10 abril 2007

Más vigilancia

Hace días que no les hablo de política lingüística y hay quien lo echa de menos. Repasemos lo que los pensadores de la cosa esta de las lenguas nos están preparando, una pequeña vuelta por el País Vasco y sus próximas novedades puede ser aleccionador. Recordemos que la escuela allí lleva veinticinco años con un triple sistema: los centros tipo A sólo tienen el vasco como asignatura, el resto en castellano; los del tipo B más o menos el mismo tiempo en cada lengua y los del tipo D -no hay en vasco letra C- sólo tienen castellano como asignatura. Después de todo, los sociolingüístas de cabecera se dan cuenta de que el 80% de la población sigue teniendo el castellano como lengua de uso, con lo cual están tocando el violón, además comprueban que los centros tipo A, sólo en castellano, tienen mucho éxito en la privada, yo no digo nada. Como el sistema no se ve que favorezca los intereses de la minoría nacionalista en el gobierno desde hace décadas, la solución no podría ser otra que cambiar la norma e introducir instrumentos que fuercen más la máquina para que los retoños salgan más euskaldunes que cuando entraron; dicen que envidian a los catalanes, pero no me lo creo. Los catalanes están convencidos de que forzaron la victoria en las aulas, pero perdieron la batalla de las calles. Si lo que quieren es lengua de culto y ritual, van por el buen camino, si lo que buscan es lengua de uso, se estrellarán contra la propia realidad, como hasta ahora. Por aquí ya saben que las cosas pintan de otro modo, el problema no es el uso del gallego, lengua materna de uso oral cotidiano de más del 50% de la población, sino de la extensión de su uso y su imposición a los que no la tiene como lengua vehicular. Los nacionalistas de por aquí tienen este problema: los gallegohablantes de toda la vida votan a la derecha española de toda la vida y muchos votantes nacionalistas son castellanohablantes en público y en la intimidad; por lo tanto no pueden ser radicales ni quedarse quietos, han de ser imaginativos. Lo último, lo más innovador es el kit para embarazadas, que incluye el CD con nanas en gallego y un libro con nombres para ir al registro civil e inscribir en gallego a la criatura. Digo yo que pueden faltar más cosas, la primera que se me ocurre es un pequeño vocabulario de tacos y maldiciones en gallego para cuando el retoño no pare de llorar, no se deje alimentar...¿en qué lengua se descarga la adrenalina? Tampoco vendría mal un buen traductor simultáneo para que la madre no gallegohablante o con pareja portadora de tal mal no contaminen al pequeño indefenso. Además, no me explico qué ni cómo harán aquellos padres que no entiendan el significado de las palabras usadas en las nanas del CD en cuestión, bien pensado siempre pueden añadirle un cuadernillo subtitulado y bilingüe. Pero con todo, lo que más debe preocupar a los genios del tal parto es la contaminación recibida antes del parto, porque los bebés lo escuchan todo y lo aprenden todo, incluso antes de nacer y las madres son muy descuidadas y hablan con cualquiera, en cualquier lengua, habrá que vigilar eso también...

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