http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2015/04/07/maquillaje-sanidad/943963.html
La verdad es que da la impresión de que llevamos una racha en el mundo de la sanidad que es para echarse a temblar desde que Rajoy tomó las riendas de los recortes. Es cierto que la ministra Mato, la anterior, era un monigote allí plantado para seguir las normas que le imponían las grandes patronales de la sanidad privada que no renunciaron a su cuota de participación en el pastel, sino que se empeñaron en que medrara cual bizcocho recién hecho con mucha levadura de la buena en forma de mordidas como bien se supo a voces en Madrid, Valencia? y por estos lares también.
Al señor del plasma se le hizo imposible mantener ese títere bien manejado desde que le aparecieron fiestas, confeti, Disney y Jaguar por doquier y las disculpas de las cegueras repentinas, momentáneas o esporádicas ya no tenían un pase de credibilidad; fue un juez el que tuvo que decirle que su ánimo de lucro era evidente y, por lo tanto, el señor presidente ha tenido que mantenerla de diputada con cargo en alguna comisión parlamentaria; no vaya a ser que se encontrase con poca liquidez en el cajero y en el spa.
Suya fue la culpa de los recortes sanitarios para inmigrantes y para no inmigrantes, todos personas con derecho a la salud, suya fue la culpa de que las batas blancas estén, un día sí y otro también, en la calle denunciando chanchullos y puertas giratorias, suya fue la bronca que han tenido que montar los enfermos de hepatitis C y los de las enfermedades raras, con pocos afectados olvidados por el sistema? la lista sería bastante más extensa y las respuestas a cada problema cada vez más chuscas.
El caso es que el señor presidente ha tenido que echar mano del señor Alonso, un polivalente político que tanto vale como alcalde, como portavoz parlamentario que como ministro de sanidad, como le ha tocado en suerte por sede vacante; podrían haber sido la educación o las obras públicas; un cursillo acelerado de 60 horas y unos buenos amanuenses, bastante despistados, para escribir comunicados, notas de prensa? son suficiente tropa para defender una política indefendible en la que se ventila la salud de sus conciudadanos; no se puede lanzar un señuelo para aliviar la saturación de las urgencias con unas consultas de atención primaria que ningún médico ha negado, seguimos sin tarjeta sanitaria, atención de especialistas...
Ha intentado torear con los consejeros de sanidad de las comunidades autónomas, afines y hostiles, en diferentes temas; pero, como ellos y ellas también se juegan las elecciones en sus taifas, pocos éxitos ha tenido, la obediencia debida ha brillado por su ausencia pues la mayoritaria y lógica responsabilidad del personal sanitario le ha vuelto a dejar en ridículo con ese fantástico anuncio, menuda ocurrencia, para eso no hacían falta alforjas. Más le vale poner más atención a las labores propias de su cargo o a la hora de rendir cuentas antes de las elecciones solo podrá presentar borrones y tachaduras en el programa electoral.
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