18 junio 2015

De asambleas, ágoras y decisiones democráticas

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2015/06/02/asambleas-agoras-decisiones-democraticas/962594.html

Es evidente que las democracias nacieron en las asambleas, las reuniones en el ágora de los ciudadanos libres que debatían los problemas y sus soluciones para la ciudad; pero siempre fueron excepciones como en Roma y sus invasiones, en las de los bárbaros del norte?dioses y reyes en cónclave secreto siempre se han encargado de que el poder se mantuviese en manos de los elegidos y, no exactamente con métodos democráticos; así se fueron sustituyendo las clases dominantes y desapareciendo lentamente, puede ser que aún no del todo, esclavos, siervos?
De vez en cuando se cortó alguna cabeza, en Francia o en Gran Bretaña y muchos creen que gracias a eso se han ido consolidando sistemas democráticos representativos, no exactamente asamblearios.
A estas alturas supongo que pocos creerán que las asambleas son un método de funcionamiento democrático del que salgan las mejores ideas de gobierno, si previamente no están preparadas por uno o varios grupos dirigentes. Por razones obvias son de lo más manipulable y lo sabemos sin hacer referencia a las comunidades de vecinos donde uno siempre lleva la voz cantante o se le paga para que la lleve. Tampoco quizá haga falta recordar cómo se aprendía a dirigir las asambleas de estudiantes o trabajadores, los lugares a ocupar, el tono en el que habría de intervenir cada uno, el momento oportuno para hacer la propuesta que tendría que salir adelante por aclamación y se pidiese poner la cabeza del patrón, del rector o del gobernador civil en la picota.
Acudimos en los últimos meses, y lo hemos visto plasmado en las papeletas de las municipales y autonómicas, a multitud de asambleas a las que legítimamente han acudido líderes de opinión, miembros de partidos políticos e independientes con mucha historia junto a una mayoría expectante de escuchar y asumir ideas brillantes que le revitalizasen la ilusión por la participación política y en conseguir los logros justamente deseados, porque es de derecho. La euforia estaba conseguida y la movilización del voto garantizada a poco que los medios de comunicación apoyasen las alternativas emergentes.
Poco después ya vimos que surgía la duda sempiterna: los fines y los medios, los medios y los fines, ¿qué ha de primar?
Lógicamente, las promesas de los fines se han mantenido durante las campañas, pero a la hora de los pactos empiezan a flojear. Los medios, es decir, la organización asamblearia, fue reconvirtiéndose poco a poco y ya surge el jefe supremo, su núcleo de poder, sus tendencias, sus opositores? como en cualquier otra organización.
Lo que a estas alturas no ha decaído del todo, pero lo hará, es el puntito de soberbia, aquello de que yo no me mezclo, que tú eres la casta y yo no? hasta las elecciones generales; después, como marca la lógica política, ya hablaremos. Mal asunto si hasta entonces no hay sentidiño.

No hay comentarios: