21 noviembre 2012

Una cosa y la contraria



http://www.laopinioncoruna.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2012112000_5_665907__Opinion-cosa-contraria





Al os niños chicos podemos torearlos fácilmente, que si vamos al parque, les gusta la idea barata; al rato, que si nos quedamos viendo una película y pedimos una pizza, les encanta la idea más cara.
Pero creo que el ciudadano medianamente informado empieza a estar dolosamente harto de que intenten venderle gato por liebre, que lo obvio se le oculte y en su lugar le pongan unas preciosas ruedas de molino bien puliditas y listas para ser consumidas.
No hubo mucha divulgación de la convocatoria de la huelga general desde este folio, apenas unas líneas redactadas expresamente la víspera de los actos, pero a poco avispado y esporádico que sea el lector o la lectora supondría que el tratamiento que desde estas líneas se da a temas como la educación, la sanidad, a reforma laboral, los recortes en los servicios públicos... lleva a pensar que de poco sirven las tertulias de café para lamentarse si después no se ponen los medios al alcance de cada uno para solucionar los problemas; en resumen, que sí, que hacían falta la huelga y las manifestaciones porque son la única forma de hacer visible el cabreo de quien tenga motivos y que no crea que se pueda vivir una cosa y la contraria.
Evidentemente hay mucha gente que está escondida como avestruz y otra mucha que está haciendo el agosto, con ellos no va esto; pero ya saben aquello del San Martín ¿no?
Ya les auguro que no será la última, que los vendedores de seguros, los grandes bancos y los fondos de inversión ya le han puesto el ojo a las pensiones y muy pronto el lanzamiento de cargas de profundidad contra la caja única de las públicas forzará la maquinaria sin piedad para tomarla al asalto; exigirán rebajas en las pensiones y endurecimiento de las condiciones de acceso. Al tiempo que presentarán como imprescindible la suscripción de pólizas privadas para garantizar la supervivencia en la residencia de ancianos privada.
Llegado el caso habrá que demostrar otra vez que no se está de acuerdo, al votar y en la calle.Todos sabemos que el voto es conservador, que dura cuatro años y que el votante medio siempre dice nunca peor que hoy y piensa virgencita que me queda como estoy, aunque esté parado y cobre el subsidio de 400 euros y ese conservadurismo es el que da mayorías de todos los colores, en todos los sitios y también se puede hacer lo contrario, despotricar y lavarse la conciencia en público. Estoy harto de esta esquizofrenia, pero también convencido de que la cultura de la doble moral en la que nos educaron pesa mucho.
Pero estos no son los únicos ejemplos del doblete; los días pasados asistimos a un auténtico festival de la confusión, de la contradicción; gobierno, empresarios, comentaristas cavernícolas que adivinaron el futuro dejando la crónica escrita 24 horas antes...se empeñaron en decir que ni hubo huelga ni manifestantes.
Al mismo tiempo, los mismos señores y señoras se empeñaron en machacar la conciencia del protestón diciéndole que estaba creando incertidumbre en los mercados, que por su culpa subiría la prima esa y que se crea desconfianza fuera de nuestras fronteras.
En qué quedamos, ¿hubo huelga y manifestaciones o no? Si hubo puede ser que todos esos males fueran ciertos; pero si al mismo tiempo dicen que no hubo o que el seguimiento fue mínimo y las manifestaciones fueron testimoniales, ¿a qué se teme? Los mercados estarán tranquilos y confiados porque el gobierno convence a sus conciudadanos y aquí no pasó nada el 14N. ¿En qué quedamos? Defínanse

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