14 agosto 2018

Julio Camba, breve novelista breve


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Si a estas alturas gozan de tiempo libre -voluntaria o forzosamente- y ya saben que la señora Gómez ha encontrado nuevo trabajo, que el gobierno va a medio gas, que Casado y Rivera andan a la greña para ver quién la dice más grande, si quieren huir de la repetición constante de los mismos ripios, les propongo una salida que pasa por la lectura de Julio Camba. Disculpen que insista, puesto que hace meses lo recordaba también en este folio, La risa de conejo (LA OPINIÓN 24-10-2017)
Camba es siempre recordado por sus crónicas de viajes y por su periodismo autor de crónicas tocadas de un aire literario pero ligero; de sus principios anarquistas a los últimos años, vividos en una suite del Palace como el periodista mejor pagado del momento, también responde al perfil de personaje algo bohemio y excéntrico, pero dentro de un orden y muy alejado del prototipo de autor maldito. Es, por lo tanto, fiel representante del escritor de oficio, de pluma suelta y ágil, capaz de escribir con igual facilidad de cualquier cosa.
Por esa razón, aquellos que no se sientan atraídos por los éxitos literarios actuales de vocación playera y tengan intención de leer algo lejano, pero muy atractivo, les sugiero recuperar dos obras breves de este autor, una novela corta, El matrimonio de Restrepo y otra de marcado carácter autobiográfico, El destierro. Ahí se acaban sus breves andanzas como autor de novela breve.

El destierro es su última contribución literaria al anarquismo, las verosímiles memorias de su etapa en la acracia bonaerense que destilan un grato semblante de sus aventuras, un cariño evidente a los anarquistas porteños y un recuerdo cálido del carácter cosmopolita de aquella ciudad, donde se habían refugiado muchos ácratas perseguidos en Europa. Por su novela desfilan personajes con los que tuvo contacto, intelectuales como Pietro Gori, combatientes como su paisano Troitiño; sin olvidarse de otros más pintorescos, como los entrañables Orsini Bertani y Oreste Ristori. Pero entre todos, destaca Félix Basterra, introductor en los ambientes de la bohemia bonaerense, compañero de osadas correrías, gran amigo y referente literario para aquel muchacho, de diecisiete años, que hasta su llegada al gran Buenos Aires no había visto otra cosa que ambientes literarios provincianos. El matrimonio de Restrepo no ha pasado a la historia como novela, le falta cohesión y se desarrolla a trompicones, como si Camba la hubiera ido improvisando sin prestarle mucha atención. Pese a todo, la cantidad de digresiones que la jalonan, tomadas una por una llegan a resultar muy atrayentes, como sucede con la descripción del burdel donde cotidianamente se distrae el protagonista. Y aunque no funcione como novela, esta burla feroz de cierto tipo de literatura divierte con su tesis, que puede resumirse en esta lapidaria frase del narrador: "Una vez en posesión del estilo adecuado, lo mismo que la psicología de una chica se puede hacer la de un paraguas".

07 agosto 2018

Nichos de dólares


https://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/08/07/nichos-dolares/1317009.html

"Nosotros somos América. / Somos los que rellenan ataúdes. / Somos los tenderos de la muerte. / Los envolvemos como si fuesen coliflores".
(Los Bombarderos. Anne Sexton ).
Me han regalado un billete de dólar, con toda la iconografía de la prosperidad económica, al tiempo que me recuerdan las brechas que causa el billete. Me recreo en la pirámide de la antigua sabiduría y de las sociedades secretas en la que esta se refugió, el símbolo de la construcción para llegar a las alturas desde donde todo se divisa mejor. El águila de poder y conquista que muestran 32 y 33 plumas de los grados del rito masónico, junto al pergamino E pluribus unum ( De muchos, uno).
También este billete me ha recordado a Miguel Espinosa y sus Reflexiones sobre Norteamérica ( Revista de Occidente, 1957), donde sorprende que con solo 30 años no se conforme con los tópicos, prejuicios y clichés: un pueblo sin historia, inculto ignorante de cuanto existe allende sus fronteras, autocomplaciente, sino que con gran claridad analice, ya con ese anticipado estilo clásico, mediterráneo, cervantino y barroco español, al tiempo que se ahonda en una apuesta ética insobornable sustentada en el aliento especulativo, de Platón a Hegel pasando por Spinoza y la Ilustración, sin caer en ingenuidades, siendo amigo de la verdad.
Parte de la intrahistoria de la impronta puritano-cuáquera, la sociedad individualista, hasta la Declaración de Independencia de Thomas Jefferson, la libertad, la igualdad y la felicidad, sus más altos valores. Ahí recibe Norteamérica, encabezada por el embajador en París durante la toma de la Bastilla la herencia ilustrada, que se manifestará ya en el poder central, con Lincoln en la Conquista del Sur, como Espinosa prefiere. En esta renovada situación, Estados Unidos tiene "en los negocios su negocio", una imparable vocación de apertura al exterior, en Latinoamérica, Alaska, Texas, Oregón o California.
Serán el crack el año 29 y Europa abocada hacia una guerra de inusitadas dimensiones, el punto crítico que producirá una nueva revisión en los fundamentos de la nación. El populista F. D. Roosevelt remueve la tumba de Montesquieu. Espinosa expone el poder central que se fortalece en detrimento de los propios individuos, lo que significan hoy los Estados Unidos, la hipertrofia redentora universal, inseparable de una ordalía medieval. Nada más distante de los primitivos padres de la patria que jamás se hubieran avenido a la aberración de mantener el poder menoscabando la libertad y faltando a los más elementales principios del derecho. Quizá ya lo haya dicho Bob Dylan en Things have changed:
Standing on the gallows with my head in a noose / Any minute now I'm expecting all hell to break loose".
"De pie en el patíbulo con mi cabeza en una soga / En cualquier momento estoy esperando que todo el infierno se desate".

La política de Estados Unidos ha pasado a tener los nichos de los dólares que el Pentágono administra hoy con una rentabilidad inaudita a lo largo y ancho de Infrahistorias, Historias Naturales y Universales.

31 julio 2018

La lujuria imaginada


https://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/07/31/lujuria-imaginada/1314894.html


He tratado de olvidar el debate abierto, otra vez, por Juan Antonio Reig Plà, obispo de Alcalá de Henares, ya famoso por crear las brigadas callejeras en favor de la virginidad; pero la bilis no se ha contenido ante el nuevo servicio a las personas con supuesta adicción al sexo. Se trata de Sexólicos Anónimos, una comunidad para liberarse de la lujuria y alcanzar la sobriedad sexual; dejamos de lado el delirante uso del idioma para fundar su comunidad, relacionándola con el alcohol y no con la cocaína, por ejemplo. Él sabrá.
La pregunta que surge al más inocente es qué experiencia tiene el sujeto en cuestión sobre las actividades que combate, literalmente, "la pornografía, la masturbación, la promiscuidad, el romanticismo, la prostitución, las fantasías o las relaciones de pareja". Un programa que te asegura recuperar el sano juicio, incluso si tu lujuria llega a ser un problema delictivo de pornografía infantil que puede ser tratado "con cierta precaución", es decir, encubriendo la pederastia. Garantiza curación -para que luego vengan con pseudociencias- desde púlpito y confesionario, allí se cura todo sin acupuntura, sin látex ni química; los dioses y sus chamanes terrícolas se encargan de todo.
Una vez tratadas de asimilar esas opiniones pregúntense qué tendrán entre ceja y ceja el monseñor y sus acólitos; la respuesta es rauda, se inspiran en El Jardín de las delicias, obra del El Bosco que cautivó la mirada de Felipe II, cuando escrutaba los placeres terrenales de la tabla central, obviando los míticos orígenes paradisíacos o las amenazas infernales que esperaban a pecadores en las otras dos tablas del tríptico.
El autor aún tenía en la memoria la demoníaca peste del XIV, el fin del mundo pronosticado para el 1500 y un siglo XVI pesimista y moralizante, un tiempo de profunda crisis que acabaría en Reforma y Contrarreforma, una sociedad confundida y desorientada; allí encontramos un mundo expresivo difícil de comprender, un erotismo explícito que quizá quisiese condenar ciertas conductas, que el autor del encargo deseaba enseñar mediante alegorías. Por ejemplo en la tabla derecha, esa criatura con cabeza de pájaro y sombrero en forma de olla de cocción que se come a las víctimas humanas, luego las defeca para caer en un pozo de excrementos o la figura en el punto central del infierno, esa cara que aparece bajo un plato que contiene una gaita bajo el cual se interpreta el autorretrato de El Bosco.

Pobres clérigos que siguen buscando pecados en la naturaleza humana y disculpando delitos pederastas y bienaventurados surrealistas que se dejaron influir con estas imágenes para seguir creando.

24 julio 2018

Ojalá Leonardo Sciascia siguiese hablando de las mafias


https://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/07/24/ojala-leonardo-sciascia-siguiese-hablando/1312943.html

Me gustaría saber qué escribiría Sciascia de la Italia de hoy, pero se nos fue pronto (1989), a los 68 años. En Sicilia, su isla bella y severa, ajena al progreso, martirizada por la historia borbónica y la mafia, despreciada por el mundo. Sería impagable que aquella voz que se enfrentó, no solo a la mafia, sino a todos los beneficiados directa o indirectamente de ella, fuese oída hoy por el gobierno de Conte, Salvini, Luigi di Maio y demás calaña.
Frente a intelectuales cortesanos, conformistas, su vida la dedicó a estar en la oposición. La democracia, sostenía, no es impotente para combatir la injusticia. Confiaba en el instrumento que la tiranía no tiene, el derecho, aunque fue siempre escéptico con el estado italiano infiltrado de capos y purpurados.
Pero, aunque la mafia fue el eje de sus preocupaciones italianas, hoy estarían superadas en la mar de Sicilia, incluso el asesinato de Aldo Moro y las connivencias que deshicieron el sistema político italiano con curas pululando mudos ante la desgracia, como suele ocurrir en sus relatos; la corrupción y el asesinato ocurren en el corazón mismo de la elite católica. La sicilianización de la que hablaba, hoy sería la globalización del crimen de estado protegiendo fronteras, una metáfora del mundo moderno, una pérdida progresiva del valor de las ideas.
Sciascia fue una de las conciencias más sólidas de Italia, se suicidó socialmente el 10 de enero de 1987 cuando se empeñó en publicar en el Corriere della Sera un ríspido artículo contra lo políticamente correcto, contra lo inmutable, contra la verdad absoluta de la historia o la de los dioses. En Los profesionales de la antimafia, acusó a los más venerados del momento, Orlando -alcalde de Palermo- y Borsellino -magistrado asesinado por la mafia- de utilizar una causa noble en beneficio de sus carreras.

El mundo se le echó encima, la primera víctima de la guerra es la verdad. Algo similar ocurre, no solo en Italia, con las emergencias humanitarias. La duda no debe ofender. El fanatismo, sí. Han pasado muchos años. La barbarie sigue próspera. Y su verdad incómoda se ha visto refrendada por el tiempo y por el propio capo Totto Riina aportando datos sobre aquel cónclave en Milán donde políticos y hombres de negocios planificaron los necesarios asesinatos; entre ellos el que partía el bacalao era el incombustible Silvio Berlusconi. Este ejemplar sigue a lo suyo, aunque no gobierne oficialmente. Sciascia tendría que seguir contándonoslo todo, porque ahora nos dicen que hay otras mafias en el Mediterráneo, seguro que para él serían las mismas, las que matan a las dos orillas. No sabemos, aunque sospechamos, qué opina Pablo Casado.

18 julio 2018

Pasar a limpio la Lomce


https://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/07/17/pasar-limpio-lomce/1310758.html


La expresión pasar a limpio no es frecuente en el lenguaje juvenil, significaba algo así como presentar los deberes, una redacción, un dictado, una lámina de dibujo y otras tareas escolares similares sin tachaduras, borrones de tinta, faltas de ortografía sin corregir y demás delitos académicos. Aceptabas la norma o ya sabías lo que te podría ocurrir, tanto en la escuela como en casa. Esa vieja costumbre sigue vigente en algunos casos; pero ya no es imprescindible, afortunadamente, porque las labores repetitivas sin objetivo claro ya son inútiles, la escuela comprensiva y cooperativa, a fin de cuentas la vieja mayéutica, se abre paso de nuevo en las aulas.
El nuevo gobierno tendría como deber primordial derogar la Ley Wert; pero el horno no está para bollos; hay mucha derecha, también la nacionalista que sigue oponiéndose al inalcanzable pacto educativo y mucha supuesta izquierda que no se apea del programa electoral. Asimismo la postura de la jerarquía eclesiástica sigue siendo cerril, poco o nada ajustada al siglo.
El papelón de la ministra Celaá es complicado, no es posible derogar lo que hay y sustituirlo por algo inexistente, tampoco ella puede hacer borrón y cuenta nueva con la Lomce; le faltan muchos votos para darle la vuelta al calcetín y le falta tiempo para proponer un amplio acuerdo. Es evidente que no puede más que corregir las faltas de ortografía, los tachones, los borrones y pasarla a limpio , es decir derogar lo más escandaloso e ir echando disolvente y suavizante en la comunidad educativa para que las reformas que son urgentes se lleven a cabo sin mayor crispación. Algo ha anunciado la pasada semana y los cuchillos afilados de la curia ya la han obligado a calzarse la armadura frente a la caverna.
La verdad es que ha sido bastante moderada, seguirán las religiones en las escuelas sin asignatura espejo, aunque no se valore su nota en el futuro académico del alumnado, más prudencia no se puede pedir. Ha anunciado la restauración de la educación cívica, de los derechos humanos, en las aulas ¿quién se puede oponer?
También ha dejado claras las diferencias entre la red pública y la concertada, sin eufemismos; el estado, por lo tanto las comunidades autónomas, son responsables de proporcionar la oferta educativa equitativa y de calidad. Las redes privadas y concertadas tienen su rol subsidiario en el artículo 27 de la Constitución.

Hay un primer gran problema, casi endémico, la mayor parte del menudeo de las competencias educativas están transferidas a las comunidades autónomas. La prudente ministra no ha metido el dedo en la llaga; pero habrá de hacerlo, la Alta Inspección Educativa del Estado en cada una de las comunidades ha sido siempre una figura decorativa para firmar papeleos y convalidaciones. A ver si se puede cambiar algo. Falta mucho detalle en el comentario, en el próximo folio hablaremos más.

10 julio 2018

'La peste' y el fascismo


https://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/07/10/peste-fascismo/1308693.html

¿Qué historia es esa de las ratas?
-No sé, es cosa muy curiosa. Ya pasará.
'La peste', de Albert Camus
La peste (1947) es la novela del Nobel de literatura francés Albert Camus que debería ser releída por cualquiera que quiera entender el eterno retorno del fascismo, ese bacilo -decía Camus- que nunca muere ni desaparece para siempre, y que permanece agazapado para regresar y destruir la democracia desde dentro.
Años antes, otro Nobel, Thomas Mann, fue testigo del ascenso de Hitler y de cómo el movimiento fascista se hacía con el poder en Europa. Había visto desvanecerse el espíritu de la democracia en una sociedad de masas en la que los demagogos eran aplaudidos por su política del resentimiento, de incitación a la ira y al temor, a la xenofobia, de necesidad de chivos expiatorios, y de odio al pensamiento libre.
El nuevo líder fascista se está presentando como el antipolítico, el fuerte, capaz de curar a la sociedad de todos sus males; conocedor de su propia mentira, fabrica consignas para engatusar a sus partidarios con la falsa promesa de un retorno a un pasado inexistente, inventando enemigos, explotando sus temores; es decir, perpetrando propaganda a su favor.
Presenta su desinterés por el resto del mundo como una suerte de brillante estrategia encaminada a hacer que su país sea grande de nuevo, apoyándose en el nacionalismo.
Esta política mentirosa la anunciaba Thomas Mann en Los Ángeles (1940) cuando decía: "si alguna vez llega el fascismo al poder en EEUU, lo hará en nombre de la libertad" , despreciando la libertad de prensa y convirtiendo en sospechoso a todo aquel que no comparta sus lealtades incondicionales.
Y sin embargo, la mayor parte de los medios de comunicación, los expertos, los académicos y los políticos permanecen en un estado de negación. La "palabra que empieza por efe" (fascismo) seguirá siendo el gran tabú, y tratan de evitarla, solo hay eufemismos y neologismos como putinismo, trumpocracia, que ocultan las conexiones históricas con la actualidad. Esta lista en el mundo libre se agranda, Estados Unidos, Hungría, Polonia, Austria, Italia ... con el fascismo en auge, han de salir de la trampa, todavía hay hueco para evitar el retorno. Thomas Mann nos daba pistas importantes al sostener que sin educación no hay democracia, el humanismo ha de ser contracultura; la dignidad, un derecho; pero no solo hasta los 18 años, la educación es un largo esfuerzo práctico y continuado, quizá un instinto inmortal que mantenga nuestros sentidos alerta al diálogo abierto y honesto, civilizado.

Acaba este folio, también, con el Camus que encabeza: Nuestros conciudadanos, a este respecto, eran como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; no creían en las plagas. La plaga (...) es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar.

03 julio 2018

La eutanasia mediterránea


https://www.laopinioncoruna.es/opinion/2018/07/03/eutanasia-mediterranea/1306674.html?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=autonewsletter&utm_content=Titulares%20de%20d%C3%ADa


Volvemos a las andadas parlamentarias con el debate de la eutanasia, de la muerte digna, de los cuidados paliativos y sedativos, de la objeción de conciencia de los médicos, del comercio del chute final por internet, de los viajes a Centroeuropa para poder conseguir lo que deseas.
Entiendo que el derecho y la medicina me cuiden mientras yo quiera, son dos miradas que hay que tener en cuenta; pero sin que sus titulares se eleven al pedestal del orgullo, si ambas instituciones quieren velar por mi bienestar, mi deseo de vivir o de no vivir, pueden preguntármelo o puedo dejarlo claramente escrito; si no es así, no tienen ningún derecho a inmiscuirse en mi desenlace. A fin de cuentas, siempre ha sido fácil, siempre ha existido el derecho a colgarse de la viga o a tirarse a la vía del tren y ahí los jueces y los médicos a lo único que han tenido derecho es a certificar que se ha encontrado un cadáver.
Además no hay que recurrir a eutanasias tan violentas ni tan drásticas, hay quien se la va haciendo poco a poco, hasta que cualquier víscera le revienta, ¿es o no es eutanasia? Por supuesto que el que ha elegido ese camino sabe lo que le espera tras una larga tortura, inútil a todas luces.
A ver si de una vez nos aclaramos, vida digna es la que todos intentamos conseguir y muerte digna es a la que tenemos derecho. La primera podemos alcanzarla o no; la segunda está en nuestra mano, nos ampare el derecho, nos ayude la medicina o tengamos que buscarnos la salida por cualquier otro medio. Por favor, legisladores y legisladoras ténganlo en cuenta, no se pueden poner puertas al campo; pueden salvar sus conciencias torturándome, ¿para qué?
Hasta ahora ven que solo he hablado de juristas y médicos, porque no consiento que ningún clérigo, de ninguna secta, gobierne mi vida ni mi muerte. Los que estén apuntados a cada una de ellas que apanden con las consecuencias; en esta sociedad occidental, culta y civilizada tienen información suficiente para hacer con su cuerpo lo que quieran.

Cabal es que la eutanasia exija una legislación bien pensada, pero Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Suiza ya ofrecen abundante práctica y por supuesto la experiencia de muchos años y allí han acudido miles de personas con posibles para hacerlo. ¿Cuándo podremos morirnos cómo y cuándo nos dé la gana? ¿Prefieren los defensores de la libertad del PP y Ciudadanos que el corte de las venas o saltar desde un puente sea la solución? Por lo visto sí, parece que la eutanasia de los inmigrantes sirios y subsaharianos es lo que les mola, que se vayan ahogando de cien en cien, poco a poco, en esos trasatlánticos de plexiglas con motor de juja en los que se echan al mar sin intención, pero con certeza de riesgo de eutanasia.