Ezra Pound
En uno de los parones de la marcha de A Coruña, en la sombra de los jardines a la altura del Pastor coincidí, digamos que puse la oreja a la conversación que dos mujeres mantenían sobre el día de huelga, la que hablaba contaba su peripecia: el jefe, al conocer su intención no le descontó el día, tampoco la despidió -seguramente no tiene a quien poner con certera experiencia- simplemente le dijo que la daría de baja en el INSS del jueves al domingo, días que no cobraría ni cotizaría; ganas me dieron de entrar en la conversación, pero me contuve y no expresé mi opinión, ahora lo hago para decirle a esa mujer ¡olé tus asuntos, que a ese tipo lo pondrás en su sitio! .
Piquete del puerto de A Coruña, sobre las seis o siete de la mañana, los sindicalistas van parando a los coches que pretenden entrar, bajan la ventanilla, se les explica lo que pasa, se les pregunta si están informados de lo que les puede pasar con la reforma laboral, muchos dan la vuelta y otros insisten en pasar y pasan. Uno de ellos, cuando la mujer que acude a informarle le explica y el joven la interrumpe, que él quiere estar ahí, que llevan dos años jodiéndole en el paro y que hace 11 días que lo llamó una ETT por una mierda de pasta que qué hace. Pasa chaval, pasa y que tengas suerte. Es una pena que, dejando la ridiculez de las guerras de cifras aparte, los medios de comunicación mayoritariamente controlados por el poder económico tengan como titulares las imágenes de unas decenas de descerebrados antisistema, 15M y demás fauna urbana ajena a la convocatoria y desarrollo de la huelga y de las manifestaciones. ¿No es noticia la ausencia de incidentes graves en el resto del país? ¿No será que no pueden desprestigiar de otra forma más que tergiversando y ponderando tendenciosamente los hechos aislados y no reseñando la absoluta normalidad? ¿No será que se le está diciendo a la población algo así como tú tranquilo en tu sofá que esto no va contigo, sigue viendo la realidad que te proporciono en los informativos y vivirás tranquilo? Como decía más arriba alguien vendrá a liberarte. A lo mejor suena un poco burro, me preocupa el mobiliario urbano y los contenedores, es dinero de los contribuyentes, pero la violencia silenciosa que acaba en los tribunales con demandas de despido y en las colas del paro pesan más en la balanza.
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