12 marzo 2008

Lenguas a paseo

Fueron abundantes los mosqueos lingüísticos en esta campaña electoral, seguramente podría haber sido más oportuno comentarlos antes del domingo, pero el río ya estaba bastante revuelto y había demasiados pescadores con malas intenciones. El problema se resume en el cumplimiento de las leyes, para lo cual cada uno debe saber qué dicen y si le da la gana cumplirlas o no. Por ejemplo, el cartelito del vendedor de pisos en Cataluña, el bueno de Nevot; él sabe que la ley dice que hay que rotular todo, por lo menos en catalán, las otras lenguas las puede elegir a su antojo. Si no lo hace sabe que incumple la ley, una ley aprobada por los números parlamentarios. Si cree que es una ley injusta, que la recurra, que busque los apoyos necesarios para recurrirla; pero no puede hacerse la víctima y decir que sabía nada. Seguro que él y los que piensan como él usan servicios en los que no le atienden en castellano, que sólo rotulan en catalán, seguro que él es tolerante y no le corresponden. Amigo, tiene un problema con los nacionalistas. Otro caso distinto, ahora en la Comunidad Autónoma vasca. Siguen comprobando que el informe PISA sigue dando que hablar y que en los debates se arrojaron números a la cara los dos candidatos. A los quinceañeros se les pasaron unas pruebas para ver cómo iban en matemáticas, lenguas y esas cosas, pero si hurgamos un poco en las estadísticas comprobamos que el 86,4 % de alumnado evaluado estaba escolarizado en castellano y, por lo tanto, el 13,6% en euskera (frente al 15% del 2003). Los buenos o malos resultados han de adjudicársele a los que hicieron las pruebas, del resto no sabemos y, por lo tanto, no contestamos. Pero sí podemos extraer una buena disyuntiva o hay muy pocos alumnos escolarizados en euskera o no quieren que se sepa qué resultados obtienen. Seguramente sería labor de la Alta Inspección Educativa del MEC, pero por aquellas latitudes hace muchos quinquenios que no se le ve el pelo, con ninguno de los dos gobiernos, es territorio hostil, que se lo digan a Isaías. Sigo hacia el Oeste hasta llegar a casa y me encuentro con la movidilla montada por la derecha a favor de la libre elección de la lengua en la escuela, del bilingüismo armónico y no sé qué más. Movidilla pronto escindida en dos -dicen las malas lenguas que la financiación fue la causa- que sólo sirvió para que los radicales del nacionalismo tuviesen una buena coartada para montar bulla. Seamos serios, no me puede venir a montar bronca la derecha gallega, a estas alturas, cerca del 25 aniversario de la improductiva Ley de Normalización Lingüística que elaboró ella misma, que dotó presupestariamente a todo lujo, que sirvió para promocionar a todo supuesto titiritero -como le gusta llamarlos ahora- , mantenerlo gratis total y llenar las bibliotecas de colegios e institutos de material impreso que nadie compraría de saldo en ninguna librería. No entiendo semejante alboroto, si quieren guerra lingüística que la declaren abiertamente y se autodenuncien como padres de la ley, si están arrepentidos que lo digan; hasta ahora la cosa no iba tan mal, el personal va trampeando sin mayores problemas, cada uno rotula como quiere, los profesores hablan con sus alumnos como quieren y viceversa, cumpliendo la ley o no. Los rituales se cumplen, los traductores informáticos cada vez son más perfectos. Habíamos llegado a esa especia de paz virtual hipócrita del laissez faire, laissez passer. www.lafelizgobernacion.blogspot.com

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