sueldazo.
El informe de marras también habla de nóminas; no sé de qué país hablan o desde dónde planifican. Una nómina no es un documento fácil y menos aún para un joven que no ha estado en contacto con el mundo del trabajo; puede ser que en su casa no haya oído hablar de tal cosa por dos razones fundamentales, sus padres están a la última pregunta, parados, con o sin subsidios y, por lo tanto, desearían saber lo que es una nómina y que en su casa entrase alguna. También pudiera ser que de lo único que oye hablar es de dividendos de acciones, de réditos e intereses, domiciliados en el país o no. Pobre escuela la que tenga que asistir a esos conflictos.
De las facturas ya ni hablamos, puede el joven haber tenido en sus manos alguna emitida por haber comprado con sus ahorros algún artilugio electrónico y le hayan advertido que lo conservase como garantía. Sus padres repasarán en la mesa de la cena las que no pueden pagar o las obviarán porque son falsas y solo sirven para blanquear.
En resumen y para concluir, parece que las intenciones del informe son buenas, pero que los caminos que toma para evaluar están, quizá, un poco descarriados. Si queremos formar personas para la vida real también habrá que hablar de derechos laborales, de cuándo y cómo se le puede contratar; de su derecho a la salud y de cómo ha de evitar contraer y transmitir enfermedades; de cómo ser un buen ciudadano ejerciendo derechos y cumpliendo deberes, ¿les suena esto a educación para la ciudadanía?
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