05 noviembre 2013

Los necios y su conjura

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2013/11/05/necios-conjura/779403.html

He reposado la idea, incluso traté de desecharla, revisé las declaraciones, traté de buscarle alguna disculpa o interpretación que las salvase, de verdad que no me dejo llevar por la víscera, pero no me siento cómodo con mi teclado si no le dedico un folio a la intervención del inefable ministro de Hacienda perpetrada en sede parlamentaria y con la calidad del cine español como disculpa para negar subvenciones; no porque actores y directores fueran una panda de gamberros contestatarios, sino porque sus guiones son malos y la factura de sus películas invitaba al público a no ir. No soy experto en cine, pero sostengo que el ministro presume de necio.
Los días posteriores trató de enmendar sus declaraciones, confesándose cinéfilo y que donde había dicho digo habría querido decir Diego. No creo que le haya servido de nada fustigarse y pasará a la historia seguramente como un pitagorín por su currículo universitario, pero como un inútil político, prescindible. Para él todo es mercado, pero no del todo libre, reparte muchas subvenciones, una vaca nos cuesta 4 euros al día, que las autopistas que pagamos a diario después las subvencionamos para que los concesionarios no pierdan beneficios, acuérdense de que construir coches en España es un negocio redondo, en cuanto la marca hace el más mínimo gesto de deslocalización ya los estamos untando con millones para sostener la producción y después nos sobornan para que compremos y consumamos combustible para pagar céntimos sanitarios.
Podríamos seguir con una lista interminable que terminaría en las iglesias, en la enseñanza confesional gratuita, pero volvamos al políglota Montoro y nos daremos cuenta de que su problema es invertir en industria libre, no es que en él aún residan los odios contra los que protestaban contra la guerra de Irak, lo suyo es que la subvención a la cultura merece una censura preventiva, investiguen lo que invierte su ministerio en papel de la prensa de su cuerda y las migajas que quedan los que aún sobreviven llevándole la contraria. Hemos pasado del nihil obstat en los libros al "búscate la vida majete y encuentra a un mecenas" como si él tuviera que pagar los estudios a un cualquiera que le saliera retorcido. Ahí está La conjura de los necios.
Evidentemente el título me viene al pelo para glosar la figura del ínclito, al tiempo que rendimos homenaje al autor real de la novela que lleva ese título, John Kennedy Tool, que la escribe en 1962, intenta publicarla en diversas editoriales, le rechazan su novela en todas y acaba suicidándose con poco más de treinta años. La veremos después editada en 1980 y reconocida con el Putlizer al año siguiente. Evidentemente cuando la leemos las carcajadas no pueden dejar de tejerse con la tragedia personal del autor y del bueno de Ignatius J. Reily, su protagonista. Es lamentable, pero que el mundo fue y será una porquería / ya lo sé? dice Cambalache, cajones y discos duros seguirán repletos de guiones, relatos y proyectos porque los burócratas son los mismos de toda las vida. Podríamos remontarnos a Virgilio, a Maquiavelo, Góngora, Moratín, Kafka? y hacer una lista interminable de hombres que no fueron reconocidos en vida, por no hablar de Beatriz Galindo, María de Zayas, Catalina Coronado, Rosario Acuña, Carmen de Burgos, Isabel Oyarzábal? y tantas olvidadas por los necios.

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