En el conflicto educativo se han dado algunos pasos peligrosos y significativos por parte de los responsables de la gestión del sistema. Uno de ellos viene provocado por las declaraciones de Aguirre poniendo en cuestión la necesaria gratuidad de las etapas educativas obligatorias, desempolvando así su programa electoral, aunque los reflejos de sus asesores le llevaron a rectificar diciendo que hablaba de másteres, hace falta echarle imaginación a la ignorancia, mientras tanto plasma sus acuerdos con ACADE, la patronal de la enseñanza privada, en los presupuestos aligerando la factura fiscal con la factura del colegio de elite en la declaración de la renta.
Más o menos fino estuvo el conselleiro del ramo por estos lugares, cuando al final ya no tiene argumentos saca la artillería diciendo que los sindicatos son culpables, que llevan a miles de profesores y profesoras a las huelgas, a las manifestaciones de Santiago, a los paros... porque lo suyo es la política. Ahora será que los miles de indignados son marionetas, para colmo saca el viejo argumento de la política como cuando en el pasado ya olvidado los que se creían buenos consejeros te decían no te metas en política. Ahora resulta que es malo que la ciudadanía se meta en política, es de suponer que es malo siempre y cuando no sea para votarle a él, va a tener que tomar unas rápidas lecciones de ética política para poder seguir medrando como liberado político a sueldo del presupuesto público. Un presupuesto que en toda España habla de 15.000 profesores menos, que podrían llegar a 50.000 si se generalizan sus políticas. Si estamos hablando ahora mismo de 2.300 millones de euros de recorte, si se aplicase en todo el país podríamos estar hablando de 50.000 millones de euros.
Menos mal que ha quedado negro sobre blanco lo que trabajan unos y otros, y las horas lectivas que se imparten en España, y las que se imparten en Europa, el informe del OCDE confirma que las horas que el profesorado español dedica a impartir clase supera a la media de la OCDE y de la Unión Europea, tanto en Primaria como en Secundaria, desmintiendo declaraciones de conselleiros varios que han acusado al profesorado de la enseñanza pública de trabajar poco, para justificar el incremento de las horas lectivas semanales. Concretamente, en España los profesores de Primaria tienen 800 horas lectivas, frente a las 779 de sus colegas de la OCDE, y 755 de la UE. Por lo que respecta a Secundaria, el profesorado español dedica 713 horas lectivas, 701 el de la OCDE y 659 el de la Unión Europea. El documento incide en que la equidad es la mejor garantía para el éxito escolar y afirma que puede reducirse el riesgo relativo para los estudiantes potencialmente vulnerables cuando se les aseguran entornos de aprendizaje equitativos e inclusivos.
Esperamos que los populares rectifiquen, porque o hay solución negociada o no hay solución y, si tan seguros están de ganar las elecciones de noviembre, no aspirarán al conflicto permanente y extendiéndose como reguero de pólvora. Seguramente las huelgas dejarán paso a nuevas e imaginativas formas de protesta y el apoyo a la escuela pública será mancha de aceite.
La negociación es una conquista del movimiento sindical. Es verdad que en ese escenario es bastante difícil y, sobre todo, en el caso de los dirigentes gallegos y madrileños porque no creen para nada en la negociación, ni en el diálogo ni en el consenso. Pero hay que seguir pidiendo que se consensúe. Habrá una movilización sostenida en el tiempo.
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