15 junio 2010

Estado de subsistencia

No están los tiempos para viajar mucho, si no puede hacerlo, infórmese de qué le sirve a usted una tarjeta de plástico en cualquier país del centro y norte de Europa; comprobará que lo puede hacer todo, hasta la más mínima compra, un simple café, un simple periódico, una carrera de cinco euros de taxi; todo, absolutamente todo, es transparente, todos esos pagos tienen su IVA, usted lo paga y el Estado recauda; es muy difícil que exista la economía sumergida. Le escuché al propietario de un modesto, pero próspero, negocio de hostelería del que viven dos familias, en el sur de España que quería venderlo o traspasarlo, pedía una cantidad bastante alta, pero eso sí, la verdad por delante, el negocio tenía menos papeles que el burro de un gitano, es decir en su vida había emitido una factura, hecho declaración de iva, pagado autónomos, nada de nada. Están empeñados en convencernos de que vivimos en el estado del bienestar, lo mismo que en la Europa que lo fue construyendo desde los destrozos de la segunda guerra y de la mano de la socialdemocracia. Esos estados modernos con niveles impositivos altos crearon redes de protección social que fueron o garantizando altos niveles de empleo, de formación, de servicios públicos y fueron formando sociedades que eran conscientes de que su esfuerzo fiscal era bien gobernado por un estado fuerte y sostenido por una moneda sólida. Frente a este modelo, estaba el norteamericano, liberal, que también tuvo sus intentos en El Reino Unido de la Thatcher y en el Madrid de Aguirre. La distancia entre un estado de bienestar y un estado de supervivencia con ciertas garantías es la misma que hay entre el recorte que está sufriendo un parado alemán en sus prestaciones, que verá que su subsidio para calefacción se verá recortado y el de un pensionista español que verá congelada su pensión de novecientos euros. Es decir, este supuesto estado de bienestar nuestro sobrevive gracias a las redes familiares en las que las pensiones de los mayores dan cobertura a hijos o a nietos, en la que el salario fuerte sostiene a los hijos hasta cuando haga falta?Este supuesto estado de bienestar tiene una segunda pata apoyada en un veinte por ciento de economía sumergida, a la que el estado le importa un bledo y viceversa y la tercera es la de una gran red de voluntariado, visible o camuflado, de trabajo desinteresado, que se ocupa de la atención a la dependencia, porque el estado se inhibe, que se hace cargo de los comedores escolares, porque el estado no se hace cargo, que sostiene clubs juveniles, porque el estado no se hace cargo? Y aún hay quien dice desde el liberalismo decimonónico más rancio que hay que adelgazar el Estado, este estado anoréxico en los servicios públicos que mantiene la enseñanza y la sanidad en la cuerda floja y con la inminente amenaza de los copagos y el desmantelamiento. El decreto de reforma laboral que mañana seguramente imponga la derecha me temo que irá camino de acentuar más estas diferencias. Decía el recién estrenado Cameron que la salida de la crisis seguramente nos obligará a otra forma de vivir, claro que sí, él y los suyos no notarán la diferencia, los de abajo sí la verán a diario; pero como en todas las crisis estos magos de las finanzas salen reforzados electoralmente, porque prometen el cielo. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

11 junio 2010

La huelga de hoy y las cortinas de humo

Hoy los trabajadores de los servicios públicos están convocados a la huelga por el recorte salarial decretado por el Gobierno. Creo que ningún funcionario, interino, contratado, eventual o por horas, en cualquier empresa pública deje de ser consciente de que en este país hay más de cuatro millones y medio de parados, a ninguno de ellos le hace ninguna gracia secundarla, puesto que además del recorte salarial, tendrá el lógico descuento por hacerla. Dentro de la función pública hay salarios altos en puestos de responsabilidad -peor pagados que en la vida privada-, hay salarios medios en las mismas condiciones y hay salarios que poco sobrepasan el mínimo interprofesional. Desde el jefe de servicio al subalterno recién aprobado en la oposición, desde el catedrático o cirujano en la cima de sus carreras profesionales a la ayudante de cocina en la residencia geriátrica, todos aportarán su grano de arena, por decreto, para la salida de la crisis. Pero hay que recriminarle al Gobierno -a los gobiernos, que la Xunta es el Estado en Galicia- que tomen las medidas cargando sólo una de las alforjas. La alforja de la reforma fiscal, la del sistema financiero, siguen intactas. El colmo será, seguramente, la reforma laboral, latente desde hace dos años, sigue ahí y tendremos que hablar de ella, sin duda, pronto. La huelga de hoy seguramente tendrá un éxito muy relativo, pero ni la derecha que la jaleó sin vergüenza, ni el gobierno que la consideró un mal menor tienen ninguna medalla que ponerse. El daño ya está hecho, los no responsables de la crisis son tratados como vagos desvergonzados. No tiene un pase. Pero hay otra lectura que hacer de los resultados de la huelga de hoy. Un gran sector de los empleados públicos de servicios esenciales son muy conscientes de que no estamos en condiciones de que la educación, la sanidad, la justicia? den una imagen de deterioro ante los usuarios, que se les utilice como disculpa ante la sociedad, de que se diga sin piedad que su negociado no funciona y que, por lo tanto, hay que privatizarlo. Feijóo, Aguirre, Camps están agazapados en la vanguardia de esta alternativa de supuesto progreso. Mientras tanto se intenta que el país siga preocupado por el mundial de fútbol, por el entrenador de moda y, por supuesto, sin olvidar el drama principal derivado de que los cadetes de la academia de infantería de Toledo desenvainen o no sus espadas a los sones del himno nacional y al paso de una imagen católica. Con las uñas afiladas disputan Barreda y Cospedal, Bono y Rajoy sobre quién es más nacionalcatólico ante una ministra pasmada. Seamos serios, en un país aconfesional la participación en esas ceremonias está fuera de lugar si no se hace voluntariamente y, ojo, voluntariamente quiere decir que no lo hago y no pasa nada; no que no lo hago y paso a la lista negra. ¿Los militares pueden vulnerar la ley haciendo una huelga? No; pues, tampoco pueden participar en otra suerte de actos representando a su institución. En su tiempo libre, pues eso, libres.

01 junio 2010

Aloe y propóleo

Desde hace años se nos ha puesto de moda el aloe, parece ser que en un principio los agricultores de zonas cálidas lo encontraban en huertas y plantaciones y lo usaban para remediar las heridas in situ. A partir de ahí su uso y producción parece que se extendió, herbolarios y farmacias, dermatólogos y feriantes de mercadillo medieval veraniego lo recetan sin cesar, cabe preguntarse de qué grandes plantaciones se extrae y por qué todos parecen encontrarle cada vez más y más propiedades. Circula la especie de rumor de que entre determinados políticos imputados judicialmente abunda el aloe, porque cada vez se les encuentran también más y más propiedades, éstas naturalmente son de ladrillo o extracorpóreas en el limbo fiscal. Sea como fuere son infecciones y hay que buscar remedio. Es lamentable que la dedicación a la política se vea tiznada de chascarrillos promocionados por quienes nunca acudirán a las urnas a la competición leal por el voto popular ya que su reino no es de este mundo como en Cajasur o, por lo menos, de este continente, les gustan más las Antillas holandesas, el Caribe en general, como paraíso climático y fiscal para las SICAV. Quizá por todo esto cada vez sea más importante la protección, la seguridad de la política, su impermeabilización, el aumento de sus defensas contra los ataques externos, que no buscan más que la debilidad del sistema, su mejor control desde el exterior. El gobierno de la polis, de la ciudad, es decir, la política, la conocemos desde los griegos y ellos mismos son los padres etimológicos del término actual propóleo, -pro "antes de" y polis "ciudad"-, llamaban así a las puertas de una ciudad, su defensa ante la agresión interna y externa y de ahí proviene el homónimo referido a la sustancia resinosa de las yemas de los árboles que las abejas extraen con el fin de taponar herméticamente su colmena e impedir que se forme dentro de ella cualquier tipo de alteración. Aristóteles considera esta sustancia como remedio para las infecciones de la piel, llagas y supuraciones; para Avicena, tiene la cualidad de "eliminar las puntas de flechas y las espinas, vivifica, limpia fácilmente y ablanda fuertemente", también los incas lo utilizaban contra la fiebre. A Europa llega con los franceses en los siglos XVIII y XIX para el tratamiento de llagas. Su máximo empleo, a principios del XX, se dio durante la guerra de los boers, en África del Sur, en el tratamiento de heridas infectadas y como sustancia cicatrizante. Sea como fuere a esta sociedad le hace falta encontrar un propóleo que sirva para tapar las fisuras y quebraduras de la colmena que dejan paso a agentes infecciosos culpables de enfermedades graves. También es preciso para aislar la corrupción, así es como las abejas embalsaman a algún animal muerto en el interior de la colmena. Que a nadie le quepa duda de que los elementos corruptos en esta sociedad han de ser embalsamados, por decir algo. Por último, las abejas emplean el propóleo para recubrir los panales antes de la puesta de los huevos por parte de la reina, con vistas a una desinfección de la zona de la puesta. Sin duda no hay nada más importante que en el futuro tengan a su alcance algo más limpio y transparente que lo actual. Un último detalle, parece ser que los lutiers franceses y los liutai italianos lo usaban para tratar la madera de sus instrumentos y lograr mejor calidad en el sonido. No estaría de más que en la vida de la polis cesasen ruidos estridentes, que sólo contaminan

25 mayo 2010

Dolores Medio viene a cuento

Dolores Medio (1911-1996) fue una novelista, ahora olvidada, que tendría que volver a leerse con curiosidad. De la clase media ovetense e infancia acomodada, pronto huérfana de padre, trabaja para poder estudiar Magisterio y el Sitio de Oviedo llega cuando se prepara para entrar en la facultad de Letras. Como tantas maestras fue destituida tras la guerra por sus ideas renovadoras de la enseñanza y, cuando consigue regresar a la escuela, es incapacitada para la función directiva y de confianza. Desde sus doce años, cuando escribe Egoísmo, no cesa de producir teatro infantil, cuentos?hasta el 1945 en que consigue el premio Concha Espina con Nina. A partir de entonces, ya en Madrid, estudia Periodismo, pero no logra poder dejar la enseñanza hasta que en 1953 le otorgan el Nadal con Nosotros los Rivero en la que rememora el Oviedo revolucionario de su infancia y juventud. (Pregúntense cómo pasaban aquellas cosas con la censura triunfante, es curioso y otro día lo comentamos. Hay quien dice que el régimen no tenía una maldita pluma a la que darle los premios y que, por lo tanto, la oveja descarriada que mejor disimulase se lo llevaba de calle. Otros dicen que los censores eran analfabetos funcionales). Después llegan más novelas; pero como estos días se habla de lo que se habla, voy a referirme hoy a una de ellas solamente: Funcionario público de 1956, aunque sería un bellaco si no citase sólo de pasada Celda común, publicada en 1996, narración autobiográfica prohibida en 1963 por la censura franquista, que relata su paso por la cárcel tras participar, en 1962, en una manifestación solidaria con los mineros asturianos en huelga. Dolores Medio merece aún muchos estudios como el de Lucía Montero (Madrid, 2000) en el que se la reconoce entre un amplio abanico de novelistas del realismo social muy poco reeditadas y de gran tirada en su contexto económico y social, las conocidas -Martín Gaite, Elena Quiroga, Ana Mª Matute...- o las menos -Concha Alós o Carmen Kurzt- ; pero volvamos a los empleados públicos porque Funcionario público es la primera obra escrita por una mujer en la que hay un narrador objetivo en tercera persona que cuenta la vida de Pablo Marín, funcionario de Correos que malvive con su mujer, Teresa, en un piso compartido, comparten también la rutina, se agobian, han de dejarlo, buscan algo mejor, mas no pueden pagarlo, recaen en otra habitación, ella lo abandona, vuelve la rutina. El tema no tiene nada de original en la España de los cincuenta, un problema que afecta a gran parte de la población, la carestía de la vida y de la vivienda, una vida vulgar, como la de tantos hoy para los que, funcionarios o no, compartir techo es una realidad sin disculpas. Ambientar hoy esta novela sería una bomba, sin embargo sorpréndanse, su expediente de autorización de 1956 tarda ocho días en ser despachado por la censura como "novela ambientada en Madrid, época actual, donde se pretende reflejar la vida mediocre en la que un funcionario que tiene que luchar diariamente para atender a los gastos familiares y dentro se enlaza un breve suceso de interés femenino hacia una desconocida persona". No me digan que este censor no era un visionario.

18 mayo 2010

¿Quiénes son los verdaderos antisistema?

La peor forma de injusticia es la justicia simulada. Platón Observen cómo se van colocando los peones en el tablero y si lo recuerdan o lo han estudiado, piensen cómo estaban situados en los años de los Pactos de la Moncloa. En aquel momento, hace treinta y tres años, el personal estaba resignado a una inflación galopante y desorbitada y a una inestabilidad gubernamental de traca, había una cierta curiosidad por saber qué sería aquello de la democracia por venir de una vez, aquella especie de panacea que curaría todos los males; pero sólo los observadores más avispados estaban pendientes de por dónde vendría el golpe de estado, si tendría que salir corriendo o si sería un golpe blando. La economía, aquello era la simple subsistencia en un país en vías de desarrollo al que le salían los ojos de las órbitas cuando conseguía ver más allá de los Pirineos, de verdad o porque se lo contaban. La necesidad obligaba y el acuerdo del amplio espectro político y social de los protagonistas del momento aún está sin valorar, todos sabían que la cosa estaba mal y sin grandes mortificaciones ni autoloas pergeñaron el texto que seguramente nos tiene hoy aquí coleando, algunos de sus actores siguen en activo y con luces suficientes como para ver dos palmos más allá de sus narices, poco caso se les hace cuando detallan la situación actual como de emergencia. Como siempre, entonces ya pululaban, además de los golpistas, grupetes que sacrificaban la vida a la utopía y que eran calificados como antisistema, renegaban de todo lo que oliese a pacto social, la revolución o nada. Ninguno de los extremos se llevó el gato al agua. Es cierto que en aquel momento sí había modelos por los que guiarse, consejeros que no te venderían, también es cierto que la crisis actual carece de referencias y recetas; pero lo que sí se repite son los antisistema. Naturalmente no estoy refiriéndome a las pandillas de violentos que vimos en Atenas hace días y que aparecerán en breve en nuestras calles; sino a los que, desde que tenemos TDT, inundan las pantallas de tertulias incendiarias, a los que desde las tres cuartas partes de la prensa incitan a la rebelión a los colectivos que van a sufrir recortes. No me digan que no es verdad, que los guardias siempre corrieron detrás de los cacos y no como ahora. Estos son los verdaderos antisistema, son los que quieren cargárselo y están haciéndolo a conciencia, puesto que, vamos a ver ¿cuál es el verdadero objetivo de estos grandes especuladores? ¿elecciones anticipadas? No, faltaría más, Zapatero está amortizado ya. El verdadero objetivo son los servicios públicos concebidos como tales desde que existe lo que venimos en llamar Estado de bienestar, esa universalidad asistencial de la que nos beneficiamos desde hace pocos años y que para ellos no es más que un buen yacimiento de negocio. La prueba del algodón ya se la adelantaba la semana pasada ¿era tan malo el documento de Pacto de Estado por la Educación aceptado por todos menos por los de siempre? Siempre es posible otra vuelta de tuerca y para muestra, sólo hace falta ver el espectáculo internacional que estamos dando con Garzón, esta vez sí que ha triunfado el golpe.

11 mayo 2010

¿Saben cómo se llama el perro de hortelano?

Es gallego y fue ministro de Educación, uno de los personajes más irresponsables del escenario político actual. Un sujeto tan falso que es capaz de reunirse con el presidente del gobierno un día, presionado por todos los poderes económicos habidos y por haber, porque las bolsas se están pegando el batacazo del siglo, porque las ruinas del Partenón van a ser un chiste comparado con los que puede quedar aquí en pie. Es ese ejemplar que después de meses y meses negociando y mareando la perdiz con la posibilidad del Pacto de Estado por la Educación, después de que las contrapartes -tapándose la nariz y mirando para otro lado- fuesen tragando que los curas pillasen más cacho de su negocio se descuelga ahora con que no le llega, que no significa un cambio real en el sistema. A Rouco no le llegaba. Yo no sé si alguno de ustedes le seguirá dando crédito al mejor amigo del hortelano, pero desde mi punto de vista no se lo merece. Los esfuerzos de los que hoy tienen la sartén por el mango y podrían hacer del sistema lo que les viniese en gana fueron amplios y generosos, las cesiones fueron, quizá, excesivas, y todo para llegar a la conclusión de que este sujeto sólo piensa en el lugar que quieren ocupar sus clericales protectores dentro de unos meses. Todos sus diagnósticos y deseos de consenso son absolutamente falsos, se está aprovechando de las desgracias sobrevenidas y provocadas por sus buenos amigos banqueros y dueños del ladrillo para recortar derechos y que el gobierno le haga trabajo sucio. Pero ha de tener dos cositas muy claras, una de ellas es responsabilidad absolutamente suya: cuando él era ministro del ramo fue el culpable de dinamitar las competencias del Ministerio de Educación y terminar de repartirlas por las CCAA ¿ya no se acuerda?, un poco tarde para pedir que vuelvan al ministerio. La segunda, seguramente podrá llegar a la Moncloa y en la campaña electoral tratará de prometer el consenso educativo, por respuesta se va a encontrar con un corte de mangas contundente, le creerán los del incienso y el del tambor. Él lo sabe, sabe que minar el sistema público, sabe que destruir y degradar la red de centros educativos que el Estado garantiza a todos los ciudadanos, es contrario a su liberalismo de libro y los intereses económicos de los empresarios del sector; pero en esta sociedad de tartufos, sigue teniendo seguidores hipócritas beaturrones. Mas hay una tercera en discordia, siempre la hay y, en este caso, son las CCAA que dependen en gran medida de los fondos que el Ministerio de Educación ofrecía en este pacto para el desarrollo de programas educativos de elevado coste y, sobre todo, muy resultones electoralmente (ordenadores, refuerzos educativos?). Espero que el ministro tenga el buen sentido de negar el pan y la sal a todos aquellos consejeros autonómicos, incluido en gallego, que no firmen lo que queda del pacto, dura lex, sed lex. Sólo me queda espacio para una breve reflexión: la reforma de la FP hay que llevarla a buen término, los desaguisados del ladrillo que vaciaron los institutos no pueden permanecer sin un remedio que recupere a los expulsados por la fiebre del oro.

04 mayo 2010

Estado y mercado en las escuelas

Estos días la gestión educativa vuelve a estar en el candelero, son varios los factores que contribuyen a tal disposición, en primer lugar y como todos los años estos son los momentos en los que los padres de los niños y niñas de tres años buscan la mejor opción para escolarizar a sus criaturas siguiendo variados criterios, a saber, la confesión religiosa o laica del centro, los servicios de comedor o de atención temprana, la distancia al domicilio familiar, laboral o de los abuelos; cualquiera de ellos es válido, pero pocos son los que pueden escoger en realidad y con conocimiento consciente del producto a su alcance, puesto que en la mayor parte de los casos se busca un buen albergue donde se puedan aparcar los críos mientras la casa está vacía por motivos laborales. En este periódico veíamos el viernes el estado de la demanda de matriculación en los centros de la ciudad y saltaban a la vista un par de detalles, los centros públicos aportaban todos los datos de peticiones u ofertas de forma que sabemos los que tienen más de una cosa o de la otra y, por el contrario, los concertados -un buen puñado de ellos- ocultaban esta información. Con todos los respetos esto es intolerable, evidentemente no tienen obligación de decir la verdad a este periódico, ni siquiera de contestarle, pero siendo centros escolares sostenidos íntegramente con fondos públicos, tal actitud hace sospechar que esa falta de transparencia, ese oscurantismo, esa opacidad también se ponen de manifiesto ante la administración y los criterios de matriculación -los mismos legalmente para ambas redes- se los pasan por el arco de triunfo los reverendos y reverendas y algún laico camuflado que también quiere seleccionar a sus pupilos según el saldo de la cuenta corriente de sus papás. También estos días sale en los papeles la escasez de voluntarios en los centros públicos para hacerse cargo de los equipos directivos. La verdad es que son pocos los incentivos, escasa la recompensa social, menguado el apoyo institucional y abundante el trabajo como para que un docente deje parcialmente su trabajo para dedicarse a la burocracia y a la dirección, es decir, hay un problema de gestión de personal y dineros públicos que tampoco se hace de forma idónea, ¿con total transparencia? Sin duda, pero sin la eficacia debida. Seguramente el Estado, las administraciones, han de repensar la función de los profesionales que se dedican a la gestión educativa; nuevos perfiles dotados de autonomía suficiente para la gestión de los recursos y la configuración de equipos cohesionados, con criterios de eficacia, que sean objetivamente evaluados y recompensados. En resumen, van tomando cuerpo aquellas ideas de los que piensan desde hace tiempo que el Estado ha de entrar a saco en la escuela concertada para garantizar que el dinero público se utiliza de forma correcta y no clientelar, que los preceptos legales son los que rigen por encima de idearios privados, que se garantiza la no discriminación en el momento de la matrícula y la igualdad de oportunidades. Asimismo, el mercado, los criterios de una buena empresa consciente de su responsabilidad social corporativa, han de entrar en la escuela pública, la competencia entre quienes, en igualdad exquisita de oportunidades y recursos, tengan voluntad de alcanzar metas que compensen esfuerzos y puedan ofrecer a la sociedad sus resultados sin complejos.