26 enero 2010

´Ignoto´ y el agujero oscuro de la educación

Con permiso de las protagonistas hoy quiero contarles una historia, de esas que a los profesores gusta contar en alto. Podría ser una de tantas, sobre todo de las que pueden contar los que tienen la suerte de trabajar con alumnado adulto, recuperado del trabajo precario o del directamente despreciado por el sistema en su momento. De vez en cuando te paran por la calle para decirte que son ingenieros técnicos de obras públicas, soldadores con no sé qué artilugios o simples ciudadanos satisfechos porque ya estudian en la UNED, su ilusión de toda la vida y el único marco que el sistema les ofreció. A Sonia y a Miriam, sólo las conozco por su obra y por persona interpuesta, pero sepan que estas dos mujeres a los 13 años salen del sistema educativo, digamos normal, el que conduce al éxito, a la universidad, y la sociedad las encamina a la única solución que queda, la Formación Profesional, en su caso de la rama sanitaria. Allí cusan todos los ciclos habidos y por haber con tanto éxito académico que consiguen acceder a la diplomatura en Enfermería y terminan graduándose con excelente expediente, que en un principio les permite trabajar en Escocia y después les da acceso al segundo ciclo universitario para conseguir ser licenciadas en Comunicación Audiovisual en la Universidad de La Coruña, algo casi imposible sin un expediente académico fuera de lo común viniendo de disciplinas tan distantes. Terminan licenciándose con premio extraordinario; este año lo han pasado en una universidad de Massachusetts y acaban de presentar el programa piloto de una serie de televisión interactiva, Ignoto, cuyo estreno se celebró en el aula de cultura de Caixa Galicia y que pueden explorar en www.ignoto.es. Traigo este tema a colación como ejemplo de excepción, no podría ser de otra forma. Nuestro sistema educativo es experto en deshacerse de lo que él supone que es desecho de quirófano, personal inadaptado; no está preparado para la ayuda y el refuerzo, para la recuperación del que se queda atrás. Los alumnos vienen en su mayoría aleccionados con la consigna de que el que se mueva no sale en la foto y, lógicamente, muchos no la siguen, se quedan en el camino, nuestro profesorado está acostumbrado a la escuela del XIX y no sabe qué debe enseñar ahora ni cómo debe enseñar ahora. Soplan vientos de cambio, de pacto educativo. Hay intercambio de documentos, algunos salen a la luz, otros pasan sin pena ni gloria. Gabilondo propone, Rajoy responde, y de todo el documento con el que responde sólo les voy a pedir que reflexionen sobre un detalle, el de que a los quince años el alumnado tendrá que decidir, o que decidan por él, si sigue estudiando Bachillerato y será un futuro universitario o si, por el contrario, ya está predestinado a la Formación Profesional, hoy por hoy, con dificilísimas posibilidades de retorno al sistema, digamos normal, y abandonado a un destino que puede llevar al éxito profesional o a la calle pura y dura. El sistema le habrá cercenado todo tipo de igualdad de oportunidades, porque no olvidemos que el éxito escolar a los 15 años depende en buena medida del esfuerzo del chico o la chica, pero también influye de manera decisiva el ambiente en el que vive. La polémica está en el candelero y la sociedad ha de pronunciarse. Mientras tanto síganles la pista a Sonia y a Miriam, seguro que después de Ignoto darán la campanada con más cosas. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

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