13 noviembre 2012

La fea pobreza visible

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Se puede ser pobre, estar simplemente parado, pero que se vea que eres pobre, que no tienes trabajo y que además no tienes casa es feo, no nos gusta verlo, nos escandalizamos, lo evitamos, cambiamos de ruta, nos hacemos cruces porque no entendemos que a estas alturas de la civilización, la usura siga impidiendo un derecho fundamental.
Dicen que la ley es de principios del XX, como el último Galdós, aquel que en Misericordia contaba cómo la criada Benina salvaba del desahucio a su ama Doña Francisca, acudiendo a sus ahorros de tres mil reales guardados en el Monte de Piedad. ¿No les suena muy actual?
Ahora parece que entró el apuro, queda muy feo que se nacionalicen bancos, les pongamos a flote y no seamos capaces de poner en marcha la dación en pago como cancelación de la deuda hipotecaria. Ahora parece que los dos partidos que parten el bacalao están apurados para que las postales no les salgan llenas de familias que tengan una furgoneta en ruinas como vivienda habitual y menos cerca de la Navidad, podrán pactar lo que quieran, que hasta que los bancos den el visto bueno, aquí se seguirá incrementando el número de suicidios por desesperación que los próximos al desahuciado no puedan evitar.
No me vengan con lo de las chabolas, que no es lo mismo, los bienpensantes asimilamos sin problemas la subculturas, el lumpen que toda sociedad moderna tiene, lo ocultamos al mismo tiempo que echamos a los mendigos de la Gran Vía. Todo eso entra dentro de la cuota soportable.
Pero es que ahora son los nuestros, los que tenían trabajo como nosotros, nuestros familiares y vecinos, los que pasan hambre y sufren el peso de la ley, ¡hasta los jueces han protestado! No duermen tranquilos aplicando esa ley.
¡Qué panda de hipócritas nos hemos vuelto! ¿Desde cuándo viene pasando esto a cuentagotas? ¿Desde cuándo se viene ocultando y miramos para otro lado?¿Es que no sabemos que se revientan a pastillas para quitarse de delante, de pura vergüenza al desahucio, al fracaso?
Para el paro tenemos callo, hay que ver lo bien que se disimulan los seis millones de parados, los jóvenes a resguardo de sus padres, los padres a resguardo de los abuelos, son invisibles, se manifiestan a veces, en ocasiones un suceso sangriento fruto de un arrebato de locura, pero la sociedad lo absorbe.
Empieza a haber reacciones inconscientes, un grupo de jubilados contempla los tesoros de una catedral, antes se decía "cuánto trabajo tiene", ahora seguramente escucharán "canta fame podían quitar".
Los documentales de animales de la 2 sí se ven, sin ir más lejos y sin ánimo humorístico, hace unos días en la sobremesa de un bar aparece en pantalla una jirafa en apuros por culpa de algún depredador, un parroquiano sentencia: "¡Canto daba de comer!". Y la dueña del bar reafirma: "¡Solo co pescozo xa mataba bastante fame moita xentiña!". Donde antes se veía arte y trabajo, ahora se ve oro para empeñar y pagar hipotecas y alquileres, donde antes se veía majestuosidad relajante, ahora se ve carne cruda para el guiso.
En resumen, podemos ver a los directivos de las cajas haciendo el paseíllo en los tribunales y abonando fianzas, pero sus señorías de los bancos son los que tienen la clave a la hora de evitar el problema de los desahucios, puede haber leyes, moratorias, compromisos políticos, pero el poder está en otro sitio, por ejemplo mañana en la calle.

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