25 septiembre 2012

¿Reválida a los 8 años?

Disculpen los que sufrieron este folio durante agosto pasado en el que procuré desgranar las virtudes del la reforma de Wert llegando a conclusiones veraces que la recluían en el colmo de lo retrógrado, en la postura más opuesta a las imperiosas necesidades del sistema de encontrar remedios al abandono prematuro y al fracaso del sistema. 

Hete aquí que todas las valoraciones hechas sobre borradores se ven superadas por el texto, ya real, del anteproyecto presentado al consejo de ministros. 

Creo que ignora la realidad que quiere cambiar, este señor legisla para la España de su infancia en la que hacíamos el ingreso al Bachillerato ante el tribunal con los dos profesores de ciencias y letras y el cura del catecismo, antes de entrar en 1º a estudiar las comarcas de todas las provincias españolas, actividad muy beneficiosa para quien preparase 12 años más tarde oposiciones a notario, pero inútil para la mayoría que siguen sin saber orientarse con un plano. 

Este señor ignora que los profesores saben algo o mucho de psicología evolutiva, de las diferentes fases de maduración de un chaval. Después de que sus alumnos hubiesen pasado tres años en Educación Infantil, un maestro de Primaria sabe perfectamente qué alumnos se soltarán a leer a la vuelta de vacaciones de Navidad y cuáles no, seguramente por haber nacido en noviembre o diciembre, frente a los de enero o febrero. Sin magia ni reválidas ni evaluaciones externas... 

Recuerdo algún viejo maestro que cuando llegaron a la escuela novedades como la evaluación continua, es decir, la basada en observación y valoración constante de los progresos del alumno o de sus retrasos, se lo tomó como que tenía que hacer examen día sí y día también, sin avisar. Pues lo del ministro viene siendo algo parecido, una de las novedades que nos trae el nuevo texto es la de una especie de reválida a los niños de 8 años para ver si alcanzan los correctos niveles de lectoescritura y de operaciones aritméticas. Es algo tan rancio, carca e inútil que no resiste un mínimo de rigor técnico desde el punto de vista didáctico. 

Pero sostiene algo peor, detrás de este razonamiento está la desconfianza en el profesor, de verdad cree el ministro que la inmensa mayoría de los maestros y maestras del país son tan inútiles que después de pasar cuatro o cinco horas diarias con el mismo grupo de alumnos no saben de sobra el nivel académico de cada uno de ellos sin necesidad de pasarlos por los rayos X, sin necesidad alguna de examen preparado y corregido por alguien ajeno al aula de la que hablemos. De verdad cree que es preciso amenazar a los niños y las niñas con el ogro de lo desconocido, con la inseguridad de si sabré o no sabré lo que me preguntarán. 

De verdad cree el ministro que se refuerza la valoración del trabajo docente, el prestigio social, el respeto que dice defender cuando se pone en duda que el profesional que atiende a esas criaturas puede no saber evaluar su trabajo. 

Si de verdad pensase en mejorar la calidad de la enseñanza no escatimaría la presencia de personal cualificado en los centros para atender los casos más graves, con tiempo suficiente para atender a los alumnos, que sí se conocen antes de los 8 años, que precisan atención personalizada y especializada, pero eso ya es asignar recursos para la calidad, es más barato examinar.http://www.laopinioncoruna.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2012092500_5_648855__Opinion-Revalida

18 septiembre 2012

Manifestaciones, también efecto de la crisis

http://www.laopinioncoruna.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2012091800_5_646554__Opinion-Manifestaciones-tambien-efecto-crisis


11-S y 15-S. La primera es la tradicional reivindicación del nacionalismo catalán renacido desde Prat de la Riva, un movimiento siempre incómodo para el nacionalismo español más rancio. 

En ocasiones fueron parte de la larva, fueron punta de lanza de la que renació la democracia en España, la que fue abriendo caminos para que el resto, a su rebufo, hace 50 años considerasen a la histórica Asamblea de Catalunya como la organización unitaria que agruparía desde la abadía de Montserrat a todos los demócratas españoles que constituirían después juntas, convergencias, platajuntas... toda suerte de entes unitarios que adoptaron aquel mascarón de proa que fue: libertad, amnistía y estatuto de autonomía, trípode que sostuvo las ansias de democracia hasta el período constituyente 77-78 y su desarrollo posterior de vaivenes y tropiezos. 

Ya se decía entonces que Cataluña estaba gobernada desde hacía 150 años por las mismas 300 familias, una oligarquía que había ido acumulando patrimonio mediante parentescos con un único fin, gestionar el nacionalismo catalán. Y así lo han ido haciendo con rostros públicos de casi todos los partidos, con rostros relativamente ocultos como los diferentes Meillet, fueron utilizando el Palau, buscar la ópera wagneriana catalana, cuidar los orfeones, la arquitectura bajo la batuta de Güell... múltiples formas de financiación que hace poco han estallado en los medios salpicando la legitimidad de las finanzas de muchos ilustres apellidos de esas 300 familias. 

Esas mismas que han conseguido sacar a la calle al millón de personas el día 11. ¿Es lógico y posible que tal cantidad de masa humana tenga los mismos intereses objetivos? Servidor, que no es nacionalista, evidentemente lo niega. Y no porque reniegue de las independencias y demás gaitas allí demandadas, sino porque el nexo unificador era un cabreo con la crisis en la que se buscaron culpables, como siempre, fuera de las fronteras virtuales. Es decir, se le está diciendo al que tiene vecindad administrativa en Cataluña: te están robando los impuestos y por lo tanto tú vivirías mejor y yo no tendría que recortarte servicios si fuéramos independientes. Evidentemente tal argumento es muy fácil de creer si estás muy agobiado, es lo que todos los fascismos usan en época de crisis, la culpa es del extranjero que nos quita el trabajo y nos chupa la sangre de la seguridad social. Pero, claro, lo de la viabilidad del nuevo estado en Europa no se lo creen ni ellos, les llega con que haya pacto fiscal, a la vasca; yo me quedo con todos los impuestos y si me sobra algo se lo doy al gobierno de España para los servicios que compartimos, como llenar de combustible los tanques que ese coronel iluminado quiere para invadir Cataluña. Ya ven el caso que le han hecho al bueno del señor, no sé si lo han jubilado, si no lo han hecho, háganlo ya, simplemente por higiene. 

La del día 15 tuvo otro tono, la Cumbre Social que la convocó, tiene reminiscencias de la transición, es el quejido ciudadano que no comprende qué le hacen y por qué se lo hacen, que no comprende la ley del embudo. Es el paso previo a la desesperación, por lo tanto, del estallido. Todas las ollas a presión tienen un par de sistemas de seguridad, de válvulas de escape y a la olla de esta crisis le están tapando las dos, están recortando las prestaciones de subsistencia de forma irracional -ojo que a las pensiones se les mete mano después de votar en Galicia y País Vasco- y otra es hacer desaparecer a los sindicatos, dique o canalizador de muchos problemas.

11 septiembre 2012

Despellejar y lapidar

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Hemos confundido la libertad con la tecnología,
que es un mecanismo que puede dominar cualquier idiota
JM Guelbenzu

¿No se acuerdan de ver por las casas aquellas fotos rancias en las que el señor aparecía con un uniforme, cual botones u ordenanza, y la dama emperifollada? No preguntabas de qué película muda habían sido protagonistas, por cortesía, y al final acababas sabiendo que aquel uniforme era de la guerra de Cuba y no del que ayuda con las maletas en los hoteles. Las imágenes juegan malas pasadas y disfrutabas cotilleando.




Enseñar los álbumes de fotos fue siempre tradición de las visitas, revelar carretes era caro, allí se pegaba todo, hasta aquella foto con el gracioso poniendo los cuernos, o la otra en la que se pilla a aquel señor del que nadie se acuerda asaeteando con la mirada un escote que no es de su libro de familia. La tortura de las diapositivas de los viajes fue breve y allí la censura era bastante fácil, pero siempre salías haciéndoles un traje a los anfitriones sobre su mal gusto o el cutrerío de la mostra.



Con el super-8 y el video doméstico pudieron verse escenas, planos-secuencia en las que se colaron indiscreciones que nadie quiso recordar.



Llegó el apagón analógico para dar paso al mundo digital al alcance de la mayoría, de precios asequibles, de calidad para todos los bolsillos y, sobre todo, tan portátil como que se lleva en el teléfono y de tan fácil distribución con el botoncito de internet.



La tecnología parece que nos hace más libres, pero también más vulnerables, aquellas sobremesas eran los facebook y demás hierbas de hoy. Un amigo de la adolescencia tiene una foto mía en pijama y aún no me la ha devuelto, qué vergüenza si la enseña por ahí adelante. El equilibrio entre la libertad y el sigilo, entre el derecho a la información y la protección de los datos personales es imprescindible desde mucho antes de 1984 y desde que la tele airee descoques poligoneros.



Seguramente fue el Watergate el primero que nos despertó alertas sobre los peligros, el affaire de Clinton nos los confirmó y Wikileaks puso la guinda. De todas formas los seguidores de las series americanas en las que los personajes son agentes de cualquier sopa de letras al servicio del presidente siempre sospechamos que la realidad supera a la ficción.



La buena señora concejala de ese pueblo de Toledo que apareció estos días en el mapa informativo es responsable de todos sus actos, pero tiene un problema: no es un señor concejal, si lo fuese lo sacarían a hombros. En segundo lugar, ningún mortal es dueño de los actos de esta señora, estén estos grabados en un teléfono o robados a escondidas y lo que es más grave, si esta señora no hubiese sido elegida por sus vecinos y fuese simplemente la vecina del 4ºb de su bloque, hubiese pasado desapercibida y no se transformaría en razón de Estado para que todo blas se sienta con derecho a opinar sobre su obligación de dimitir o no de su concejalía. Somos una pandilla de fariseos en un país de porteras y se nos van las energías en saber quién podría ser el destinatario del posado y si transcurren los hechos dentro de la legitimidad del matrimonio canónico o merecen el infierno. Está claro que hay lapidación, no la mataron a pedradas como los vecinos del sur, pero las cicatrices serán injustas y perennes.







05 septiembre 2012

Mujeres y jóvenes

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A una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre
PÍO BAROJA


Aunque no hayas perdido el contacto con la realidad durante este agitado mes de agosto, estos últimos días puedes echar un ojo a la información suministrada por todos los medios y en esa retrospectiva puedes hallar nuevas que te dejen más pasmado de lo que te encuentras habitualmente. Porque fue un mes de novedades, de golpes legislativos, de perlas cultivadas de valor incalculable como las de Wert y sus corifeos pontificando sobre niños y niñas y su adiestramiento cara al futuro que les espera, a ellas bien estudiadas, ser madres y amas de casa y a ellos, que saben matemáticas, a dirigir el cotarro. Insisto en lo del adiestramiento, no hablo de educación.
Es que además llegué a leer, con repetido pasmo, a desocupados mentales que vuelven a la carga con el discurso rancio de que ellas a lo suyo; qué es eso de trabajar y, mucho menos, qué va a ser eso de que aumenten las listas de paro con nombres femeninos, de señoritas que no han encontrado marido que las proteja en matrimonio y las prive de realizarse como solo se realizan las mujeres de verdad, según el cada vez más irresponsable Gallardón, como madres, quieran o no.
Es tal el grado de humillación que pretenden infligir que pierden la propia dignidad las propias mujeres del gobierno que han de oír sin pestañear que abortar no es su derecho. No he oído defender posturas como la del senador norteamericano que en plena campaña republicana habló de la violación legítima, pero tampoco vi que las campanas tocaran a rebato para mandar a ese sujeto a las cloacas de las que nunca debió haber salido.
Particular mención quiero hacer del pasmo que me produjo ver a esa troika femenina y gubernamental: la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y las ministras Ana Pastor y Fátima Báñez, en una comparecencia feliz y sonriente para anunciar algo sobre los 400 euros de marras. ¿De qué se ríen? ¿Tanta gracia tiene anunciar que despoja de la ayuda a miles de trabajadores y trabajadoras? ¿Se están acordando de Andea Fabra y su que se jodan? Parece mentira que estuvieran anunciando que la mísera ayuda de supervivencia se le va a recortar a, sobre todo, mujeres y jóvenes, que el nuevo plan que acababan de perpetrar en el consejo de ministros -ya dudo si habrá que llamarle akelarre de los viernes- había parido nuevas condiciones para el acceso a la limosna, a la beneficencia. Todos los que tengan quien les dé de comer que se abstengan de tratar de ejercer ningún derecho, las mujeres con pareja -aquí ya no se ponen escrupulosos con lo del matrimonio, les vale la pareja de hecho- que las alimente, ya se pueden disponer a las labores propias de su sexo y condición o a integrarse en la economía sumergida del textil o del trabajo doméstico, aunque su sacrificio les haya servido para ir con la cabeza alta por ser auxiliar administrativa o por tener un doctorado.
Los jóvenes que se hayan semiemancipado con subempleos delictivos y se encuentren sin poder pagar el alquiler ni las lentejas han de volver a la casa paterna con complejo de inútiles, aunque les rebose el sobaco de diplomas y títulos, y tener que depender de los favores del libro de familia o de la pensión de los abuelos.
Por si acaso recordemos el viejo tópico popular: "Si te engañan una vez, culpa al otro; si te engañan dos veces, cúlpate a ti mismo".


28 agosto 2012

Reforma o retroceso (y IV)

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Hemos visto estas semanas algunos de los ejes básicos del Anteproyecto de Ley para la Mejora de la Calidad Educativa y hay un par de tópicos que se repiten sin cesar y alguno de ellos basado en experiencias revisables, es cierto que hay que reducir el número de asignaturas y centrar la carga lectiva en unos contenidos mínimos y básicos, pero no se trata de recortar el currículo actual, sino de adaptarlo y que esa terminología neoconservadora de "volver a lo básico" se convierta en el criterio de clasificación que empuja al alumnado que tenga "situación socioeconómica desfavorable". 

Wert equipara así pobreza y poca capacidad para el estudio y pone al mismo nivel ambas realidades, la de tener muchas dificultades en los estudios y menor capacidad para seguir las clases, con vivir en una familia con ingresos económicos bajos. Lo cual refleja la visión que el equipo ministerial de Wert tiene. 

Otra obsesión es la de convertir la educación en una carrera constante de obstáculos y superación de pruebas y reválidas al final de cada etapa (Primaria, ESO y Bachillerato), apostando por un modelo de enseñanza basado en la presión del examen, frente a un modelo educativo más centrado en las necesidades y motivaciones del alumnado. Es lo que él entiende por "cultura del esfuerzo" y "carrera meritocrática". 

En vez de buscar estrategias y formas de motivar y entusiasmar al alumnado por el conocimiento y el aprendizaje, se concibe la educación como un camino de penitencia y sufrimiento, sembrado de pruebas y exámenes continuos, que hace revivir la "letra con sangre entra". El problema añadido es que se acaba estudiando lo que se evalúa y se centra el tiempo y los esfuerzos docentes en preparar al alumnado para resolver pruebas y exámenes en todas las etapas educativas, como ya pasa en 2º de Bachillerato de cara a la selectividad. 

Uno de los elementos más peligrosos de la nueva reforma busca someter los centros educativos a las exigencias del mercado, especialmente a la competitividad, estableciendo pruebas externas a nivel nacional, para ofrecer una clasificación de colegios según sus resultados. Con el fin de que los clientes puedan comparar y elegir aquél que más pedigrí aporte. En este mercado competitivo las escuelas se hacen más selectivas, rechazando al alumnado que presente mayores dificultades y que pueda hacer descender sus resultados y su posición en la clasificación del ranking de resultados de estas evaluaciones. Como consecuencia de lo anterior está el pago por resultados. Se trata de aplicar refuerzos e incentivos a los centros, no ya en función de las necesidades del centro y de su alumnado, sino de acuerdo con los resultados que obtienen en esas evaluaciones. En definitiva, condicionar la financiación pública a los resultados obtenidos. 

Para conseguir todo lo anterior es evidente que buscará lo que él llama "Nueva Gestión". Es decir, gestionar los centros públicos según las recetas de la empresa privada, mediante una mayor autonomía financiera que requiera de fuentes de financiación privadas ante la insuficiencia de la financiación pública. Financiación externa de patrocinadores que imponen sus logotipos y exigencias, introduciendo los intereses privados y mercantiles en la educación pública. A ello se añade la especialización de los centros para ofrecer una oferta competitiva y especializada a la clientela; así como la profesionalización de la dirección, como gerentes o directivos profesionales especializados en gestión empresarial y de recursos humanos de forma eficiente y con rentabilidad económica.

22 agosto 2012

Reforma o retroceso (III)

http://www.laopinioncoruna.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2012082100_5_638371__Opinion-Reforma-retroceso

Hablábamos la semana pasada de los itinerarios hacia la FP, trataremos hoy de clarificar qué FP es esa del modelo alemán que se promete como bálsamo de Fierabrás, pero no se da cuenta de que nos costó mucho trabajo y dinero, europeo por cierto, para llegar a tener los subsistemas de formación reglada, formación para el empleo y formación continua, todas por supuesto susceptibles de mejora, sobre todo en los aspectos prácticos, que tendría que proporcionar el tejido empresarial español, si no viviésemos en un país de tenderos especuladores en vez de empresarios.
Pues bien, veamos antes unos números: en Alemania se invierte al año por alumno aproximadamente 18.000 euros, mientras que aquí el gasto es de 7.000. La economía alemana invierte casi 30.000 millones de euros al año en este tramo educativo y hay unas 500.000 empresas impartiendo formación profesional. Llegar a estos niveles de gasto parece algo incompatible con las intenciones del ministro y de los empresarios, ¿para qué una empresa va a querer invertir en esto cuando tienes ya becarios formados trabajando prácticamente gratis? El modelo alemán supone una privatización sin miramientos; el 60% de las clases lo dan las empresas, lo que quiere decir que sobra ese mismo porcentaje de profesores de la enseñanza pública, es más ni el mismo modelo alemán es uniforme y homogéneo. En torno al 40% del alumnado mantiene la formación dual, en alternancia, entre los centros educativos y las empresas. Otro 30% está en un sistema parecido al de aquí, formación y luego prácticas, y un 20% está en talleres para aprender un oficio. No es el conjunto del sistema el que está en alternancia; incluso está en retroceso en un país que tiene una tradición de formadores dentro de la empresa y con un tejido empresarial que no se puede comparar con el de aquí.
A mayor abundamiento se copia lo peor del sistema, el propio chaval tiene que ir buscando qué empresa le quiere como aprendiz, en vez de tener asegurado un puesto en una de las especialidades que estudie, y se garantiza que si se implanta parcialmente, dejará al alcance de la empresa una mano de obra muy barata y muy precaria. Es objetivamente dudoso que nuestro tejido empresarial pueda ofrecer empleos y a la vez plazas de formación, corremos el riesgo de que las empresas dejen de contratar a trabajadores que les salen más caros y con más derechos si los alumnos les solucionan algunas tareas. Hay una incongruencia entre este modelo y lo que se supone que se demanda en el mercado laboral, hablamos de que el trabajador se tiene que formar toda la vida, y ¿le ofrecemos una formación a la carta de una empresa? Según su propia lógica, se supone que el trabajador tiene que ser versátil, tener competencias abiertas... Es decir, dedicaremos así la educación obligatoria a preparar mano de obra barata, flexible y polivalente, dotada con los conocimientos instrumentales básicos para acceder a un futuro mercado laboral precario y en constante rotación. Lo que Berlusconi resumió con el lema de las tres íes: Inglese, Internet, Impresa (traducido aquí, este último por "espíritu emprendedor").