13 mayo 2008

El 1º de Mayo y el Dos de Mayo

Ya pasó el Primero de Mayo, ya pasó la polémica de todos los años sobre si lo que hubo fue una procesión con su liturgia o una manifestación con todas las de la ley. Haya habido procesión o manifestación -que cada uno se lo haya tomado a su aire- sí hubo mensajes claros y diáfanos. Habrá crisis y habrá paro. Después que se le llame como se le quiera llamar, pero el que quiera peces tendrá que mojarse el culo; ya están llorando hasta los especuladores de la construcción porque no venden pisos y quieren subvenciones. Hoy todo el mundo estaba de puente, escondiendo la cabeza; pero cuando nos encontremos con el ¡sálvese quien pueda! llegarán los salvadores de la patria, los de todos los Dos de Mayo tratando de expulsar a los supuestos extranjeros. (Aún seguimos celebrando el Dos de Mayo, en el que los curas de pueblo se levantaron agitando sus sotanas para sublevar al nacionalismo de siempre, para expulsar los aires de modernidad que soplaban más allá de los Pirineos) Cuando acabaron las arengas de rigor, me lo dijo muy clarito Enrique, al tiempo que veíamos que, después de que el cuarteto hubiese interpretado La Internacional, el grupo de senegaleses y el de bolivianos que sostenía las pancartas con sus reivindicaciones, comenzó a plegarlas. Pero el cuarteto seguía a lo suyo y empezó a tocar el Himno Gallego, aquellos trabajadores también siguieron a lo suyo, lo que tocaban no les sonaba a nada, por lo menos a nada propio con lo que identificarse, no hablaba de ellos, que no son ni rumorosos, ni imbéciles ni oscuros, por lo menos nadie se lo dijo en la cara. De ellos se había hablado antes, del paro que se nos viene encima, de que los primeros a proteger tendrán que ser ellos, que van a ser los primeros que tendrán que trabajar por salarios a la baja, que no faltarán los demagogos nacionalistas de siempre que vengan a traer su mensaje xenófobo berlusconiano tratando de arrasar sus raíces y justificando su aislamiento por razones étnicas. Los parados son parados porque no tienen trabajo, no porque tengan DNI, pasaporte o permiso de residencia. Aquí vamos a tener parados, de diferentes lenguas y colores y preparémonos para las campañas que inciten a quemar trabajadores de diferentes lenguas y colores. No quiero verme envuelto en otro Dos de Mayo. Hablando de empleo, pero ya en la elite, no me digan que la guinda no la ponen los de siempre: Taguas y Zaplana, no me digan que no tiene delito; por diferentes razones ambos tienen información, contactos, privilegios que no tienen sus posibles competidores. Han de someterse a los dictados de la Ley de Incompatibilidades, que me suena, en su caso, a algo así como el Tribunal de la Rota para disolver bodas de pedigrí. Durante el franquismo era habitual tener pingües retiros dorados en las empresas públicas. Después siguen siendo las mismas empresas, ahora privatizadas, las que dan cobijo con más o menos pulcritud. Todo el mundo se busca la vida para pasarse a la privada, que es la que paga; pero, ojito, cuesta mucho romper amarras con la posible vuelta a la pública.

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