24 abril 2015

Rodrigo Rato y Lope de Vega


http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2015/04/21/rodrigo-rato-lope-vega/948527.html

Aunque no se lo crea, usted es testigo, público, en esta serie de sainetes, melodramas y tragicomedias que protagonizan Rodrigo Rato y similares desde hace meses desempañando el papel de antagonistas, de malotes y canallas en el drama que se representa en la corrala de comedias que nos rodea.  Lope de Vega, sus contemporáneos y seguidores del S. XVII, encontraron una forma político-teatral para llevar de las musas a la escena su ideología y la de sus superiores. La monarquía estaba en crisis, el país en bancarrota, el poder de la nobleza era inestable, el pueblo llano pasaba todas las penurias. La solución más lógica sería que el hartazgo de la clase baja tocase fondo y buscase al culpable en la cúspide de una sociedad monárquico-señorial y teocrática. En ese panorama aparece el nuevo teatro como salvador del estatus de los poderosos.  Recordemos cómo el tema del honor de las víctimas débiles e inferiores en la escala social se nos representa en personajes como Peribáñez, humilde villano recién casado que se ve deshonrado por el acoso del comendador de Ocaña a su esposa Casilda, nuestro héroe se venga, arriesgándose al castigo real por la rebelión ante el noble; pero llega el final feliz cuando es reconocida su razón como ofendido por el rey Enrique IV de Castilla.  La misma cabeza de turco se busca en Fuenteovejuna, villa en la que el noble Fernán Gómez abusa sexualmente de Laurencia y el pueblo toma la justicia por su mano frente al comendador, haciéndose responsable y sosteniendo el pulso, unido, frente al poder. También el final es feliz, al pueblo solidario se le da la razón por la voluntad real, que se lleva los vítores y la tiranía soporta los gritos.  Cada uno de nosotros ya se estará identificando con los personajes de Lope, la mayoría somos los humillados, los que sufrimos los efectos de los recortes y seguimos sin buscar responsables o sin hacer nada contra ellos -monarcas, banqueros, oligarcas, peligrosos gobernantes- más que protestar bajito, amenazar con no votar o escuchar quejas en la barra del bar. Pero como, de todas formas, tienen miedo a perder la manija, de vez en cuando nos ofrecen una víctima propiciatoria, como Rodrigo Rato, para que nos creamos que somos importantes, que seguimos manteniendo intactos honor y honra, como Peribáñez o Fuenteovejuna, y que los que mandan siempre obran con justicia, como los buenos reyes retratados por Lope de Vega.  ¡Claro que las diferencias son abundantes! En aquellas representaciones el pueblo pedía sangre y se le daba. Los sacrificados culpables que nos ofrecen ahora se ponen colorados un ratito y después se van de rositas porque saben demasiado y de paso les dan argumentos a los nuevos salvadores que, aupados por determinados medios televisivos, se nos ofrecen en imagen y sin ideas.

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