17 junio 2009

La escala de grises

Están sobrevolando Galicia negros nubarrones de mezquindad. Hay que leer al Galdós de las novelas de tesis, de las de buenos y malos durante la Restauración, el bueno del canario tachado de garbancero por su sinceridad tomaba partido sin cortarse un pelo, quien no llegue hasta ahí puede quedarse en Marcial Lafuente Estefanía, en Cabanillas o en el señor aquel del himno de los imbéciles e escuros. Pero a lo que íbamos, el Gobierno recién elegido optó por la estrategia más fácil, la de inventarse una oposición irreal, a lo Second Life. El señor presidente al mejor estilo vaquero dice: esto es blanco. Irremediablemente alguien en las antípodas, ante este radical aserto, sale diciendo que, sin lugar a dudas, el imperialismo colonialista español nos sigue asoballando cuando dice que es blanco lo que claramente es negro. Ambos personajes se necesitan y su discurso se retroalimenta, no pueden vivir el uno sin el otro, es como Rajoy Y Zapatero, pero con una diferencia abismal, entre el presidente Feijóo y Francisco Rodríguez -o quien quiera que mande ahora en el Bloque- hay más de un 30% de apoyo electoral. Pero ambos están cómodos y les va bien y les irá todo mejor si nadie hace nada y el presidente sigue con sus ganchos de izquierda populista en el hígado de su esparrin nacionalista. Ya tenemos héroe y antihéroe, la epopeya está servida y que los dioses se apiaden de nosotros. La semana pasada estaba bastante optimista, desde estas mismas páginas, desde sectores parlamentarios razonables y de todos los colores se estaban haciendo llamamientos a la cordura y al aislamiento de la irracionalidad nacionalista y a la demagogia del Gobierno. Hubo pasos ciertos y seguros, algunos intentos de que fuesen los mismos sindicatos mayoritarios los que jugasen otra vez ese indispensable, pero siempre poco reconocido, papel de celestina, de terceros en el conflicto, de mediadores, de buscadores de las tonalidades grises en las que son especialistas cuando negocian los convenios, los que marcasen las líneas de la tregua entre los radicalismos. Hoy ya no le veo salida al callejón, entre todos la mataron y la segunda fuerza política de Galicia, los socialistas, aparecen como una segunda marca del nacionalismo más intolerante; disueltos como un azucarillo trátese el tema que se trate: el artículo 35 de la Ley de la Función Pública Gallega y la obligatoriedad del gallego en las oposiciones, de la derogación del Decreto del gallego en la enseñanza, de la encuesta a los padres sobre eso mismo?Aquí no hay más posturas que esa especie de bien y mal cuando el margen de la duda metódica abre abanicos de grises de gran riqueza; pero claro, es más fácil solucionarlo todo llamando facha al de enfrente. No sé si adelantarán las elecciones generales, pero así no podemos seguir, con un gobierno de pin y pon dirigido por el pensamiento raquítico de Feijóo y con los boinicéfalos más esquemáticos que del racionalismo sólo se quedaron con la cuadrícula de los crucigramas, vamos de popa.

09 junio 2009

El parto de los montes: la encuesta del gallego y el quebrantahuesos

Vengan a mí todas las alforjas, todos los viajes, incluso todos los burros, que aún no sé para qué hicieron maldita falta. Para saber qué pasa en las escuelas, para saber qué se habla y qué se escribe no hacía falta toda esta parafernalia. Pero bueno, este gobierno también se gasta los cuartos en lo que cree conveniente, tiene contento a su electorado y usa a sus funcionarios como le viene en gana. Quede claro que la mayoría de los profesionales de la enseñanza pública le hubiesen informado fiel y verazmente de cuál es la situación lingüística de los pupilos a su cargo, que todos se entrevistan regularmente con los padres -sobre todo con las madres- de su alumnado, usan ese par de lenguas oficiales en presunto conflicto. Vaya por delante que me parece un menosprecio a los docentes, a los equipos directivos, un paso en falso del que se puede arrepentir en cualquier momento y una dejación de responsabilidades como gobierno; de la OTAN y su referéndum se pudo aprender bastante. Aprovechemos el folio para dejar constancia de cuatro simplezas sociolingüísticas, que es lo que está de moda. El gallego no se muere, se mueren sus hablantes, pero olvidémonos de las conspiraciones. Tardará en desaparecer y ninguno de nosotros lo verá. Tratar al gallego en peligro de extinción como al quebrantahuesos o a las ballenas no le hace ningún favor, como mucho surgirán más organizaciones conservacionistas, pero eso no significará que su uso se extienda geográfica ni socialmente. Los que no queremos ni imposiciones y suicidios observamos que es muy distinta la situación de ambos idiomas en el uso oral y en el escrito, los alumnos castellanohablantes no utilizan el gallego oral en ninguna asignatura y a la inversa sucede lo mismo, se callan y nadie les obliga a otra cosa. Ni el decreto viejo ni el nuevo van a solucionarlo. La ley de normalización fracasó de cabo a rabo. Podemos seguir echando la imaginación a paseo -a la luz de la experiencia- y concluir que es imprescindible dejar de crear somatenes lingüísticos confrontados para conservar una legalidad ineficaz o para dictar normas demagógicas. Se pueden dar pasos, por ejemplo, dándole a los centros la autonomía suficiente para organizar la programación de todas las materias a lo largo de las etapas con la obligación de alcanzar los objetivos marcados. Es decir, el alumnado ha de alcanzar la competencia oral y escrita en ambas lenguas a los 16 años que termina la ESO, pues bien, que el propio equipo docente programe, actúe y evalúe con la inspección y control que sea necesario. ¡Conselleiro, no se olvide de los medios y recursos! Y una última píldora sobre el prestigio social del gallego: las liturgias está demostrado que no sirven para nada, todas las posturas de los que fingen ser bilingües y hablan otra lengua en la que no se desenvuelven hacen el ridículo. Ningún chaval se volverá gallego hablante por escuchar a su ídolo perpetrar cuatro frases mal hilvanadas en traducción simultánea.

04 junio 2009

¿Habrá que educar a Mayor Oreja?

¿La Conferencia Sectorial de Educación es un aquelarre o una timba? Mire usted, señor Gabilondo, he acudido con interés a la lectura de su comparecencia en la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados, me he leído el texto de cabo a rabo y no me queda más remedio que llegar a la conclusión de que es usted el pagano y de que otros se están gastando la pasta que usted tendría que estar administrando si quisiera llegar a conseguir los loables objetivos que se propone en su programa de acción al frente del ministerio. Son todos conocidos, pero, por ejemplo, dice que hay que invertir más dinero en la educación infantil hasta los tres años, bien dicho, usted pone la pasta en el Educa 3 y cada autonomía hace lo que le viene en gana con ella, por aquí aún no sabemos qué pasó con las galescolas del Consorcio; que, por cierto, están sin convenio colectivo. Nos cuenta que hay abandono escolar prematuro, me gustaría saber qué seguimiento se ha ido haciendo desde su ministerio de la pasta gansa que dedica a esa especie de permanencias escolares que algunos centros gastan atendiendo a los alumnos que corren riesgo de abandono escolar. No podía faltar, después usted nos cuenta que la FP va fatal, que los alumnos van a los ciclos medios como al matadero, que eso sólo les sirve para encontrar empleo barriendo talleres, que los ciclos superiores no encuentran pasarelas con la universidad, venga ya, otro impulso. Pero el colmo llega con lo que usted llama Escuela 2.0 y que lo concreta en repartir maquinillos portátiles entre estudiantes y profesores, en dotar a los centros de pizarras digitales y cañones de vídeo. En primer lugar no tiene usted ni la más remota idea de la cantidad de aparatos inservibles que hay almacenados en los centros escolares, poco o nada sabe de lo que los conselleiros de las taifas se han venido gastando en licencias para engordar a Bill Gates comprando Windows a mansalva, no tiene ni repajorera idea de lo que cuesta reponer una lámpara de cañón de vídeo cuando se funde; pero ancha es Castilla y venga pedidos. Extremadura o Aragón nada tienen que ver con Andalucía, por poner un ejemplo. Haga recuento de los profesores analfabetos informáticos, póngalo como prioridad en su agenda, meta en cintura a los consejeros autonómicos de la Conferencia Sectorial y procure no perder competencias, ya no le digo nada de recuperarlas. Por último, usted es profesional de la enseñanza de la metafísica, no sé si será labor suya; pero si es posible que nos eche una mano, trate de charlar un rato con Mayor Oreja, déjelo para después de las elecciones europeas. Más que nada me preocupa que un hombre que siempre ha mantenido una postura comprometida y difícil en el País Vasco ahora me venga diciendo que las violaciones, los abusos sexuales a menores en los colegios religiosos irlandeses... son pellillos a la mar, como dice el ministro vaticano Cañizares. No sé yo, el sistema educativo actual será mejorable, pero el que padecieron estos dos sujetos es manifiestamente reprobable.

26 mayo 2009

El piquete lingüístico

Desierto de los Monegros, al mando del teniente Villanueva una sección de infantería hace ejercicios, su misión es tomar una colina o similar en una maniobra envolvente, un objetivo fundamental para su compañía y su regimiento. Hete aquí que este señor bajito, oculto tras su bigotito, analfabeto funcional y macarra vocacional, aparece con toda su tropa agotada a varios kilómetros del punto de encuentro marcado por sus superiores. Su interpretación fue que el mapa tuvo la culpa, menos mal que el Sol no había abandonado la galaxia. Fue un error táctico o estratégico donde los haya. Aquí hay quien piensa que tenemos una suerte de teniente Villanueva al frente de la autonomía y se equivoca de cabo a rabo. Creo que tenemos a un estratega con gran dominio del arte de colocar la artillería en su sitio, un profesional que sabe cuándo debe entrar a trabajar el fuego aéreo, que tiene grandes dotes para las maniobras de distracción, incluso para la guerra de guerrillas, no teme el cuerpo a cuerpo en contextos discretos. Si no se lo creen, pasen y vean informativos. Puede estar ardiendo el metal en Vigo, se puede ir a tomar viento Pascual en Lugo, Caramelo en Coruña, sigan y sigan que hay para todos ¿qué? ¿Cuál es el problema? ¿De qué tenemos que preocuparnos? Vaya hombre, ¿no sabe usted que el mayor problema de Galicia es la reforma del artículo 35 de la Ley de Función Pública de Galicia? Está usted en las nubes, perdóneme, pero así no hay quien haga país. El problema es si los aspirantes a funcionarios han de hacer una prueba o no en gallego. Seguro que es una buena estrategia a corto y medio plazo; no le preocupa a nadie que no sea aspirante, que esté preparándose para opositar; pero al mismo tiempo afianza réditos electorales -que el día 7 está muy cerca- puesto que nuestro presidente de la autonomía aparece como Cid Campeador sobre los nacionalistas radicales y deja con cara de póquer a los socialistas, colgados de la brocha, sin saber si seguir pactando en los ayuntamientos o empezar a hacer política por su cuenta. ¿Es o no es una buena estrategia desmovilizadora? Además el presidente, creo que conscientemente, tiene bien situada a su brunete particular, un rol que está jugando la Consellería de Educación. Le afecta lo anteriormente citado, pero sólo de refilón, las oposiciones de profesores siguen estando blindadas legalmente; pero siempre puede colaborar con comandos autónomos, incluso con piquetes con misiones específicas. Inocentemente, servidor hablaba el martes pasado de la posibilidad de que hubiese un papa lingüístico, conciliador, como el recién nombrado responsable del tema del gallego. A día de hoy no le he leído aún ni una sola declaración pública trascendente; pero el caso es que su jefe, el conselleiro Jesús Vázquez, sí actúa como un general con mando en plaza. Hasta ahora nos mareaba con el decreto de gallego, que si te derogo, que si no te derogo; mientras tanto a los colegios llegan circulares de los inspectores acogotando las plantillas para el año que viene, mientras tanto te cuelo de rondón 14 nuevas titulaciones de FP sin que te dé tiempo a decir ni pío. En los institutos tiemblan con la que se les puede venir encima. Lo que yo te diga, un torero.

19 mayo 2009

¿Precisamos un Papa lingüístico?

Cuando a mi amigo Curro se le asoma un contertuliano con la fresca, al anochecer, proponiéndole cualquier aventura fuera de lo normal, bien sea un fin de semana en Ayamonte o una simple manzanilla en el Habana de Sanlúcar, pueden pasar dos cosas, que estemos a día diez y la cosa no vaya mal o que estemos a día diez y Curro tenga problemas, como él dice, "ecuménicos", es decir, que tenga un par de imprevistos y, por lo tanto, su capacidad de conocer mundo se vea capitalmente disminuida. Bromas aparte, lo de conocer mundo está bien y el Papa de los católicos es un buen viajero; no sé yo si será tan buen diplomático; pero bueno, es cosa suya y de los suyos. Estos días de ahí atrás estuvo por Israel y me dio la impresión de que se metió en camisas de once varas. No sé a qué clientela perseguía, pero esa especie de misa concelebrada con un rabino de medio pelo y un imán del que no se sabe ni el nombre no dan la impresión de un éxito ecuménico ni económico. Porque, claro está, estas misiones diplomáticas nunca son inocentes o bien buscan la unificación territorial, doctrinal en este caso, o buscan el ecumenismo petrolífero. No le veo yo resultados que promuevan los fuegos de artificio. Esto de tener un Papa esta bien, no me digan que no. A fin de cuentas, contar con un Botín, o un Ortega, o un Obama, con un buen dedo para dirigir es un chollo; pero estos tres ejemplos que les cuento no son buenos ejemplos, porque se les caen los palos del sombrajo a la mínima que se despisten. Aquí necesitamos otras categorías; en Galicia somos otra cosa, el coche y la hipoteca ya nos los facilita Zapatero con esas subvenciones remasterizadas. Nuestra necesidad ineludible es la lingüística, es que no sabemos qué hablar, ni qué escribir. Zumba que te zumba están a diario con las monsergas, es cierto que el pueblo municipal y espeso se abstiene de opinar, porque habla en la lengua que le da la gana y es libre de decir lo que le venga en gana. Pero a cada instante anhelo más la llegada de un Papa lingüístico, alguien que nos revele la verdad absoluta, alguien que nos diga si este 17 de mayo lo hicimos bien o mal, alguien que nos diga si en Galicia tenemos que ser monolingües, si tenemos que ser bilingües o si cada uno puede ser lo que quiera con el permiso y el respeto debido a los demás. Esto es complejo, insisto en el modelo religioso, porque a los católicos les va dando buen resultado lo del Mesías, los profetas y demás mitos; a los demás monoteístas también les va bien; pero bueno, por quedarnos con lo más cercano, quedémonos con los que hacen milagros, es lo que nos hace falta. No creo que el buen hombre que se ha hecho cargo del asunto este de la Política Lingüística tenga esas gracias divinas, pero esperemos que sea capaz de templar gaitas entre los cuatro aprovechados que sacan rendimiento editorial y académico anual tal día como anteayer, los iluminados que le siguen buscando las esquinas a la Mesa Camilla de Ramón Piñeiro y los ciudadanos con vecindad administrativa en Galicia.

12 mayo 2009

Del ´noxo´ y de la xenofobia

Hace bastantes años el término xenofobia empezaba a ser utilizado con cierta normalidad; aunque su significado no era siempre bien conocido y, por lo tanto, su uso no siempre era el correcto. Recuerdo haber oído una conversación entre dos adultos, eran buenos amigos, pero surgió un motivo de disgusto, una desavenencia, no recuerdo la causa de la discusión. El caso es que el más ofendido quería recriminar a su circunstancial enemigo y manifestarle su desagrado, su rechazo. Su vocabulario de gallego hablante le llevaba a usar la expresión "das noxo"; pero en un ataque de innovación léxica se arrancó con un "das xenofobia", le sonaba a gallego, sabía lo que era la fobia, pero no albiscaba el odio a los xenos, esa verdura raquítica e insípida. Los dos eran blancos, sus diferencias raciales se limitaban a la diferencia de estatura. Lógicamente, los espectadores poco pudieron hacer para contener la risa y quizá la vergüenza ajena. Pero el bueno del hombre sí era consciente de que la xenofobia era mala, no sabía la razón, pero era mala. Creo recordar que podríamos estar saliendo de la crisis de los primeros noventa. A partir de entonces llagaron porque hacían falta y contribuyeron a llenar las arcas de la Seguridad Social, cotizaron para la Formación Profesional, para pagar el desempleo, como todo hijo de vecino. Pero, no sé, seguramente exagero, me da la impresión de que hay quien considera que esa dedicación no debe dar pie a recibir las compensaciones generadas por el trabajo realizado, que éstas han de conservarse -que la crisis viene muy dura- sólo para los nativos. Seguramente nuestro personaje, el descrito más arriba, diría hoy algo así como que da noxo tanta xenofobia. Fíjense en los grandes tertulianos que braman pidiendo el despido gratuito y demás beneficios sociales, se quejan de que los trabajadores rumanos en España ganen más cobrando el paro en España, que malviviendo de hambre en su país; es que tienen unas cosas estos rumanos, mira que querer lo que es suyo ¡en qué cabeza cabe! Más cercano fue el episodio protagonizado en Vigo por sindicalistas nacionalistas que pusieron en duda la legitimidad de contratar a inmigrantes que se encuentran en la lista de espera a la que se van a buscar nuevos trabajadores. Sin comentarios. Esta es ya una sociedad enferma, estamos a un paso de Berlusconi y con Aznar cual Ave Fénix llamando a la puerta. Mientras tanto Ibarretxe se permite el lujo de insultar a la mitad de sus vecinos y no pasa nada; eso sí, siempre humillado ante su dios. Los sesudos pensadores, buscadores de salidas justas a la crisis se afanan en hallar respuestas a las grandes preguntas, quieren decirnos cómo será la nueva sociedad que salga de la crisis, qué posdemocracia nos espera una vez que el liberalismo ha demostrado que no sirve. Pero me temo que hay problemas más urgentes que la posdemocracia, la predemocracia es el fundamental. Las actitudes que en este noroeste empiezan a verse ya son viejas conocidas en regiones más desarrolladas donde huele a podrido desde hace tiempo. Es un virus que tiene algo de puerco y nada de porcino, no provoca fiebre, pero sí noxo.

06 mayo 2009

De puercos y teclados

Podríamos empezar a hablar de puercos en sentido figurado, pero hoy no creo que valga la pena. Podemos hablar de teclados, los de los viejos profesionales y los de los mercenarios con su viejo cané de periodista; unos durante años y años dieron ejemplo de seriedad, rigor y de toda la imparcialidad posible; otros, lo usaron de la forma más vil al servicio del mejor postor. Por diferentes razones siempre he admirado a ambos prototipos. A unos por sus dilemas ante el teclado, a los otros por su sangre fría a la hora de hocicar ante un editor. Hay que verse en el pellejo. No me estoy cuestionando hoy las viejas polémicas sobre la ética informadora o sobre la reserva de las fuentes o sobre todos los watergates habidos y por haber. Trato de situarme en los zapatos del periodista que maneja datos, muchísimos datos, de las más variadas fuentes interesadas y que ha de tomar decisiones arriesgadas que cambiarán las vidas de sus lectores, oyentes? Pongámoslos en el caso de la nueva gripe, ya ni le pondré calificativos, en su mano está la información científica, a su servicio se ponen los intereses políticos, ni que decir tiene que de ellos dependen los intereses farmacéuticos, los servicios médicos son sus esclavos. Todo porque de su profesionalidad y responsabilidad depende que lo que pueda ser una simple precaución se transforme en alerta o se precipite hacia el alarmismo. Cada vez es más imprescindible tener más información, pero también más y mejor criterio para discernir lo fundamental de lo accesorio, sobre todo cuando se trata de temas que afectan a la vida cotidiana más inmediata, sobre todo a la salud. Ni México es la cuna de todas las infecciones víricas, ni los cerdos son los peores enemigos del hombre. Prudencia y cautela, cada vez más. A todo ello se le añade el ingente trabajo de documentación al que pueden tener acceso, que si hubo gripes, que si mataron, que si se pusieron todos los medios precisos para atajar los efectos. Pues bien, sólo esa responsabilidad, pero toda esa responsabilidad, es la que está en manos de los profesionales de la información y sus teclados, de un titular infortunado puede depender que se desate un episodio de pánico como el de La Guerra de los Mundos en forma de asalto a las farmacias a la búsqueda de mascarillas o Tamiflú. De unos datos mal explicados puede depender el futuro económico de los productores de pollo o cerdo. De una alarma mal controlada puede depender el colapso de los servicios de urgencia merced a un protocolo médico mal diseñado fruto de una decisión política condicionada por dios sabe qué poco confesables intereses. Y todo ello bajo la humillación de contratos basura, de precariedad, de presión abusiva, de salarios menguantes y horarios crecientes; con cuerdas flojas sobre las que caminar y horcas caudinas bajo las que subyugarse. El día 7, este mismo jueves, cuando leamos las nuevas sobre los efectos de la gripe, acordémonos de que detrás de ellas están periodistas que pierden la vida como Couso o que la sobreviven como la multitud de anónimos que nos sirven a diario.