10 mayo 2011

Prospectos electorales

Supongamos que tiene usted una simple bronquitis, que su médico de cabecera le recomienda muchos líquidos, un producto para la obstrucción bronquial y una profilaxis para evitar males mayores.




La mayoría de los pacientes consume el cóctel asignado sin mayores problemas, es una enfermedad leve y seguramente no hay nada muy agresivo ni contraindicado en el tratamiento prescrito.



Una nutrida minoría que padezca la misma infección leerá los prospectos de los medicamentos y fabulará con las interacciones de los distintos principios activos y los posibles efectos secundarios, actuarán como buenos hipocondríacos sugestionándose y somatizando las posibles consecuencias de la ingesta. Sin duda hay otro posible grupo de enfermos que ignoraría las pautas y los consejos y se tomaría las dosis de todo el día a primera hora de la mañana para no perder el tiempo.



Ante tal diversidad de consumidores, los laboratorios deberían ser más prudentes, limitar los alarmismos y las falsas esperanzas de curación inmediata. Seguramente porque el concepto de salud y enfermedad es algo relativo, la terapéutica a aplicar también tendría que seguir pautas tan relativas como los males que pretende curar, de suerte que en muchos casos la medicación resultase ineficaz y el enfermo solo precisase uso vahos de eucalipto.



Noto cierta similitud con lo que está pasando en la recién comenzada -es sarcasmo sin duda- campaña electoral para las elecciones municipales. La práctica totalidad de los municipios, porque es un mal generalizado en esta sociedad en crisis, está en una situación más que delicada.



Algunos nos lo quieren presentar como un simple resfriado, como mucho, una gripe; los hay más realistas o alarmistas, según, que hablan de neumonía o de cáncer de pulmón. Las realidades son distintas, hay municipios en quiebra técnica, en suspensión de pagos y los hay, por el contrario con problemas de ajuste y que en las primeras bonanzas se supone que remontarán el vuelo. ¿Pero qué analíticas se están haciendo para saber las causas de los males? y sobre todo ¿qué medidas terapéuticas se están proponiendo para sanar los males? Coincidirán conmigo en que maldita radiografía se está haciendo al paciente, ni se le está poniendo el termómetro. Renqueantes como están los pacientes, solo se le dan palmaditas en el hombro al tiempo que se le dice que aquí no pasa nada, que lo poco que nos pasa, se nos pasa con una manzanilla o que usted no se preocupe que esto lo arreglo yo en un pis-pas.



A lo mejor ha llegado el momento de decirle la verdad a estos enfermos, a los contribuyentes de estos municipios antes del día 22, aunque sea una verdad que no quieren oír, a lo mejor hay que decirles que las cuentas no salen, mande quien mande, que las arcas están vacías y no se esperan ingresos, que el tenderete no es sostenible y que por lo tanto habrá que ir pensado en soluciones un poco más quirúrgicas, que las cataplasmas ya no llegan. Los prospectos electorales son inocuos, todo es muy rico y muy abundante, sobre todo desde que se puso de moda la recreación virtual de las obras públicas y nos prometen árboles en las orillas de ríos que no existen, son absolutamente aptos para hipocondríacos.



Lamentablemente estas municipales se siguen viviendo como unas primarias de toda la vida o como un plebiscito para el conseguidor de toda la vida, unos quieren que nos centremos en el bipartidismo nacional y los otros que seamos conservadores y, en tiempos de crisis, poca mudanza. Pero el problema de los municipios y diputaciones inútiles e inviables seguirá estando ahí el día 23.



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