24 abril 2012

Espero que al recibo de la presente...


Sí estimado conciudadano, ¿o debería decir colega súbdito? No sé, pues eso, espero que esté bien de salud al recibo de la presente, más que nada por su bien, porque si no está bien de salud, lo lleva claro. Yo sé que el personal que se dedica a la sanidad va a hacer por usted todo lo que pueda; pero a lo mejor querría hacer más cosas por usted y no le van a dejar proporcionar más cuidados que los imprescindibles si está usted en edad productiva y reproductiva. En el resto de los casos acójase al viejo refrán, que Dios le ampare, imbécil. 

¡Qué demonios de salud!, lo que de verdad le deseo es que pueda irse de aquí, que pueda hacer la maleta y encontrar un trabajo en un país civilizado, en el que se respeten sus derechos, aunque no tenga tanto sol ni tanto fútbol. Le deseo que encuentre un país en el que en época de crisis su salario crezca un 6% en dos años, como en Alemania, lo van a deslomar a trabajar y lo exprimirán a impuestos; pero sabrá lo que es la diferencia. 

Váyase a otro lugar, por ejemplo, donde en plena crisis y haciendo reformas, lo que se hace es proteger las condiciones laborales de los trabajadores, como en el norte de Europa, váyase antes de que le humillen con un infame despido. 

Una vez más parece que se hace necesario recordar la vieja advertencia, aquella que decía que español es el que no puede ser otra cosa, porque ya suenan otra vez por aquí las viejas voces que gritan vivan las caenas, apenas 200 años después de la Pepa. 

No me negará, mi todavía vecino, que es difícil saber qué da más pena, si el de la escopeta nacional posando ante el elefante o el registrador de la propiedad luciendo una triste mueca con birrete, honoris sine causa, y lamentándose de que los populistas argentinos se hayan quedado contentos expropiando a los accionistas de una multinacional mientras él se regodea expropiando a sus conciudadanos de los derechos más básicos y conste que sigo diciendo que que conste que donde hay un patriota, hay un idiota. 

Sin duda que la cabra tira al monte y a estos señoritos burgueses de provincias poco trabajo les cuesta defender sin vergüenza que donde caben 25, caben 40, que siempre la escuela fue así, que ya se sabe que a los que no se pueda atender mejor se quedarán en el camino, pero es ley de vida, porque para los escogidos de toda la vida siempre hubo escuela de calidad bajo las sotanas. 

Tampoco me podrá negar que las declaraciones de Rajoy sobre los universitarios españoles son de traca, cree el ladrón que todos son de su condición; él mira por el retrovisor y ve la casa de la Troya; se burla de la juventud y amenaza con expulsarlos a todos por vagos y maleantes... se presenta a sí mismo como aprendiz de tuno, de vividor sin tino, alguien que quiso ser algo golfo y ni siquiera llegó a ser un poco gamberro entre bambalinas, se quedó en burócrata soso y envidioso.

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