30 enero 2007

Andreu Martín: `El blues del detective inmortal´

¿Por qué el intento de la literatura policiaca española ha sido el único referente auténticamente transgresor de lo literariamente correcto? (Manuel Vázquez Montalbán)
La última novela de Andreu Martín lleva poco tiempo en las librerías y poca repercusión entre los estudiosos de los escritos; los aficionados fieles al relato negro y policiaco ya lo seguimos desde el desencanto de la Transición, cuando nos ocupaba las noches con Aprende y calla donde da sus primeros pasos de la mano de aquel antihéroe y detective aficionado, Julio Izquierdo; lo seguimos cuando exorcizaba sus demonios americanos y sus influencias del cómic en El señor Capone no está en casa; cuando llega a la plenitud e independencia con Prótesis o La camisa del revés escandalizando a los puristas del género, espoleado siempre por los maestros de narrativa del momento, Marsé o Vázquez Montalbán. Con él, entre otros, las novelas se nutren de la corrupción y el crimen, del ambiente sucio y criminal que se refleja como naturalismo puro y duro. Denuncia social, dicen, y es verdad. Eso es la novela negra. Que nadie diga que esto es escapismo. La juventud adolescente disfruta de su trabajo compartido, firma y portadas, con Jaume Ribera, tardes y noches ocupadas con los que piden sardina fuera de temporada, con el éxito en las bibliotecas de instituto del detective de El diario rojo de Flanagan y su complemento El diario rojo de Carlota, de Gemma Lienas, porque hablan muy clarito de sexualidad dentro de una excelente trama novelesca. Mas vayamos al grano, la última oferta de Martín inaugura una nueva serie de novelas-homenaje: Asesinatos en clave de jazz. Promete y consigue en la primera entrega ponernos un par de sentidos, por lo menos, a flor de piel, nos obliga a leer y a escuchar música al mismo tiempo. Que los modernos no se me suban a la chepa diciendo que ellos siempre lo hacen cuando leen poesía. Lo que nos propone el autor es su letra y la música de un CD, que acompaña a la novela, de su amigo y asesor Dani Nel.lo. Allí nos ofrece personajes que, lógicamente, son músicos de una banda de jazz. Nos sorprende, aunque los aficionados influidos por el cine en blanco y negro, desde Hammett o Chandler, siempre asocien este género a saxo y al piano.(...)

No hay comentarios: