30 julio 2013

¿Dicen que ven la luz al final del túnel?

http://www.laopinioncoruna.es/opinion/2013/07/23/dicen-ven-luz-final-tunel/744956.html

Hace días circuló un mensaje por las redes en el que se pedía algo así: ¡que rule que lo toma Floriano! Disculpen la vulgaridad del comentario, no me digan que no es para sospechar cosas raras con las declaraciones a costa de Soto del Real y sus habitantes, y estos días las ruedas de molino de las tasas universitarias, las becas y las explicaciones que nos dan, por ejemplo, en las universidades madrileñas, son de juzgado de guardia. Sobre todo porque con esto de las autonomías resulta que las universidades públicas madrileñas no son para los madrileños, sino que el resto de los españoles, que quieren, porque tienen derecho, matricularse disfrutarán de unas tasas multiplicadas y de una extraordinaria reducción de becas en cantidad y calidad. A ratos y con algunas guindas uno piensa que la única ingeniería que vale la pena aprender es la financiera. Convenzan a sus retoños.
Parece que esto de la enseñanza superior se está poniendo por las nubes, que nos encontramos con las facultades públicas con demanda saturadas por su perfil profesional, para que aquellos que puedan endeudarse en las privadas engorden el negocio y el beneficio. Dan ganas de gritar aquello de ¡Pero es la ciencia, señores, lo que se están jugando! Da igual, y si tienen duda echen un vistazo a la inmediata actualidad y al seguimiento que desde este folio se hace a las novedades del Colectivo Carta por la Ciencia ante la situación del CSIC; recientemente su presidente advertía sobre la posible quiebra de la institución y la amenaza de cierre de sus centros en octubre, por falta de fondos para cubrir gastos corrientes, es una buena muestra de la gravedad de la situación por la que atraviesa el sistema español de ciencia y tecnología. El del CSIC no es un problema aislado, afecta a todos los Organismos Públicos de Investigación, Universidades y al resto del sistema de I+D, donde la práctica suspensión de actividades amenaza la ejecución de proyectos de investigación en curso, muchos de los cuales forman parte de consorcios internacionales y todo ello fruto de los sucesivos recortes presupuestarios que el Gobierno ha ejecutado desde 2009. Desde la desaparición de Ministerio de Ciencia e Innovación y la absorción por Economía y Competitividad, los responsables de política científica han perdido peso político, visibilidad y capacidad de interlocución ante la comunidad científica. Este estrangulamiento destruye el trabajo de 30 años y que por primera vez había dotado a España de un peso científico más acorde con su peso económico. La crisis económica no es la excusa del desmantelamiento del sistema público de I+D, sino que debería ser razón para fortalecerlo por su relación con el PIB, su boicot es un boicot al futuro del país.
Se necesita planificación y estabilidad. En investigación no se puede trabajar sin escenarios plurianuales fiables, tanto de los recursos financieros como de los recursos humanos, saber con qué se cuenta y que esos medios estén disponibles en tiempo y forma. Con respecto al CSIC, la comunidad científica también desea un organismo cada vez más competitivo, más internacional, más transparente y más ágil, pero para cambiar el rumbo primero hay que salvar el barco. La secretaria de Estado ha afirmado que "hay un plan, está todo organizado" pero no se han trasladado al BOE las resoluciones pertinentes, prolongando la incertidumbre en todos los Organismos Públicos de Investigación. Por la naturaleza de la actividad investigadora cualquier plan que quiera tener éxito ha de contar con el respaldo de la comunidad científica y, por lo tanto, es imprescindible que ese plan sea fruto del diálogo y no un documento gestado al margen de la comunidad científica.

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