http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2013/10/29/wert-le-escriba-rajoy-le/777162.html
Permítanme que tome prestado impropiamente el título de García Márquez, para usarlo y deformarlo a mi antojo y en propio interés, sin ánimo de perjudicar a su legítimo dueño, pero sí de meterle el dedo en el ojo a los dos personajes con presencia habitual en este folio.
El coronel que Gabo nos entregó en su relato de 1961 esperaba paciente y ansiosamente la llegada de un correo que le informase de que le habían reconocido una pensión por haber servido en su juventud a Aureliano Buendía.
El coronel y su esposa pierden a su hijo, se ven en la indigencia, sin más posesiones para subsistir que un gallo de pelea, cuyo destino podría ser la venta por una generosa cantidad o esperar a batirse en la lucha y obtener, con sus victorias, mayores beneficios. La pragmática esposa opta por la venta, la supervivencia, y el romántico coronel se resiste hasta responder al final del relato, desesperado ya, que comerían mierda.
La soledad, la esperanza, la realidad y la fantasía están presentes en la breve novela y me provoca darle una vuelta a la trama e imaginarme a los dos personajes mentados en el título en unas coordenadas de actualidad con ansias de que alguien les escriba o, por lo menos, les espíe.
Uno de ellos puede ser Wert, un personaje que no tiene quien le escriba, en absoluta soledad, que vive el infierno en vida con tal de no dar su brazo a torcer. Él y su colega la secretaria de Estado Montserrat Gomendio han cruzado todas las líneas rojas del insulto al discrepante, atrincherados en sus parapetos privatizadores que, aunque estén guardados por buenos vasallos, no habrá buen señor que les recompense Es cierto que han tenido que sufrir toda suerte de chanzas y vilipendios, pero es a lo que se arriesgan el arrogante y la demagoga; otros ministros se zambulleron en ciénagas tan o más peligrosas, perdieron la batalla, pero fue con dignidad y hoy pueden seguir defendiendo sus proyectos.
También es bien cierto que cuando los vientos no les sean propicios no tendrán que esperar, como el coronel, que les anuncien la llegada de un correo que reconozca sus servicios y abnegación, él tiene un buen fondo de armario para mudar aspecto y discurso y ella es la mayor millonaria del gobierno; no precisan discutir si han de vender el gallo de pelea o las joyas de la corona ni tendrán que plantearse comer mierda como el coronel; pero no me negarán que el día 24 han tenido que tragar algunos sapos y quedará grabado en su memoria; ni sus propios aliados de la patronal religiosa osaron aventar una palabra de ánimo, ni sus propias plumas a sueldo han gastado mucha tinta para hacerle el boca a boca o blandir el abanico en su rostro para que recibiesen un soplo refrescante.
Paralelamente Rajoy y la trama del espionaje también fueron actualidad. Mientras conseguía escapar de la tromba que caía con la sentencia del Tribunal de Estrasburgo se encontró inmerso en los rumores del espionaje de USA a los dirigentes europeos; toda la opinión pública occidental escandalizada por las supuestas escuchas recíprocas, Francia, Alemania, Reino Unido poniendo el grito en el cielo y Rajoy no tiene quien le espíe, solo se le ocurre invitar a café al embajador americano, si tiene un rato libre. La trama negra de la que puede presumir es la de un pobre hombre, cual guerrero del antifaz, que se cuela en la casa de Bárcenas para salvar a España.
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