http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2014/04/15/calabacines-ecologicos-fuero-trabajo/831663.html
Los últimos días han dado bastante de sí, como para tener ocupadas las entendederas todos los días de vacaciones que se avecinan. Si por fortuna los disfrutan, irán informados de lo que está pasando en los foros. La verdad es que aunque no quisiéramos pasmarnos ante nada, la realidad nos ha impuesto imágenes, voces que nos han llevado a todos al pasmo, otra vez. Pero no solo al pasmo personal, individual, intransmisible, que cada uno puede asombrarse por y con lo que quiera; sino al pasmo producido por el hecho de que nos sintamos solos, aislados, que los sucesos que observamos solo hayan servido para que se hagan refritos en programas de televisión más o menos humorísticos en horas de baja audiencia.
Bien me gustaría extenderme un poco sobre el culebrón de Esperanza Aguirre, que para ser un hecho aislado se ha convertido en serie capitulada. Es una pena que el asunto de la aristócrata consorte madrileña no le hubiese acontecido conduciendo su utilitario y siendo cargo político en Londres, Berlín, Bruselas, Estrasburgo? en cualquiera de esos extraños lugares a estas alturas ya estaría ahora ocupándose del cultivo del calabacín ecológico para vender su producción en la puerta de su huerto, frustrándose así su doble vocación de dedicarse a la actividad privada de cazatalentos y la pública de dirigente política con grandes aspiraciones.
Para seguir no me resisto a comentar el contenido de un programa nocturno en el que los jefes de las empresas se disfrazan y se camuflan entre los empleados con la intención de saber cómo marcha el negocio, ¡menuda novedad! ¡El sindicato vertical! Sabemos que hay autónomos que son compañeros de sus asalariados y todos corren la misma suerte. Podemos seguir pensando que hay pequeños empresarios que saben de buena tinta que tener contentos y formados a sus empleados les saldrá rentable, que no tendrán discusiones sobre una hora de más o de menos, que hay corresponsabilidad, sabiendo que cada uno está en su sitio. Pero también sabemos que cuando crece el tamaño de la empresa aumenta el peso y la influencia del soplón, del mando intermedio, que -para salvar su culo- siempre encuentra chivos expiatorios. Es la moneda de cambio más frecuente; hoy por ti, mañana por mí. Es curioso que en el montaje televisivo los conflictos siempre acaben dando segundas oportunidades al empleado con un marrón serio y que siempre haya una jugosa recompensa para el asalariado que, extralimitándose en sus funciones, llega incluso a despedir al jefe infiltrado por incompetente en forma de cheques o becas de ayuda al estudio. Esos abrazos suenan más falsos que las lecciones del maestro de Crónicas de un pueblo cuando hablaba sobre el "Fuero de los españoles" y el "Fuero del trabajo". Lo siento por los jóvenes, pero tendrán que ir a un buscador cualquiera en internet para captar la idea. El mensaje no es muy subliminal, es bastante explícito: chaval o veterano que tienes trabajo, ándate con ojo, porque a la primera de cambio te ves en la calle, con culpa o sin culpa, tú a cumplir más de la cuenta que eso siempre tendrá recompensa, aunque no sea en este mundo y olvídate de todo eso de que hay que defender los derechos colectivamente.
Sin embargo, al final, tus compañeros serán lo único que tengas
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