30 marzo 2006

Valle-Inclán, Leo Bassi...

Todo al fin se reduce a una cuestión de censura. Recordaba cómo se trataba a Valle-Inclán, rebusco en los papeles viejos y encuentro algunas frases en los expedientes censores redactados a la hora de autorizar la publicación de sus obras durante el franquismo. Pongamos por ejemplo lo que en 1952, el censor, Reverendo Padre Andrés de Lucas Casla, argumenta para llegar a concluir que toda la obra de Valle-Inclán abunda en conceptos antirreligiosos y rara es la página donde no hay alguna expresión cínica o volteriana. Abundan también las ideas antinacionales y de desdén hacia la tradición española. Por otra parte toda la obra se desenvuelve en un ambiente de sensualidad que llega a veces a límites de gran crudeza. Por todo ello creo que en obras separadas y al alcance del público en general no deben ser autorizadas las obras de este escritor, pues las considero francamente perniciosas para la inmensa mayoría de los lectores. No habla de Luces de bohemia ni de Tirano Banderas, le llevarían a un exorcista, todo lo más que llega a leer y, por lo tanto, a rechazar son las Sonatas.(...)

No hay comentarios: