17 julio 2012

Wert, campeón de monólogos y los reyes godos

http://www.laopinioncoruna.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2012071700_5_628166__Opinion-Wert-campeon-monologos-reyes-godos

Ahora que ya está escrito voy a dejarlo, pero me entra la duda de si el más campeón es él o su jefe o el jefe de su jefe. Y lo digo, no por la gracia de sus chistes, sino por la insistencia en los monólogos. Escenas que, insertadas en el teatro clásico, provocan la emoción; pero aisladas y como sustitutas del espectáculo, como sucedáneo barato y alimenticio de sus protagonistas, me dejan bastante indiferente, después de Gila.

Y es que, del rey al ministro, no cejan en su empeño en endilgarnos sus tremendos monólogos para justificar los mensajes de penuria que nos anuncian la presencia de un futuro injusto, jaleados por diputadas maleducadas por sus diputados padres mafiosos.

Tocan las erre que erre, las que nos recuerdan la película de Paco Martínez Soria dirigida por Sáenz de Heredia, puede ser que al principio de los setenta, como símbolo de la terquedad, en un ambiente poco verosímil, hoy transfigurados en portadores de reformas y recortes inoportunos, puesto que conjugar recortes con recuperación de la calidad educativa es puro humor negro.

Una reforma desafortunada porque a fuer de ser clasista, rebosa de tufo ideológico buscando demagogias como la de la autoridad superadora de los derechos; mientras adulan al profesor, guardia de la porra, le saquean la nómina.

También promulgan proclamas sobre los valores del esfuerzo y la eficiencia basados en el filtrado, sin tener en cuenta antes el valor del diálogo y la responsabilidad entre las personas, dando más y mejor ejemplo a los alumnos evaluados.

El diálogo sigue ausente, como Wert de lo educativo, quien, irresponsablemente sigue en los recortes, porque es lo que le toca de la intervención europea, así si que mal se resolverán los conocidos problemas y disfunciones de nuestro sistema educativo, Wert agravará la situación de nuestro país respecto al fracaso y al abandono escolar prematuro con tanto recorte y, de paso, aumentarán las desigualdades sociales al segregar al alumnado en un momento especialmente difícil. Hay un aire nostálgico en sus planteamientos educativos y una indigencia de ideas innovadoras. Es un entregarse a la contemplación de la luna en plena crisis mientras todo vuelve a la normalidad. Será por eso que pedagógicamente echan marcha atrás y los contenidos memorísticos serán la estrella a mayor gloria de la lista de los reyes godos. Volvemos al pasado, a las reválidas porque tocan. Mientras, la formación integral de la sociedad del conocimiento que quede para adornar la retórica en los tiempos de bonanza.

Sin este ministro habrá alguna oportunidad para la equidad y para la propia educación, como piedra angular que iguala en oportunidades y hace ciudadanos con más conciencia crítica, democrática, cooperativa. La reforma es una muerte anunciada que bien merecería contar con la participación de todos los implicados en el hecho educativo para evitar el desastre en ciernes. Pero mucho nos tememos que, como dijo el ministro, lo importante no es el diálogo sino que la reforma en sí, que acabe pronto aunque sea con letras torcidas, pero en el BOE. Al fin y al cabo para eso le hicieron ministro, y a la postre un mero instrumento de la devastación educativa del PP. Pero con el ministro de Hacienda al menos nos hubiéramos ahorrado el sueldo de Wert y de todo su equipo.

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