10 junio 2008

Pescadillas a paseo, empezó la guerra del gasoil

Mientras la oposición está buscándose a sí misma, tiene el río revuelto a la espera de que los pescadores obtengan gananciales y se definan sobre si quieren truchas o truchos, otros hacen su trabajo de calle.No tiene más que asomarse a los informativos para ver a los obispos de siempre con la cantinela de siempre. Ya que se agitan las aguas poniendo en cuestión la enseñanza de las religiones en el bachillerato a costa de ciencias y letras, desembarcan los monseñores gallegos cargando contra la Educación para la Ciudadanía, que para colmo no se estudia en bachillerato; pero da lo mismo, el caso es montar bulla y aprovechar para que se ponga la (X) bien puesta en la declaración de la renta.Se les unen ahora los empresarios usuarios del gasoil, del mismo que usamos todos y que anda por las nubes. A lo que estamos asistiendo no es a una movilización social de los usuarios, sino a un cierre patronal, es decir son los propios empresarios los que están usando el cierre de las empresas como medida de presión y eso no es legítimo ni legal, como tampoco lo es que la huelga de los trabajadores deje sin servicios mínimos hospitales o ferrocarriles. Ante todo hay que preguntarse si les asiste legitimidad para amenazar con desabastecer los mercados de pescado, o las estanterías de los supermercados de mercancías... No amenazan con subir los precios, que eso ya lo hacen cuando les viene en gana, ahora quieren más subvenciones, a todo trapo y para todo. Ni rastro de movilización sectorial ni verticalista, sólo se trata de patronos preocupados por sus beneficios y de obreros desorientados que buscan salvar su nómina a cuenta del Estado.El Gobierno destinó 140 millones de euros para ayudas al sector por la subida del precio del combustible entre 2005 y 2008, me río yo de los liberales. Exigen ahora del Gobierno no pagar a la Seguridad Social, exigen la rebaja de las tarifas portuarias, que les bajen el gasoil y la propina de las ayudas directas.Por si fuera poco, estos empresarios ejemplares desean además conseguir una mayor desregulación y flexibilidad de las relaciones de trabajo y una mengua de los derechos laborales, es decir, despedir más, más fácilmente y más barato.En resumen, están ustedes pagando el producto un par de veces, por lo menos: cuando lo compran y cuando sus impuestos van destinados a subvencionar al empresariado que se lo vende. Tenga cuidado, le subirán el precio por ambos lados, en la caja del supermercado y en la declaración de la renta con las prebendas a lo loco. No veo yo a los teóricos del liberalismo económico protestar por el uso de sus impuestos ni pidiendo a los gobiernos que regulen lo que es su competencia: facilitar la descarga ordenada de la mercancía pescada para no hundir los mercados y regular los precios o evitar la sobreexplotación de los caladeros.Bonitas fotos las de las pescadillas voladoras y las de las ruedas pinchadas.

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