29 abril 2008

Diez años sin ducharme y un mes sin conducir

Hoy le di trabajo extra al cartero, he recibido dos cartas y se las abro en público. La primera es del Sr. delegado provincial de la Consellería de Innovación e Industria ¿Para mí? ¿Me habrán dado un premio? Si yo no sé ni arreglar un fusible. La abro y no, no es un premio, es la resolución de un expediente.Comienzo a leer con avidez y me entero de que el 14 de julio de 1998 cursé una solicitud ante esa Delegación Provincial solicitando autorización para instalar la calefacción y el agua caliente en mi casa. Evidentemente no dudo de que en esas fechas hubiera hecho la tal solicitud, o lo hubiera hecho alguien en mi nombre -lo más probable- y le agradezco de todo corazón al Sr. delegado provincial que me lo recuerde, pero también tengo que confesar públicamente que no esperé su respuesta, la de su antepasado en el cargo, mejor dicho. Tengo instalada la caldera de propano desde aquel entonces y me autoinculpo por mi poco civismo; por cierto, estos días está empezando a fallar y anda Guillermo, el técnico, medio loco tratando a averiguar qué le pasa; si el Sr. delegado provincial tuviese alguna pista, se lo agradeceríamos todos. Pero esto no es lo único que me cuenta, además me dice que cinco años después, el 3 de junio de 2003, también me escribió su antepasado requiriéndome documentación para poder tener calefacción. Les prometo que no tengo la más mínima noticia de tal comunicación y que por lo tanto no pude aportarla. Ni que decir tiene que tampoco hubiera estado cinco años hasta entonces duchándome en agua fría. Pues bien, hoy me comunica la buena nueva de que archiva mi expediente y que por lo tanto, mi caldera además de estar vieja, es ilegal. Ahora bien, el consuelo que me ofrece me reconforta plenamente, me dice que puedo presentar un recurso de alzada ante el conselleiro de Innovación e Industria y, les digo la verdad, mi duda es si alegar en el recurso argumentos relacionados con la Innovación o con la Industria; pero tengo un mes para pensármelo, algo se me ocurrirá. Mientras tanto, con el debido respeto, tengo el placer de invitar al Sr. delegado provincial da Consellería de Innovación e Industria a cenar a mi casa para que compruebe la instalación; no le invito a ducharse porque podría malinterpretarse; pero, una vez aquí, a su disposición para lo que guste.La segunda carta es de mi abogado; me comunica que la multa de tráfico que me fue impuesta de forma injusta y arbitraria, como se demostró a todas luces y con todas las pruebas requeridas en la vista celebrada en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo hace pocos meses, ya tiene fallo judicial. En él se insinúa que puedo poner en peligro la existencia de todos los seres vivos del planeta porque conducía en plenas facultades físicas y mentales cuando mi coche y el de otro conductor, en paradero desconocido, colisionan levemente en una curva de una carretera comarcal sin señalizar; a estas alturas ya dudo y puede ser que el castigo sea necesario y ejemplar para que deje de amenazar a niños y ancianos desvalidos por las carreteras sin pintar y sin alumbrar.Pero bien pensado, a lo mejor los dos hechos están coordinados y no son fruto del azar, seguro que los 300 euros de la multa y el mes sin conducir sirven para legalizar la instalación del agua caliente en mi casa.¿Es posible que me condenen a diez años sin ducha? ¿Me habrán condenado por conducir si ducharme? Que alguien me ayude

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